Hola de nuevo.
Regresando con una nueva traduccion wincest XD
It’ll All Turn To Dust And We’ll All Fall Down
Pareja: Sam/Dean (Relación establecida), con Crowley y menciones de otros personajes canon de SPN, junto con algunos OCs.
Clasificación: NC-17
Palabras: ~21,500
Resumen: El mundo tenía que terminar alguna vez. Solo que los Winchester no sabían que aún estarían por aquí para verlo. Dean y Sam cogiendo su camino a través del paisaje desolado de lo que quedo, aferrándose el uno al otro para enfrentar lo mucho que han perdido. Pero hay esperanzas donde menos la esperas.
A/N: Punto de vista de Sam. Advertencias de discusiones sobre la muerte de personajes, configuración distópica, incesto, sexo explicito y sobre todo angustia y tristezas. Titulo tomado sin vergüenza de una totalmente cursi canción de Meatloaf.
Arts de
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Parte 1
Honestamente, nunca pensé que el fin del mundo (el verdadero fin del mundo) sería así- ¿Y quién lo haría, en serio, alguien pensaría que esos jodidos Mayas tenían razón?- hasta exactamente el primer día en que todo comenzó.
No hubo bolas de fuego lloviendo desde los cielos (casi por casualidad, me preguntaba que había quedado en los Cielos, si había alguien que fuese capaz de lanzar un cometa, relámpagos sagrados o lo que fuera en nuestra dirección), no hubo una gigantesca marejada que hundiera una o ambas costas de Norteamérica, no hubo un terremoto que asolara Japón en el océano, ni meteoros que destruyeran enormes pociones de la Tierra.
Step down, step down. Watch a heel crush, crush.
Uh oh, this means no fear - cavalier.
Renegade and steer clear
Fue simplemente eso… el gradual declive de la población humana debido a Hambre, Peste y Guerra. Viejos amigos nuestros, claramente recuperados de la pérdida de sus anillos. Demonios, quizás recuperaron sus anillos después de mi espectacular fracaso en Stull. Dean continua negándose a considerarlo un fracaso, debido al control de último minuto que me hizo empujarnos- a mí y a Adam, Michael o lo que sea, seguro que lucía como Adam cuando sujete su brazo- en la Fosa, pero se suponía debí haber terminado con Lucifer, no sólo atraparlo en la Jaula. No lo hice, así que lo cuento en la columna de "fallidos" en mí, por lo que sé, increíblemente larga lista de Ridículos Intentos que Debían Salvar al Mundo. Ya sabes, como haber liberado al hijo de puta en primer lugar, porque pensé que una perra demonio, a quien resultó me estaba follando y bebiendo de su sangre, era más inteligente y confiable que mi propio hermano. Si, confiar en tu camello en vez de en el hermano que cuido de ti desde que eras un niño, fue un movimiento genial. Vamos, no es que "Sam Winchester es un idiota" sea algún tipo de maldito aviso de último minuto, en estos momentos.
Primero llegó Guerra y cayó como nunca se había visto. El término "Guerra Mundial" ahora era obsoleto, después de todo lo que sucedió. Diciembre 21 de 2012, empezó con India y Pakistán, armas nucleares contra armas nucleares y sin importar lo malo que todos pudieron pensar que sería cuando se especulaba sobre las posibilidades, fue peor. Mucho peor. Millones de muertos en el primer día, y eso fue solamente a partir de las detonaciones. Irán decidió que no iba a perderse la diversión y lanzó la primera arma atómica a Israel, al segundo que pusieron la operación en marcha, Israel tomo represalias de forma inmediata, y ahí iban, millones más se fueron en un instante.
Pestilencia tuvo entonces su oportunidad, las secuelas que las radiaciones dejaron fueron casi inconmensurables. Extendiéndose a lo largo y ancho. La gente con enfermedades originadas por la radiación murieron lenta y dolorosamente, como aquellos quienes perdieron algún miembro o tenían terribles lesiones por quemaduras y no tenían acceso a doctores y medicinas, lo suficientemente cerca para ser atendidos apropiadamente. Incluso aquellos cuyo sistema inmune sólo fue debilitado por el aire envenenado contribuyeron a la larga, siendo presas de lo que habrían sido enfermedades menores y dispersándolas mientras aún era posible viajar.
Una persona, con un brote de una cepa poco común de gripa, viajó de China a Australia y una cadena de muertes por el virus de la gripe acabó con decenas de miles dentro de un lapso de pocas semanas en ambos países. Una mujer palestina, intentó escapar a Sudamérica sin saber que había contraído viruela y otra epidemia acabo con más de trescientas mil personas, en menos de un mes. Los ríos y lagos de todo el mundo se volvieron tóxicos, provocando un record en los brotes de Malaria, Cólera, Disentería, Fiebre Tifoidea, incluso E. choli. Las enfermedades poco comunes pero mortales como el Hantavirus, Ebola y la jodida Lepra eran ahora algo común, especialmente en los países menos desarrollados.
Hambre había estado a la espera y ahora su oportunidad había llegado. Con tantas personas enfermas, moribundas y muriendo, no había en ninguna parte adultos capaces o tan siquiera niños para cuidar los cultivos. Por supuesto, no quedaba mucho por atender, ahora que apenas se podía ver el sol a través de la bruma de polvo que cubría el cielo. En Corea del Norte y algunos países de África, donde la gente ya estaba muriendo de hambre cada maldito día, antes de que las bombas estuviesen cayendo por todas partes, los números de aquellos que morían por desnutrición se multiplicaron exponencialmente. Los pocos cultivos que quedaron se arruinaron por el suministro de agua envenenada por la radiación y suciedad. Las reservas de alimentos se acabaron más rápido de lo que cualquiera anticipó, incluso en los Estados Unidos de América, donde Pestilencia ya había hundido sus garras. La gente estaba muriendo de hambre en cada continente habitado.
Al final resulto que, la gente que cayó presa de Pestilencia y perecieron como resultado de una enfermedad tuvieron más suerte que los desafortunados bastardos que lentamente se consumieron y murieron de hambre. Incluso quienes simplemente se esfumaron cuando las bombas cayeron, contaron con más suerte. Para ellos, al menos, fue instantáneo, un simple parpadeo y estaban fuera de la existencia, en lugar de tener que lidiar con el prolongado sufrimiento antes de que ellos… ¿qué fue lo que dijo Shakespeare en Hamlet? Se despojaran de su envoltura carnal. Tan Buena descripción como cualquiera, imaginó.
Algunas veces me preguntó, cuando, mi mente busca poesía, si alguna de esas personas había, en efecto, roto los hoscos lazos que los ataban a la Tierra para ir a tocar la faz de Dios. Siempre me gusto esa frase, a pesar de que no tenía ningún recuerdo de la referencia del presidente Reagan, después del desastre del Challenger, que ocurrió cuando era un niño pequeño y nunca la encontré hasta la Universidad.
Estaba muy claro que mucha gente no puso atención a la importancia del maíz y sus múltiples usos, hasta que los Estados Unidos, China y Brasil fracasaron, al mismo tiempo, en su intento para cultivarlo. Alimentos, materiales de carga, etanol, edulcorantes, aceites… se fueron, se fueron, se fueron. La tierra de la abundancia se convirtió en la tierra del no mucho en poco tiempo.
Algunos gobiernos duraron más que otros. Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y Finlandia- todos ellos se mantuvieron, por lo menos, un buen par de meses. Obviamente, los países que iniciaron los bombardeos (y los que geográficamente estaban más cerca de ellos) perdieron sus gobiernos, casi de forma inmediata, debido a las represalias. Inicialmente, los gobiernos que, de alguna manera, permanecieron funcionando suplicaron a su gente, preservar, conservar, acoger y ayudar a sus vecinos. Y funcionó, por un tiempo. Hasta que estas personas, acostumbradas a tener lo que querían, comenzaron a enfermar y a estar jodidamente cansados de tener cerca de malditamente nada y que todavía esperaran que compartieran lo poco que tenían con otros.
Lentamente, los gobiernos, se vinieron abajo como resultado de un electorado intranquilo, funcionarios muriendo, siendo asesinados o simplemente dándose por vencidos. La presencia militar y de las fuerzas de la ley, las cuales, al menos, habían estado haciendo el intento de mantener algún tipo de estabilidad donde podían, eventualmente desaparecieron. Las televisiones se apagaron, los radios solo emitían estática, no había más voces alentadoras, solo la inherente necesidad de mantener lo que tenías y conseguir más a cualquier costo.
Guerra estaba de vuelta en el juego, ahora a una escala más pequeña. En cada país, cada ciudad, en cada pequeño pueblo la gente comenzaba a volverse unos contra otros. Los que tenían armas tuvieron una clara ventaja sobre los que no y utilizaron esa ventaja en cada oportunidad. Así que sí tenías que dispararle a alguien para conseguir sus suministros de comida enlatada, sí tenías que golpear a alguien hasta la muerte para poder tomar su generador. Nada de eso importaba. Cada persona veía por sí misma, por sus hijos, por sus esposas, sus padres. En su mayoría, la cortesía y la compasión habían desaparecido de la sociedad. De vez en cuando escuchabas sobre alguien que resistía, cuidando a los niños que perdieron a sus padres, tratando de cultivar su propio alimento, pero esos casos eran cada vez más escasos y pasaba más tiempo entre ellos, para ahora.
El resultado fue el caos absoluto. Obviamente. Lo vi venir, también Dean. Mantuvimos las cabezas bajas y nos escondimos durante lo peor de todo esto. En silencio, usando los pocos recursos que teníamos para mantener un registro de donde era posible encontrar alimentos, cómo reconocer a la gente enferma y evitarlas, prestando atención a alguien que supiera si le dispararon por un vecino, si fallecieron de alguna ridícula enfermedad o porque estaban heridos y no pudieron conseguir el tratamiento médico apropiado a tiempo y evitar la sepsis. O si habían contraído alguna loca cepa de un maldito resfriado. Uno de nuestros últimos contactos del mundo de cazadores murió cuando un rayo cayó sobre su casa, provocando un incendio y ella no pudo salir a tiempo porque su detector de humo y sistema de rociadores estaba conectado a la electricidad que ya no funcionaba en el pueblo donde vivía.
Why does it always have to be water?
Why does it always have to be holy wine?
Destruction
Of all mankind
Muerte- bueno, nos encontramos con Muerte antes y nunca pareció muy interesado en la erradicación de la humanidad. Lo cual, al principio, fue una sorpresa, antes de llegar a conocerlo. De hecho, sorprendentemente, más interesado en la pizza, las patatas fritas y la soda, Muerte no estaba demasiado involucrado en todo el asunto de ‘acabar con la raza humana’ como sus compañeros Jinetes. Él fue más parecido a un mentor que nos alentó a mirar más de cerca, profundizar y continuar. Nunca tuve el valor de preguntarle sus razones y Dean nunca tuvo la oportunidad (aunque en realidad, nunca le falto el valor). No le vimos, durante toda esta perdida, caos y actividades de fin del mundo. Siempre pensé que aparecería en algún momento, pero igual que en muchas otras cosas de mi vida, estaba equivocado. Solo observamos, mientras todo el jodido mundo se venía abajo alrededor de nosotros y Muerte nunca se molestó en aparecer. ¿Y mierda, quién podría culparle? Con la cantidad de almas por cosechar, en tan corto espacio de tiempo, era poco probable que tuviera algún deseo (o alguna oportunidad) de visitarnos a mi hermano y a mí
Tampoco Dios, por cierto. Estaba más sorprendido por la ausencia de Muerte de lo que estaba por la de Dios. Eso en sí, era un testimonio de lo lejos que había caído. Ilustrando gráficamente cuán lejos estaba de aquel niño, adolescente, joven que rezaba cada día y que, honestamente, creía era escuchado por Dios, los Ángeles, los Santos o lo que fuera. Que jodida tontería había sido. Hubiese sido mejor pasar el tiempo puliendo mis habilidades lanzando cuchillos o en mis lecciones sobre como exorcizar demonios, para el bien que me hizo.
Cuando todo estuvo en juego, las dos veces anteriores a esta, cuando el mundo se iba a acabar, Dios nunca levantó un jodido dedo celestial para ayudar a cualquiera de los estúpidos gilipollas, que creíamos en Su Inútil Culo. Simplemente nos dejo a merced de ángeles que pensaban, estaban haciendo lo que su Padre quería (si Él no hubiera jodidamente desaparecido) y de los demonios que harían cualquier cosa para detenerlos.
Castiel probablemente sabría todas las respuestas a las preguntas que tenía. No es que alguna vez me quedase sin preguntas pero ahora, también se había ido. Cristo Todopoderoso, extrañaba a Castiel más de lo que alguna vez pensé que sería posible. No solo porque sus conocimientos habrían sido de utilidad, si no porque era Cas. Nuestro Cas. Y lo queríamos, a pesar de todo lo que había sucedido y él ya no estaba aquí. No sabía dónde estaba y Dean no quería especular sobre ello, probablemente debido a su "profundo vinculo" o lo que sea que tuvieran. Tampoco había tenido el valor de preguntar sobre eso, porque Dean probablemente me ignoraría por días o me daría un puñetazo en el rostro si lo hacía. La inexplicable y misteriosa partida de Castiel me había golpeado fuerte, claro, pero había arrollado a Dean como un jodido tren de carga y no sabía cómo ayudarle con eso.
Recibir un puñetazo en el rostro no me habría importado del todo, estaba muy seguro en este momento, pero la posibilidad de que Dean no me hablara era un riesgo que no estaba dispuesto a correr. No es como si hubiese alguien más por los alrededores, interesado en hablar conmigo. De vez en cuando nos topamos con algún rezagado, alguna persona que había perdido todo lo que amaba. Yo siempre le ofrecía unirse a nosotros y Dean siempre les disuadía de hacerlo.
Él ganaba todo el tiempo. Nadie se nos unía. La vida era Dean y yo en la carretera, como siempre había sido, excepto que sin las cacerías. No había monstruos, ni fantasmas ni brujas. No había gente a la que salvar. Bueno, no había una manera de salvar a la gente. No de esto. Ni ángeles, ni demonios, por lo que podíamos decir. Sólo nosotros dos, ni Bobby para pedirle un consejo, ya que, los celulares no funcionaban y Bobby estaba muerto.
La perdida de Bobby, el hombre al que considerábamos casi como un padre, fue insoportable. Como no había forma de contactarle por teléfono, simplemente nos dirigimos al Deshuesadero Singer, cerca de Sioux Falls, esperando lo mejor. Quizás, sólo había estado intentando permanecer bajo el radar, como nosotros lo hicimos. Al detenernos en su casa, con el familiar sonido de los neumáticos del Impala levantando grava, estaba claro que no íbamos a encontrar lo que buscábamos.
Bobby estaba en el porche, descomponiéndose rápidamente, su escopeta y gorra pegada a lo que quedaba de él. No podíamos decir si le habían disparado o atacado, pero no importaba. Se había ido. Dean y yo cuidadosamente reunimos sus restos, incluyendo la gorra y los colocamos en una pira en el patio. Lo último que Bobby hubiera deseado era volver como un fantasma, un espíritu vengativo o cualquier otra cosa que había pasado años cazando. Su cuerpo tenía que ser cubierto con sal y quemado. Después de asistir a esta horrible tarea, entramos a la casa y vimos que había sido metódicamente saqueada, por quien sea que había estado aquí. Todo rastro de comida, cobijas, toallas o medicamentos habían desaparecido.
Quien fuera, decidió que valía la pena asesinar a Bobby para poner sus manos en cualquier cosa que pudiera ser útil para él (ella o ellos). Debió ser alguien desesperado, ya que Bobby tenía reputación de ser un ebrio mal humorado con armas y perros guardianes, en el pequeño pueblo. No vimos al perro, sólo esperaba que hubiese tenido la oportunidad de huir. Aunque, el asesino no identificado de Bobby, no sabía sobre la habitación del pánico. Yo tenía mis propios recuerdos, excepcionalmente desagradables, del tiempo que estuve encerrado en esa habitación y estaba seguro que Dean, tampoco quería entrar ahí. Pero bajamos las escaleras, tomamos las cobijas, botellas de agua, latas de sopa y dos almohadas, llevándolo todo al auto antes de volver a la pira.
Dos pedazos de madera fue todo lo que necesitábamos. Dean clavo la cruz improvisada cerca de las cenizas e Bobby. Si, tal vez a ninguno de nosotros le quedaba algo de fe, pero la cruz fue algo instintivo para él y para mí. Agarré un marcador negro de la guantera del auto y grabé su nombre, el año de su nacimiento y de su muerte en el madero horizontal, ya que ninguno pudo recordar su cumpleaños (¿Qué clase de personas éramos? Él siempre recordó los nuestros) y no había manera de determinar la fecha exacta de su muerte.
Volvimos al interior y agarramos una gorra de Bobby, azul con blanco, para mantenerla como recuerdo suyo y de todo lo que había hecho por nosotros a través de los años. ¿Cuántas veces nos había sacado el culo cuando estábamos con la mierda hasta el cuello? ¿O nos hizo entrar en razón cuando alguno de nosotros había estado actuando, cómo nos habría dicho: ‘idjits’? No tengo duda de que ni Dean, ni yo habríamos estado aquí, para ver la caída del mundo, si no fuese por Bobby Singer viendo por nosotros desde que éramos niños. Dean agarró, como era de esperarse, el diario de Bobby y un sobre con fotografías.
La visión de él intentando proteger su casa y siendo asesinado como resultado, fue más de lo que pude manejar y ciertamente, más de lo que Dean podía manejar. Su muerte nos dejo a ambos con un agujero en nuestros corazones que nunca se llenaría. Una vez que nos marchamos, seguimos conduciendo y aún sufriendo en nuestra propia y silenciosa manera.
Nada de eso nos detuvo, al menos por un tiempo. Los meses pasaron y continuamos en movimiento, seguimos conduciendo, encontrando sitios que tenían gasolina para llenar el rápidamente-vacio tanque del Impala. Encontrando lugares donde pudiésemos dormir por la noche. Ninguno quería hacer frente, admitir o hablar sobre la realidad de la situación. Esto realmente era el fin del mundo. Habíamos estado listos para esto en años anteriores, habíamos hecho planes, mientras los sellos se rompían y se libraba una guerra en el Cielo, pero no ahora. Justo en este minuto, día, hora, semana o mes, no estaba preparado para esto. Dean no estaba preparado para esto. Pero cada vez que pensamos antes en el fin del mundo antes, pensamos que nos habríamos ido con todo lo demás. Tal vez, en un resplandor de gloria, como superhéroes, mártires o algún escenario igual de ridículo. Demonios, esa vez, incluso me habría probado a mí mismo. Nunca pensamos que estaríamos aquí para verlo. Dean había tenido un vistazo del futuro, cortesía de ese imbécil de Zacarías, hace años. Pero esto no era nada parecido a lo que había visto en su viaje al futuro de ‘Esto Es Lo Que Sucede Cuando Lucifer Gana’, porque no creíamos que Lucifer hubiese causado algo de lo que estábamos viendo ahora.
Y era, jodidamente, deprimente como el infierno. Si, lo sé, quizás "deprimente" no era una palabra suficientemente fuerte para describir el ser testigo del colapso de la civilización, como siempre la conocí. Pero era todo en lo que podía pensar en ese momento. Esos dulces, pequeños pueblos de ensueño que había adorado toda mi vida estaban prácticamente vacios. Las grandes y extensas ciudades que Dean odio su vida entera eran zonas de guerra, grupos de personas que resistían bordeados por todos lados con bloques de personas, incluso niños, que yacían muertos en las calles.
And I'm not missin' a thing
Watchin' the full moon crossin' the range
Ridin' the storm out
No paso mucho tiempo para que la electricidad fallara, sabía que eso sucedería, pero no estaba seguro en cuanto tiempo ocurriría. En algunos lugares fue después de un mes, en algunos fueron dos. Dirigirnos hacia el oeste era mi loca ocurrencia, con la idea de que la presa Hoover, quizás podría mantener las luces encendidas en esa parte del país e incluso, posiblemente, por bastante tiempo. Dean estaba escéptico, pero accedió. De todos modos, ahí era más cálido y ninguno de nosotros estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de llegar a algún sitio donde no estuviésemos congelándonos todo el maldito tiempo.
Aunque teníamos que hacer un gran sacrificio, antes de que poder comenzar nuestro viaje al oeste. Era una largo, largo camino por conducir. A miles de kilómetros y seguramente con muchos desvíos por las carreteras intransitables y ciudades por las que no era seguro pasar. La nena de Dean conseguía tal vez, tal vez, conduciendo en autopista, unas 15 millas por galón de gasolina. Teníamos que dejarla atrás. No creo haber visto nunca a mi hermano tan inconsolable, como en el momento en que estuvo de acuerdo conmigo, al evaluar esta situación en particular. Adoraba a ese auto, más que a cualquier cosa en el mundo, pero quería seguir vivo tanto como yo y sabía que no había forma de ser capaces de encontrar la suficiente gasolina para hacer todo el camino hacia la costa oeste.
Descargar el maletero, decidiendo que conservar y que abandonar fue una tarea difícil. Si, ya no había cacerías, pero conservamos el diario de papá y obviamente tantas armas como pudiéramos razonablemente llevar. No hice ninguna objeción cuando Dean colocó cuidadosamente el abrigo mohoso y doblado de Castiel en la pila de "conservar". De hecho, ni siquiera hice algún comentario al respecto, debido al asunto del puñetazo en la cara que mencioné antes. Siempre viajábamos ligeros, en cuanto a posesiones personales, un hábito arraigado desde nuestra niñez. Ya no necesitaba la portátil, puesto que no había conexiones a internet que pudiera encontrar, pero Dean no dijo nada cuando la conserve de todas formas. Una bolsa de ropa y artículos de aseo por cada uno, lo mínimo, eso era lo que siempre tuvimos, desde que éramos niños. No había necesidad hacer cambios. Un sobre de fotos familiares que obtuvimos de papá y la casa de Bobby, se metió en el bolsillo lateral de la mochila de Dean y un mapa junto con una lista de posibles fuentes de alimentos y combustible fue metido en el bolsillo lateral de la mía.
Guardé la gorra de Bobby y un par de libros. Nada de ciencia, solo literatura. Dean guardó sus cintas de audio. Saqué al soldadito de plástico del cenicero de la puerta de lado del conductor y lo metí en mi bolsillo.
Al final, el Impala tuvo un funeral de cazador. Dean no podía soportar la idea de que alguien la encontrara, se la llevara o la desmantelara en partes. Así que una noche a un lado de la carretera en medio del ambiente rural de Alabama, nos detuvimos. Dean estaba llorando abiertamente y yo tenía dificultad para retener mis propias lágrimas. Roció lo último de nuestra sal de roca y una generosa cantidad de liquido para encendedor en su interior y pasó unos minutos, sólo apoyado contra el marco de la puerta, teniendo una conversación silenciosa con ella, dio un paso atrás y aventó su encendedor favorito por la ventana abierta del lado del conductor.
Although these changes have come
With your chrome heart shining in the sun
Long may you run
Los dos nos quedamos allí, de pie, observando el auto arder. Tomando el poco consuelo que pudimos encontrar en el abrazo del otro, durante casi una hora antes de que finalmente diéramos la vuelta y entráramos en el diminuto Audi a diesel, al que le habíamos hecho un puente y empacado. Agradeciendo a nuestro padre haberle enseñado a Dean a conducir un auto con transmisión manual y que Dean me hubiese enseñado, comenzamos a movernos. Por muy mimados que estuviésemos con el automático que nos había acostumbrado a conducir todos estos años, no nos tomó mucho tiempo para ajustarnos a los cambios de marcha y al uso del embrague.
No tenía un reproductor de cintas, pero pensé que sería capaz de encontrar uno en alguna parte a lo largo del camino. Además, podía conectar mi portátil al encendedor del auto para mantenerla cargada y hacía mucho descargué en mi disco duro montones de su estúpida y jodida Metalica, Motorhead y Zeppelin (de acuerdo, tal vez algo de Zeppelin era bastante bueno, en la actualidad), así Dean podía tener el consuelo de su música favorita, aún si era con sonido metálico proveniente de los altavoces de mi computadora y no de una cinta que estuviese reproduciéndose fuerte y orgullosa en su amado Impala. Así que un poco de mierda, una pequeña migaja de nuestra antigua vida, si podía dársela a mi hermano, no me importaba lo que se necesitara.
Otras personas podrían no entender el golpe que fue para nosotros perder ese auto, pero era porque la mayoría de las personas no crecieron en un auto, no pensaban en un auto como en su hogar. Ambos, con unos años de diferencia, habíamos perdido la virginidad en el asiento trasero del Impala. Dean cuando tenía quince con Carla Palmer, yo cuando tuve dieciséis con Jeannie Kline. A través de los años, como niños y adultos, experimentamos tanto en ese auto, que casi me ahogaba con la pérdida. Cuando niños, habíamos abierto los regalos de Navidad en la ‘nena’ de Dean, dormíamos uno al lado del otro en la parte de atrás mientras Papá conducía al siguiente pueblo. Presionamos las heridas del otro para mantener la pérdida de sangre al mínimo, hasta que llegáramos a la sala de emergencias más cercana o la clínica de atención urgente. De adultos reímos y lloramos, cantamos Bon Jovi esperando que el trato de Dean se venciera. Nos gritamos el uno al otro hasta tener la garganta en carne viva. Demonios, nuestro primer beso fue en el asiento delantero, siete meses después de que viniera por mí a Stanford. Deja que alguien más intente incendiar la casa donde crecieron y observarla quemarse hasta las cenizas porque era jodidamente necesario para sobrevivir y entonces podrán decirme como se sienten sobre eso.