Hola
Dejo el nuevo capitulo :)
Us - Chapter 41: Mercy- Misericordia
Cuando escuchó el primer ruido, se dijo que sólo era el viento y su paranoia y le dijo a Nathalie que se apresure de una jodida vez. Sonó igual que Dean y ella le dirigió una mirada nerviosa antes de volver a su trabajo.
El segundo ruido advirtió a Sam de la realidad de la situación. Eso fue, sin lugar a dudas, el sonido de un objeto muy pesado golpeando el lado de la casa de Bobby, fuerte.
Las manos de Nathalie se agitaron nerviosamente y le dirigió otra mirada- "¿Qué fue eso?"
Tenía una idea bastante buena de que fue, pero dijo- "Iré a verlo"- había estado arrodillado cerca de ella, pero se levantó y caminó a la ventana. Sus rodillas apenas sostenían su peso cuando dio unos pasos vacilantes, porque una enorme parte de él deseaba correr en la dirección opuesta. Miró hacia atrás y dijo- "Quédate aquí"- tenía la sensación de que no necesitaba decírselo pero, de todos modos, lo hizo.
El vomito subió por su garganta y se retiró dejando un sabor amargo, una advertencia, abrió la puerta del frente, a pesar de que Dean le dijo que no e iba a salir. Bobby estaba de pie frente a él, sonriendo y a Sam le tomó media respiración antes de que la puerta se cerrara de nuevo en su rostro.
Se quedó con el aire en la lengua y un sentimiento de desesperanza que floreció rápidamente en horror. Dean. Lo que golpeó el costado de la casa fue Dean y ése no era Bobby. Forcejeó con la manija de la puerta, a pesar de que en su corazón sabía que no iba a girar.
Mierda.
Oh Dios.
No pudo evitar ver la determinación en el rostro de Dean y maldita sea ¿por qué no dijo no, que no debían separarse? ¿Y por qué, por qué no tuvo el cerebro para hacer más preguntas cuando Bobby se presentó con ese ordenado y pequeño dilema?
¿Y a todo esto, dónde estaba su padre?
Sam tragó otro bocado de bilis y dio unos pocos pasos decididos hacia el salón, porque cualquiera que fuese el plan, se había acabado y era tiempo de pensar por sí mismo. Si Dean no estaba muerto- no lo estaba, no podía estarlo, el demonio no haría un trabajo rápido con él, no así de rápido- entonces Sam tenía cerca de treinta segundos para salvarle la vida.
-"¿Qué pasó?"- preguntó Nathalie. Sam miró en torno a la habitación fugazmente, centrando su atención en una ridículamente incomoda silla con marco de metal.
-"Cúbrete el rostro"
-"¿Qué?"
Levantó la silla, sin sentir su peso- "Cubre tu rostro a menos que quieras tener vidrio en los ojos"
Antes de que tuviese tiempo para levantarse del piso, Sam había lanzado la silla a través de la ventana, rompiéndola. Saltó hacía afuera, sacudiendo la sal de roca suelta del marco. Que se joda que el demonio no entre en la casa. Le dejaron llegar, dejaron que los llevara en círculos y les atormentara, todo lo que importa es que Dean no muera. No ahora. No de esta manera, cuando Sam claramente hubiese podido hacer mucho más para prevenirlo.
Los vidrios crujieron bajo sus botas.
Una vez afuera pudo ver a Dean presionado contra el frente de la casa, la cabeza caída hacia adelante, sin fuerza.
Y el demonio tenía la Colt. ¿Y Sam qué tenía? Un arma y un cuchillo, y a lo mejor retrasaría las cosas pero eso no era bueno, no cuando la única cosa que podía terminar con esto no estaba en sus manos.
Esta era una de esas veces en las que deseaba que sus habilidades psíquicas no estuviesen restringidas a visiones de muerte- ahora, justo ahora, que podía hacer con cierta forma controlable de telequinesis.
Bobby le sonrió directamente. En realidad, la cosa que no era Bobby- "Que bueno que te unas a nosotros, Sammy. No te esperábamos tan pronto"
Sam debería ser más inteligente al respecto, pero no podía. Se movió acercándose a su hermano- "¿Dean? ¿Dean, puedes oírme?"
Dean no le respondió y Sam no estaba seguro a la sombra de la luz de luna, pero creyó que había sangre en su ropa.
No. Esto no puede estar pasando. Dean no merecía esto, este tipo de final. Y Sam se quedó ahí, no sujeto como su hermano pero igualmente inmovilizado. Escuchó su propia voz, ronca y baja- "Déjalo ir"
-"Sabes, tu hermano en serio me lanzó una curva"
Una conversación era lo último que esperaba, pero ya que Dean no estaba ardiendo, al menos estaban comprando algo de tiempo. Sam se mantuvo en silencio.
-"Nunca pensé que el chico fuera lo suficientemente estúpido para conseguir estar maldito"- la sonrisa del demonio parecía rancia y amenazante sobre los dientes de Bobby- "Sammy, tú… tú me agradas. Eres un chico especial. Dean por otra parte…"- le dio un vistazo a Dean y Sam escuchó un pequeño gemido escapar de sus labios, su cabeza se bamboleó con un temblor. Algo se retorció en su interior pero deliberadamente no reaccionó- "Dean no es tan especial.
Esta llevándote por el mal camino"
Mal camino. Parecía una extraña frase para que un demonio la escogiera y Sam solo quería ir, agarrar a Dean, bajarle, mantenerle a salvo y asegurarse de que estaba bien. No había manera de que no estuviese herido. Gravemente herido.
Tal vez tan herido que podría…
Sam no podía pensar en eso. No podía considerar el perder a su bebé. Eso no podía suceder. Dean definitivamente no iba a sobrevivir a un golpe como ese. Él no estaba seguro de poder hacerlo tampoco.
Sabe que no lo haría.
-"¿Qué quieres?"- preguntó Sam. Consciente de lo loco que sonaba, era como invitar a un tiburón para la cena. Pero no tenía opción. Negociar parecía la única opción, la única manera en la que podía esperar que Dean sobreviva. Si le atacaba, sólo conseguirá que le maten y no habrá nadie para proteger a Dean y a su hijo.
El demonio movió la cabeza de Bobby, el movimiento fue desconectado, casi confuso y horriblemente discordante. Sam se estremeció ante ello- "A ti"- dijo perezosamente, entonces Dean gritó, ahogándose y Sam olvidó todo sobre ser cuidadoso y no dejar que le maten. Se lanzó hacia abajo al suelo cayendo en cuclillas y arrojándose hacía las piernas de Bobby.
Su primera sorpresa, en realidad, fue golpear el cuerpo, tirándolo al suelo. La segunda fue que el demonio no escapara de inmediato.
El impacto de eso le paralizó momentáneamente.
La tercera sorpresa vino en la figura de su padre parado ahí, detrás de Bobby. Le reconoció las botas desde su lugar en el suelo y entonces John estampó su pie sobre la muñeca derecha de Bobby, Sam escucho el crujido de los huesos rozándose en un intento de no quebrarse.
-"¡Cógela!"- le ladró a Sam y por una vez hizo lo que le dijo, agarró la Colt y disparó directo al corazón de Bobby.
Hubo un rayo. Electricidad
La fuerza del disparó impulsó a Sam hacía atrás por casi tres pies y el arma voló de sus manos. Tuvo pánico por un segundo y luego oyó gritar a su padre. La sangre golpeando y golpeando a través de su cuerpo, los sobrecargados latidos de su corazón, obstruyendo el significado de lo que sea que su padre estuviese diciendo.
Pero escucho a Dean caer, caer y golpear contra el suelo.
Dean. Sam se apresuró a levantarse del suelo y miró fijamente a John- "¿Dónde estabas?"
John solo sacudió la cabeza y respondió bruscamente- "Ahora no"- arrodillándose para agarrar la Colt. Le gritó a Nathalie, diciendo que era seguro y que trajera su mierda hoodoo. Palideció cuando levantó la mirada y se volvió hacia Sam, viendo a Dean tirado en el suelo.
-"¿Dean?"- la voz de John era dolorosamente tímida y baja, tan diferente a lo que Sam estaba acostumbrado a escuchar. Eso le dijo lo mal que las cosas se veían.
No ahora.
Estaba casi seguro de que esto era más de lo que podía manejar, pero Sam pudo verse manejándolo, desde arriba- "Dean"- se apresuró a través del espacio que los separaba e intentó voltear a Dean lentamente, difícilmente notó la puerta abriéndose de un jalón y a Nathalie volar como una banshee, gritando instrucciones.
Debería ir a ayudar a su padre a levantar a Bobby, pero la única persona para la que tenía ojos era su hermano. Sam le dio la vuelta, notando la sangre en su barbilla y alrededor de la boca. Su cuerpo completamente inerte, cálido pero demasiado pesado.
Su pecho apenas se movía, pero estaba moviéndose y Sam se inclinó lo suficiente para sentir el roce del cálido aliento de Dean contra su mejilla. Las lágrimas surgieron en sus ojos, sin desearlo.
-"Nadie va a morir"- murmuró Sam- "Te debo una cena. Te debo…"- pasó su mano a través del cabello de Dean. No podía soportar mirar hacia abajo, solo en caso de que viera sangre donde realmente no podía afrontar verla en ese momento. No ahora- "Dean"- empujó los brazos por debajo del cuerpo de su hermano y tomó la respiración más profunda de toda su vida.
Entonces levantó a Dean del suelo. No tiene idea de cómo lo hizo. Pero lo hizo. Se tambaleó hacia atrás, cerca de caer bajo el peso. El peso muerto. Sin embargo se las arregló para hacer lo que quería. Los músculos tensándose con el esfuerzo. Todo lo que Sam pensaba era llevar a Dean adentro, sacarlo del aire nocturno, y ponerlo a salvo en el interior de la casa.
A salvo. La seguridad era una posibilidad y se sintió culpable del inesperado placer que sacudió su columna como un paso vacilante.
Dentro de la casa las luces ardían con fuerza y bajó a Dean con cuidado en el sofá, corrió a la cocina para agarrar una botella de agua y algunas toallas de papel. En el último momento, cogió la toalla verde musgo que Dean utilizaba para limpiarse después de sus chequeos.
En el salón, se paró cerca de Dean, mirando su rostro. Parecía como si estuviese durmiendo con normalidad, excepto por la sangre oscureciendo sus pecas.
-"Vamos camino al hospital"- la voz de su papá le llegó desde detrás de él- "Quédense aquí"
Sam asintió, manteniéndose de espaldas- "¿Bobby?"
Hubo silencio y luego- "Te llamaré. Te lo haré saber"
-"Gracias"
-"Lo hiciste bien, Sammy"
Se arrodilló cerca de Dean y escuchó la puerta de enfrente cerrarse y la camioneta de su padre ser encendida.
Gracias a Dios su padre no vio su rostro. Sam estaba llorando y no quería reprimirse porque era por alivio, dolor y miedo todo erigiéndose y aquí estaba él, solo con su hermano. Miró hacia abajo a los vaqueros de Dean. Estaban cubiertos de lodo pero nada más, hasta donde podía ver.
Palmeó el muslo de Dean brevemente, buscando la humedad de la sangre que no pudiese ver y se encontró con algo arrugándose en sus bolsillos. Levantó la vista hacia Dean bruscamente y rebuscó en el bolsillo, sacándolo.
Era un pedazo de papel arrugado, doblado tres veces y cuando Sam lo desdobló vio con la ordenada caligrafía de Dean, una pequeña lista que no significaba nada y significaba todo.
Nombres. Simplemente nombres.
Darby- Libertad.
Shane (¿Shay?)- Regalo de Dios.
Alexander- Protector de la humanidad.
De repente se sintió como si estuviese espiando los procesos de pensamiento de su hermano y regresó la lista donde la encontró, no estaba doblada de la misma forma pero Dean no lo notaría. Si Dean volvía en sí, no iba a pensar en algo tan trivial como unos pocos estúpidos nombres en un trozo de papel, pensamientos a medias.
Sam debería limpiar su rostro. Hacer algo. Cualquier cosa para ayudarle, ¿pero qué podía hacer? Bobby acababa de recibir un disparo en el jodido pecho- tú hiciste eso - y eso era la prioridad. Dean probablemente había sufrido terribles heridas internas pero Sam no podía llevarlo al hospital, no tenía a nadie a quien llamar.
Apoyó la cabeza sobre el brazo de Dean- "Lo siento"- No creé poder olvidar nunca este sentimiento de estar completamente solo, desamparado y perdido.
El sentimiento de fracaso y sabe que Dean también lo ha sentido, aunque según la lógica de Sam, no tiene razón para estarlo. Dean no ha hecho nada más que bien en este mundo y ahora Sam está a su lado, rezando para que recupere el conocimiento, para que abra los ojos y haga algún comentario estúpido.
Sam pasó suavemente los dedos sobre el vientre de Dean, sobre su bebé. Lo que daría por sentir el extraño y pequeño movimiento de aleteo ahora, el sorprendente flujo de fuerza que le diga que su hijo sigue vivo y coleando. Dando patadas.
No había movimiento. ¿Eso no significaba nada, verdad?
-"Dean"- la voz de Sam estaba fracturada y matizada con lágrimas- "Dean, por favor. Por favor. Por favor"- ¿Qué estaba suplicando? Solo una señal. Una señal de que van a salir de esta, de que serán padres y vivirán sus vidas felices, sin ningún final.
Estaba suplicando, mas al Universo y a Dios que a Dean.
Por favor, por favor. Todo lo que quiere es misericordia para ellos, porque ha sido tan escasa últimamente. Siempre ha sido escasa.
Ahí es cuando siente unos dedos en su cuello, en su cabello. Acariciando suavemente.
-"Si tengo que lidiar con una lágrima más"- gruñó Dean- "Te acabaré con mis propias manos"
Sam tragó y levanto la vista. Su hermano le estaba mirando, sangre y lodo sobre su rostro, los ojos demasiado distantes para ser más que una sombra de esperanza- "No estoy llorando ¿ves?"
-"¿Qué quieres, una medalla?"- Dean intentó una sonrisa y Sam vio la sangre manchando sus dientes. El gesto se volvió una mueca de dolor.
-"¿Dónde te duele?"
-"El pecho, la garganta"- la mano de Dean se movió para cubrir la de Sam- "Aunque no duele ahí"
-"Bien"
-"¿Dónde…?"-
-"Shhh"- Sam pasó su mano libre sobre la mejilla de Dean- "No. Está bien. Tú estás bien"
Para su sorpresa los ojos de Dean se tornaron vidriosos- "Oh no, Sammy, tú no…"
Sam bajo la mirada, culpable. Culpable del cargo y avergonzado por la necesidad- "Dean tuve que hacerlo"
-"¿Le disparaste a Bobby verdad?"
Asintió
-"Maldición"- Dean alejó su mano de la de Sam y clavo los codos en el sofá- "Ayúdame a levantarme"
-"No vas a ir a ninguna parte"- Sam permaneció exactamente donde estaba- "Estás herido. Vamos a esperar y llamaré…"
-"Harás lo que digo"
-"No lo haré"
Esto flotó entre ellos, con gran calma. Dean se acostó- "¿Cómo llegué aquí?"
-"Yo… um… te cargué"
-"¿Me cargaste? ¿Cómo?"
Sam sonrió a medias- "No tengo idea"- acarició con la punta de los dedos el cuello de Dean- "te sentías igual que una pluma"
Dean rió vacilante, pero la diversión no llegó a sus ojos.
-"Llevaron a Bobby al hospital"- dijo Sam, espontáneamente. Tenía que sacarlo.
-"¿De verdad crees que la mierda de en hielo va a funcionar?"
Sam no lo sabía. No lo creía. Todo lo que podía hacer era esperar- "No puede lastimar"
-"Deberíamos ir. Intentar ayudar"
-"¿Dean? Solo quédate quieto. Por favor
Dean sacudió la cabeza- "Estoy bien"
-"Escucha cuidadosamente lo que te estoy diciendo"- Sam asintió lentamente con la cabeza para hacerle entender- "Pudiste haber muerto. Te lanzaron contra el lado de la casa y estabas sangrando.
Te caíste al maldito suelo. Pudiste haber muerto. Ambos pudieron morir y por Dios santo, solo descansa. Papá dijo que nos llamará. En este momento lo mejor que podemos hacer es quedarnos aquí"
-"Pero…."- No dijo nada más. Pero.
El último esfuerzo de Dean de pelear contra la lógica de Sam, él estaba suplicando. Sam sabía que había ganado. Dios sabía que él deseaba estar ahí con su padre y más que nada, por Bobby. Pero no tanto como deseaba estar con Dean y asegurarse de que cuidaba de él y de su futuro. Dean cerró los ojos, descansando- "Nuestro chico se está moviendo ¿Lo sientes Sammy?"
Sam se quedó sin respiración cuando sintió al bebé moviéndose, claro y fuerte. Su tráquea se llenó con burbujas o algo. Un estremecimiento de alegría libre, por un breve momento, de la culpa o cualquiera de sus parientes- "Gracias a Dios"
El sentimiento le regresó la vida y movió su mano, vertiendo un poco de agua en las toallas de papel, limpiando el rostro de Dean. Al instante, la blancura fue empapada por un desagradable color rosa de la sangre oscura de Dean. No podía soportar ver la evidencia de esta noche en el rostro de Dean, aunque estuviese toda a su alrededor. Los cristales en el piso, la ventana rota, la esencia de sangre en el aire y la sal alrededor.
-"Somos malditamente fuertes"- dijo Dean con calidez
-"Si"
-"Sam"
-"¿Si?"
-"Tú… uh… como que… me salvaste la vida"
Sam giró sus hombros, los ojos en su mano sobre la de Dean, sobre su hijo- "Ni lo menciones"- se centró en limpiar la sangre del rostro de Dean, con golpes suaves y decididos de las toallas de papel húmedas. Dean no le reprocho su ternura y Sam le dirigía al rostro de su hermano pequeñas y rápidas miradas.
-"Aquí"- Sam llevó la botella de agua hasta la boca de Dean- "No lo tragues. Escúpelo"- le sorprendió que Dean le escuchara, su voz difícilmente estaba ahí, pero se enjuagó la boca con el agua y la escupió obedientemente en la toalla que Sam sostenía para eso. Dejándola húmeda y sangrienta.
Mostrando los dientes de nuevo, más limpios ahora, Dean dijo- "Sonrisa de asesino ¿eh?"
Había una toque de desesperación en como lo dijo. Igual a si quisiera que las cosan fueran como estaban y esta noche todo lo que Sam puede sentir es una mezcla de dolor y alivio. Frío por todas partes. Sus dedos de manos y pies y sus tobillos le hormigueaban de forma desagradable por la manera en que estaba sentado- "Mmm"
-"¿Sammy?"- Dean tocó su mano, de pulgar a pulgar.
Ninguno de ellos podía mirarse a los ojos y Sam no pensaba que alguna vez, la casa se hubiese sentido tan vacía cuando Dean murmuró, con voz fina, dolida y agradecida- "Nos salvaste"