(no subject)

Aug 30, 2008 19:12


Título: Creer para ver.

Fandom: Harry Potter

Palabras: 531

Advertencias: No

Summary: Porque su vida no sólo consistía en ver Snorkaks de Asta Arrugada.

Notas: Decir que me gusto mucho escribirlo, y que es así como yo me imagino al personaje.

El sol de otoño descansaba tras una cortina de nubes grises, las cuales amenazaban de tormenta. Por la ventana de la sala común de Ravenclaw sólo entraba una tenue luz. La pequeña sala estaría en completo silencio de no ser por el murmullo de la pluma rasgando el pergamino que había sobre una de las mesas, justo al lado de unas butacas de color azul metálico.

La dueña de la pluma seguía concentrada en su tarea: escribir una redacción de dos pergaminos sobre las propiedades del veneno de acromántula. El libro que había conseguido de la biblioteca tenía todo lo que necesitaba para dicho trabajo.

Su pelo desaliñado y rubio caía sobre sus hombros, dejando ver aquellos pendientes tan estrambóticos que la caracterizaban. Mientras pasaba las páginas del libro que había adquirido pensaba, porque Luna Lovegood pensaba, y mucho.

Mojó la pluma en su tintero y la posicionó de nuevo sobre el pergamino; en ese momento se percató de que la única presencia que habitaba en la sala común a  parte de ella, era la soledad.

Como acto reflejo al ver el ambiente, dejó su pluma a un lado y de su túnica sacó un galeón de oro falso con unos números grabados en ella; era la insignia del Ejército de Dumbledore. Aquél grupo de amigos que ahora tanto añoraba y, que en su momento, fue la cosa más maravillosa que había vivido jamás.

Para ella, la sensación de tener amigos de verdad era algo nuevo, reconfortante y esperanzador. Era agradable saber que había gente que no te consideraba como una loca cualquiera, sólo como aquella amiga loca.

De aquellas reuniones ya había pasado un año entero, pero Luna aún albergaba la esperanza de que algún día, aquella moneda tan desechable a simple vista, quemara de nuevo en su bolsillo como había hecho hace algún tiempo.

Sus amigos, Ginny y Neville, ya le habían avisado de que las reuniones del ED ya no volverían y que debía superarlo, pero ellos no creían. No creían como ella lo hacía; Luna era de aquellas pocas personas que tenían como lema “Creer para ver”. Por eso, y por mucho más, soñaba siempre.

El simple hecho de soñar en un mundo utópico era para Luna la cosa más magnífica; porque con sólo imaginárselo podía dejar las cosas tristes a un lado y vivir con lo que realmente quería. Esa es la causa de que Luna no pare de mirar la moneda de oro, porque soñaba con que se calentara de nuevo. Deseaba de nuevo estar con sus amigos, sus verdaderos amigos.

La puerta de la sala común se abrió y unos cuantos alumnos de primero entraron a la estancia para luego encaminarse hasta las escaleras de los dormitorios, no sin antes mirar de reojo a Lunática Lovegood.

Luna sonrió y miró por la ventana, dándose cuenta de que las nubes grises se estaban esparciendo y dejaban ver de nuevo el sol de una tarde de otoño. Guardó su galeón falso de nuevo en su túnica y pensó en que tal vez, cuando acabara su redacción para el profesor Slughorn, podría ir en busca de Snorkaks de Asta Arrugada con alguna de sus adicciones: sus amigos.

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