Una española friki en París (II)

Mar 31, 2012 23:06

¿Por dónde me quedé? Ah, sí... por la subida a la Torre Eiffel.


Pues esa noche estuvimos a punto de dormir enchironados. Resulta que en el metro las máquinas estaban rotas porque metíamos el ticket y unas veces no lo reconocía, otras nos dejaba pasar... en fin, un lío. Dimitri, uno de nuestros amigos, se cabreó y pensando que las máquinas estaban rotas, tiró su ticket (mal hecho) y casi en la última salida, llegando a Bastilla, había un grupo de guardias picando tickets. Al principio pensamos que era porque las máquinas estaban rotas, pero luego descubrimos que todas las noches a partir de las 9 se ponían allí a ver a quien pillaban. Total, que todos conservábamos nuestro ticket, menos nuestro amigo.
Uno de los guardias hablaba español y estuvo con él rebuscando en la papelera donde lo tiró, pero no dio con él y le cayó una multa de 25€. Podían haber sido 40 y noche en el calabozo, pero no sé por qué nos lo rebajaron. Menos mal.

En fin, al día siguiente nos tocó ir a las Catacumbas, que yo creo que no fue una visita que nos convenciese a casi ninguno. Tuvimos que hacer una cola de casi dos horas donde tuvimos que aguantar a un grupito de ingleses borrachuzos que no paraban de jugar con una pelotita que en más de una ocasión estuvo a punto de golpearnos. Fue tan larga la espera que a mi amiga Carmen y a mí nos dio tiempo de buscar un kiosco donde vendieran sellos, ir a la oficina postal, rellenar la postal, hacer cola para enviarla, comprar macarons (uno de los grandes descubrimientos del viaje) y volver a la cola y aun así nos sobró tiempo.
La bajada a las Catacumbas fue de vértigo porque era una escalera muy muy estrecha y empinada y bajamos al menos 8 pisos. Y nada más llegar nos recibió un horrible olor a humedad que nos acompañaría durante todo el recorrido. Estábamos también un poco "acongojados" porque íbamos dirigiendo el grupo y el túnel cada vez era más oscuro y estrecho y no sabíamos muy bien a donde nos conducía. Creo que al final simplemente optamos por seguir las flechas sin pararnos porque Carmen tenía claustrofobia. Lo que más repelus nos dio fue llegar a la galería donde están amontonados los huesos. Nos sorprendió que sólo hubiese cráneos y fémures y que no hubiese pelvis, por ejemplo. También nos llamó la atención que algunos cráneos parecían haber recibido un disparo y otros parecía que les habían hecho una trepanación. 
Allí pusimos a Cris (la enfermera) a examinar huesos y creo que la pobre en alguna ocasión estuvo a punto de mandarnos... por ahí XDD

Creo que cuando al fin salimos de allí abajo y volvimos a la superficie no nos lo podíamos creer. ¡Otra vez luz! 
Después de eso buscamos una boca de metro y allí nos metieron el penúltimo gran sablazo del viaje. Resulta que por equivocación (falta de entendimiento del idioma y de que los nativos tampoco supieran inglés ni español¬¬) nos enteramos que con un ticket solo podías dar un viaje, vamos que no podías usarlo todo el día o durante un tiempo determinado. Una vez que picaba, ya no podías volver a pasarlo (y entonces nos enteramos que el resto de días habíamos  usado el metro by the face XD) y nada, que para el resto de días teníamos que comprar 4 tickes que nos costaban 30€ pero no nos entraba el traslado al aeropuerto. En resumidas cuentas, me gasté unos 70€ en metro en los 7 días que estuve allí. Un atraco a mano armada.

A partir de ahí se me cerró el estómago de la mala leche que me entró y ya no comí nada hasta la noche que llegué a casa.
Recorrimos los jardines de Luxemburgo y luego nos metimos en un McDonalds, donde allí descubrimos que media Andalucía había ido a París, no se nos olvidará el "Pepe, abajo hay zitio" que escuchamos nada más sentarnos XDD

Y después nos fuimos al Panteón, ya que estaba allí cerca. Nos cercioramos que los franchutes lo hacen todo a lo grande, porque el edificio también era impresionante! Y dentro visitamos la tumba de Marie Curie, Alejandro Dumas, Victor Hugo y Rousseau, entre otras.

Tras eso intentamos ver la Santa Capilla, pero habían cerrado y nos fuimos a casa.

Al día siguiente, tocó lo más grande del viaje: visita al Louvre!
Ese día pasamos la mañana en casa viendo El Rey León en V.O. sin subtítulos a ver de cuánto nos enterábamos XD también almorzamos allí y alrededor de las 3 nos fuimos para el Louvre porque ese día cerraba a las 10 y podíamos pasar allí toda la tarde. No hicimos nada de cola y por ser ciudadanos comunitarios y menores de 26 años, entramos by the face.

La pirámide del Louvre me recordó un montón al Código da Vinci (el libro, la peli la odio) e impresiona un montón verla desde dentro del museo. 
La parte que más me gustó fue Egipto, sobre todo me llamó la atención la galería donde está el Libro de los Muertos, la estatua de Ramsés II y el escriba sentado, que esperaba que fuese más pequeño.
Las galerías de pintura, me aburrieron un poco, tal vez porque no me gustaban demasiado los pintores cuyos cuadros estaban expuestos. Sólo me volví loca ante La Tejedora de Vermeer, que es super pequeñita, pero porque es mi pintor favorito. Y me impresionó también La Última Cena, de Veronés y el cuadro de Delacroix de La libertad guiando al pueblo.
La Gioconda... tuvimos suerte de no tener que pegarnos con los japos para poder verla y sí que me impresionó por su tamaño pero pensé que sentiría algo más especial por estar ante un cuadro de Leonardo y la verdad es que no fue así. Hubo otros cuadros del museo que me dejaron más impresionada aun.

Nos gustaron mucho las estancias de Napoleón y Eugenia de Montijo, pero lo mejor para mí fue la sala dedicada a Mesopotamia. Waaaa me volví loca!! Estaba allí el Código de Hamurabi, la Estela de Naram Sim, los caballos alados de Korshabad...




Los Gudea!! OMG!! Me encantaron!! era como volver a clase de Historia de Egipto y Próximo Oriente Antiguo.




Apreciad la diferencia de tamaño entre los caballos alados y yo XD

Del Louvre me quedaron un montón de estancias por ver, porque Dimitri se puso malito y me quedé con él hasta que volvieron los demás.
Después de salir del museo pensábamos irnos de fiesta, pero como él no se encontraba bien, mientras unos se fueron a casa otros nos fuimos a comprar la cena. Y esto lo cuento porque ocurrió una de las anécdotas del viaje.
Carmen y yo paramos en un chino porque a las dos nos pirra la comida asiática. Me tiré dos horas intentando hacerme entender con la china chapurreando una mezcla de inglés y francés. Y después de volverme loca, cuando me acerco a parar a la caja, me suelta el chino: "¿Quieres cambio?" ¡En español! Argggggggggg les hubiera matado!! Creo que se estuvieron cachondeando de mí toda la noche¬¬

Al siguiente día nos tocó visita al Palacio de Versalles. Esta vez no nos colamos en el tren, pero sí nos ocurrió otra anécdota. Resulta que Cris, la friki de NY, quería filmar la réplica de la estatua de la libertad, que está en París y cuando pasamos junto a la estatua, sacó su cámara, grabó... pero cuando fue a ver el video, resulta que no grabó nada porque no había quitado el objetivo¬¬

Bueno, Versalles nos decepcionó un poquito porque pensábamos que nos dejarían abiertas más salas.

Aquí me veis en la Galería de los Espejos




Pero creo que si por algo recuerdo la visita a Versalles fue por los 10 kms que caminé ese día¬¬ 
Resulta que decidimos pasar toda la tarde en los jardines y mientras las más vaguetas se alquilaban un coche para recorrerlo, dos amigos y yo decidimos ir caminando... y  nos perdimos. Queríamos ver la aldea de Maria Antonieta pero  nos equivocamos de entrada y lo único que hacíamos era dar vueltas campo a través, bordeando la aldea pero sin poder entrar porque un foso nos lo impedía. ¡Era frustrante! Recuerdo que ni siquiera hablábamos, sólo íbamos caminando por el campo, con un dolor de piernas, hasta los cojones de caminar y acordándonos de Maria Antonieta, su santa familia y el dios que los pintó a todos¬¬
Hubo un momento en que estábamos tan agotados, que ni siquiera encontrábamos la salida y tuve que disuadir a Dimitri porque quería incluso saltar el foso.

Al final, después de más de dos horas de caminata, vimos la puñetera aldea y caminamos alrededor de una hora por el pueblo (porque Versalles es un pueblo) hasta llegar al punto de entrada, que era donde habíamos quedado con los demás.

Creo recordar que cuando llegué al apartamento me di una ducha y me metí directamente a la cama porque ni sentía las piernas.

Como aun estábamos cansados, al día siguiente decidimos tomárnoslo con calma y por la mañana nos fuimos a ver la Santa Capilla, el Sacre Coeur, donde nos intentaron timar los de las pulseritas, pero como sramulder me había avisado de que tuviera cuidado con ellos, en cuanto se nos intentaron acercar les gritamos "¡¡FUERA!! ¡¡NO OS ACERQUÉIS!!" y ni se atrevieron XDD
Y desde ahí nos fuimos al Moulin Rouge!!




Obviamente, no entramos, básicamente porque reservar mesa costaba 90€. Desde allí nos fuimos a casa a comer y a planear nuestra visita por la tarde a los Campos Elíseos.

Pero cuando fregábamos los platos, se nos rompieron dos vasos y por miedo a que no nos devolvieran la fianza del piso (400€) ya que la chica de la agencia nos advirtió que si había algo roto no nos la devolverían, decidimos ir a comprar vasos, que al igual que toda la casa, eran del Ikea.
¿Y dónde están los Ikea parisinos? Pues todos fuera de la ciudad¬¬ total, que para no pagar todos billete de cercanías, decidimos irnos un grupito a los Campos Elíseos y dos a comprar al Ikea y tendríamos que vernos todos a una hora determinada en los Campos Elíseos.
Al final, pasamos un frío tremendo esperándoles, los otros se perdieron, se colaron en el cercanías, se volvieron a perder, su tren tardó el doble de lo que pensaban... y terminamos encontrándonos todos en el piso. Pero por supuesto, con la misión cumplida: los vasos estaban allí. Lo único bueno de la tarde fue que me comí un macaron de avellana delicioso.

Al final esa noche tampoco salimos de fiesta, que era el otro objetivo.

Y ya llegó nuestro último día parisino. Tuvimos que alquilar una cutre pensión para dejar las maletas porque a las 11 teníamos que dejar el apartamento y nuestro vuelo no salía hasta las 6 de la tarde. Así que para hacer tiempo...

¡Sturbuck!




Al fin probé los cupcakes!! Y el café está tan bueno!! Adoro el Sturbuck! Me encanta y sólo rezo para que nunca abran uno en Granada, por el bien de mi bolsillo.

Después de eso, comimos nuestros tuppers en un parque muertos de frío, le dimos una bolsa de comida a un chico que vivía en la calle (y eso fue de las cosas que más nos emocionó porque el pobre casi se echa a llorar cuando le dimos la comida) y desde ahí al aeropuerto, Trivial mientras llegaba nuestro vuelo, embarque, bocata de jamón en el avión (a precio de oro para ser paletilla deshuesada¬¬) y de vuelta a España donde perdimos un monedero, conocimos a un poli gallego super guapo... y de bus rumbo a Granada.

Terminó nuestro periplo parisino. Nex station... New York, New York!!

Ale, dos entradas en un día, tendréis queja :P
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