Acercarse tanto a la luz hasta quemarse,
menudo tópico repetido,
menudo hecho indudable.
No sirve esconderse entre las cortinas,
ni dentro de los armarios,
o en un rincón oscuro.
El brillo es lo que atrae como imanes,
la perdición inevitable,
el destino escrito.
Molesta, asusta, asquea.
Pero su único propósito es desaparecer.
Nacida para arder,
(
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