7 {luhan centric} [parte 1]

Jan 02, 2014 01:51

Título: 7
Pareja: Ø (luhan centric) (leve baekhan y lusoo)
Clasificación: PG-13
Géneros: AU, fantasía, historia
Número de palabras: 7873
Resumen: Luhan vive 7 vidas, cada cual más especial o desgraciada. ¿Qué le tocará a la siguiente?
Notas: Para la Segunda Gala de Rey de una Noche (exo_12eyes)
N/A: Lo he escrito en una tarde así que si no encuentran lógica a algo o ven algún error les ruego que me disculpen♥ Me hubiera gustado profundizar más en alguna vida pero debido al tiempo limitado no he podido, lo siento ;u; (Y he metido baekhan omg sorry!!!)

7

I.

La primera vida de Luhan fue, probablemente, la más especial.

En el nacimiento de su existencia, el destino decidió que perteneciera al reino Animalia, al filo Arthropoda, a la clase Insecta, al orden Lepidoptera, a la familia Nymphalidae, a la subfamilia Danainae, a la tribu Danaini, a la subtribu Danaina, al género Danaus y a la especie Danaus plexippus.

Básicamente era una mariposa monarca.

Al nacer, no veía nada más que luz y todo su entorno era verde. Oía el viento y se sentía rodeado, en contacto con algo. Después de cuatro días cuestionándose qué era y por qué no hacía nada ni veía nada, decidió intentar salir de aquel encierro. Tras empujar y empujar las paredes, consiguió romper aquel envoltorio y salió al exterior.

A su alrededor vio que estaba rodeado de huevos como el suyo y oruguitas que habían salido de ellos. Con hambre, se alejó de sus compañeros y, al encontrar la planta perfecta, comenzó a mordisquearla.

Como buena oruga, su piel era a rayas y eran amarillas, negras y blancas, colocadas al gusto de la naturaleza. Varias veces, cuando se sentía aprisionado, mudaba de piel para poder crecer. No le gustaba esa sensación, pues se sentía muy apretado y se desesperaba.
Así pasó sus dos primeras semanas de vida, mordisqueando hojitas y algodoncillo con el resto de orugas y creciendo cada vez más.

-¿Por qué comemos? -le preguntó una vez a una compañera.

-La verdad es que no lo sé -contestó y siguió comiendo.
Simplemente tenían hambre y comían mucho, pero en el fondo no sabían cuál era el fin de comer tanto. Tampoco les preocupaba demasiado, ya que no les importaba dejar su existencia a la naturaleza.

Un día se despertó y sintió la imperiosa necesidad de buscar un lugar seguro. Comenzó a alejarse de sus compañeras lo más que pudo, hasta que vio un árbol que le pareció muy seguro.

-¡Este me gusta! Voy a subir.

Tardó un poco pero por fin llegó a una de las ramas que estaban en medio. Allí, caminó hasta encontrar el sitio perfecto. Se empezó a colgar de la rama y empezó a salir una sustancia blanca amarillenta de su parte trasera. Se dobló y comenzó a elaborar su crisálida colgado boca a bajo. Fue contrayéndose cada vez más, las antenas desaparecieron y sus patitas se hicieron más pequeñas hasta casi desaparecer. Su color fue cambiando de amarillo a verde y fue recubriéndose de una finísima capa. En su cabeza empezó a acumularse la sustancia hasta que empezó a recubrirle poco a poco completamente. Cuando tenía la cabeza y gran parte del cuerpo dentro de la crisálida, comenzó a apretarse más y a contornearse hasta que su parte trasera y las patas cayeron.

Ya en la crisálida, pensó «¿Y ahora qué?». Poco a poco, sin que se diera cuenta, su cuerpo fue cambiando por otro totalmente distinto. Fue haciéndose cada vez más pequeñito y su crisálida fue cada vez más verde y dura.

Pasó diez días en su crisálida hasta que llegó el día. Poco a poco su envoltura se había vuelto cada vez más transparente hasta serlo totalmente. Podía ver su alrededor, pero sentía que aquello era muy duro.

Empujó y empujó hasta que una parte de la crisálida empezó a romperse y fue sacando poco a poco la cabeza. Comenzó a moverse, desesperado por salir y comenzó a presionar la crisálida, que cada vez se rompía más. Pudo sacar las patas y toda su parte superior, sintiéndose liberado y creciendo después de estar tan comprimido.

Comenzó a deslizarse de la crisálida y sintió el frío viento en la parte trasera de sus alas. Se sentía raro y no conocía su nuevo cuerpo. Empujó con las patas la crisálida, que se le pegaba en todas partes, y sacó las antenas. Por fin consiguió sacar todas las alas de su interior y se agarró a la crisálida, sorprendido por el gran tamaño y peso de sus nuevas alas. Las abrió y alargó todo lo que pudo, sintiéndose vivo de nuevo tras aquella hibernación que se le había hecho tan larga.

La crisálida, tan ligera, se movía un montón y giraba hacia todos lados. Se sentía mareado, así que intentó subir por la crisálida hasta la rama. Allí observó el mundo, que parecía haber cambiado enormemente. Comenzó a mover las alas y, cuando se sintió preparado, se dejó llevar por ellas, agitándolas y siguiendo el viento.

Se sentía vivo, renacido. Voló hasta olvidar para qué tenía que ser mariposa.

De repente, vio una gran cantidad de mariposas yendo en la misma dirección. Curioso, se acercó.

-¡Eh! ¿Adónde vais?

-Nos dirigimos a México, es otoño y debemos desplazarnos allí.

-¿Puedo ir?

-¡Debes! Eres una de las nuestras.

Luhan hizo caso y se unió a la travesía, pensando que sería corto. No esperaba recorrer más de cinco mil kilómetros. Pasaron por sitios increíbles y cada paisaje era increíble.

Cuando llegó a México junto con las demás, eran considerablemente menos mariposas de las que habían salido de Canadá. Muchas habían muerto por el camino o habían sido atacadas por depredadores.

Se agrupó con las demás sobre las ramas de los árboles oyamel. Allí notó cómo la temperatura y la humedad le comenzó a transportar a un estado de letargo, casi sueño. Así pasó varios meses hasta Marzo, cuando el clima más cálido de primavera regresó y todas despertaron.
Luhan echó a volar junto al resto de mariposas como si hubiera renacido por tercera vez y se dirigieron automáticamente, dirigas por su reloj interno. Llegaron rápidamente al norte de México y las hembras empezaron a buscar asclepias.

-¿Y ahora qué hay que hacer? -preguntó a una de las mariposas que vio por allí.

La mariposa no le respondió, pero de repente se encontraba apareándose con esta. Él al ser macho no hizo nada más, pero la hembra fue hasta una zona resguardada y depositó los huevos.

Se acercaba su muerte.

-No quiero morir, he vivido poco tiempo.

Salió volando, intentando huir de la muerte. Vio la naturaleza renacida por la primavera y lo comprendió. Debía morir para que el ciclo de la vida continuara.

Se depositó sobre una hoja y dejó que la muerte le llegara.

Resumen de su vida nº1: No hace falta tener una vida larga para disfrutarla.

II.

La segunda vida de Luhan fue la más sencilla.

Nació en medio de una región densa de una nube molecular. Enseguida comenzó a un núcleo en contracción muy caliente. Tras esto, comenzaron las reacciones nucleares, elevando la presión y temperatura. Al estar estable, en la secuencia principal, comenzó a vivir.
Era una estrella normal y corriente. Ni gigante roja ni supergigante masiva sino una normalita, de las que hay millones y millones en el espacio.

Brilló todo lo que pudo hasta que se agotó el oxígeno del núcleo. Creía que se había convertido en una enana blanca y sintió que comenzaba a enfriarse y apagarse paulatinamente, creyendo morir.

Pero, de repente, explotó. Se había convertido en una supernova. Esa explosión produjo cien mil veces más luminosidad de la que producía él normalmente. Pensó que tal vez así alguien conocería su existencia.

Sí, así fue, muchos años después en la Tierra se observaba cómo la estrella Lu había explotado.

Su luminosidad duró varias semanas. Esperaba que durara varios meses pero tampoco podía controlar su brillo ya que él no era nada. Era una explosión. Su brillo comenzó a decrecer de forma más o menos suave hasta que desapareció completamente.

El brillo era lo último que le quedaba y había desaparecido, por lo tanto era su muerte.

Así, en medio del espacio, de la nada absoluta, murió.

Lo que él no sabía era que había dejado un remanente estelar o, dicho de otra manera, estrellas degeneradas. Su muerte no fue en vano, pues dio vida a estrellas especiales que no todas las estrellas dan.

Resumen de su vida nº2: Vivió siendo alguien normal, común, pero brilló todo lo que pudo y más hasta el momento de su muerte.

III.

La tercera vida de Luhan fue en la que pasó a la existencia humana.

Nació en Francia en la segunda mitad del siglo XVIII, no recuerda concretamente qué día ni qué mes pues no se lo especificaron, pero sí supo que había sido en Invierno pues hacía un frío mortal.

Pudo ser uno de los privilegiados de la familia que asistió a la escuela del pueblo, aprendiendo así a leer, escribir y calcular. Era uno de los pocos hermanos que no era analfabeto pues, desgraciadamente, sus padres no podían permitirse mandar a todos sus hijos a la escuela, más de la mitad debían quedarse a ayudar con las tierras.

La granja de su familia era una granja típica: producía poco más que la cantidad necesaria para la familia y la cantidad necesaria para pagar los impuestos o feudos.

Gracias a la introducción de maíz en su cosecha, comenzaron a ahorrar y conseguir dinero para ellos después de pagar a la Iglesia, al noble y al rey.

Del dinero extra, Luhan cogía un poco y se permitía el lujo de comprarse periódicos, de los primeros que habían empezado a venderse.
Leyendo, descubrió que los centros urbanos empezaban a desarrollarse y en ellos se realizaba la mayor parte de las actividades del gobierno, la industria y el comercio. Con el paso del tiempo, muchos campesinos emigraban hacia las ciudades en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida, pero generalmente no conseguían sus propósitos y tenían que vivir en situaciones deplorables.

-¡Papá, Mamá! En el periódico pone que las ciudades están desarrollándose.

-Sinceramente, hijo, eres el más adecuado para emigrar. Tal vez debamos pensarlo.

Luhan se sintió enormemente feliz cuando su padre se lo dijo. Ir a la ciudad era su sueño, el campo era muy poco para él.

Su sueño se cumplió antes de lo que esperaba. Al llegar Verano y tras numerosas buenas cosechas, los padres le dieron dinero a su hijo y le mandaron a la ciudad.

-Suerte.

Tal vez era la última vez que les vería, así que se despidió de ambos y de todos sus hermanos. Aquello era como independizarse para siempre.

Al llegar a la ciudad no le costó mucho encontrar trabajo, lo cual le hizo muy feliz. Tenía la esperanza de poder mandar algo de dinero a su familia. Su primer trabajo lo realizó en el sector textil, ya que la moda para nobles y burgueses tenía cada vez más auge.

Desgraciadamente no le pagaban apenas. Pasaba horas y horas trabajando para que su sueldo fuera mísero y viviera en una casa hacinado con muchos otros trabajadores en condiciones pésimas.

Más adelante fue echado y estuvo tirado en la calle sin nada varios días hasta que volvió a encontrar otro trabajo. Entonces consiguió un pequeño trabajo para un comerciante que, visto el aumento del consumo, decidió darle una habitación en su casa y que trabajara todo el día trayendo alimentos y cargándolos.

Luhan se convirtió en un jornalero y fue consiguiendo dinero de lo que podía, aunque era siempre tan poco que lo empleaba para alimentarse o encontrar lugares donde dormir.

El último trabajo que pudo conseguir fue para un banquero, ya que no era analfabeto y podía ayudarle con las cuentas.

Tras eso, pasó semanas sin conseguir nada. Vagaba por las calles casi sin alma, intentando conseguir algo de dinero o algún lugar donde caer muerto, pero apenas conseguía algo.

Mientras, los nobles tenían todas las riquezas que podían y más pero se permitían ver a miles de personas morir de hambre y enfermedad en las calles y no hacer nada para cambiarlo. A Luhan su país le asqueaba, pero no le quedaba otra que luchar por su vida.

Una noche en que intentaba dormir en una sucia calle, un hombre le agarró de la mano y le hizo levantarse, llevándole hasta su casa. Luhan no pudo decir nada, pues tenía tal falta de alimento que no tenía fuerzas para nada.

La casa era muy característica, pues estaba llena de libros, pero por aquel entonces solo quería comer y una cama en la que dormir y aquel desconocido se lo ofreció.

A la mañana siguiente, recuperado de todos sus malos y volviendo a la vida, fue capaz de hacer un cuestionario a aquel, más que hombre, chico.

-¿Quién eres?

-Me llamo Byun Baekhyun. Tengo veinte años y soy ilustrado, por si te interesa.

En ese momento a Luhan se le iluminaron los ojos.

-¿Y tú? ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes?

-Lu... Luhan. ¿En qué estación estamos?

-Otoño.

-Pues en Invierno cumplo dieciocho.

Ese fue el principio de su amistad. Baekhyun era hijo de un burgués que, por su gran riqueza, era prácticamente noble. Vivía solo en la gran casa de techos altos y enormes estanterías, llenas de libros viejos que habían estado en su familia años y años y libros nuevos que le había comprado su padre.

Allí, Luhan descubrió lo que era una enciclopedia.

-Es la primera enciclopedia, salió hace ya muchos años pero yo era pequeño y no conocía su existencia. ¡En ella puedes encontrar todo lo que quieras saber!

Luhan se la leyó dos veces.

Baekhyun era un joven soñador, bromista y risueño, pero también serio y muy convencido de que el país cambiaría.

-¡Yo no moriré permitiendo que mi país sea así!

Gracias a las riquezas del mayor, él no tuvo que volver a trabajar. Ni siquiera le dejaba.

-¿No te das cuenta de la gran injusticia? Los nobles no trabajan nunca y viven toda su vida con grandes riquezas. ¡La realeza es aún peor! Que vive tan bien y ve cómo su país se hunde y no hacen nada para ello. Mi padre, en cambio, consiguió toda su riqueza gracias a su duro trabajo desde joven y yo estoy orgulloso de ello. Si fuera hijo de un noble, me suicidaría -las opiniones de Baekhyun eran rotundas y claras-. Por eso no debes trabajar mientras yo pueda mantenerte. No quiero que te sometas a su tiranía.

Baekhyun le abrió el mundo de la ilustración a su joven amigo y él estaba encantado. Sin duda, la sociedad que la Ilustración quería conseguir era tal y como él quería (y como prácticamente cualquier ciudadano querría).

Luhan no lo pudo evitar y acabó enamorado de su amigo.

Al principio tuvo miedo, pues en algún libro leyó que un siglo atrás se juzgaba y condenaba a los homosexuales, pero finalmente encontró en otro libro que en ese siglo solo eran juzgados algunos casos de importancia. Quedó bastante aliviado al saberlo, pero le quedaba esa duda sobre qué hacer.

Era un joven de recién cumplidos veinte años y llevaba toda su vida sin saber acerca del amor. Era algo nuevo para él, aparte de que se había enamorado de un chico y aquello no estaba nada bien visto.

Sin duda fue Baekhyun el primero en reaccionar y besarle.

-Te salvé aquella noche en la calle porque te había visto durante toda la semana tirado por los suelos y sin lugar a donde ir y quise salvarte. Al final, me has robado el corazón.

Era todo un romántico y eso, sin duda, enamoraba aún más a Luhan.

Al salir a la calle eran como dos chicos normales, paseando como amigos. Pero al volver a casa de Baekhyun y cerrar la puerta, se devoraban a besos. Mientras fuera su secreto y los vecinos no se enteraran, podrían llevar una vida muy bonita juntos.

Mil setecientos ochenta y nueve llegó y, sin duda fue un gran año.

La Revolución Francesa estaba a punto de estallar.

El once de julio, cuando el rey Luis XVI despidió al ministro Necker y ordenó la reconstrucción del Ministerio de Finanzas, Baekhyun llegó a casa tras ver a sus amigos ilustrados a voz de grito.

-¡Luhan, Luhan! ¡Es la rebelión, ha comenzado!

Ambos se besaron de alegría y salieron a las calles enfadadas, llenas por el pueblo. Al ver todo aquello, Luhan y Baekhyun no podían sentirse más que felices porque su sueño estaba a punto de cumplirse.

Días después asaltaron la fortaleza de la Bastilla.

Murió en batallas junto a su amado, llevando la revolución en la sangre e intentando que su país cambiara.

Al encontrar su cuerpo, estaba abrazado al de Baekhyun.

Resumen de su vida nº3: Libertad, Igualdad, Fraternidad.

IV.

La cuarta vida de Luhan fue la más rica y poderosa de todas, aunque probablemente no fuera la mejor.

El pequeño Lu Han nació el siete de Febrero de mil novecientos seis y a la temprana edad de dos años (casi tres), fue nombrado emperador legítimo de China tras la muerte del emperador Guagxu el catorce de noviembre de mil novecientos ocho.

La ceremonia de entronización del bebé fue arruinada por sus propios llantos.

Al ser demasiado joven, su padre, el príncipe Chun, fue nombrado Príncipe Regente mientras el menor no tuviera la edad y madurez necesaria para gobernar. Se encargó de los asuntos del Gobierno junto con la viuda del emperador predecesor, la emperatriz Longyu, que era la que tenía la última palabra en las decisiones del régimen.

Residió en la Ciudad Prohibida con el fin de formarse y crecer tanto físicamente como psicológicamente hasta que cumpliera la mayoría de edad.

El niño no ponía gran interés en las clases que le daban de historia, ceremonia del té, disciplina y modales y un largo etcétera. Sus tutores no lo entendían, pues era un niño muy educado, pero al fin y al cabo era un niño y le interesaban más los juegos que cualquier clase.

En un intento de motivar al pequeño, sus profesores de historia comenzaron a contarle la historia de China en forma de cuentos y leyendas. Al principio no le gustaba, pero finalmente acabó encantado y aprendió más de lo que todos habían pensado. Todas las historias de China, Japón y Corea, samuráis, emperadores, invasiones, guerras y conflictos hizo que el niño desarrollara un enorme afán por los cuentos. Por las noches la señorita Wang, que era prácticamente su madre adoptiva o nodriza, le contaba cuentos de todo tipo e intentaba no repetirlos pues al niño no le gustaba.

-¡Ese ya me lo has contado! -decía enfadado, metido en su futón.

-Perdone, señorito.

Cuando tenía seis años, tras tres años de gobierno nominal, inició la Revolución china.

Tras muchos intentos de sofocar las revueltas y numerosas negociaciones con el líder de los rebeldes, la emperatriz firmó un documento que dio fin al gobierno imperial y daba comienzo a la república.

Lu Han no entendía mucho de todo aquello, pero sabía que ya no gobernaría nunca y se sintió un poco triste. Desde que había nacido, aquel era su único propósito y había adquirido todos aquellos conocimientos que ahora le eran inútiles.

A pesar de todo, conservó algunos privilegios como el de mantener su título y el de seguir viviendo en la Ciudad Prohibida.

Fue separado de su familia y continuó su infancia recluido en la parte norte de la Ciudad Prohibida. Seguía teniendo miles de sirvientes y eunucos que le trataban como a una divinidad, pero él sabía que ya no era nada y no tenía ningún papel en ese teatro.

Extrañamente también adquirió un afán descomunal por la astronomía. Yixing, hijo de una de las concubinas del antiguo emperador muerto, era unos años mayor que él y era la persona más cercana que tenía en su reclusión.

Vivía también en la parte norte de la Ciudad Prohibida, así que eran prácticamente vecinos. Solía acompañarle en sus divagaciones cosmológicas y en sus pensamientos cotidianos. Aunque a Lu Han no le gustaba, le trataba de usted como todo el mundo hacía.

-Nunca llegaré a ser tan podesoro como el Abuelo Celestial -afirmó un día con tristeza.

-¿Habla del Emperador de Jade?

-¡Claro! Él gobierna sobre el cielo y la tierra. Yo solo gobernaré sobre China.

-Pero no puede igualarse a un miembro de la burocracia celestial, señorito.

-¡Pero él era originariamente el príncipe heredero del Reino de la Dicha Pura y de las Majestuosas Luces y Ornamentos Celestiales!

-Piense en su título. Usted es Hijo del Cielo, representante de este en la tierra. Podría considerarse hijo del Emperador de Jade.

-Pero mi padre no es el Emperador de Jade... Mi padre nunca llegaría a ser como el Emperador de Jade. Ni yo tampoco.

-Entonces debería tenerlo de ejemplo a seguir. Sea amable, inteligente y sabio, ayude a los necesitados y asegúrese de que todos en su reino encontrarán la paz y la satisfacción. Así, será como él.

-¡Nunca seré como él!

-Bueno, nunca se sabe qué papel ocupará en su próxima vida.

En aquel momento, lo recordó. Como en todas sus vidas anteriores, tuvo un flashback y vio en su mente toda su vida pasada. Al terminar, sonrió. Tal vez era cierto que en su próxima vida pudiera ser el Emperador de Jade.

Su educación continuó como anteriormente había sido. Tenía que seguir todas las reglas del rígido protocolo imperial chino y era incapaz de comportarse como un niño normal. Poco a poco abandonó el gusto por los cuentos y abandonó cualquier mínimo interés de aprender todos aquellos conocimientos, sabiendo que no eran importantes ni necesarios.

Podía ver a su familia, pero ocurría en raras ocasiones y siempre bajo las asfixiantes normas de la etiqueta imperial. Su relación con ellos empeoró hasta que no quiso verles más, convirtiendo su destierro en un aislamiento total, no recibía visitas de nadie.

Posteriormente, Lu Han comenzó a recibir las visitas de sus hermanos y primos, quienes proporcionaron un cierto aire de normalidad a su singular infancia.

Un día, un tal Zhang Xun que era general ejecutó un golpe de estado y restableció al emperador Lu.

-¡Lu Han, Lu Han, vuelves a ser emperador! -le despertó Yixing aquel día.

-Todavía soy pequeño... Como siempre, alguien gobernará por mí -y se giró en el futón, continuando su descanso.

Él, que todavía tenía once años, no podía gobernar así que el mismo general se autodeclaró Regente del Imperio. Pocos días después, algo horrible ocurrió.

Un avión republicano realizó lo que luego se conocería como primer bombardeo aéreo en la historia de China.

parte 2 >>>
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