Melancolía lolita

Apr 26, 2009 20:16


De nuevo me disculpo por tardar tanto en volver a LJ; apenas sí tengo tiempo y/o ganas de pasarme por internet, cosa que se ve agravada por el hecho de… ser domingo, que suena a excusa pobre y tonta, pero así es como empezó la protagonista de My Fair Lady (película que llevo intentando ver durante toda la semana, con menos que escaso éxito).

Me he decidido por hacer una entrada melancólica, que quien me conozca sabrá ya que soy una ancianita a mis dieciocho años. Precisamente hace un par de días que me ha entrado la nostalgia de recordar mis primeros días de (ita)lolita, y lo que sentía entonces y lo poco que sabía en esos días (que ahora no sé mucho más, porque siempre se puede aprender algo -¡qué triste sería saberlo todo…! Es una de las pocas cosas que sé) vuelve a asaltarme como un fantasma de las loliteces pasadas.

No recuerdo el primer vestido que vi, aunque sí los primeros. El sweet y el wa llamaron mi atención, si bien con el tiempo todo esto cambió a un estilo más casual o menos “cantoso”, como yo lo llamo. Mis primeras adquisiciones, como casi todo lo que tengo, fueron humildes y me costaron mucho esfuerzo y ahorro.

Todo empezó en un foro: Lolita’s Kingdom. La mayoría suelen ser malagueñas, junto con una minoría de madrileñas, alguna catalana y ocasionales gaditanas. Como veis, todo eso me pilla relativamente lejos de Sevilla, así que a la inmensa mayoría de estas chicas no las he visto nunca, me temo; pero son las lolitas a las que más debo, en mi opinión, junto a otras que conocí más adelante.

Nada sabía de marcas. No distinguía una web original de una costurera que hacía réplicas, ¡qué barbaridad…! Y, sin embargo, no me avergüenzo de decirlo: nada habría aprendido yo si no hubiera reconocido mi ignorancia, y es mejor reconocerla siempre o no se aprende nunca.

La inmensa mayoría de mis conocidos se sorprendió de mi cambio. Al haber pasado muchos años en un colegio con uniforme, había llegado a detestar las faldas, pero también por el simple hecho de no poder elegir mi propia ropa. Y ¿dónde encontrar algo más mío que lo que misma elija? La lolita no nace, se hace; la lolita también puede llegar a deshacerse, pero sólo si el vínculo es débil. Dicho vínculo no es poco por el simple hecho de no ser “””sólo””” lolita, puesto que yo soy muchas más cosas aparte de lolita y no me siento menos persona ni menos nada por ello.

Y precisamente en el lolita, como en muchas otras cosas, se tacha a la gente de encumbrar o divinizar a alguna que otra chica. ¿Que me encanta Malloco? Sí. ¿Que creo que las manos de Kat y Zui crean obras de arte dignas de ser codiciadas y veneradas? Por supuesto. Pero todas somos personas, soñadoras, perdidas y encontradas en el lolita. No somos menos ni más: somos nosotras mismas. Y es maravilloso ser uno mismo, porque si se aprende bien se puede ser feliz únicamente con eso.



Mi armario ha aumentado. He conocido a muchísimas más personas, a más lolitas, a más visiones de este mundo maravilloso y también doloroso en algunas espinas de esta rosa. He aprendido más, he visitado más foros (unos más grandes y otros menos). He ido a quedadas, a salones del manga (como el pasado Jerez), ¡a clase! vestida como lo que soy. He dicho, he hecho y he vivido el lolita. Y sin embargo, a veces me parece que esos día eran tan bonitos… muy tontos y perdidos, pero creo que si volviera a nacer querría que el lolita volviera a nacer en mí.

Perdonaréis esta entrada tan horriblemente cursi, es moña hasta la saciedad, pero…

Es domingo. Y me alegro de ser yo misma. Sólo (todo) eso.

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