Y como no todo en la vida puede ser serio y recto y seguir los cánones, hablemos de las series de farsantes.
The Mentalist
Y está muy claro que el motivo principal por el que comienzo a mirar series es el consabido “¿Y por qué no?”
Patrick Jane es un estafador que se hacía pasar por Medium con enorme éxito. Tenía mucho dinero, mucha fama, una esposa, una hija, una casa espectacular… Entonces, un día, decide desafiar a un asesino serial que tiene a la ciudad en jaque. Y Red John se cobra el desafío matando a su esposa y su hija, en su casa espectacular.
A partir de ahí, nada más le importa. Renuncia a su falsa profesión y se dedica a dar consultoría al Burou de Investigación de California (CBI) a cambio de que lo dejen meter dedo con el caso de Red John. Así, trabaja con la agente
Teresa Lisbon y su equipo (
Kimball Cho,
Grace Van Pelt y
Wayne Rigsby), usando para resolver casos todo tipo de tretas y manipulaciones (a los sospechosos, a los inocentes y a sus compañeros de trabajo). Nada parece importarle, nada parece merecedor de respeto y algo altamente irritante del personaje es que siempre, SIEMPRE, sabe en los primeros 10 segundos quién fue el asesino.
Excepto cuando se trata de identificar o atrapar al bendito Red John, que siempre, SIEMPRE, resulta ser omnipresente, todo poderoso, inalcanzable, no identificable y tener la red de seguidores fanáticos más ridícula del mundo mundial (y es que parece que TODOS trabajan en algún momento para este psicópata. Principalmente, los policías)
No sé bien qué decirles sobre esta serie. La suelo ver cuando no tengo otra cosa que mirar. Los casos suelen ser interesantes, uno jamás puede confiar si el personaje nuevo que apareció no será un infiltrado de Red John (aunque a esta altura, es más sorpresivo cuando resulta que no lo es), el detective Cho es uno de los tipos más interesantes que he visto y de última, es sobre policías y misterios.
Psych
Amo Psych. Es una de las series más divertidas y entretenidas que miro y me encanta. Su slogan es “Falsos síquicos, detectives reales”. Y cumplen con eso a rajatabla.
Shawn Spencer es un tipo bastante inmaduro, criado por su padre,
Henry Spencer, ex policía que siempre quiso que su hijo fuera detective y lo preparó concienzudamente para ello, haciéndole desarrollar agudos poderes de observación desde que era un niño.
El asunto es que cuando Shawn es ya un adulto joven que no consigue un trabajo fijo y que va por la vida medio a la carambola (para desilusión de su padre), un día está mirando la tele (mientras una chica está intentando sacarle al ropa, todo hay que decirlo) y al ver una entrevista al encargado de una tienda de electrónica que ha sido robada, sus poderes de observación le alertan de que el encargado es quien robó la tienda. Así que allá se dirige Shawn, cual buen ciudadano, a decirle a la policía lo que sabe. Le hacen esperar un rato antes de que lo atiendan y él se dedica a lo que mejor have: observar todo alrededor.
EL problema es que el detective que lo entrevista,
Lassiter, cree que por el grado de detalles que Shawn le está brindando, la única explicación posible es que él haya robado la tienda. Si no, ¿cómo sabría todo eso? Así que Shawn, viendo que nadie le cree que sólo se limita a observar y sacar conclusiones, decide hacer una jugada desesperada y confiesa… ¡que es psíquico y por eso sabe todo eso! Para probarlo, empieza a decir cosas que sabe por lo que observó mientras esperaba. ¡Y le creen! Probablemente, le creen porque
la capitana de la policía le pregunta al padre de Shawn (que ya está retirado de la fuerza) si es cierto que es psíquico y éste, a pesar de lo mucho que le molesta la situación, miente por él.
A partir de ahí, Shawn y su mejor amigo de toda la vida,
Guss, ponen juntos una agencia de detectives Psíquicos. Trabajan como consultores con la policía, usando siempre para ellos un método delirante, extravagante y exasperante (principalmente por parte de Shawn). Guss divide su tiempo entre su trabajo de representante de una empresa farmacéutica y la emoción de los casos con Shawn. Shawn no have más que ver qué va a comer, en qué va a embaucar a Guss y cuál será el siguiente caso que le permitirá trabajar cerca de la nueva pareja del detective Lassiter,
Juliet.
En esta serie, me gusta todo. Los casos, los medios, los diálogos, las situaciones ridículas, ¡el humor! Es una prueba de que se puede hacer una serie de policías en donde lo que predomine sea el humor, pero sin que sea necesario caer en un Sledge Hammer. Todo en la serie es un tributo a los años ochenta y una parodia de algún tipo. Incluso, hay capítulos enteros dedicados a temas ochentosos (como cuando se burlan de los concursos de “American Idol” y ,
Shawn se disfraza de uno de los cantantes de Tears for fears y Guss aparecen disfrazado de Micheal Jackson o en el
tributo a las series de vampiros, cuando se disfrazan como Lestat y no tengo idea qué otro vampiro. Lo que me reí en ese episodio no tiene igual)
Aún en los episodios en donde Shawn atraviesa por situaciones estresantes y altamente angustiantes (como cuando su madre es secuestrada por un asesino serial y termina sentada con una bomba en su regazo), él se las arregla para seguir siendo Shawn. Con sus réplicas idiotas y sus divagues sin sentido.
Incluso, me sucede que todo el tiempo estoy pensando que el pobre Guss lo tiene que sufrir. Y de repente, en algún instante, termino dándome cuenta que en realidad, Guss es su verdadero soulmate, porque ¡hay que ver lo idiota que puede ser también!
Esta serie trata por sobre todas las cosas acerca de las relaciones. Padre-Hijo. Amigos. Pareja. Compañeros. Trata sobre crecer, sobre hacerse adulto, sobre encontrar un lugar en el mundo, sobre ser reconocido, sobre rebuscárselas con lo que se tiene. Sobre lo que se espera de nosotros, lo que terminamos siendo, lo que podríamos ser. Pero siempre en tono de parodia.
Psych es sobre un farsante que miente porque la mentira les resultó a los que escuchaban más creíble que la verdad. Y luego se dio cuenta que a veces, no se trata tanto de ser quien se suponía que debíamos ser, sino de aprovechar los giros de la vida.
Por si les parece que esta serie es una parodia de The Mentalist, déjenme decirles que es anterior. Quien sabe… quizás se trata de que The Mentalist es la hermana seria de esta comedia fantástica.
La próxima, los detectives serán reales, pero hablarán con acento.
¡Besos!
Enia