El otro día me di cuenta que no sé nada de filosofía. Y cuando digo nada, digo que lo mío pasa por la ignorancia absoluta, más allá de saber nombres como Sócrates, Platón y Aristóteles.
En consecuencia, decidí que era hora de indagar un poco en el tema. Pero obviamente, la empresa perdía algo del brillo y entusiasmo desde el mero título: "¿Qué es la filosofía?". Pero bueno, por otro lado, la semana pasada estuve leyendo "Matemática, ¿estás ahí?", de Adrián Paenza y sacando a los matemáticos (y los nerds como yo, que aman la matemática), poca gente podría afirmar que la matemática es un tema recontra ameno. ¿No?
Asi, ante esta decisión de conocer sobre filosofía, la tipa práctica (yo=la tipa), decidió que lo mejor era buscar un libro que me diera una introducción rápida y amena sobre un tema que a primeras vistas, de ameno, parecería tener poco y nada.
El miércoles salí rumbo a cualquier librería (porque para mí, todas las librerías son "librería amiga") y anduve trasteando hasta que di con "Historia de la Filosofía, sin temor ni temblor", de Fernando Savater.
Quiero transcribir aquí entonces algo que figura en la página 75 y que me pareció TAN bueno, que era necesario compartirlo.
Los Dioses, según Epicuro.
[...] Según Epicuro, puede que los dioses existan, puesto que tanto se habla de ellos: en tal caso, desde luego, también estarían hecho de átomos materiales como todo lo demás, aunque fuesen átomos más finos y exquisitos que los nuestros. Pero le parece evidente que los dioses o Dios no se ocupan para nada de lo que pasa en el mundo. ¿La prueba?: la presencia de tantos males (crímenes, catástrofes, dolores, etc) como vemos a nuestro alrededor. Supongamos que un Dios se interesa realmente por lo que está mal entre lo humanos: si es omnipotente y no lo remedia, será que no se entera de lo que ocurre, o ea que es un Dios ignorante o distraído; y si conoce los males pero no puede prevenirlos o arreglarlos, será que no es omnipotente; peor toavía, si es omnipotente y sabe lo malo de nuestra suerte pero no la remedia, habrá que pensar que es perverso y enemigo de los humanos. Como no parece razonable imaginar dioses poco poderosos, ignorantes o malvados, lo más lógico es suponer que no se preocupan de los humanos ni para bien ni para mal, ni en esta vida ni en ninguna otra, y prefieren dedicarse a sus propios asunto, que vaya usted a saber cuáles son. De modo qeu no tiene sentido que vivamos preocupados por sus juicios ni castigos.
[...]
Y yo digo, ¡eso! ¡Exacto! O sea, ¿Dios no hace nunca nada con respecto a los males del mundo, porque si lo hiciera, estaríamos perdiendo nuestro libre albedrío?
Como razonamiento, también me parece bueno. Pero me suena más a excusa barata.
La verdad, Epicuro me parece un tipo capísimo. Me habría encantado escucharlo razonar.
¿No está bueno descubrir, así como por casualidad y sin querer, que al final, el tema está bueno?
¡Besos!
Enia