Tiempo de Editorial: "¡Deberías aprovechar las oportunidades cuando se presentan!"

Dec 02, 2010 11:44


Sí, sí... a veces, el cine no es nuestro amigo.

Como claramente quedó establecido en "El espejo tiene dos caras", ¡sería mucho más sencillo si uno no tuviera tantas horas de películas románticas en la memoria!

Tiempo de Editorial: "¡Deberías aprovechar las oportunidades cuando se presentan!"
(NA: Aunque la situación ha sido novelada en su contexto, el siguiente diálogo es total y absolutamente verídico)

La luna llena brilaba en el horizonte, dibujando una blanca estela en las oscuras aguas del mar. Las estrellas, apenas visibles, titilaban extraños patrones en el vasto firmamento. El océano, tan indiferente como siempre a las nimiedades del género humano, bañaba las playas con su cadencioso romper de olas. El aire, impregnado de ese único aroma a mar y sal y arena y calma, lo envolvía todo.

Sentada en la arena, con los pies descalzos y los hombros cubiertos por una chalina que revoloteaba por la brisa, inspiró profundo y se preguntó:

¿Qué carajos estoy haciendo aquí?. Miró de reojo al individuo que hablaba a su lado, mientras escurría una mano por su cintura para abrazarla. ¿Con este tipo?, agregó para sus adentros.

¡Claro! Esas eran SUS vacaciones. El tipo de vacaciones donde una chica se iba a playas lejanas y recónditas, plagadas de tipos exóticos y extranjeros que ninguno de sus conocidos o familiares conocían, y tenía citas a la luz de la luna con uno de los mencionados exóticos para... bueno, para hacer algo loco y exitante y digno de mantenerse en el más estricto del cono del silencio.

Tenía la playa lejana, tenía la luz de la luna, tenía el extranjero del cual no iba a saber ni Dios cuando ella regresara a casa. El único problema es que se estaba aburriendo, la mano que acababa de apartar de un nuevo intento de subir por debajo de su blusa sólo le provocaba deseos de que desapareciera y ésta cita no iba directo al cono del silencio como un preciado tesoro de sus vacaciones únicas.

Iba directo al cono de "Oh, por Dios! ¡Y pensar que podría estar tomándome un daiquiri en el muelle del hotel!"

Decidió que lo mejor que podía hacer era decirle educadamente que la llevara del vuelta al hotel. Así que se dispuso a escucharlo, para ver en qué momento intercalar un comentario y hacer su pedido.

"... así que si le preguntas a cualquier en esta isla, todos van a decirte "No, él no es alguien que esté saliendo con cuanta chica aparece por aquí". Todos".

Sonrió en una mueca a medias amable porque, ¡vamos! ¿Acaso iba a ir por ahí preguntado si él salía con todas las turistas del lugar? ¡A quién le importaba! ¡Se iba en dos días, por todos los diablos! ¿Para qué necesitaba referencias suyas?

"Y es que lo que yo más quiero en este mundo, es encontrar una chica linda y seria, sin tatuajes ni esas porquerías, que no sea de esta isla -porque en esta isla son todas una putas que se acuestan con todos- y que no tenga hijos, porque convengamos que los hijos son una complicación, ¿no te parece?".

Otro levantamiento de cejas a esta declaración tan sensible.

"Pues... no sé. ¿Una complicación para qué?"

"Bueno, si uno decide formar una nueva pareja, que esa pareja tenga hijos no es lo ideal. ¿Tú tienes hijos?", preguntó a boca de jarro y si ella hubiera estado tomando algo, habría escupido.

"No. ¿Vos?"

"Sí, una nena de dos años. Luna. Es lo más hermoso del planeta, pero su madre... me engañó dos veces. Asi que me divorcié. Está muerta para mí. ¡Muerta!"

¡Guau! No supo qué decir a semejante afirmación, así que optó por moverse un poco y soltarse de la mano insistente. Claro que eso arrojaba bastante luz sobre el asunto de que todas las mujeres de la isla eran putas... ¡dos veces! Casi le daba lástima...

"Entonces, ¿qué dices? ¿Quieres ser mi novia? ¿Casarte conmigo? Podrías venir en unos meses y yo viajaría hasta donde vives -con un propósito, obviamente-. Te mudarías a vivir a la isla y te dedicarías a ser mi esposa. Yo, por supuesto, te ofrezco ser un esposo devoto y dedicado. Y en unos tres años, cuando yo me mude a Panamá como tengo planificado, te vendrías conmigo y viviríamos allá"

¡WOW! ¡WOOOOOOOOOOOOWWWW! La lástima voló a la Cueva del Pirata Morgan.

Frunciendo el ceño, se apartó para mirarlo a la cara y le preguntó:

"¿Casarme con vos? ¡No voy a casarme con vos!"

"¿Y por qué no? Puedes preguntarle a cualquiera en la isla sobre mí"

¡Ah! ¡Para eso es que le sugería pedir referencias isleñas!

"Porque no te conozco... yo... no vine aquí a buscar un marido ni un novio... ¡vine de vacaciones!"

"Bueno, pero las oportunidades no aparecen todos los días. ¡Deberías aprovechar esta que la vida te ofrece!"

¡Oh, por favor! ¿Él era SU oportunidad en la vida? ¿El que no quería hijos en su pareja porque eran un estorbo, pero tenía una nena de dos años? ¿Y pensaba que todas las mujeres de la isla eran putas? Casi tenía la tentación de preguntarle si su madre también caía en esa categoría, pero se mordió la lengua. Poniéndose de pie, consideró que el tiempo de encontrar el mejor modo de pedirle que la llevara al hotel, había acabado.

"¿Sabés qué? Estoy bastante cansada. ¿No me llevás de regreso al hotel, por favor?"

Los ojos se le iluminaron y se puso en pie con presteza, mientras intentaba abrazarla y atraerla hacia sí para besarla.

"¿Para pasar la noche juntos?", preguntó con un tono que supuso, era seductor.

Le clavó las manos en el pecho y compuso su mejor expresión de "mujer seria".

"No"

Se soltó y dio un par de pasos hacia donde habían dejando la moto unos minutos antes.

"Pero, ¿por qué no?... ¡Si te pedí que fueras mi novia!"

"¡Pero no me preguntaste mi nombre!"

¡Es tiempo de regresar!
Besos
Enia

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