[EXO] Monstruos #10 (2/2)

Dec 21, 2014 14:15

Título: Monstruos
Fandom: EXO.
Parejas: Varias.
Resumen: Los monstruos habitan en la oscuridad de los corazones de las personas y nadie, absolutamente nadie, se libra de ello.
Advertencias: UA, yaoi, NC-17, tiempo no lineal.
Cronología: Pinchando sobre el título del fic iréis al masterpost donde encontraréis una cronología ordenada de los hechos.
Licencia:


Parte 1 | Parte 2

*

30 Julio 2015

-¿Estás seguro de lo que vas a hacer? -preguntó Yixing tras expulsar el humo de su cigarrillo.

Xiumin sonrió detrás de la barra que había colocada en su despacho y continuó sirviendo las bebidas tranquilamente. La idea se le había ocurrido mirando las fotografías que Yixing le había traído la última vez que se vieron.

-Es la única manera de darle una oportunidad -respondió y sintió la mirada de Yixing clavándose en él además de su sonrisa mordaz.

-¿Desde cuándo te has convertido en Xiumin el justiciero?

-Di más bien Xiumin el oportunista -le corrigió.

-Oh, vamos -dijo con una pequeña risita-, no tiene nada de malo querer ayudar al chico.

Xiumin no pudo controlar la ceja que se le alzó como reacción a sus palabras. Cogió ambos vasos y caminó hacia el sofá donde descansaba Yixing.

-No fue eso lo que dijiste cuando te enteraste de que lo tenía.

-Tú habrías reaccionado igual que yo, así que no me juzgues.

Si Yixing le hubiera ocultado semejante información se habría enfadado, pero no habría actuado de la misma forma que él. Aun así no le increpó para permitirle continuar teniendo esa impresión él.

Xiumin le entregó su vaso a su compañero y le dio un pequeño sorbo al suyo.

-¿Y el chico? ¿Está de acuerdo con esto? -preguntó Yixing con curiosidad.

Xiumin ocultó su pequeña sonrisa tras su vaso.

-Cuando se lo propuse, pensé que aceptaría porque lo vería como su oportunidad de regresar a casa con su familia, pero en su lugar, sigue queriendo darle caza a sus perseguidores. Aunque llegado el momento, no será capaz de acabar con ellos.

-¿No? -cuestionó sorprendido-. Después de todo lo que ha vivido, debería tener motivos de sobra para matarlos.

-Y los tiene, pero ha comprendido que si le quita la vida a alguien voluntariamente, estará convirtiéndose en lo que ellos querían que fuera: un ejecutor.

-Ya veo por qué te gusta tanto -dijo con una pequeña sonrisa y bebió de su propio vaso. Después de tragar, puso una mueca de disgusto ante el sabor del alcohol sin estar suavizado con ningún añadido. Xiumin siempre le servía bebidas fuertes.

Xiumin dejó su vaso sobre la mesa y regresó a la barra ignorando sus últimas palabras. Cogió la carpeta negra que había sobre ella y sacó de su interior las fotografías tomadas en el escenario que habían preparado para fingir la muerte de Kai.

-Todavía no tengo la lista completa de los apostantes, pero con dos de ellos bastará por el momento. Hazles llegar esto y desataremos el caos en la Hanjae.

Yixing miró primero los nombres escritos en la lista. Se trataba del director de una cadena de televisión que apoyaba al partido conservador coreano y al presidente de una importante compañía que fabricaba y distribuía diferentes fármacos. Lo siguiente que vio fueron las pruebas que debía entregarles. Las fotografías no estaban muy logradas para que pareciera que un transeúnte cualquiera las hubiera tomado con su propio móvil. En ellas aparecía el cadáver de un chico joven asesinado por un disparo en su frente. Todavía tenía los ojos abiertos y tanto el maquillaje como la sangre estaban tan logrados que parecía completamente real.

-Una vez hagan sus movimientos, nos conducirán hacia los siguientes objetivos, y entonces…

-Xiumin -le interrumpió.

Yixing alzó la mirada lentamente de las fotografías a los ojos de Xiumin, quien volvía a tener una ceja alzada inconscientemente a la espera de lo que fuera a decir.

-¿Este es el chico?

Xiumin vio su oportunidad de devolverle la burla de antes, pero la incredulidad con la que formuló su pregunta se lo impidió.

-Evidentemente. ¿Por qué? ¿Le conoces?

-¿Que si le conozco?

Yixing soltó una risita desagradable y se pasó una mano por la cara para sobreponerse.

-Kai, mejor dicho, Kim Jongin, fue el chico que me atropelló aquella noche -dijo pausadamente-. Si hoy tengo memoria retrograda es por su culpa.

El silencio que se produjo a continuación fue uno de los más incómodos que habían compartido. Yixing continuaba mirando las fotografías en lo que en la mente de Xiumin estallaba un volcán de preguntas. Hasta ese momento no había encontrado ni una pequeña pista acerca de la verdadera identidad de Kai porque entre la Hanjae y el Joker se habían encargado de borrar su existencia por completo. Así que por muy chocante que fuera, Xiumin no iba a perder la oportunidad de saber más sobre él.

-Supongo que hasta tú pensabas que estaba muerto.

Yixing asintió lentamente.

-Fui a visitarlo la primera vez que regresé a Corea tras el accidente, cuando todavía estaba en el reformatorio. Y poco después me enteré de que se había suicidado…

Xiumin le vio acabarse el vaso de un solo trago y poner de nuevo esa expresión de desagrado ante el sabor del alcohol. Hasta donde había podido comprobar, Yixing podía llegar a ser tan rencoroso como él mismo, pero no podía permitirse que sus emociones le impidieran cumplir con su papel. Justo cuando iba a hablar, Yixing se le adelantó.

-Siempre me he sentido culpable por ello… -confesó con voz débil.

-¿Culpable? -no pudo evitar repetir sorprendido.

-Pensé que se había quitado la vida por lo que le dije aquella vez. -Yixing respiró hondo, cerró los ojos un momento y luego clavó su mirada sincera en él-. Me siento aliviado de que no fuera así.

Y ahí estaba el límite de Yixing y lo que le diferenciaba de Yifan o de él mismo: la conciencia. Yixing tenía unos valores morales que ninguno de ellos poseía. Si hubiera estado en su lugar, Xiumin se habría sentido decepcionado de que no estuviera muerto porque no sería capaz de sentir pena por el culpable del daño irreparable que le había causado. Que hubiera sido un accidente no intencionado no era excusa para que no pagara por ello y Yifan pensaba igual que él.

Al pensar en Yifan todo cobró sentido. No había vuelto a verle desde el desmantelamiento público de los juegos en junio, durante aquel pequeño encuentro en su coche. Yifan había tenido interés en la identidad del superviviente y ahora estaba seguro de que se debía a que sabía que Kim Jongin se encontraba en aquel lugar. Y dada su relación con la Hanjae, quizás hubiera sido él mismo quien le hubiese metido allí como venganza por lo de Yixing.

-Cuéntamelo todo -exigió.

-Necesito verle -respondió Yixing-. Tráelo. Quiero verle con mis propios ojos.

-Primero dime todo lo que sepas sobre él. Si descubrimos quién le metió allí, tendremos otro nombre más que añadir a nuestra lista.

Yixing se mostró disconforme pero acabó accediendo. Le entregó su vaso para que se lo rellenara y Xiumin así lo hizo.

-No recuerdo los detalles del accidente, no recuerdo nada de aquella noche en realidad, pero mi madre lo denunció y no paró hasta conseguir la condena que lo tendría en el reformatorio hasta cumplir la mayoría de edad -comenzó a relatar después de beberse la segunda copa del tirón nuevamente-. Kim Jongin se suicidó supuestamente el nueve de octubre de dos mil once, y yo le había visitado el día siete. No es que hablara mucho con él, tan sólo quería ver la cara del culpable de mi estado. Jongin se disculpó a pesar de que había sido un accidente y yo le dije cosas horribles para hacerle daño a propósito.

Xiumin no estaba interesado en la parte emocional del relato, eso no le aportaba la información que necesitaba, así que condujo la conversación a base de preguntas, tal y cómo hacían los cuervos.

-En el reformatorio sólo podía estar hasta cumplir la mayoría de edad. ¿Cuántos años tenía entonces?

-El enero siguiente cumpliría los diecinueve . Estaba a tres meses de finalizar su condena y yo pensé que se había suicidado por lo que le dije -dijo y se cubrió el rostro con las manos.

El cigarrillo de Yixing continuaba consumiéndose lentamente sobre el cenicero. Xiumin sacó su propia pitillera y se encendió uno de los suyos con tranquilidad. Si en dos mil doce iba a cumplir diecinueve años, eso significaba que tenía veintidós ahora. Había estado desde octubre de dos mil once hasta junio de dos mil quince en el campamento militar de Kim Donghwa, es decir, tres años y siete meses.

-¿Con qué cargos fue condenado?

-Sé lo que estás pensando -dijo Yixing muy serio-. Mi familia tiene mucho poder incluso en Corea, pero no fueron ellos los que le vendieron a Kim Donghwa. Para mi madre fue muy conveniente mi nueva personalidad sumisa, como si Kim Jongin le hubiera hecho un favor al atropellarme.

Xiumin no estaba tan seguro de ello, así que lo añadió a su lista de asuntos que investigar.

-Investiguemos el reformatorio -propuso-; posiblemente, la persona que hizo de intermediario en el traspaso continúe trabajando allí. Él puede darnos los detalles del intercambio.

-¿Estás seguro de que quieres investigar eso? -cuestionó Xiumin.

Yixing le sostuvo la mirada con esa determinación que era tan característica en él.

-Quiero saber si eligieron a Kim Jongin intencionadamente o no. Además, la policía ha cerrado el caso y los medios de comunicación están enfocados en el impacto económico más que en los hechos en sí porque así lo quiere la Hanjae. Es muy fácil manipular a la sociedad si a esta sólo le importa lo que les repercute directamente. Nuestra generación no ha vivido ninguna guerra, no ha pasado hambre ni penurias, y han aceptado la corrupción como algo normal en lugar de luchar contra ella. Alguien tiene que abrirles los ojos a la realidad y mostrarles que están siendo controlados por un grupo de asesinos.

Su discurso le resultó divertido, así que Xiumin no reprimió su pequeña carcajada.

-¿Quién es el justiciero ahora? -se mofó y se terminó su copa sin dejar de sonreír.

Yixing le copió la sonrisa y se encogió de hombros.

-Sólo soy un periodista informando de lo que ocurre.

Volvió a reinar el silencio, mucho más cómodo y agradable que el anterior. Xiumin fumó sin prisas mientras ordenaba la nueva información que acababa de adquirir y la mezclaba con la que ya tenía.

-Deja la investigación del reformatorio en mis manos -dijo finalmente-. Tú ya estuviste una vez; si te reconocen y te relacionan con Kim Jongin, la Hanjae irá a por ti.

-Entonces yo me encargaré de hacerles llegar las pruebas falsas de la muerte de Jongin a nuestros objetivos. Estoy deseando ver cómo esos cabrones se matan unos entre otros.

Xiumin volvió a sonreír, pero no compartió sus pensamientos en esa ocasión. Se terminó el cigarrillo y lo apagó aplastándolo contra el cenicero. Se levantó de su asiento y se encaminó hacia la puerta.

-Iré a por Kai. No le vendrá mal ver que no le guardas rencor después de todo.

-Xiumin -le llamó para que se detuviera-. ¿Cuánto de todo esto le has contado a Luhan?

-Esto no tiene nada que ver con él -contestó girado hacia él.

-Sabía que lo habías dejado al margen -dijo con una sonrisa-; siempre me haces venir los días que no está por aquí.

*

04 Agosto 2015

La fecha marcada en su almanaque mental había llegado como cada año. El tiempo era lo único constante en su vida, siempre en línea recta hacia el futuro, a veces más rápido y otras más lento dependiendo de lo ocupado que estuviera, pero siempre constante. Sin detenerse. Chanyeol tampoco se detenía.

Convertirse en agente policial le había proporcionado una rutina que le mantenía en movimiento y absorbía el tiempo que podría dedicar a pensar en cosas que no debía. El cansancio, tanto físico como mental, debería ser suficiente para caer rendido cada noche en la cama que compartía con su novia, pero no siempre era así, pues no siempre ganaba en su lucha permanente contra el insomnio y estaba tratando de dejar los ansiolíticos y las pastillas para dormir.

A pesar de que su ánimo se había mantenido estable y positivo durante las últimas semanas, concretamente desde que había conocido a Baekhyun, a quien se lo debía completamente, le era imposible estar alegre ese día.

No cuando se cumplían cinco años desde la última vez que había visto a Jongin.

Como cada año, se detuvo frente a la lápida con su nombre y su fotografía a primera hora de la mañana para no coincidir con ninguno de sus familiares. No había sido capaz de volver a mirarlos a la cara por la culpa que sentía. En cinco años, Chanyeol había tenido tiempo de sobra para elaborar una lista mental de todo lo que podría haber hecho para que el destino de Jongin fuera diferente: no haberle metido la droga en el bolsillo, no haberle dejado conducir en su estado, no haberlo despertado aquella noche para salir, no haberle propuesto cometer ninguna de las locuras absurdas que se le ocurrieron.

No haberse acercado a él para destrozarle la vida hasta el punto de que el suicidio fuera su única salida.

Un suicidio que, aun a día de hoy, no podía asimilar por completo. No era capaz de imaginar la clase de infierno o la desesperación tan profunda que debía haber sentido para tomar aquella decisión. Su condena estaba próxima a finalizar para cuando lo hizo. Chanyeol continuaba sin encontrarle sentido, pero sabía que era su propia impotencia buscando alternativas para no aceptar la realidad.

La realidad de que Jongin ya no estaba vivo.

Pasó los dedos por el mármol, frío a pesar de las altas temperaturas, y lo acarició con añoranza. No tenía sentido pensar en cómo sería su vida ahora si él no hubiera muerto. Si continuaran juntos. Si hubieran podido llevar a cabo sus planes. Pero aun así, Chanyeol pensaba en ello y, cuando lo hacía, se sentía mal por Hyesun.

No la amaba. La quería, sí, pero no la amaba. No podía hacerlo cuando su corazón lo tenía Jongin dentro del ataúd que había en el nicho, junto a él.

Abandonó el cementerio pero la tristeza no le abandonó a él. Condujo por las calles de Seúl sin rumbo fijo durante un tiempo indeterminado. El sol se alzaba sobre un cielo sin nubes como si se burlara de su agonía. No había ninguna persona y ningún lugar al que recurrir para aliviar su dolor, para disminuir su carga de conciencia, para hacerle olvidar que volvía a ser cuatro de agosto. Y había cambiado el turno para tener ese día libre a propósito y poder regodearse en su miseria emocional.

Acabó aparcado en el aparcamiento de un centro comercial cualquiera. Como era temprano, todavía no había muchos coches. Necesitaba pensar en la manera más agónica de pasar ese día, porque ya que iba a pasarlo mal a propósito, no sería recatado en la tortura voluntaria a la que se iba a someter.

Tortura que, de un modo masoquista e incomprensible, necesitaba experimentar.

Abrió la guantera de su coche para sacar el paquete de tabaco que siempre tenía guardado. Supuestamente lo había dejado, al menos eso pensaban las personas que lo conocían, pero Chanyeol se había acostumbrado a los secretos, y seguramente éste fuera el más inofensivo de todos los que era partícipe.

Se encendió el cigarrillo y lo fumó sin prisa alguna. Era la misma marca que había fumado con Jongin en su momento, así que el olor le recordaba a las tardes en su habitación tocando la guitarra para él con la colilla consumiéndose en el cenicero. Mentiría si dijera que no había vuelto a tocar la guitarra desde entonces, pero las melodías que producía al hacer vibrar las cuerdas eran ecos de su propia tristeza. Se lamentó por no habérsela traído, pero la tenía guardada en el trastero de casa, acumulando polvo, y ni siquiera se había acordado de ella. Quizás después la sacara un rato.

Al abrir la guantera había visto el llavero que tenía junto a los papeles del coche y el paquete de tabaco. Sólo contenía una llave de un tamaño inferior al de las de su casa o su propio coche. Era la llave del buzón que tenía en su apartado de correos. Chanyeol se había creado uno antes de ingresar en el servicio militar. Como tenía totalmente prohibido mantener contacto con Jongin, Chanyeol se lo creó para que sus padres no interceptaran las respuestas de las cartas que él le enviaba desde el ejército. Cuando regresó a Seúl fue a revisarlo con la ilusión de encontrarse montones de ellas, ya que en dos años no tuvo permiso de descanso por intervención de su padre, pero lo halló vacío. Y de esa manera se quedó él a comprobarlo.

Después de enterarse de cuál había sido el destino de Jongin, Chanyeol fue incapaz de cerrar ese buzón a pesar de saber que nunca recibiría ninguna carta. Aun así, durante un año fue una vez en semana a revisarlo. Y durante los años posteriores, el tiempo que pasaba desde una visita a otra se iba incrementando, pero todavía lo conservaba y acudía a él para destrozar una esperanza que luchaba en vano por sobrevivir.

No había mejor manera de comenzar su tortura que yendo a comprobar una vez más que ese buzón continuaba vacío.

Era consciente de que iba a pagarlo muy caro. Estaría días intratable, pero Chanyeol era bueno fingiendo sonrisas, al menos en el trabajo. En casa sería más complicado. Volvería a tener problemas con Hyesun. Realmente no merecía tirar por la borda semanas de esfuerzo y trabajo duro para seguir adelante por un momento de bajón anímico como ese.

Pero si Chanyeol pudiera controlar sus bajones anímicos ni siquiera los tendría.

Se plantó en la oficina de correos y con paso decidido fue hacia el buzón que le correspondía totalmente resignado a no encontrar nada, por eso cuando lo abrió y vio que no estaba vacío, dejó de respirar a la vez que su corazón comenzó a latir aceleradamente.

Había un sobre.

Había un maldito sobre y él estaba total y completamente seguro de que nadie, a excepción de Jongin si es que había recibido alguna de sus cartas, conocía la existencia de su apartado de correos.

Se quedó un minuto completo contemplando el sobre sin atreverse a tocarlo, porque eso simplemente no podía estar ahí. Cuando asimiló lo que veía, lo cogió apresuradamente, cerró el buzón y se marchó a toda prisa, cuidándose de que nadie viera que llevaba el sobre consigo. Se metió en su coche y arrancó el motor para alejarse con normalidad de allí, aunque lo único que quería hacer fuera pisar a fondo el acelerador.

No sabía a dónde ir. No sabía qué lugar podría ser lo suficientemente seguro. Dudaba de que hubiera alguno en ese momento, así que terminó por aparcar en una calle cualquiera, de uno de los barrios antiguos de la periferia, lejos de los grandes y lujosos edificios.

Abrió el sobre con manos temblorosas, imaginando todo lo que podría contener y lo mucho que le iba a cambiar la vida fuera lo que fuese. Por un momento deseó no abrirlo, pero nunca se le había dado bien controlar sus pasiones.

Finalmente lo abrió y de él sacó fotografías y un CD envuelto en un plástico transparente para protegerlo sin ningún tipo de indicación. Chanyeol pasó rápidamente las fotografías para verlas todas. Después se encendió otro cigarrillo y entonces las examinó una a una detenidamente.

Reconoció sin demasiados problemas el campamento militar porque era el mismo en el que Kim Donghwa había tenido a los chicos secuestrados. La noticia había salido en junio pero todavía se hacía eco de ella. Junmyeon había participado en el rescate y había escuchado su versión de los hechos porque Chanyeol había sido incapaz de no preguntarle al respecto, independientemente de si su padre quería que averiguara sus trapos sucios.

Lo que estaba viendo simplemente no podía ser verdad. Las fotografías no eran solamente sobre el campamento, sino sobre el plató de televisión en el que estaba construido. Debía tratarse de una nave industrial de grandes proporciones, como las que utilizaban en el cine para recrear grandes escenarios artificiales, con su correspondiente croma rodeando todo el escenario.

Pero eso era solamente una parte de las fotografías.

Había otras sobre el día de la matanza. Los cadáveres eran reales. Los soldados coreanos estaban allí. Junmyeon le había dicho que si la prensa llegó tan pronto fue porque hubo una infiltración, pero viendo esas fotografías, Chanyeol intuía que se trataba de algo más que una simple infiltración.

Estaba intencionado. Su instinto de detective se lo decía.

Se dedicó a contemplar el rostro de cada una de las personas que aparecían retratadas, hasta que finalmente encontró a Junmyeon en el momento en que se montaba en un helicóptero. Chanyeol deseó que las imágenes pudieran hablarle.

No obstante, el DVD sí que podía. Volvió a arrancar su vehículo en busca del locutorio más cercano, porque estaba muy lejos de casa y, de todas formas, no podía confirmar que fuera un lugar seguro. Fuera quien fuese el emisario, le había estado vigilando lo suficiente como para saber que tenía un apartado de correos, y hacía meses de la última vez que recordaba haber ido a revisarlo. Alguien tenía controlada su vida y tal vez no fuera solamente el emisario del sobre.

Entró en el locutorio, compartió breves palabras con el recepcionista, y fue a sentarse en el ordenador más retirado aparentando toda la normalidad que era capaz de manifestar dadas las circunstancias. No paraba de levantar la vista cada poco tiempo para asegurarse de que nadie le seguía, pero no se lo había parecido mientras conducía.

Ingresó el DVD en la torre del ordenador, se puso los auriculares y comprobó que el audio funcionara antes de reproducir el vídeo.

La pantalla mostró a un hombre de mediana edad dentro de una habitación aparentemente estrecha y antigua a juzgar por el estado de la pintura en las paredes, pero al margen de eso, le fue imposible determinar en qué lugar podría estar. El aspecto del hombre, de nacionalidad asiática, era desarreglado y sucio; parecía llevar días sin tomar una ducha y la barba descuidada acentuaba sus sospechas. Sus ojos eran grandes y se ocultaban detrás de unas gafas rectangulares que le habrían dado la apariencia de ser un hombre inteligente de ir vestido con un traje. Sus cejas estaban pobladas, sus labios eran carnosos y no parecía ser demasiado alto ni corpulento. A pesar de su deplorable aspecto, no estaba malnutrido. Chanyeol supo que era un fugitivo antes de que comenzara a hablar.

-Mi nombre es Do Seungsoo. Grabo este vídeo para confesar mis crímenes. Probablemente ya esté muerto para cuando lo estés viendo -dijo con voz firme, mirando hacia la cámara fijamente-. He sido partícipe de una iniciativa atroz: la de crear súper soldados. No, no se trata de ninguna broma ni estoy confundiendo los cómics de El Capitán América con la realidad. No vas a encontrar información sobre el proyecto Dos Lunas porque han quemado todas las pruebas y matado a todos los implicados, así que presta atención.

Chanyeol se revolvió inquieto en su asiento y volvió a mirar a su alrededor para asegurarse de que no había nadie observándole.

-Fui el primero de mi promoción en el ochenta y ocho. Recién graduado, me ofrecieron una plaza vacante. Me lo vendieron como un gran proyecto de paz que pondría fin a las guerras en el mundo y con el que marcaríamos el inicio de una nueva era. Yo era joven, idealista y con ganas de cosechar éxitos y ser reconocido, así que acepté sin pensármelo dos veces. No tardé mucho en darme cuenta de que la finalidad del proyecto no era la paz, sino todo lo contrario, y aun así no me importó. Continué trabajando en ello y en marzo de mil novecientos noventa y seis, logramos completar el primer prototipo de lo que más tarde pasaría a llamarse Oniria. Entonces, la Hanjae decidió asesinar a todos los bioquímicos e informáticos implicados en el proyecto, a excepción de su pequeño grupo de colaboradores, entre los cuales me encontraba yo. Confieso haber acabado con algunos de mis compañeros yo mismo.

Chanyeol respiró hondo. Era demasiado inquietante ser testigo de la templanza con la que ese hombre estaba confesando los horrores que había cometido. Era totalmente un reo admitiendo sus pecados y preparado para ser juzgado por ello.

-Pero ahí no finaliza mis crímenes. El primer prototipo estaba lejos de ser lo que buscábamos, y durante la siguiente década, junto a un nuevo equipo, trabajamos para perfeccionarlo. En julio de dos mil siete terminamos de crear el Oniria. Llamamos así a la realidad virtual porque es un espacio que crea el subconsciente del usuario al conectarse a él. Y una vez lo está, tenemos acceso a su mente como si fuera el interior de un ordenador que podemos montar para que tenga las características que queramos. De esa manera creamos súper soldados. En apenas unas horas, las mentes de los sujetos en cuestión se llenan de conocimientos que tardarían años en aprender. Pero de nada sirve si el cuerpo no está preparado para aceptar tal cantidad de información. Por eso, la Hanjae, con Kim Donghwa a la cabeza, comenzó a secuestrar jóvenes varones en edad de desarrollo todavía para prepararlos para el Oniria. Kim Donghwa estableció también unos juegos falsos de supervivencia para producir apuestas millonarias con las que recuperar la inversión tan grande que habían hecho en el Oniria.

Chanyeol comprendió entonces que los chicos secuestrados eran los cadáveres que había apilados en las fotografías del campamento militar y que el plató de televisión era el lugar donde grababan los supuestos juegos de supervivencia cuyo desarrollo estaba totalmente amañado.

-Durante años, ninguno de los experimentos funcionó. Los chicos no sobrevivían cuando los conectábamos al Oniria. Igual que un ordenador, su cerebro se recalentaba y dejaba de funcionar. Fueron decenas, centenas de inocentes los que perecieron de esta manera. Hasta que en dos mil once obtuvimos el primer resultado favorable. Hubo un chico que sobrevivió ocho horas y doce minutos conectado al Oniria, lo que quiere decir que estuvo ochenta años adquiriendo conocimientos en el mundo virtual que creó su subconsciente. Desgraciadamente, desconozco su identidad o su paradero actual. Y aparentemente, tampoco hay ninguna característica por la que pueda resaltar. Los doctores que estuvieron presentes durante su prueba lo ocultaron para que la Hanjae no pudiera utilizarlo. Había alcanzado un conocimiento total en áreas que le convertían en el espía perfecto, por no mencionar sus habilidades físicas. Un ejército como él, o ni eso, unos pocos más con sus misma habilidades, y la Hanjae podría crear grandes conflictos internacionales que nos conducirían de cabeza a la Tercera Guerra Mundial. Una guerra de semejante envergadura en la que Corea del Sur participaría como proveedor de las potencias implicadas para continuar prosperando mientras ellos se debilitan. -Do Seungsoo hizo una pausa-. Y ahora te estarás preguntando por qué te he elegido a ti para revelar todo esto.

A Chanyeol le dolían los músculos de su cuerpo por la tensión que estaba reteniendo en ellos. Su corazón volvió a acelerarse y apretó las mandíbulas con más fuerza de la que ya lo estaba haciendo, de tal forma que se hizo daño en las muelas.

-Tú fuiste uno de tantos chicos que pasó por nuestras camillas. Mientras estuviste en el ejército, pudimos reunir tus datos y tenías un gran porcentaje de compatibilidad con el Oniria, así que se lo planteamos a tu padre, que aceptó al principio, pero se arrepintió en última instancia. Tu padre, Park Chansik, es uno de los pilares actuales de la Hanjae. O lo que es lo mismo: una amenaza para la humanidad. Mis crímenes son un chiste en comparación a los que él ha cometido para estar sentado donde lo está ahora y todo su discurso pacifista no es más que una gran falacia para esconder sus propósitos egoístas. Nuestra lucha contra la corrupción concluye aquí, pero aunque hayamos perdido esta batalla, todavía podemos ganar la guerra si consigues destruir el Oniria, a tu padre y al resto de su círculo. El destino de la humanidad queda en tus manos, Park Chanyeol.

El vídeo fundió a negro sin previo aviso. Chanyeol se echó hacia delante y sostuvo la pantalla como si ésta fuera a caerse. No podía terminar así, no podía soltarle una bomba como esa y no darle instrucciones más concisas. Una pista de por dónde empezar al menos. No, sí que lo había hecho, tenía que leer entre líneas, pero primero debía calmarse.

Sacó el CD y lo volvió a guardar en la funda transparente. Se quitó los auriculares y fue a pagar por el tiempo que estuvo dándole uso al ordenador. Dejó el billete sobre la recepción sin fijarse en la cantidad e hizo oídos sordos a la llamada del dependiente. No necesitaba el cambio.

Se montó en su coche y arrancó sin tener ni idea de a dónde dirigirse. Su primer impulso era buscar a su padre, ponerle el CD y que le diera explicaciones. Pero no podía hacerlo, por supuesto. Estaba tan nervioso que se saltó varios semáforos y provocó que varios coches dieran un frenazo para no estamparse contra él. Ignoró los pitidos de reclamo mientras trataba de sacar otro cigarrillo del paquete que tenía en la guantera. Finalmente se detuvo en un semáforo porque no le quedó más remedio que hacerlo ya que tenía tres coches detenidos por delante de él. Aprovechó para encenderse el cigarrillo y buscó su teléfono móvil para marcar un número y activar el manos libres.

Al tercer tono, le contestaron.

-¿…yeol?

-Baekhyun. ¡Rápido! Háblame de cualquier cosa.

Al otro lado de la línea, un somnoliento Baekhyun parecía reaccionar al notar su tono de voz demandante.

-¿Chanyeol? ¿Qué pasa?

-Por favor, háblame de lo que sea. No puedo calmarme.

-Pues… el otro día mi hermano me llevó consigo a un congreso sobre Psicología.

-Ajá. ¿Y qué tal estuvo?

Chanyeol aprovechaba los momentos en los que Baekhyun hablaba para fumar con intensidad.

-¡Genial! Cada exponente trató un tema diferente y aunque duró toda la mañana, se me hizo muy corto. Por mí hubiera estado el día entero escuchando a esos señores hablar. ¡Bueno! Y si pudiera haber hablado con ellos, eso ya hubiera sido increíble.

-¿Por qué no te acercaste a hablarles en los descansos?

-Pues porque… no quiero avergonzar a mi hermano, que es el entendido en realidad. Yo fui porque él me consiguió la acreditación. -Chanyeol echó la cabeza contra el respaldo del asiento, cerró los ojos mientras fumaba y sonrió. Baekhyun era adorable-. Pero en realidad sí que hablé con uno de ellos, aunque molesté a mi hermano por hacerlo, pero bueno. Mereció la pena.

-Me alegro de oír eso.

-¿Estás mejor? -le preguntó dejando entrever su preocupación.

-Sí. Gracias -dijo, y soltó un suspiró en el que dejó escapar parte de su tensión-. Ahora mismo no puedo explicártelo, pero te volveré a llamar.

-Está bien -respondió, no muy seguro-. Chanyeol…

-Dime…

-Ya sé que apenas nos conocemos, pero puedes contar conmigo cuando necesites ayuda del tipo que sea.

Chanyeol ya lo sabía. Inconscientemente, lo sabía, por eso lo había llamado. Había necesitado algo radical que lo sacara de la vorágine de pensamientos en la que se había sumergido y lo habían llevado al borde de un ataque de histeria. La voz alegre y enérgica de Baekhyun era justo lo que necesitaba para calmarse y no sentir que se le venía el mundo encima.

-¿Sabes qué? Conocerte es lo mejor que me ha pasado en los últimos cinco años.

-¡Es genial oír eso! Bueno, ¡no lo es! Porque quiere decir que no te han pasado cosas mejores que conocerme, lo que quiero decir es que… uhm…

Chanyeol rompió a reír y sacó el brazo por la ventanilla para expulsar la ceniza del cigarrillo.

-¿Podemos vernos mañana?

-¿Mañana? Vale. Kyungsoo trabaja hasta el cierre, así que te puedes venir a cenar directamente o después, como quieras… ¿recuerdas mi dirección?

-Sí, claro. Nos vemos para la cena entonces. Hasta mañana.

-Vale, adiós.

Chanyeol colgó y se pasó la mano libre por la cara. La mención de Kyungsoo le había recordado un detalle muy importante: Do Seungsoo era físicamente clavado a él y su apellido coincidía además. Había una posibilidad muy alta de que fueran familia y, si era el caso, ya tenía una pista por la que empezar.

De nuevo, su fuente de información más rápida volvía a ser Baekhyun. Empezaba a convertirse en costumbre eso de quedar con él para interrogarlo de forma indirecta.

Por lo pronto, iba a volver a casa aprovechando que Hyesun estaba en la tienda de ropa trabajando para hacer el segundo visionado del CD e intentar sacar más cosas en claro. Además, siempre funcionaba mejor con un café en el cuerpo.

Definitivamente, el cuatro de agosto era una fecha maldita.

Continuará…

Estamos a finales de año y es usual hacer una pequeña reflexión sobre cómo ha sido el año, así que permitidme que lo haga yo también.

Este año decidí reeditar el fic desde el principio a pesar de que llevaba ya 25 capítulos y 5 especiales. Sé que la noticia fue impactante para todos porque la historia estaba muy avanzada ya y después comencé a cambiar muchas cosas de la trama. Sin embargo, no me arrepiento de aquella decisión y quiero agradeceros de todo corazón vuestro apoyo continuo. Sé también que ya no actualizo con tanta frecuencia como antes, así que además de haberos cambiado la historia os hago esperar más. Por eso mismo, no me cansaré de daros las gracias por ser tan comprensivos y pacientes. Siempre me esfuerzo al máximo para traeros un capítulo decente y tratar de sorprenderos de un modo u otro, porque creo que es el único modo de mostraros mi agradecimiento.

Hace poco me llegó un ask con una propuesta muy interesante. Y es que se ha abierto un grupo de Facebook privado para comentar Monstruos y desatar los feels. La página la creó una lectora y me pasó en enlace, al que podéis acceder haciendo click aquí. Yo decidí no ingresar en el grupo para no verme condicionada a la hora de escribir, pero si vosotros queréis conocer a más lectores y compartir teorías o simplemente fangirlear, no dudéis en uniros ^^.

¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo! Monstruos continuará en 2015~.

fanfic, longfic exo: monstruos, exo

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