[Yo dije que esta selección no me hacía sentir nada, pero por suerte me hizo comerme mis palabras.]Yo dije que esta Selección no me hacía sentir nada. Me quejé del grupo, de Sabella, de la defensa, de la AFA, de casi todo. Afirmé que nos tocaba un grupo fácil en la fase de grupos para sentirnos los mejores del mundo y luego quedar eliminados en octavos o, con suerte, en cuartos. Y creo que solo me molestaba la idea de la derrota por Messi, porque lo quiero, porque es crack, porque estoy cansada de escuchar que no quiere a la Selección argentina, porque se merece las cosas más lindas del fútbol. Lo insulté a Romero, que lo banqué aun cuando casi nadie, pero le reproché durante el último año que no haya ido a un club para ser titular y tener continuidad en partidos. Hice chistes a destajo sobre ser ex-Estudiantes para que te convocaran a la Selección. Y como quien no quiere la cosa y en ese marco, empezó Brasil 2014. La línea de 5 contra Bosnia en el primer partido solo confirmó mis broncas. La falta de movimiento contra Irán me desquició, pero me dio el primer mimo: ese gol de Messi. Cuando se compara a Maradona con Messi (tonta, pero inevitable), el argumento de muchos para decir que el Diego es mejor que Lío es que Messi no tiene lo que hay que tener para cambiar él solo un partido. Entonces la clavó en la red y hubo un destello de magia. El partido contra Nigeria fue raro. Empecé a sentir lo que decía antes, que íbamos a terminar primeros la primera ronda para que todo fuera mal luego. (Y por cierto fue lindo y estresante a la vez verlo en la facultad). Entonces vino Suiza en octavos. El partido que en la previa teníamos que ganar por goleada, pero que se complicó, fue a alargue, me hizo poner nerviosa a más no poder porque no podemos quedar afuera en octavos. Y entonces Di María hizo el gol. Y me hizo gritarlo con bronca y llorar con desahogo. Y me hizo sentir por primera vez algo por esta Selección. Y eso lo cambió todo. Bélgica fue terrible. Higuaín se sacaba la mufa y metía un gol, que en lo particular necesitaba verlo, y después a sufrir todo el partido con unos rivales demasiado altos para poder estar tranquila en pelota parada. Después del partido estuve temblando por horas. Por fin veía a la Argentina pasar a Semifinal (Italia 90 no cuenta, apenas tenía un año). Entonces Holanda, que te descuidás un minuto y te puede matar sin que te des cuenta. Y Argentina jugó como equipo y defendió bien. Y fue increíble. Como increíble fue el alargue y más increíbles los penales. No me importó que tuviera el historial en contra, que mi familia pidiera a otro de los arqueros, yo confiaba en Romero. Y Masche va y le dice: "Hoy hacés historia, hoy te convertís en héroe". Y la puta madre, casi grité más sus atajadas que los goles de los chicos. Y Maxi, para darnos el pase a la final. El arquero adivina, pero la pelota va tan fuerte que entra igual. Un poco como este equipo, que se metió en la final a pesar de tanto obstáculo. Y la final contra Alemania, que venía de una goleada fulminante contra Brasil, el dueño de casa. Y que son máquinas. Y que nos eliminaron en los últimos dos mundiales. Y todo el historial... Y el partido fue parejo. Y hasta lo pudimos haber ganado. Pero en la mínima distracción del alargue nos hicieron gol y fue. Tan cerquita, pero se fue la copa. Y a pesar del final triste, me quiero quedar con todo lo lindo, que ahora cuesta sentirlo completo, pero igual lo intento. Y me falta nombrar un montonazo de cosas, que las tengo en mente pero por ahora no salen. Fue hermoso llegar y ver una final. Fue hermoso tener que tragarme todas las palabras de desconfianza con las que empecé esto. Fue hermoso que me taparan la boca todos los que lo hicieron. Fue hermoso sentir todo lo que me hizo sentir esta Selección, a la que empecé mirando con indiferencia y hoy llena cada rincón de mí con emociones que ni siquiera sabía que podía tener. Más que nada, gracias.