Dejarse caer

Dec 27, 2006 16:04

Frente a mi había un pozo; si me acercaba, podía observar la oscuridad y si me alejaba, la penumbra convirtiéndose en sombra. Saqué una moneda del bolsillo izquierdo del pantalón y la tiré al supuesto vacío. Pasaron diez minutos y no había escuchado a la moneda caer, tal vez yo no había prestado atención, por lo tanto tomé otra moneda y la dejé caer. Tampoco se oyó nada a los diez minutos, razon por la cual continué esperando, próximo al pozo por si acaso oía algo y comencé a garabatear la letra de una canción mientras con mi voz la cantaba para mis adentros:

Era más blanda que el agua,
que el agua blanda,
era más fresca que el río,
naranjo en flor.
Recuerdos de cuando creaba caminos, por los alrededores del río, con una flor en la mano en busqueda de una amada solitaria que me seguía sin darme yo cuenta.
Y en esa calle de estío,
calle perdida,
dejó un pedazo de vida
y se marchó...
En esa calle dejamos vestigio de nuestro amor, desenfrenado y peligroso como pocos. Días estuve buscándola por esa calle, sin embargo no encontré ni la calle, ni la huella del amor y ni siquiera a ella.
Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento...
Realmente sufría, mis pensamientos me lastimaban sin lástima alguna, cada recuerdo era una novedad desgarradora en mi corazón. Hasta que decidí ahogar mis pensamientos.
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon con el viento.
Aroma de melancolía y tachaduras de renglones en el libro de las promesas que escribíamos con nuestros ojos hasta que el viento llevó nuestras miradas hacia otros lugares jamás pensados.
Después...¿qué importa el después?
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado,
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado
como un pájaro sin luz.
Futuro, ¿qué es el futuro? ¿Acaso tiene importancia luego de todo lo vivido en el ayer? Metáforas de una estadía imposible podría escribir y reescribir, aunque carece de sentido alguno hacerlo.
¿Qué le habrán hecho mis manos?
¿Qué le habrán hecho
para dejarme en el pecho
tanto dolor?
Pienso y repienso en las noches de dulces caricias y de amor incondicional. Nunca hubiera pensado que fueran la causa de tantas heridas en este cuerpo liviano como una pluma y quizá con más propiedades de ella.
Dolor de vieja arboleda,
canción de esquina
con un pedazo de vida,
naranjo en flor.
¿Qué puedo decir de esto último? Ya no hay más nada que expresar.
Cuando terminé de cantar la canción escuché el sonido que enunciaba la llegada de la moneda al final del pozo, a los minutos la otra moneda también llegó. En ese momento, decidí recuperarlas.
Previous post Next post
Up