Oct 17, 2009 13:37
Dormido en un minúsculo pedazo de paraíso. Con las llamas del infierno rugiendo en el oído, con tu nombre dicho en mil idiomas y otros mil mas muertos. Es la sinfonía del atardecer la que te lleva a ese estrecho lugar, de pasto verde y una flor blanca en el centro, casi marchita, sostenida por la arrogancia y la hipocresía. Lo llamas cielo, porque no esta ardiendo. Lo llamas paz, porque te puedes sostener de pie y no resbalar. No subirán criaturas, porque le temen a un color que no es el de piedras, carbón y sangre. No pueden con esa brillante ilusión y prefieren dejarte andar ahí, aburrido. Sin nada que hacer más que seguir dormido y no visitarlos halla abajo, para hacerte pagar lo que debes. Y prefieres seguir dándole vida a esa flor que esta por morir en cualquier momento. Pon tu fe en ella, pon tus lágrimas y tus mentiras... Dile que es amor, dile que es vida, dile que es dios y te lo creerá.
El olor del azufre no te molestara siempre y cuando tengas pegada la nariz a la flor. Sus rostros desfigurados tampoco, pon tu mirada en esa pequeña mentira. Hazla grande para que abarque tu cara y después tu cuerpo entero. El hoyo negro al que perteneces al paso del tiempo no le importaras, porque tu paraíso te hizo pagar lo que ya debías... Tu mismo te habrás castigado.