Apr 19, 2012 20:24
But she knows she has a curse on her,
a curse she cannot win.
For if someone gets
too close to her,
the pins stick farther in.
Voodoo Girl
¿Cuántas veces no nos hemos sentido "diferentes" o al menos lo hemos gritado a los cuatro vientos como parte de esa propaganda de resaltar? Diferentes porque nos gusta un tipo de música que a los demás no. Distintos porque soy un máster en computación y oh, el pobre del montón de mortales que abundan en el mundo no. Único en el mundo porque soy un adolescente cool que copia y pega frases de tweets "ingeniosísimos" y los hago pasar como míos para tener montones de likes en facebook. Así, todos y cada uno de nosotros nos sentimos como irrepetibles, almas que vagan solitarias en un mundo demasiado común para entender nuestras atribulaciones.
Con el afán de destacar un poco en esta diferenciación, Tim Burton nos presenta en una serie de poemas divertidos, melancólicos y hasta macabros una colección de niños que en verdad son, en el sentido estricto de toda la palabra: diferentes. Niños horrorosos pero tiernos con clavos en los ojos, con sudoración eterna, con un corazón con alfileres; niños que han nacido como ostras y cuyos padres encuentran en esa aberración una solución. Niños que no son amados y que son incomprendidos pero también están a los que aman y no entienden lo que es y prefieren desaparecer, en un par de palabras: amores trágicos.
Magníficamente ilustrado por el señor Burton, estos niños encuentran en estos poemas un lugar donde contarnos su historia y donde, en una de esas raras veces, lo macabro y grotesco se conjugan al mismo tiempo en perfecta armonía.
(En pocas palabras: no pidan ser diferentes sin atenerse a las consecuencias directas de ello).
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