through that window

Nov 16, 2009 18:59

Título: through that window
Fandom: (…)
Personajes: Lilah
R: K
N/A: es monerrima como ella sola <3

La taza de té humeante estaba entre sus manos y ella soplaba el líquido marrón mirando a través del vapor que ascendía dibujando curiosas formas sobre la taza. Los pies apoyados en el radiador de debajo de la ventana miraba hacia fuera. Hacía frío y por eso llevaba unos calcetines de lana, el pijama largo y un suéter que le quedaba varias tallas más grande. Con el pelo recogido en una cola estudiaba sin pararse a pensar en lo que hacía el exterior, donde no paraba de caer una densa cortina de lluvia.

Era curioso ver como las flores se agitaban por las pesadas gotas y el ruido relajaba hasta un cierto punto casi de ensueño. Tomó un sorbo de su té, cerró los ojos y disfrutó.

Hasta que oyó el ruido de un motor rompiendo el estado de relajación. Abrió los ojos y miró por la ventana achicando los ojos para saber quién era el invasor de su momento mágico.

Y su corazón casi se detuvo.

Retrocedió hacia atrás hasta quedar oculta por la cortina y observó como aquella figura tan familiar descendía del coche y corría hacia la puerta cobijándose bajo su propia chaqueta.

Murmuró su nombre sin darse cuenta y tocó sus labios para silenciarse. Porque por mucho que desease que fuese hacia la casa de ella y no hacia la de él, que llamase a la puerta y la besase, aquello no iba a pasar. Adam estaba demasiado lejos de su alcance, sólo podía soñar con él, disfrutar de sus discusiones y hacer pucheros cuando la ofendía. Porque ella era una niña insignificante, era Lilah, era normal.

Seguro que él ni siquiera se acordaba de ella hasta que chocaban o venía a por el café de la mañana a la cafetería donde trabajaba. La miraba prepotente y se iba con una sonrisa rebelde en la cara. Y ella lo miraba, veía aquellas chicas preciosas que de vez en cuando bajaban de su coche y entraban en su casa para salir por la mañana temprano con los tacones en la mano.

Estaba tan lejos y a la vez tan cerca… En aquella ventana que daba a su cocina, lo observaba de reojo mientras se giraba dejando la taza en la mesa y se obligaba a concentrarse en el libro que tenía en la mesa.

Suspiró. No tenía sentido pensar en algo que jamás iba a suceder, no tenía sentido retarse, no tenía sentido soñar con imposibles. Encendió la lámpara y tomó el lápiz para hacer anotaciones sobre sus apuntes.

Bueno, por lo menos, soñar era gratis.
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