Título: Pasado
Fandom | Personajes: Chronos RPG - Alexandra Faraday, Kellen Vonv Hausbach
Rating | Advertencias: nada PG
N/A: Kellen pertenece a
eugeart y probablemente ésta haya escrito una historia previa a este fragmento, a mí me encantó, de ella depende publicarlo o no. Si fuera por mí votaba que sí :3
Palabras: 1044
Dio dos toques y esperó. Impaciente y mordisqueándose el labio inferior. No sabía por qué maldito impulso estaba ahí, ni tampoco qué le iba a decir, sólo que necesitaba tenerlo cerca y que los dos dejasen de dudar.
Sonaron pasos amortizados por la moqueta y tuvo el impulso de salir corriendo. Pero se mantuvo firme, la puerta se abrió con un click y un hombre moreno, con camisa arremangada y desabrochada en el cuello.
-… sí, envíame el infor-…- se quedó con la boca abierta durante un par de segundos y Alex forzó una sonrisa- te llamo cuando pueda. Adiós.
Lo miró suplicante, pidiendo en silencio que no la echase de ahí a patadas. Porque había muchas cosas por decirse, cosas que se habían callado por miedo a la verdad.
-Kell… yo…-murmuró apretando el puño contra el pecho y haciendo amago de avanzar.
-Alex…-soltó la puerta y la abrazó, estrechándola contra su pecho- me alegro de que estés aquí- murmuró contra su pelo.
Se aferró a su camisa y cerró los ojos. Y de pronto sintió como las fuerzas la invadían, algo parecido al valor. Se separó suavemente de él y lo miró.
-Pasa- tiró de ella hacia adentro y cerró la puerta.
La habitación no era nada del otro mundo, tenía dos sillones, una mesa con papeles repartidos por encima y el ordenador portátil sobre la cama. Guió a Alex en silencio y se sentó en la cama aún agarrándola de la mano. La morena se quedó de pie, delante de él, mirándolo desde arriba.
-Estás preciosa…- murmuró rodeándola con los brazos y atrayéndola más.
-Tengo que contarte algo- apoyó las manos en sus hombros- es algo importante y quiero que me escuches.
-Veo que está determinada a decir sea lo que sea- ella estaba más que segura de que sabia perfectamente cual iba a ser el tema de conversación.
Se atrevió a levantar la mano y a acariciarle suavemente el pelo, Kellen cerró los ojos ante la caricia, pareció disfrutarla. Cerró los ojos y se pasó la lengua por los labios.
-Kellen, yo…-empezó a decir y se trabó, Kellen abrió los ojos y le acarició la espalda- mi don… la gente no lo acepta bien-se aclaró la voz- mucho menos los rastreadores- se estaba yendo innecesariamente por las ramas así que cayó un momento y se intentó serenar-. Lo que intento decir es que mi infancia no fue fácil.
-No me extraña, ser niño es difícil y más siendo timesh-…
-Experimentaron conmigo.
Kellen dio un respingo y se levantó. Sin saber qué decir o hacer. La abrazó con fuerza y su respiración se aceleró a la vez que Alex sentía que le faltaba aire.
-Primero que nada quiero que me prometas que no te tomarás esto como algo personal-lo empujó ligeramente y tomó su rostro entre las manos.
-¿Algo personal? Alex, eras una niña y te trataron como a una cobaya, ¿y me estás pidiendo que no sea personal?
Era algo imposible, cierto, pero Alex intentó que aquello no la frenara. Debía de contárselo o sino habría demasiadas cosas en el aire.
-Lo que te estoy pidiendo es que me escuches y permitas decir todo lo que tengo guardado desde hace casi veinte años- se puso de puntillas y alcanzó sus labios.
El beso fue lento, suave, intentando calmar la inquietud de Kellen. Ella ya lo había superado, ahora sólo quería que él la entendiese. Pero poco a poco el roce se volvió más desesperado, los labios de él buscaban más y Alex tuvo que arquearse ante su abrazo y soltar un gemido a la vez que las lenguas se rozaban con necesidad.
-Hablar primero, sexo después- dijo con una sonrisa, cuando se separaron unos centímetros con sus alientos entremezclándose.
Se sentó a su lado y él no soltó sus manos.
-No recuerdo mucho, sólo los días que pasaba ahí, me gustaría decir que no recuerdo las ataduras de cuero,- hizo una mueca cuando notó como Kellen se tensaba- pero no era así todos los días- le sonrió- aprendí más cosas de los libros que si hubiera ido a un colegio. No, -leyó la expresión estupefacta del moreno- no fui al colegio ni me relacioné con nadie a excepción de los del laboratorio. Eso es lo que hacen cuando capturan a los timeshifters, los estudian y entrenan a los rastreadores a sentir las ondas.
Pudo notar como la respiración de Kellen era algo más acelerada y apretaba su mano con fuerza, la observaba de hito en hito. De pronto la soltó para abrazarla con fuerza.
-Alex…
-Shhh, no hace falta que digas nada, con que me hayas escuchado es suficiente-sonrió aunque no podía verla, abrazada a él Alex tenía la cabeza apoyada en su hombro y se sentía increíblemente tranquila ahora.
-El que debería de estar tranquilizando ahora soy yo y no tú,- se separó suavemente de ella- no llego ni a imaginar lo que has tenido que pasar. ¿Cómo escapaste? Sé que llevas con Ekaterina desde hace mucho tiempo, ¿te ayudó ella?- le acarició la mejilla y Alex sintió la caricia calmándola.
-Bueno, ella sabe lo que pasó, su primer salto fue durante una de las ‘sesiones’ y lo vio. Digamos que optó por la forma menos agradable de conocer el pasado- sonrió al recordar que Ekks había llorado como una magdalena al comprender que era ella la niña a la que tenían prisionera-. Nos conocimos años después. Escapé por simple casualidad- vio como él se tensaba.
-Mi pequeña Alex- susurró observándola, como si la viese por primera vez- eres el ser más maravilloso que he conocido- sonrió y le pasó la mano por el pelo, callándose las miles de cuestiones que tenía.
Tenía más preguntas, no lo dudaba, pero no podía dar más respuestas. No sin sentirse avergonzada, no sin que le doliera.
Kellen volvió a abrazarla en silencio y esta vez Alex sintió ganas de llorar. Se aferró a él con todas sus fuerzas. Llevaba demasiado tiempo aguantándose las lágrimas, odiándose por ser lo que era, por tener miedo de dormirse y que la capturaran, de nuevo. La tumbó en la cama, acostándose a su lado, dejando que apoyara la cara en su pecho. Los sollozos se calmaron poco a poco mientras el hombre seguía susurrándole palabreas tranquilizadoras.