Disculpas | Original | Fanfic
Título: Disculpas
Fandom: Original
Personajes: Ross, Ángel
Género: General, Familiar
Palabras: 729
Notas: Otro lapsus de inspiración, retomando un poco de los años mozos de Ángel XD.
Disculpas
Esa mañana no quería bajar al comedor, ni siquiera salir de su habitación, pero tuvo que hacerlo, por que no salir de la cama lo atraería a él y entonces la situación se saldría de control. Bajó, contando los escalones como cuando niña, comiendo segundos cuando en realidad se conformaba con destruir minutos, solo quería escuchar al chofer apurarle, entrar al auto del lado del copiloto e ignorar a los pasajeros de atrás. Pero era aun mas temprano que otras mañanas, no podría escapar.
- B-buenos días - su primo Isaac le saludó al entrar ella al comedor, viéndola a ella y luego a su otro primo, sin saber si era correcto o no hablarle.
Ella no contestó, miró a su otro primo, pensando si sentarse donde siempre, a un lado de él, u optar por hacerle compañía a Isaac. Apretando los puños, para darse coraje, decidió seguir la costumbre.
Ángel no le saludó, mal augurio, y cuando ella se sentó le pasó la mermelada sin dirigirle la palabra, sin embargo lo hizo sin que se lo pidiera, tal vez no estaba tan molesto.
- Me olvidé de unos libros, iré por ellos antes de irnos al colegio - retirada estratégica, traidor rubio, pensó ella.
¿Qué hacer? Siempre tenía peleas con Isaac, era la costumbre, incluso duraban días sin hablarse, hasta que a ella se le pasaba el enojo o su tonto primo lograba contentarle. Lo segundo ocurría mas seguido. Con Ángel era diferente, su primo no generaba ningún punto de choque, podría decirse que tenían una esencia muy similar, hasta ese momento su convivencia había sido tan buena como la de un hermano mayor con su hermana menor. Así que sin antecedente de una pelea, tampoco existía de reconciliación.
El origen de todo inició un par de días atrás, una tarde de la que regresaba del colegio, ese día llegó con un aura lúgubre, el profesor de deportes anuncio esa mañana que pronto iniciaran con prácticas de nado. Era una excusa para disfrutar de la alberca, para ella un anuncio fatídico y la causa de fingirse enferma por al menos una semana. Justo iba pensando en una buena enfermedad cuando entró en su habitación, se quedó congelada al ver lo que estaba sobre su cama. Era de color purpura, con detalles negros, de una pieza, era un…bañador.
Pensó que se trataba de una broma de Isaac, él conocía su fobia al agua y seguramente se había enterado de las próximas actividades de su curso. Mostrando gala de su oscuro humor era seguro que la presencia de esa prenda era un reto o una burla. Se negaba al reto y no estaba dispuesta a ser tema de risas, por lo que cogió unas tijeras de su escritorio y comenzó a cortar en pequeños cuadros aquel bañador. Mas tarde cuando su primo hubo llegado, tomó lo que quedó del bañador y se lo lanzó desde el segundo piso como si fuera lluvia de confeti. Fue cuando él solo se quedó mirándola que supo que algo andaba mal.
- Yo no sabía que era tuyo - dijo en un hilo de voz desde su sitio en la mesa, a su lado Ángel siguió con su desayuno. El bañador se lo había comprado Ángel, quien ignoraba su fobia, quien también pudo ver la lluvia de tela purpura y si supo identificar el origen de esta - lo siento.
Esperaba seguir siendo ignorada, pero entonces observó como su primo dejaba a un lado el tenedor.
- Tenías que decirme.
- Es que pensé que era una broma de Isaac, de pensar que era tuyo no lo habría destrozado - respondió de forma atropellada, aprovechando antes de que volvieran al mutismo.
- No me refiero a eso - dijo negando con la cabeza.
- ¿Entonces? - preguntó ella confundida.
- Tenemos cuatro años de conocernos, debiste decirme que te daba miedo el agua - silencio, ambos mirándose.
- ¿Estabas enojado por no saber eso?
- ¿Pensaste que me iba a importar mas lo que le hiciste a esa prenda?
- Pero….
- Estoy ofendido por que no tuviste la confianza de decirme sobre la relación el agua y tú - al recibir un golpe falso en la nuca pudo sentirse libre para sonreír.
- Perdón.
- La próxima me enojaré de verdad - lo dijo con medio pan en la boca, ¿Cómo tomarlo en serio? Ambos empezaron a reír después de eso.
Era imposible una pelea entre ellos. Esas estaban reservadas para el tonto rubio de su primo.
Fin.
Fandom: Original
Personajes: Ross, Ángel
Género: General, Familiar
Palabras: 729
Notas: Otro lapsus de inspiración, retomando un poco de los años mozos de Ángel XD.
Disculpas
Esa mañana no quería bajar al comedor, ni siquiera salir de su habitación, pero tuvo que hacerlo, por que no salir de la cama lo atraería a él y entonces la situación se saldría de control. Bajó, contando los escalones como cuando niña, comiendo segundos cuando en realidad se conformaba con destruir minutos, solo quería escuchar al chofer apurarle, entrar al auto del lado del copiloto e ignorar a los pasajeros de atrás. Pero era aun mas temprano que otras mañanas, no podría escapar.
- B-buenos días - su primo Isaac le saludó al entrar ella al comedor, viéndola a ella y luego a su otro primo, sin saber si era correcto o no hablarle.
Ella no contestó, miró a su otro primo, pensando si sentarse donde siempre, a un lado de él, u optar por hacerle compañía a Isaac. Apretando los puños, para darse coraje, decidió seguir la costumbre.
Ángel no le saludó, mal augurio, y cuando ella se sentó le pasó la mermelada sin dirigirle la palabra, sin embargo lo hizo sin que se lo pidiera, tal vez no estaba tan molesto.
- Me olvidé de unos libros, iré por ellos antes de irnos al colegio - retirada estratégica, traidor rubio, pensó ella.
¿Qué hacer? Siempre tenía peleas con Isaac, era la costumbre, incluso duraban días sin hablarse, hasta que a ella se le pasaba el enojo o su tonto primo lograba contentarle. Lo segundo ocurría mas seguido. Con Ángel era diferente, su primo no generaba ningún punto de choque, podría decirse que tenían una esencia muy similar, hasta ese momento su convivencia había sido tan buena como la de un hermano mayor con su hermana menor. Así que sin antecedente de una pelea, tampoco existía de reconciliación.
El origen de todo inició un par de días atrás, una tarde de la que regresaba del colegio, ese día llegó con un aura lúgubre, el profesor de deportes anuncio esa mañana que pronto iniciaran con prácticas de nado. Era una excusa para disfrutar de la alberca, para ella un anuncio fatídico y la causa de fingirse enferma por al menos una semana. Justo iba pensando en una buena enfermedad cuando entró en su habitación, se quedó congelada al ver lo que estaba sobre su cama. Era de color purpura, con detalles negros, de una pieza, era un…bañador.
Pensó que se trataba de una broma de Isaac, él conocía su fobia al agua y seguramente se había enterado de las próximas actividades de su curso. Mostrando gala de su oscuro humor era seguro que la presencia de esa prenda era un reto o una burla. Se negaba al reto y no estaba dispuesta a ser tema de risas, por lo que cogió unas tijeras de su escritorio y comenzó a cortar en pequeños cuadros aquel bañador. Mas tarde cuando su primo hubo llegado, tomó lo que quedó del bañador y se lo lanzó desde el segundo piso como si fuera lluvia de confeti. Fue cuando él solo se quedó mirándola que supo que algo andaba mal.
- Yo no sabía que era tuyo - dijo en un hilo de voz desde su sitio en la mesa, a su lado Ángel siguió con su desayuno. El bañador se lo había comprado Ángel, quien ignoraba su fobia, quien también pudo ver la lluvia de tela purpura y si supo identificar el origen de esta - lo siento.
Esperaba seguir siendo ignorada, pero entonces observó como su primo dejaba a un lado el tenedor.
- Tenías que decirme.
- Es que pensé que era una broma de Isaac, de pensar que era tuyo no lo habría destrozado - respondió de forma atropellada, aprovechando antes de que volvieran al mutismo.
- No me refiero a eso - dijo negando con la cabeza.
- ¿Entonces? - preguntó ella confundida.
- Tenemos cuatro años de conocernos, debiste decirme que te daba miedo el agua - silencio, ambos mirándose.
- ¿Estabas enojado por no saber eso?
- ¿Pensaste que me iba a importar mas lo que le hiciste a esa prenda?
- Pero….
- Estoy ofendido por que no tuviste la confianza de decirme sobre la relación el agua y tú - al recibir un golpe falso en la nuca pudo sentirse libre para sonreír.
- Perdón.
- La próxima me enojaré de verdad - lo dijo con medio pan en la boca, ¿Cómo tomarlo en serio? Ambos empezaron a reír después de eso.
Era imposible una pelea entre ellos. Esas estaban reservadas para el tonto rubio de su primo.
Fin.