Nov 10, 2010 10:27
Santiago de Cali, noviembre de 2010
Universidad Icesi
Comunicación Oral y escrita II
Mis amigas del colegio y yo, ávidas lectoras y admiradoras de todo tipo de actividad literaria, solíamos jugar al escritor durante las clases aburridas. Era una manera sencilla, silenciosa y barata de perder el tiempo mientras alguna profesora mediocre intentaba, sin éxito, hacernos aprender lo que es un hidróxido (Aún no lo sé, y debo admitir que me da curiosidad). El juego era sencillo: La primera escribía un párrafo de la primera historia que se le viniera a la cabeza, y cada una iba agregando su parte, dando bruscos giros a la historia y llegando, entre todas, a un final que ninguna se esperaba.
Después fue inevitable sentir la necesidad de algo diferente, así que inventamos otro juego: La primera escribía uno o dos renglones y doblaba la hoja para que la segunda no pudiera ver lo escrito. La siguiente intentaba imaginar el hilo de la historia y escribía otro par de renglones como continuación.
Quién diría que de esa manera iba a terminar conociendo las mejores historias de mi vida.