Y en mi Top Ten de series malas...
Sexo en Nueva York.
Hace unas semanas, pensando que serie ver, me volví a encontrar con Sexo en Nueva York. Ya que recordaba haberme reído mucho con ella en tiempos ya lejanos, me puse a verla.
Mala idea, muy mala idea.
La serie va de cuatro mujeres de Nueva York. Una escritora, una abogada, una directora de galerías de arte y una exitosa relaciones públicas. Sólo con esto, se podría haber hecho una serie más que interesante. Pero no, la serie es mala con ganas.
Para empezar, las protagonistas son insoportables:
La escritora, Carrie Bradshaw: una neurótica insoportable que se pasa el día lloriqueando por lo malos que son los hombres con ella y lo injusta que es la vida. Eso sí, las infidelidades por su parte o gastarse cuarenta mil dólares en zapatos es perfectamente comprensible y perdonable.
La directora de galerías, Charlotte York: la princesita que ha visto demasiadas películas de Disney. Siendo una mujer competente, inteligente y preparada, centra su vida en la incesante búsqueda de un marido rico. Y sí, si no es rico, no le vale.
La abogada, Miranda Hobbes: la más normal de todas. Es una cínica desengañada del amor y de los hombres, pero evoluciona hasta representar a un personaje más que creíble.
La relaciones públicas, Samantha Jones: una cosa es que seas una mujer sexualmente liberada y que hagas lo que te de la gana pasando de habladurías. Otra es que tu promiscuidad atente contra la salud pública. No me explico como puedes acostarte con una media de dos hombres diferentes por semana, y no contraer ninguna ETS. Los condones no sirven para cualquier cosa.
El argumento es el mismo temporada tras temporada. Líos de pantalones y de faldas, desengaños amorosos... etc. Como tantas otras series. Pero en aburrido. A parte de eso, se saltan a la torera los sucesos anteriores. Ahora X tiene familia, ahora no. Ahora he tenido un hermano, ahora soy hija única... Un desastre.
Reconozco su mérito en que fue la primera serie que hacía que las mujeres hablasen como tales. Porque las mujeres hablabamos de sexo, conocemos más posturas que el misionero y no siempre buscamos casarnos y tener hijos. Hasta ese momento las series obviaban estos hechos. Fin de la parte buena de Sexo en Nueva York.
La verdad, no recuerdo porque me hacía tanta gracia. La edad, supongo. ^^