Día 086/100.
Número: 086/100.
Título: Luces y sombras [15/15].
Fandom: Harry Potter.
Claim: Peter Pettigrew.
Extensión: 676 palabras.
Advertencias: Nada, creo.
Notas: Para la Tabla Festiva B de 30vicios, en colaboración con merii_093 y para el quinesob
Volar.
Cuando abre los ojos se encuentra con una blancura impoluta, extendiéndose hacia todas direcciones. Es un espacio extraño y sin duda debería estar alarmado, pero Peter encuentra que sólo siente tranquilidad. Tras un tiempo, no podría precisar cuánto en realidad, se da cuenta de que está tendido sobre el suelo (si es que en realidad existe un arriba y un abajo en ese lugar), completamente desnudo como el día en que nació. Sin embargo, cosa extraña (como todo en ese espacio), no siente frío. El piso emana cierta calidez, como el de los brazos de una madre y lo envuelve suavemente, como en un abrazo.
A Peter ni siquiera se le pasa por la cabeza el que alguien lo esté observando, mucho menos burlándose de él como en esos días en Hogwarts, donde cualquier paso en falso constituía la comidilla de semanas. Sabe que está en un lugar seguro, tranquilo, quizá demasiado bueno para alguien como él. Pero, ¿dónde? Al plantearse esta pregunta de pronto le surgen fuerzas para levantarse y cuando se pone de pie, es como si el mundo se dibujara a su alrededor, como si hubiera estado esperando para ser contemplado por sus ojos, vidriosos como los de un roedor, pero fascinados como los de un chiquillo.
A lo lejos se ve un techo de vidrio sobre una estación de tren, algo parecido a King's Cross, pero en limpio. Hay bancas esparcidas a cada pocos metros, por si de pronto se siente cansado y cree ver la primera hierba del verano agitándose en algún punto indefinido, dándole la bienvenida a ese lugar.
-¿Dónde estoy? -pregunta, aunque la respuesta es más que obvia. Recuerda sus últimos instantes y los previos a éstos. Su mano de plata, que ahora no forma parte de él, pues tiene la humana, vieja y llena de callosidades, soltó a Harry en el último momento y en recompensa ganó la muerte, una muerte llena de angustia, en la cual Harry no dudó en salvarlo, como habría hecho James, por convicción propia-. Supongo que debería de ponerme algo de ropa -sus palabras son como órdenes en ese lugar, al que no sabe si llamar "más allá" o "inframundo", como los merodeadores le llamaban en broma cuando se atrevían a desafiar a la muerte, más de una vez por semana, en realidad. Una túnica calentita y limpia aparece ante él, algo no demasiado formal pero que le hace sentir mejor.
Está a punto de encontrarlos a todos, está seguro de ello y quiere verse presentable, aunque la suciedad de su alma no sea algo que pueda limpiar tan fácilmente. A Lily y James, vibrantes como cuando perdieron la vida. A Sirius. Los nervios se apoderan de él al pensar en ello y aunque sabe que debe dirigirse a la estación de King's Cross, se desvía a mitad del camino, buscando cualquier excusa para no seguir adelante. Todavía no.
-Me pregunto si podré conseguir lo que sea en este lugar -más que avaricia, sus ojos brillan con la curiosidad de un niño, liberado de pronto de todas las cargas terrenales que ha tenido que soportar, salvo una y la más importante-. ¿Una escoba, por ejemplo?
Desde sus años mozos en Hogwarts siempre ha querido montarse en una, sin ser por eso el objeto de burlas tanto de amigos como enemigos. Su deseo se ve cumplido al instante y su rostro se desdibuja en una sonrisa sincera, la primera que ha adornado su rostro desde hace años, tantos que ni siquiera puede empezar a contar.
Peter pasa ambas piernas por la escoba y da un golpe en el suelo, elevándose hacia un cielo que parece interminable, blanco y estéril. Libre de prejuicios y pecados. Sabe que tiene que avanzar, ir hacia el más allá, lo que sea que eso signifique. Pero piensa que quizá sea mejor hacerlo en escoba.
Y piensa, no sin cierto miedo, que a James y Sirius les encantará verlo. Al menos en primera instancia, pues el resto tendrá que hacerlo él por su cuenta, ahora que ya no hay ningún obstáculo (Voldemort, el miedo), que se lo impida.
FIN.
Título: Luces y sombras [15/15].
Fandom: Harry Potter.
Claim: Peter Pettigrew.
Extensión: 676 palabras.
Advertencias: Nada, creo.
Notas: Para la Tabla Festiva B de 30vicios, en colaboración con merii_093 y para el quinesob
Volar.
Cuando abre los ojos se encuentra con una blancura impoluta, extendiéndose hacia todas direcciones. Es un espacio extraño y sin duda debería estar alarmado, pero Peter encuentra que sólo siente tranquilidad. Tras un tiempo, no podría precisar cuánto en realidad, se da cuenta de que está tendido sobre el suelo (si es que en realidad existe un arriba y un abajo en ese lugar), completamente desnudo como el día en que nació. Sin embargo, cosa extraña (como todo en ese espacio), no siente frío. El piso emana cierta calidez, como el de los brazos de una madre y lo envuelve suavemente, como en un abrazo.
A Peter ni siquiera se le pasa por la cabeza el que alguien lo esté observando, mucho menos burlándose de él como en esos días en Hogwarts, donde cualquier paso en falso constituía la comidilla de semanas. Sabe que está en un lugar seguro, tranquilo, quizá demasiado bueno para alguien como él. Pero, ¿dónde? Al plantearse esta pregunta de pronto le surgen fuerzas para levantarse y cuando se pone de pie, es como si el mundo se dibujara a su alrededor, como si hubiera estado esperando para ser contemplado por sus ojos, vidriosos como los de un roedor, pero fascinados como los de un chiquillo.
A lo lejos se ve un techo de vidrio sobre una estación de tren, algo parecido a King's Cross, pero en limpio. Hay bancas esparcidas a cada pocos metros, por si de pronto se siente cansado y cree ver la primera hierba del verano agitándose en algún punto indefinido, dándole la bienvenida a ese lugar.
-¿Dónde estoy? -pregunta, aunque la respuesta es más que obvia. Recuerda sus últimos instantes y los previos a éstos. Su mano de plata, que ahora no forma parte de él, pues tiene la humana, vieja y llena de callosidades, soltó a Harry en el último momento y en recompensa ganó la muerte, una muerte llena de angustia, en la cual Harry no dudó en salvarlo, como habría hecho James, por convicción propia-. Supongo que debería de ponerme algo de ropa -sus palabras son como órdenes en ese lugar, al que no sabe si llamar "más allá" o "inframundo", como los merodeadores le llamaban en broma cuando se atrevían a desafiar a la muerte, más de una vez por semana, en realidad. Una túnica calentita y limpia aparece ante él, algo no demasiado formal pero que le hace sentir mejor.
Está a punto de encontrarlos a todos, está seguro de ello y quiere verse presentable, aunque la suciedad de su alma no sea algo que pueda limpiar tan fácilmente. A Lily y James, vibrantes como cuando perdieron la vida. A Sirius. Los nervios se apoderan de él al pensar en ello y aunque sabe que debe dirigirse a la estación de King's Cross, se desvía a mitad del camino, buscando cualquier excusa para no seguir adelante. Todavía no.
-Me pregunto si podré conseguir lo que sea en este lugar -más que avaricia, sus ojos brillan con la curiosidad de un niño, liberado de pronto de todas las cargas terrenales que ha tenido que soportar, salvo una y la más importante-. ¿Una escoba, por ejemplo?
Desde sus años mozos en Hogwarts siempre ha querido montarse en una, sin ser por eso el objeto de burlas tanto de amigos como enemigos. Su deseo se ve cumplido al instante y su rostro se desdibuja en una sonrisa sincera, la primera que ha adornado su rostro desde hace años, tantos que ni siquiera puede empezar a contar.
Peter pasa ambas piernas por la escoba y da un golpe en el suelo, elevándose hacia un cielo que parece interminable, blanco y estéril. Libre de prejuicios y pecados. Sabe que tiene que avanzar, ir hacia el más allá, lo que sea que eso signifique. Pero piensa que quizá sea mejor hacerlo en escoba.
Y piensa, no sin cierto miedo, que a James y Sirius les encantará verlo. Al menos en primera instancia, pues el resto tendrá que hacerlo él por su cuenta, ahora que ya no hay ningún obstáculo (Voldemort, el miedo), que se lo impida.
FIN.