Día 078/100.

Oct 28, 2012 21:28

Número: 078/100.
Título: Canciones de la Infancia [13/15].
Fandom: A Song of Ice and Fire.
Claim: Brienne de Tarth, Loras Tyrell.
Extensión: 790 palabras.
Advertencias: Spoilers de Tormenta de Espadas.
Notas: Para la Tabla Infancia de fandom_insano

Diario Intimo.

Brienne tiene los ojos perdidos en la distancia, en ese cielo azul, frío e impoluto que presagia el invierno, en los campos marchitos, las flores muertas y lo que parece, si su imaginación no la engaña, un río de sangre en el horizonte, cruzando tranquilamente la ciudad en calma. Las escenas de la guerra la impactan, aunque hace años que se preparó para su ferocidad y crueldad, la impactan porque todos sus sueños se hacen pedazos ante ella, todos sus ideales de justicia e igualdad. En su lugar hay crímenes, robos, asesinatos injustos y nadie en quien confiar. El príncipe del caballo blanco ha muerto, la doncella está llena de cicatrices y es quien lleva la batuta de la batalla, quien mata y ve morir. Ella, que desde pequeña se preparó para ese día, la princesa de Tarth, desterrada al campo de batalla.

Aún recuerda los ojos de su padre, tristes y azules como un mar en calma, cuando le anunció su disposición de hacerse caballero, cuando tomó la espada entre sus manos y comenzó a dar de tajos, demasiado fuerte para ser una niñita, demasiado débil para ser un varón. Sus hermanas estaban muertas, sus hermanas de hermosos rostros y fina piel. También Galladon, mayor que ella y más audaz; el castillo se quedó sólo con sus lágrimas, negro como el luto que nunca los ha abandonado ni a ella ni a su padre.

Pero ella salió de él, se enfrentó al mundo que la despreciaba. Y ahora, cuán lejos ha llegado, cuán orgullosa se siente. Aunque súbitamente el camino se haya terminado, ha logrado avanzar, entre ríos de sangre y pilas de cadáveres, entre burlas y humillaciones, puede sostenerse por sí misma. Mirar sin temor ese horizonte oscuro que la espera, pensar en lo mejor para su padre, para sí misma. Aunque aún haya muchas batallas que librar, muchas promesas que cumplir, muchas cargas que soportar.

¿Y quién iba a decirlo, que la triste y solitaria niña de Tarth, llegaría alguna vez tan lejos? Nadie, ni siquiera ella. Pero ahora, tantas cosas han pasado. Renly, Jaime, Catelyn Stark. Tantas personas que confiaron en ella, que la aceptaron... Tantas personas y tan diferentes. En especial, no puede dejar de estar agradecida a Jaime, el hombre al que todos llaman matareyes y que le causa algo muy cercano a la felicidad.

Jaime, que le ha prestado esa bonita habitación en la torre más alta del castillo, que no la ha presionado ni vendido, mucho menos traicionado, que en secreto ha hecho que vuelva a creer, a esperar. Jaime. Jaime. Jaime. Brienne escucha sus pasos subiendo la escalera, pasos firmes y fuertes, con un ritmo particular. Su corazón tiembla un poco, anticipando el encuentro, la reunión de lo que parece han sido años, pero sólo han sido horas, sólo para encontrarse nuevamente con una decepción. Loras Tyrell.

-Brienne de Tarth -dice y hace un movimiento casi imperceptible con la cabeza, como muestra de respeto. Su tono de voz, sin embargo, es duro y cuando ella se pone de pie, también lo ve llevar su mano hacia su espada.

-Yo no lo hice -responde la mujer, sus manos buscan la espada pero sin encontrarla-. Nunca lo haría. Renly era mi rey. Stannis Baratheon lo asesinó con ayuda de la magia negra, de su hechichera de fuego.

-¿Cómo lo sabes?

-¡Porque lo vi! ¡Porque estuve presente! -la voz de Brienne tiembla, como hojas agitadas por el viento helado del invierno. La imagen de Renly aún está presente en sus pesadillas, la manera en que sus ojos fueron perdiendo el color y la vida; cómo la vida se extinguió de sus pupilas, la luz escapó de su mirada, el cuerpo comenzó a morir. Le llena los ojos de lágrimas el sólo pensarlo, pero también de rabia y determinación-. ¡Lo mataré! Lo juro ante los dioses, viejos y nuevos. Ante quien quiera escucharme. Porque yo no lo hice, pero tampoco lo detuve y esa es mi pena.

-¿Por qué lo haces? -pregunta el Caballero de las Flores, que aún teniendo la espada en las manos se ve imposibilitado por la fuerza de sus emociones, el brillo de las lágrimas en las mejillas de la mujer que más ha odiado en su vida.

-Porque yo lo amaba -confiesa Brienne y es suficiente para que Loras de el tema por terminado. Escucha el tiempo pasado en su voz, que le dice que se ha liberado de las cadenas de recuerdos de Renly que él aún posee.

Avergonzado, Loras se da la vuelta sin decir nada más. Quisiera decir algo, pero la sociedad se lo impide. Él no es como Brienne de Tarth, libre de pecados, aunque ella no lo sepa. Él tendrá que vivir siempre con ellos y con sus recuerdos.

Lo que quería decir era Yo también.

claim: brienne of tarth, comm: reto_diario, comm: fandom_insano, a: a song of ice and fire, claim: jaime lannister/brienne of tarth

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