Hay algo mal en mí. Hay algo que ralla en mi alma.
Un continuo descontento cuando estás cerca mía. Todas las pequeñeces que haces, un mundo se vuelven.
Quiero creer que lo haces sin consciencia de ello. Porque ¿qué solución hay pues?
¿Alguien puede estar con alguien para inflingir dolor?
Ese tipo de personas existen. Pero creo que no me equivoqué al elegirte. Creo.
Pero de lo que no tengo dudas es de que no te cansas. De que tu mente no tiene fin, de que tu lengua no para de balbucear palabras que duelen. Palabras que me rallan el alma.
Y mira que lo intento. Cuando creo que todo va bien, hay algo que lo desmonta todo. Y siempre eres tú.
Tú y tu inoportunidad. Tú y tu cabeza.
Tú y tu mundo, donde yo no estoy.
¿Qué hay del chico que conocí, que quería madurar y estar siempre junto a mí?
¿Qué hay de la llama que encendí?