Qué será, será...
Mi marido ha muerto y yo lo busco con ansia en inquieto sueño.
Cada noche. Pero mis esfuerzos son inútiles.
Como echo de menos una caricia, unas palabras afales. Un abrazo profundo. Sentir que su corazón late en el mismo segundo que el mío.
Pero todo se ha acabado para mí. Tuve mis experiencias y esto no está hecho para mí.
Condenada estoy.
Ahora...chócate con la misma piedra 5 veces...y jamás te levantes. ¿Para qué? No quiero más dolor, NO me entra más dolor.
Estoy llena de morfina. Una morfina letal, y me consume como el fuego al papel.
Fantasmas rondándome la cabeza. Todas las noches. Dólores de estómago incesantes y, ay, Dios mío...ojalá esos dolores fueran mariposas revoloteando de amor...ojalá...
Me estoy cavando mi propia tumba.