Fácil
Clasificación: R.
Pairing: Zlatan Ibrahimovic/Gerard Piqué.
El disclaimer y eso: Es la primera fic que escribo en español, a pesar de que es mi idioma natal. Como hablo con español mexicano, seguro algunos verbos les parecerán extraños; espero no confundir mucho con regionalismos y demás--aunque para los españoles, pues intentaré usar tantas expresiones ibéricas como se pueda, aunque si me equivoco, recuerden que no soy local, ¿ok? Obviamente, esto es falso. Y de hecho, no sé por qué escribo de estos muchachos, si no soporto a Gerard y... bueno, Zlatan no es santo de mi devoción, aunque me gusta poquito. Será que en el fondo soy fan de su beso.
Resumen: Lo que pensó Zlatan tras la derrota del Milan ante el Barcelona.
Tras felicitar a Pep Guardiola por el pase a la siguiente ronda de la Champions, Zlatan esperó.
Esperó en vano.
No era de sorprenderse, pensó. Él tampoco era la persona más humilde del mundo. No ignoraba las bromas que hacían de él, diciendo que tres palabras de cada dos que decía eran su nombre.
El problema era que esto no se trataba de humildad. Se trataba de otra cosa.
Nadie sabía lo difícil que había sido el partido para él. No porque fuera el Barcelona, el mejor equipo del mundo. No por las controversiales decisiones del árbitro. No por la portería infranqueable, ni porque él hubiera sido blaugrana alguna vez y ahora ya no.
Todo tenía que haber sido fácil, sencillo. Porque así se lo solía decir Gerard.
Cuando el joven llegó del Manchester United, le había resultado fácil acoplarse al juego del Barcelona. Será porque era español. Pero cuando Zlatan llegó, también entablar amistad había sido fácil. Pero había sido por los avances del jovencito español. Si bien Zlatan también era bueno para los idiomas, y el español no se le dificultaba mucho por sus conocimientos de italiano, Gerard siempre había estado ahí para corregirlo.
-Es fácil- le decía.
Así como había sido fácil empezar a salir juntos. Como cualquier par de amigos. Y de pronto, había parecido aún más fácil burlar los ojos que podrían culparles, las sospechas de sus compañeros de equipo, lo de quedarse hospedados en la misma habitación de hotel siempre que el Barcelona jugaba fuera.
-¿Qué estáis haciendo ahí, chicos?- había preguntado Puyol una vez; Carles, quien sentía que era una especie de guardián de los más jóvenes. Zlatan recordaba los golpecitos contra la puerta, la tensión que había recorrido su espalda; sus dedos que se aferraron a las caderas de Gerard incluso más fuerte que cuando se encontraba presionando, moviéndose... Pero a Gerard parecía no importarle. De hecho, el chico sólo había hundido su cabeza en la almohada; su cabeza que no había hundido para ahogar sus gemidos, pero que ahora lo hacía para esconder sus risas. De milagro se salvaron, quedándose quietecitos, muy quietecitos. Carles se fue: si pensó que se había equivocado, que estaban dormidos, o si en verdad había adivinado lo que estaba pasando, eso Zlatan nunca lo supo. Tan fácil, deshacerse de él.
Así como le había parecido fácil a Gerard empezar a manosearle en el estacionamiento, frente a su carro.
-Aquí no- había dicho Zlatan, negando con la cabeza-. Nos pueden ver.
-No hay nadie. Nadie lo hará- aseguró Gerard, intentando besarlo, pero el sueco apartó su cara.
-Gerard...
-¿No me quieres ya? Vamos. Muero de ganas. Tan guapo que te ves. Eres tan guapo, Zlatan...
Gerard había estado jugando con su mano, convenciéndole. El sueco, a pesar de todo, no había podido esconder su preocupación. El momento que la cámara capturó.
Y después, todo había sido fácil.
Era muy fácil negar todo. Era tan fácil conseguirse una novia famosa. Era tan fácil lucirse como parte del club campeón del mundo.
Zlatan recordó cuán efusivo había sido el español al celebrar la derrota del United en la Champions, olvidando que ese había sido su club. Para Gerard era tan fácil olvidar.
Para Gerard era fácil. Para él no.
Pairing: Zlatan Ibrahimovic/Gerard Piqué.
El disclaimer y eso: Es la primera fic que escribo en español, a pesar de que es mi idioma natal. Como hablo con español mexicano, seguro algunos verbos les parecerán extraños; espero no confundir mucho con regionalismos y demás--aunque para los españoles, pues intentaré usar tantas expresiones ibéricas como se pueda, aunque si me equivoco, recuerden que no soy local, ¿ok? Obviamente, esto es falso. Y de hecho, no sé por qué escribo de estos muchachos, si no soporto a Gerard y... bueno, Zlatan no es santo de mi devoción, aunque me gusta poquito. Será que en el fondo soy fan de su beso.
Resumen: Lo que pensó Zlatan tras la derrota del Milan ante el Barcelona.
Tras felicitar a Pep Guardiola por el pase a la siguiente ronda de la Champions, Zlatan esperó.
Esperó en vano.
No era de sorprenderse, pensó. Él tampoco era la persona más humilde del mundo. No ignoraba las bromas que hacían de él, diciendo que tres palabras de cada dos que decía eran su nombre.
El problema era que esto no se trataba de humildad. Se trataba de otra cosa.
Nadie sabía lo difícil que había sido el partido para él. No porque fuera el Barcelona, el mejor equipo del mundo. No por las controversiales decisiones del árbitro. No por la portería infranqueable, ni porque él hubiera sido blaugrana alguna vez y ahora ya no.
Todo tenía que haber sido fácil, sencillo. Porque así se lo solía decir Gerard.
Cuando el joven llegó del Manchester United, le había resultado fácil acoplarse al juego del Barcelona. Será porque era español. Pero cuando Zlatan llegó, también entablar amistad había sido fácil. Pero había sido por los avances del jovencito español. Si bien Zlatan también era bueno para los idiomas, y el español no se le dificultaba mucho por sus conocimientos de italiano, Gerard siempre había estado ahí para corregirlo.
-Es fácil- le decía.
Así como había sido fácil empezar a salir juntos. Como cualquier par de amigos. Y de pronto, había parecido aún más fácil burlar los ojos que podrían culparles, las sospechas de sus compañeros de equipo, lo de quedarse hospedados en la misma habitación de hotel siempre que el Barcelona jugaba fuera.
-¿Qué estáis haciendo ahí, chicos?- había preguntado Puyol una vez; Carles, quien sentía que era una especie de guardián de los más jóvenes. Zlatan recordaba los golpecitos contra la puerta, la tensión que había recorrido su espalda; sus dedos que se aferraron a las caderas de Gerard incluso más fuerte que cuando se encontraba presionando, moviéndose... Pero a Gerard parecía no importarle. De hecho, el chico sólo había hundido su cabeza en la almohada; su cabeza que no había hundido para ahogar sus gemidos, pero que ahora lo hacía para esconder sus risas. De milagro se salvaron, quedándose quietecitos, muy quietecitos. Carles se fue: si pensó que se había equivocado, que estaban dormidos, o si en verdad había adivinado lo que estaba pasando, eso Zlatan nunca lo supo. Tan fácil, deshacerse de él.
Así como le había parecido fácil a Gerard empezar a manosearle en el estacionamiento, frente a su carro.
-Aquí no- había dicho Zlatan, negando con la cabeza-. Nos pueden ver.
-No hay nadie. Nadie lo hará- aseguró Gerard, intentando besarlo, pero el sueco apartó su cara.
-Gerard...
-¿No me quieres ya? Vamos. Muero de ganas. Tan guapo que te ves. Eres tan guapo, Zlatan...
Gerard había estado jugando con su mano, convenciéndole. El sueco, a pesar de todo, no había podido esconder su preocupación. El momento que la cámara capturó.
Y después, todo había sido fácil.
Era muy fácil negar todo. Era tan fácil conseguirse una novia famosa. Era tan fácil lucirse como parte del club campeón del mundo.
Zlatan recordó cuán efusivo había sido el español al celebrar la derrota del United en la Champions, olvidando que ese había sido su club. Para Gerard era tan fácil olvidar.
Para Gerard era fácil. Para él no.