Jun 23, 2008 23:05
Nombre: Inmensidad
Fandom: Original
Palabras: 534
Advertencias: angst, violación de un menor
Resumen: ella nunca quiso volver.
Y mira, con pereza, pero mira.
Mira al futuro que camina desvalido, perdido, acabado. Mira los retazos de pasado, momentos que no se repetirán. Mira al presente. Con su piel maltratada, con su mirada ausente. Muerta.
Lo observa todo con profundo detenimiento, como quien admira el melancólico paisaje de otoño. Con sus hojas que caen y caen, perdidas y moribundas. Escucha, a la distancia, una voz.
Le llaman.
Piensa que ahí todo acaba. Ahí en donde el pasado observa, arrepentido, lo que pasará; en donde el presente sueña y cree en la esperanza; en donde el futuro no mira, porque simplemente no hay más qué observar.
Sonríe, porque esa mano aprieta la suya y está tibia. Le llaman con cariño.
Parece que flota entre nubes de algodón, o tal vez en un campo de flores. Sí. Un inmenso campo de flores. Con todos los olores que tiene para ofrecer, con su relajante paz; y parece olvidar el mal que la acecha, como una sombra, como una nube que se abre sobre el espacio y la amenaza con rencor.
Aquí no hay nada, piensa, aquí la gente se pierde, aquí no se sufre, aquí no se llora. No pasa nada, absolutamente nada. Solo la inmensidad, ésa que se abre paso ante sus ojos y le envuelve con cariño, esa fantasía que le hace olvidar su realidad.
Porque aquí, los golpes no llegan a rozar su piel, porque cuando se ha sufrido lo suficiente, simplemente no se puede esperar más.
Abre los ojos y ahí, ese azul. Como el mar, enorme y magnífico mar. Alza sus bracitos golpeados y cierra los ojos nuevamente, disfrutando de tan extraña calidez.
Hay sol, pero no siente calor; hay frescura, pero no hay frío. El cielo, las flores; funcionan como bálsamo para un cuerpo maltrecho, con sus heridas abiertas y sangrantes.
Manchando el suelo con el líquido de la vida.
De repente, todo parece cambiar y ya no hay voces relajantes ni susurros en su oído, ahora alguien le grita, parece rogar porque vuelva. Vuelve, dice, no mueras. No lo entiende, él fue quien la golpeó, él fue quien le dijo que desapareciera. ¿Por qué quiere que vuelva? Ahí se está muy bien, hay paz y está segura de que un ángel le acuna entre sus brazos de seda, protegiéndola con sus alas, consolando su llanto.
No quiere sufrir más, pero él parece insistir.
Su voz cada vez es más fuerte, y de repente, esos brazos cálidos se separan de su cuerpo y el frío se incrementa lenta y dolorosamente. Siente las lágrimas resbalar por sus mejillas lastimadas y siente una punzada terrible en su corazón. No sabe qué pasó con su campo, no entiende dónde está su cielo con sabor a mar.
No comprende a dónde se fue su ángel.
Un grito escapa de su garganta y hay más voces, ruidos y alaridos. Escucha la voz de él, sí, ése que robó su inocencia, aquél que la mató para después simplemente hacerla revivir. Ella conoce cosas que una niña de ocho años no debería saber, pero ella es diferente.
Mary lloró, y con manos temblorosas sostuvo el rostro de su destructor.
Solo un par de palabras hicieron falta para que él reaccionara.
- Quiero morir.
...Qué deprimente.
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