Viñeta de regalo para Melisa

Aug 09, 2012 21:19

Me negué a quedarme un momento más en casa, so pena de que mi madre Lorraine y mis hermanos mayores fuesen a buscarme. Es que no podía más, ya no quería robar por capricho de mi madre. Saben, Lorraine Sanders puede ser demasiado autoritaria. No la he visto en tres años y aún sigo temiendo sus gritos.

-¡Ven aquí, Kaylee Sanders! ¡Y más te vale no intentar escapar.

Era el mismo grito, todos los putos días de los últimos diez años de mi vida, hasta aquel entonces, cuando recién había cumplido diecinueve años de edad.  Escapé, sin nada más que la ropa que llevaba puesta. Y lo que temía se vio cumplido: mis hermanos mayores, decididos a castigarme, me buscaban. La ventaja de ser lo que soy es que podía verlos antes de que llegaran a encontrarme…

La última frase puede sonarles rara. Lo que soy. Para todo soy Kaylee Sanders, ayudante del sheriff Luke McCord, en un condado en Wyoming, Estados Unidos. Pero yo no soy una ayudante de sheriff normal: soy una mujer gato. Sí, no se rían. Aunque no me transforme, digamos que debo limarme los colmillos de vez en cuando para pasar desapercibida. Los que se transforman son los varones de mi especie. Luke McCord, el sheriff es uno de ellos.

¿Cómo fue que conocí a Luke? Fácil, en una noche fui a esconderme, totalmente hambrienta y cansada. Vi a un puma y digamos que noté que sus ojos eran muy humanos. Pensé que era uno de mis hermanos y lo ataqué. Él se defendió como pudo y además hizo una llave para inmovilizarme. Me llevó a su casa, no sin que yo luchara. Por un momento puse atención a su voz y me di cuenta que no era alguien de mi familia. Esto pudo tranquilizarme un poco.

-¡Vaya que eres ruda, mujer! Por ahora, debes darte un baño y comer, porque te ves fatal- sí, esta fue la cariñosa bienvenida de ese hombre gato.

Los primeros días de convivencia no fueron fáciles. Digamos que dos felinos desconocidos en una misma casa es una combinación explosiva. Peleábamos a cada rato. Además, Luke dijo que no aceptaría haraganes en su casa.

-¡Tú fuiste quien me trajo aquí en primer lugar!

Oh, sí… era una relación extraña la nuestra. Unos meses después, noté que empezamos a llevarnos mejor. Le platiqué mi historia familiar y él también lo hizo.

-…vamos a decirlo de esta manera. He luchado por reformarme. Ya no quiero la fama de gato peleonero y ahora estoy luchando por conseguir mi licencia de policía, porque quiero hacer un bien en esta comunidad. Claro, no voy a mostrar mi forma de puma. Quiero que la gente se sienta cómoda conmigo- noté que sus ojos me parecieron hermosos en ese instante.

-Comprendo, Luke. Sabes… creo que yo también entrenaré. Quiero ayudarte.

-Hum, normalmente los hombres gato no nos ayudamos entre nosotros. Pero sabes, Sanders, no me parece mala idea.

Y así empezó nuestra colaboración. Él comenzó a entrenarme para que controlara mi fuerza y aprendiera a usarla. Y para la gente normal, éramos una pareja cualquiera.

Ahora, a tres años del comienzo de nuestra historia, siento que la precepción del resto del mundo no era errada. Creo no desagradarle al serio Luke. De hecho, ya noto que me llama por mi nombre de pila, cosa que no hacía al comienzo.

Creo que podríamos compartir el resto de nuestra vida juntos… bueno, tal vez me apresuro un tanto.

escrito, regalo, universos de mis amigos, original

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