TÍTULO: Sangre Incólume.
CAPITULO: 7.
PAREJA: Ron\ Ginny.
RATING: NC-17.
ADVERTENCIAS: Incesto, Lemmon.
WORD COUNT: 2150~.
VII.
La decisión estaba tomada, Ginny había concluido ir a la casa de Percy para que al día siguiente él hablara con Ron y le comunicara que ella mandaba decir que lo esperaba en casa. A pesar de las insistencias de George de que ella tenía que hablar directamente con Ron, ella no lo consideró prudente. Eso era disponerse demasiado y la cosa no debía ser para tanto.
Aquella noche Ginny sintió aligerarse la presión sin embargo se mantenía intranquila. A saber cómo se las arreglaría cuando Ron estuviera ya en casa. No era que pensara jugarle una trampa, pero ella no sabía de qué talante vendría su hermano el dócil, que de pronto había dejado de serlo.
Durante la mañana siguiente, de pronto, una lechuza negra del Ministerio llamó con insistencia a su ventana. Ginny sintió un brinco en el estómago y a su mente llegaron inmediatamente varios hombres: Percy, el Delegado Porter, el mismo Ron, hasta Harry… Pero el primero había sido el correcto.
“He hablado con Ron y dijo que a la hora de la comida recogerá sus cosas y al final del turno irá a La Hura. Todo arreglado. Y ya no peleen por favor.
Percy Weasley.”
Las manos de la chica empezaron a sudar. Nunca pensó que tendría miedo de Ron algún día, es cierto que a pesar de todo prefería ser su esposa a rolarse con todos sus hermanos pero, definitivamente no quería volver a conocerlo en plan cabreado. Aunque todavía no le agradaba del todo la idea esa de la cooperación.
COOPERAR… la palabrita esa la tenía ya bastante atravesada. Sentía que podía significar muchas cosas difíciles de aceptar y eso que sonaba tan diplomática. Cooperar… cooperar… durante todo el día le resonó en la cabeza y cada que la pensaba sentía que dos manos se apretaban a su cuello.
Pero no hay hora que no se llegue. La chica miró al reloj cuando sonaron seis campanadas. No tardaría en llegar. Pero el chico debió tomarse las cosas con calma porque fue hasta pasadas las siete de la noche cuando llegó a casa. Ginny ya se había cansado de esperar y se había quedado medio dormida en la sala de la casa, cuando escuchó que la puerta de la cocina se cerró.
Ella se enderezó suavemente mientras encontraban sus miradas por unos momentos. Ron traía una pequeña mochila con su ropa y se miraba impasible, seguro.
-¿Vas a cenar? - preguntó la chica tratando de romper el hielo.
-¿Qué hay?
-Estofado de res.
El chico negó con cara de desagrado. -Una manzana está bien. - dijo mientras cogía una manzana amarilla del frutero y la daba una mordida.
Ginny se mantuvo mirándolo por un rato mientras el único sonido que se escuchaba eran las mordidas de Ron a la manzana.
-Bueno, hay agua caliente por si te quieres dar un baño, yo… me voy arriba. - susurró la chica sin saber qué mas hacer.
Ron levantó ambas cejas y la siguió. Al llegar a la habitación el chico sacó su ropa de dormir y guardó en un cajón la que traía en la mochila.
-Si está sucia échala al cesto.
-Está limpia. - dijo Ron secamente antes de entrar a darse un baño.
Mientras él estuvo dentro tomando su baño Ginny se sentía profundamente intrigada. No parecía enojado ni le había hablado de lo sucedido, pero tampoco parecía muy accesible. Además, habían pasado muchos días y ella ya debía estar en sus días fértiles. No se atrevía a proponer nada en absoluto, pero necesitaba saber en qué condiciones era realmente su regreso. Cuando el chico salió en trusa secándose el cabello con una toalla, ella todavía estaba parada en el mismo lugar.
-¿Ahí vas a pasar la noche? - le preguntó Ron irónicamente sin mirar hacia donde estaba.
-Errr, creo que debemos hablar. - respondió ella haciendo valor.
Ron giró su mirada lenta pero intensamente hacia ella sin decir una palabra. Ginny no tenía idea de que decir pero sabía que debía comenzar y hacerlo con contundencia.
-Bien, supongo que tienes parte de razón y… n-no volveré a dormirme mientras… mientras tenemos sexo.
Ron la miró como si fuera a enfurecer y de pronto sonrió.
-Ginny, no me digas que volví en vano, porque en este momento…
-No, noo, espérate. Estamos hablando. Vamos a ponernos de acuerdo.
El chico respiró profundo y mientras se ponía el pantalón del pijama sentado sobre la cama empezó con su lista de peticiones.
-Quiero que las cosas sean parejas Ginny. Lo de que no te duermas, ni siquiera lo voy a mencionar porque no te pienso dejar hacerlo.
Vamos a ir a medias en todo, para hacer un bebé se necesitan dos y los dos vamos a tener que participar. Pero como yo ya te llevo
mucha ventaja, voy a dejar que nos emparejemos con una sola noche. De todas en las que yo hice todo solo, tú lo harás sola nada más una vez.
-Cómo, no entiendo.
-Que vamos a ir parejos en todo. Yo, en tu embarazo, prometo no dormir cuando tú no duermas, y ayudarte en lo que necesites si te sientes mal. Estaré ahí contigo siempre, para lo que necesites. Pero tú también tienes que entrarle a lo que yo necesite.
-Sí, eso ya lo entendí. Lo que no entiendo es lo otro, lo de tu ventaja.
-Ah, pues eso. Yo creo que es justo que por una vez yo me dé el lujo de dormir mientras tú haces todo el trabajito. Pero no serán todas las que yo hice, es suficiente que con que lo hagas hoy.
A Ginny se le murió en la lengua un “estás rematadamente loco” porque sabía que lo estaba diciendo en serio y que ahora que lo había hecho volver no iba a tener opción. ¿Qué diantres le había pasado en tres días? Él se miraba tan seguro que sabía que no era una cuestión negociable. Deseaba decir algo pero no tenía palabras para responder a eso.
-Ron, no era mi intención si fue algo que… no sé… yo…
-Claro, me imagino. Pero, vengo algo cansado Ginny, así que si lo vas a hacer, de una vez…
La chica estaba en shock, él no se había ablandado con su disculpa. ¿De verdad hablaba en serio? Pero tenía que reconocer que ese Ron no era tan distinto al que conocía, recordando las palabras de George, era cierto que lo conocía y que seguía siendo el mismo. Ron enojado era más obstinado que todos juntos. No cambiaría de parecer ni aunque pasara una semana.
Por otro lado, a Ron le dolía seriamente ponerse así de rudo con ella. Pero también sabía que a Ginny no se le puede dar rienda suelta porque no tardaría mucho en tenerla sobre su cuello peor aún que su madre y Hermione juntas. Todas las mujeres de su vida estaban acostumbradas a que siempre era afable pero él debía demostrar que sabía marcar sus límites y aunque fuera doloroso, debía hacerle saber a su hermana que él también tenía sus condiciones para navegar en el mismo barco.
Entonces Ginny apagó todas las luces mientras hacia un gran esfuerzo de voluntad. Ron se recostó sobre la cama completamente, sin mover un dedo. Ella se sentó a su lado y se quedó un momento indecisa sobre lo qué hacer, hasta que finalmente posó la mano sobre su regazo.
La chica estaba sufriendo lo indecible, hurgó tímidamente entre sus ropas descubriéndolo. El chico no podía estar más relajado. La habitación había quedado en la oscuridad más intensa que habían tenido en las últimas semanas. Ginny lo quiso así. Pero aún así, la oscuridad no lograba mitigar un poco su indisposición.
Ron cerró los ojos e intentó relajarse también, a ambos les convenía olvidarse un poco de todo lo pasado. De todo en general. La chica empezó a estimularlo pero en realidad solo lo manoseaba sin intención alguna, como si no tuviera idea de lo que hacía. Tardó un rato en reconectar su cerebro y hacerlo con sentido, tenía la cabeza bloqueada.
Después de algunos momentos eternos logro ir obteniendo respuesta física del chico, pero ahora venía la parte pesada. Una vez erecto trató de estimularlo bastante para que no se dilatara demasiado en eyacular, pero la que se dilataba en decidirse a montar sobre él era ella.
Mientras se quitaba el pantalón del pijama junto con las pantaletas, Ron la escuchó moquear y la sentía tallarse la cara, tal vez estuviera llorando. Pero él no se movió. Un momento después la chica se armó de valor y se sentó sobre su regazo; y entonces empezaron los sollozos. Aún no estaban unidos pero la chica ya lloraba y le temblaban las manos. La pequeña pelirroja apoyaba las manos en su pecho casi dispuesta a penetrarse y se arrepentía cada vez con un nuevo gimoteo. Hasta que después de un rato, finalmente lo puso en su
entrada y bajó torpemente.
-Aa-aay.
-Lubrícate tonta. - reprendió impaciente el chico notando que ella estaba demasiado alterada para pensar en su propia conveniencia.
-¿Qué hechizo es?
-Ulligô Copulae.
Ron dudaba seriamente en ayudarla, Ginny ya estaba sintiendo lo que él había sentido, pero no debía ayudarla, tenía que hacerlo sola. Así debía ser para bien de todos. Ella debía tener claro que la procreación de su bebé tendría que involucrarlos a ambos en todo.
Después de lubricarse adecuadamente se unieron apenas escasamente, ella no se atrevía a bajar demasiado todavía. Ron se mantenía completamente recostado con sus manos sobre la cama. Por un momento intentó dormir como lo había hecho ella, pero era imposible.
No podía entender como las mujeres lograban hacer ciertas cosas.
Ginny se movía pobremente deteniéndose ligeramente en el vientre de Ron, pero no lograba darle un sentido a lo que hacía. Se movía un par de veces y se detenía para limpiarse la nariz o las lágrimas y un rato después otro poco… en fin. Así se mantuvieron un largo rato, pero Ron sentía que iba a perder erección en cualquier momento y todo habría sido en vano. Ella seguía poniendo poco de su parte. Poco o simplemente insuficiente.
-Ginny si no coges ritmo, aquí nos vamos a amanecer… - le aconsejó Ron conscientemente.
Ella gimoteó.
Ron estuvo a punto de ceder y ayudarla, apenas había levantando una de sus manos del colchón cuando la chica tomó su consejo y puso mayor determinación en lo que hacía. Ella sabía que Ron tenía razón así que decidió dejar un poco atrás el drama y acabar de una vez. Aunque el cuerpo no seguía su mente. Sus acciones estaban lejos de su determinación, pero había mejorado.
Estuvo otro rato moviéndose sobre él pero hacerlo sola era tremendamente cansado, así, sin que él mueva sus piernas, sin que al menos la sostenga por la cintura, sin cambiar de posición… era una maratón. Estaba cansada y el chico no tenía traza de venirse pronto ni de guasa.
Ginny se detuvo un momento a respirar recargándose hasta los codos sobre su pecho. Lo sintió mover las manos, pero estas no llegaron a ella. Ron le estaba dando una lección y le dolía hacerlo pero lo haría hasta el final. Después de su respiro, ella continuó con mayor energía su cabalgata.
Ron por su parte tenía los ojos cerrados en concentración, la chica ya no gimoteaba y debía ponerse a tono para que valiera la pena. Ginny estaba poniendo de su parte y su manera de ayudarla era disponerse lo más posible a llegar, pero dado que el inicio había sido demasiado flojo ambos estaban a marchas forzadas.
La chica volvió a detenerse para dar un respiro.
-No pares, dale. - apuró el chico.
Ginny se recompuso de inmediato, tal vez estaba cerca.
-Sigue, sigue.
Bien, con instrucciones había motivación.
-¿Ya casi? - preguntó interesada.
-Más o menos, dale…
Ginny se sintió motivada, pero aunque había hecho lo que le había pedido Ron, él no se terminaba de correr y ella estaba cansada. La chica bajó la marcha unos momentos sin dejar de moverse.
-Más rápido, no pares. - solicitó Ron de nuevo.
La chica volvió a la carga obedientemente y unos instantes después lo sintió descargarse dentro de ella.
Luego de ese instante, respiró profundo y se quedó sentada sobre él unos momentos tratando de reponer fuerzas, se sentía incluso poco mareada. Al momento de correrse Ron le había agarrado una pantorrilla y su mano seguía ahí, él no pudo abstraerse como ella, evidentemente. Después se levantó suavemente y en esta ocasión fue ella quien se dirigió directo a la regadera.
Ahora comprendía algunas cosas.
N/A: Espero que les esté gustando... has anybody read this fic?? xD