TÍTULO: I Will.
CAPÍTULO: Quinto
PAREJAS: Ron/Ginny.
AUTOR:
la_comadreja RATING: NC-17
SUMARIO: Un cúmlo de sentimientos intensos y confusos llenan a Ron poniendolo al filo de la cornisa.
CAPITULO QUINTO
Oh, querido Ron, lamento muchísimo la muerte de tu padre.
Bill ha llegado destrozado de la guarida donde estaba tu padre, prácticamente murió en sus brazos. Sus últimas palabras han sido para ustedes, para sus hijos.
Sé que los gemelos se encargaron de avisarte esta noticia. Ellos se integrarán a la misión que ahora lleva a cabo Bill. Justo ahora Bill espera por ellos para iniciar la ceremonia fúnebre de tu padre. Será muy sencilla, ellos lo decidieron así.
Bill me ha pedido que te diga que te hagas cargo completamente de Ginny por ahora, pues él difícilmente podrá ir a verlos en un buen tiempo. Las cosas aquí afuera están terribles; en la cúspide. La sed del daño doloso ha convertido esto en una locura. Ya llevamos encerrados varios días.
Estoy segura que Harry querría mandarte unas palabras pero… no está enterado. No puedo decirte más.
Te mando las condolencias de todos; y yo… un gran abrazo Ron. Recíbelo como si yo estuviera ahí.
Te quiere Hermione.
Ron se había sentado a leer la carta sobre la cama. La última línea de despedida estaba llena de gotas que desvirtuaban las letras.
La mirada de Ron estaba fija. No podía hablar, ni parecía poder pensar. Era como si todo se hubiera detenido. Se sentía bloqueado sin poder asimilar que en menos de un mes hubiera perdido a su madre y a su padre y tuviera una hermana a medio vivir.
Otra vez como cuando el ataque de Ginny, estaba como ausente de toda emoción. Las lágrimas son poca cosa para poder descargar tanto dolor, no son suficiente. Su alma se sentía tan pesada como si tuviera una loza de concreto encima.
Con paso vacilante y la carta en la mano salió de la habitación sin rumbo fijo. No quería estar en ningún lugar. Ni ahí, ni en otra habitación, ni en esa casa. Ni despierto ni… ni despierto…
Tratando de contener la sensación de vacío que tenía se metió a una de las habitaciones y se dejó caer hasta el piso quedando sentado en la vieja alfombra de lo que fuera una lujosa habitación. El trozo de pergamino donde las palabras de Hermione trataban de confortarlo quedó a unos pasos de ahí arrugado y húmedo. Ron no quería volver a verlo, deseaba fingir que no estaba enterado de nada y tratar de seguir como si la vida fuera la misma, pero no; no podía sacar de su cabeza que ahora su padre estaba muerto. Su padre y su madre muertos por culpa de una guerra que aún no terminaba.
Más tarde regresó a la habitación completamente a oscuras y se metió a la cama deseando dormir pesadamente, pero cuando se acercó a su hermana y la abrazó, y percibió su aroma y esa sensación tan familiar, tan cercana; algo se rompió dentro de él y las lágrimas comenzaron a salir humedeciendo la piel de Ginny mientras él se aferraba más a su cuerpo. Ella era todo lo que tenía, ella era su único mundo, su todo.
Mientras más se aferraba a su cuerpo, su llanto se volvía más intenso e incontenible. Ron se permitió liberar por vez primera todo su dolor con lágrimas como no lo había podido hacer. Se abrazaba tan intensamente a ella que lo hacía con brazos y piernas. A ella no podía perderla. Necesitaba sentir que no estaba solo y que aunque ella no respondiera estaba viva. Con él. Las lágrimas siguieron saliendo hasta unirse a roncos sollozos que lo hicieron recordar que su dolor podía ser dañino para ella. Fue así como trato de recuperar la tranquilidad; por ella.
El cuerpo de ambos temblaba después de aquello. Al cuerpo de Ginny además del temblor le siguió una intensa baja de temperatura que hizo sentir a Ron terriblemente culpable. Ni siquiera podía tener el privilegio de llorar y tratar de confortarse.
Tratando de redimir su error comenzó a frotar sus manos sobre el cuerpo de ella desde los hombros hasta el muslo. Una y otra vez acariciándola sin descanso tratando de compartir su calor y producirlo sobre su piel. Los ojos de Ron seguían húmedos mientras frotaba sus manos sobre ella, algunas lágrimas rebeldes seguían escapando de sus ojos, pero ahora de manera silenciosa.
El calor se negaba a venir al cuerpo de ella, era como si supiera que un dolor muy grande estaba sobre ella otra vez, un dolor nuevo. Ron sensible aún y preocupado por su estado comenzó a platicar con ella y le dio un par de besos en la mejilla que le estaban rompiendo todavía mas el corazón. Sus ojos parecían no poder contener las lágrimas al verla pálida y lánguida en sus brazos.
Poco a poco la pesadez que dejó el llanto en sus ojos y el cansancio fueron haciendo que lo venciera el sueño aún sin dejar de mover sus manos sobre el cuerpo de Ginny como acto inconsciente y mecánico. Estaba acostumbrándose rápidamente a dormirse tocándola, acariciándola, revisando su temperatura, tanteando si no estaba orinada, etc. Todo eso ahora era más que su responsabilidad, su razón de vida también.
A la mañana siguiente bajó con ella en brazos envuelta en una gruesa cobija de las que usaban en la cama, su temperatura aún no volvía a subir hasta donde ya lo habían logrado y no quería que al estar alejado mientras preparaba el desayuno, ella estuviera pasando fríos. La sentó en el comedor y unos minutos después desayunaron juntos.
Los ojos de Ron estaban hinchados y vidriosos aún, sentía que le ardían como si tuviera sal de mar en ellos, como si la humedad y la irritación estuvieran en sus ojos de manera permanente. Eso lo hacía tallarse con frecuencia los ojos por ello terminó con las cejas llenas de chocolate. Cuando sintió la grasa del cacao en su piel, una débil sonrisa se dibujó en su cara, pero recordó a su padre muerto desde apenas un día y sintió como si no fuera correcto esbozar una sonrisa.
Mientras Ron se encargaba de recoger algunas cosas en el comedor escuchó el cascabel de Arnold trotar en el pasillo. Mientras recordaba que no había regresado al micropuff éste trepó por las piernas de Ginny y se sentó en su regazo esperando las caricias de la que reconocía como su ama. Ron se acercó para quitar a la criatura de ella pero cuando lo hizo vio que Arnold se frotaba con cariño sobre las manos de su ama pidiéndole caricias son sus propias caricias. Entonces Ron decidió no regresarlo de inmediato, esperaría a la noche para dejar que la criatura le diera cariños a Ginny.
Por la noche después de que el morado micropuff los acompañó todo el día durante sus ejercicios, durante las comidas e incluso ayudando a Ron a divertirse un poco, lo tomó y caminó hacia la chimenea para regresarlo con Hermione. Pero cuando estuvo ahí parado con él pensó en que si Arnold servía de comunicación, bien podría mandarlo con una nota de regreso. Entonces arrancó una hoja limpia del final de un libro y elevó su mirada al techo.
Bueno, era una excelente idea eso de escribir algo, pero no se le ocurría qué sería bueno decir… Finalmente después de varios minutos escribió:
Gracias Hermione. Dile a Bill que Ginny esta mejor, que ya casi se tibia y que no nos hace falta nada. Espero que todos estén bien. Bye.
Al terminar dobló rápidamente la hoja y se la puso a Arnold. Aventó los polvos en la chimenea y gritó: -¡Moony!.
Después regresó y se metió en la cama acurrucándose rápidamente con su infaltable Teddy Bear de tamaño natural. Con su Teddy Bear con forma de mujer… Durante la noche seguía recorriendo su cuerpo cada vez con mayor confianza, frotaba sus manos sobre ella para darle calor y la tocaba sin pudor para saber si estaba húmeda o no. Después de todos los días que habían pasado sería estúpido sentirse apenado o pudoroso acerca de tocar a su hermana. De hecho ahora ese contacto le hacía falta, era parte de sus rituales nocturnos, si no lo hiciera sería como si le faltara algo muy grande, tal vez no podría dormir por la ausencia de un cuerpo el cual tener entre sus brazos.
Al día siguiente en algún resquicio de su mente pensó que tal vez Hermione al ver que había una respuesta de Ron habría mandado de nuevo a Arnold para que fuera un medio de comunicación continuo, pero no fue así; el micropuff no regresó ni paseó junto con ellos por la casa como aquél día.
Ese día mientras estaba bañándola en la tina, se quedó sentado sobre la silla un momento observándola; la miraba desnuda bajo el agua y apreciaba su cuerpo. A veces no sentía como si fuera su hermana, simplemente estaba viendo a una mujer desnuda. Le gustaba observarla, alguna vez había tenido una fuerte curiosidad por ver de lleno unos pechos desnudos, de llenar sus manos con ellos y sentirlos suaves y firmes en sus manos, pero nunca lo había hecho; y no era correcto sentirlo ahora con ella. Aunque tenía curiosidad, tenía tentación; ella era la primer mujer que miraba desnuda.
Terminó de bañarla venciendo sus absurdos cosquilleos en las manos y la jabonó y enjuagó de la misma forma que llevaba haciéndolo desde el primer día. Después de ello puso un hechizo en la tina para mantener el agua tibia mientras él se iba a un par de pasos de ahí y tomaba una rápida ducha con agua fresca. Usar la tina ambos a diario podía ser desgastante.
Al salir se secó y se puso un bóxer limpio pero mientras se secaba el cabello con una toalla y caminaba hacia ella para llevarla a la habitación algo extraño comenzó a suceder.
El lugar empezó a ponerse frío, la temperatura estaba cayendo fuertemente en toda la casa y había comenzado a llover con fuerza. Ron se acercó alarmado a la ventana a tiempo para ver el trozo desarrapado de una túnica negra, fantasmal, que no abrigaba ningún cuerpo humano. El frío… sus padres muertos… los peores momentos de su vida… Eran Dementores.
Antes de que pudiera siquiera pensar empezó a escuchar débiles gorgoreos que provenían de Ginny desde la tina. La tina ahora tenía una fina capa de escarcha y ella temblaba. El hechizo se había roto por la fuerza de la frialdad de los dementores. Ron apenas supo reaccionar; tenía que sacarla de la tina de inmediato, si su sangre perdía más temperatura su corazón dejaría de latir.
Mientras corría con su cuerpo entre los brazos hacia la habitación trataba de encontrar en su mente una maldita razón por la que hubiera dementores en Grimmauld Place. ¿Qué demonios estaba sucediendo afuera?. ¿Por qué habían ido a dar los dementores con ellos?
Al llegar a la habitación la aventó sobre la cama y se giró para buscar toallas o cobijas o cualquier cosa para envolverla; pero su misma sangre pareció salir de él cuando vio la sombra de un dementor acercarse por el pasillo, se tocó en busca de su varita pero escasamente solo tenía los bóxer puestos. La varita se había quedado en el baño después de que hiciera el hechizo sobre la tina… Y la varita de Ginny, ¿dónde estaba?…
Su cabeza trataba de trabajar a pesar de que estaba fuertemente consternado. Los hechizos de protección que estaban puestos sobre la casa eran para cualquier bruja o mago que quisiera entrar… pero los Dementores no eran ni brujas, ni magos. Ni siquiera eran personas…
El dementor estaba ya dentro de la habitación, Ron no podía pensar en que entrara otro más, menos aún sin tener varitas. El dementor fijo los huecos donde debería haber ojos sobre el cuerpo desnudo de Ginny y entonces Ron se aventó sobre ella e hizo lo único que le impediría al dementor aspirar la vida de alguno de ellos o besarlos…
La besó.
La besó en la boca cubriéndola completamente con su boca. Transmitiéndole todo su calor en el aliento, llenó su boca desesperadamente con su lengua buscando llenarla sin dejar cabida para que el dementor se acercara, necesitaba cubrirla y además darle calor y esa sería la forma más efectiva de hacerlo sin varita.
El dementor seguía ahí, él podía sentir su helada presencia sobre la espalda. Él también tenía frío y no podía dejarse vencer. Entonces sin separar su boca de la de ella ayudándola a respirar con sus propios respiros rompió toda reserva y la tocó. Frotaba y acariciaba sobre su piel sin saber exactamente si hacía bien o sí eso funcionaría.
Bloqueó su mente y permitió que sus manos hicieran aquello que habían deseado apenas unos minutos atrás. Hurgó dentro de él buscando lujuria y deseo intentando apagar su miedo y su desesperación y le dio rienda suelta a la sangre de hombre que tenía en las venas. La temperatura en su cuerpo comenzó a subir casi sin darse cuenta, su cuerpo respondía poco a poco olvidándose ligeramente de la criatura siniestra que aún se movía por el cuarto buscando la manera de atacar.
De pronto la lluvia comenzó a disminuir, la temperatura a subir, el dementor se movía desesperadamente en la habitación buscando salida. Ningún otro dementor halló la manera de entrar y ya se marchaban… Ron debía seguir hasta que ese dementor encontrara la forma de salir, no había otra, no podía dejarle espacio.
Entonces finalmente cerró los ojos y la besó con mayor fuerza y pasión de la que nunca lo había hecho con nadie, la respiración de ella se ahogaba, pero respiraba. No supo cuánto tiempo estuvo así, pero después de un momento se dio cuenta de que tenía calor, que había humedad en su cuerpo que no era del baño, y el cuerpo de ella también había subido su temperatura. Ahora ella jadeaba en su boca.
Tanteó separándose un poco de ella y volteó sobre su hombro; estaban solos. Cuando regresó su cabeza a ella; Ginny tenía los labios entre abiertos y jadeaba, su cuerpo no estaba fresco como siempre. En el cuerpo de Ron la sangre estaba corriendo llena de algo que lo hacia sentir ansioso, con la piel demasiado sensible, caliente. Estaba excitado, muy excitado. Ahora que se había ido el Dementor no sabía si seguir o detenerse… Ya no había Dementor.
Seguir o detenerse…
N/A: Gracias a quienes siguen la historia. No me molestaria que me motiven con sus comentarios.