Momento. Acto II.
Los dedos desciendende lentamente, tardando eternidades, sobre las teclas escribiendo en un viejo monitor palabras no epnsadas, nonnatas, que tan solo son excretadas de las llemas de los dedos de algún ser que , a la sombra de la noche y al compás de una música eclipsante, deja que se le vacióen los sesos, desvanandose en algo que llaman coherencia. La música sigue sonando, llenado de ecos vaciós lo que se oculsta tras las cuencas oculares, donde dicen, habitan las palabras. ¿Pero acaso las palabras, tan solo una forma abstracta dictada a al voluntad del hombre, algo que realmente no existe, habitan en algún lugar?¿Como puede vivir aquello que no existe? Y, sin embargo, ¿comop puede algo que no existe, emocionar, ilusionar, empeañar los ojos de alguíen que nunca llora? Por que si, eternas compañeras, amantes fieles en cada verso, cada linea, cada suspiro que en largas noches, cuando para entonces mi cabeza andaba perdida entre pajaros y mariposas que ahora no recuerdo, vosotrtas siempre me habíes acompañado, os he lelvado siempre encima, en algún sitio donde unos dicen que vive el alma. A vosotras este momento, abstractas realidades, por que sin vosotros jamás hubiera existido.