Eejanaika. Cap 4/6
Sumary: eejanaika es la app más usada de kansai, que te permite conocer gente nueva de forma rápida y confiable, Junta y Takahiro se conocían de antes, pero tuvieron que conocerse dos veces para conocerse de verdad.
Pairing: varias ㄟ( ･ө･ )ㄏ
Una broma
Una broma. Había comenzado como una broma.
Hamada conoció a Junta y Akito por coincidencia, simplemente estaban ese preciso día, afuera de esa precisa tienda, haciendo esa precisa fila, para comprar ese preciso dvd de kanjani, los miró fijamente, estaban unos 2 metros delante de él, sonriendo y conversando, no los conocía y ya los odiaba, estaba precisamente mirándolos, en ese preciso momento, cuando Junta precisamente giro la cabeza, en esa precisa dirección y sus miradas se cruzaron, fueron pocos segundos, pero en esos segundos Junta le sonrió antes de seguir hablando con su amigo, Hamada no supo porque pero ese pequeño gesto de cordialidad lo hizo odiarlo aún más.
Fue la semana siguiente, Hamada comenzó la universidad, inmediatamente se hizo con un grupo de amigos, un grupo de cabezas vacías, de conversaciones simples, nunca hablaban de sus gustos ni sentimientos, solamente hablaban de chicas, deportes y bromas, cualquier cosa fuera de eso se consideraba de maricones. Tenía clases obligatorias que realmente no tenían mucho que ver con su carrera, entre esas filosofía, con la peor profesora del universo, en toda la historia de la universidad nadie había aprobado su materia la primera vez, allí encontró a Junta, haciendo el curso por segunda vez (el semestre anterior le había faltado tan solo un punto para pasar), si hamada hubiera sido una persona más calmada para pensar, más razonable, se le hubiera acercado lentamente, hubieran conversado sobre kanjani y se hubieran hecho amigos, pero eso no se le ocurrió a hamada, quien pensaba en sus acciones después de hacerlas, Junta era un año mayor que él, estudiaba una carrera completamente distinta, no tenían amigos en común ni (según hamada) intereses en común, el único momento en que coincidieron en la vida fue durante ese preciso semestre, en esa precisa clase la cual Junta aprobó mientras Hamada tuvo que hacerla tres veces más, pese a todo, hamada hizo lo imposible, lo planeo todo, lo calculo todo y abrió un espacio en el horario de su vida exclusivamente para molestar a Junta. Era un blanco fácil, los amigos de hamada lo admiraban como un dios cada vez que le hacían algo y por un tiempo Junta no se quejó, no lo denunció con nadie, solo lo soporto en silencio hasta el día en que a hamada se le ocurrió ponerse verbal, trato de insultarlo mientras pasaba frente a él pero Junta era mucho más inteligente.
-no me importa lo que un campesino tenga que decirme.- le dijo con seriedad.-si quisiera podría ir y comprar todo ese arrozal tuyo con tu familia incluida, poner una fábrica de cigarrillos encima y hacerte trabajar para mi.-era mentira, Junta siempre había sido muy respetuoso y humilde, nunca había alardeado de su dinero pero hamada ya lo tenía cansado.-no me vuelvas a dirigir la palabra por favor, no me gusta tener que hablarle a la prole.- se reacomodo los lentes y se fue, dejando a Hamada hecho piedra muerto de vergüenza.
Hacerle bromas a Junta ya no era tan fácil, aprendió a esperarlas y a evitarlas, además se había dado cuenta que le era muy difícil ganarle en cuando a palabras se refería. Al regresar de vacaciones para empezar su segundo año hamada escondió un balde con agua en la parte más alta del casillero de Junta, cuando el mayor lo abrió simplemente se hizo para atrás y vio el agua correr.
-un balde de agua ¿en serio? A ti hay que darte un premio a la creatividad.- dijo con sarcasmo provocando risas de la gente pasaba cerca.-lo digo enserio, me sorprende que las únicas dos neuronas que tienes no se hayan matado la una a la otra tratando de pensar tanto.
Eso fue suficiente para colmar a Hamada, se le acercó enojado y levantó un puño pero Junta no fue quien lo recibió, así conoció a Akito, no lo recordaba como el chico que estaba con Junta la primera vez que lo vio, pero supo de inmediato que sería un obstáculo, no era tan fuerte como él pero tenía que admitir que admiraba su perseverancia, cuando lo dejo con un ojo medio morado Junta fue corriendo a socorrerlo y llevarlo a la enfermería con un gesto maternal, por algún motivo esto hizo enojar más a Hamada.
Entonces surgió el plan, caminando por los pasillos Hamada escucho a un chico hablar sobre Junta, así que fingió estar en el celular mientras escuchaba la historia. Resulto que él chico había encontrado a Junta en una app llamada “eejanaika” y habían salido una vez pero no le volvió a hablar, fue un momento de iluminación como si los dioses le hubieran dado la mejor idea, la comento con sus amigos, quienes pensaron que sería graciosísimo, y puso manos a la obra, descargo la aplicación, hizo una cuenta sin fotos de él ni su nombre, pero sin fotos de otra persona o un nombre falso para que no pareciera que se estaba haciendo pasar por alguien, solo fotos de paisajes y un nickname, encontrar a Junta fue fácil, ya que, tenía su nombre y varias fotos de él, lo agrego, converso con él un poco y quedaron de tener una cita, (Hamada se asombró de la facilidad con que el mayor aceptó, pensó en cuantos chicos más habría aceptado con la misma facilidad y su odio creció una vez más) la idea era ir a la cita, fingir que no se había dado cuenta de que se trataba de Junta, fingir sorpresa, ser amable, tierno, tímido, decir que estaba arrepentido, aprender todo lo que pudiera sobre Junta, para después usarlo en su contra y si podía darle ilusiones y luego romperle el corazón sería ideal.
-ok, estoy en camino a la cita, con él tipo que no tenía fotos de él mismo y que realmente no me dijo mucho sobre él aparte de que tiene 20 y estudia para ser profesor de gimnasia, yo creo que en 10 min estoy con él, en 40 minutos te llamo para verificar que no es un psicópata, si no te llamo preocúpate, si no estoy muy seguro te volveré a llamar en una hora.
-no crees que esto es un poco exagerado, han pasado dos meses desde Ryusei y este es el quinto hombre que vas a ver y apenas sabes algo de él ¿no crees que es demasiado? Además ¿cómo lo vas a reconocer.
-me dijo como iba a ir vestido, fue tu idea ¿recuerdas? Quiero probar cosas antes de comprometerme con alguien
-yo no tengo las mejores ideas y lo sabes- contestó Akito desde el otro lado de la ciudad.-si trata de acerté algo grita pero no pelees solo te ara más daño.
-bueno pues gracias por ese increíble consejo.
Apenas junta llegó al lugar acordado, un parque en el centro, envió un mensaje al chico que lo esperaba haciéndole saber que ya había llegado. “estoy debajo del reloj” al acercarse su sorpresa fue mayor, el chico debajo del reloj, vestido tal cual como le había dicho era la persona que más despreciaba en el mundo.
-¿¡Hamada!?
-¿junta? -Fingió.- ¿Eres ESE junta?
-¿Cuántos Juntas conoces que tengan 21 y estudien en tu misma universidad?- Junta no estaba impactado, estaba decepcionado, tendría que pasar el resto de la tarde con ese idiota, pasaron unos minutos en un incómodo silencio, uno porque no sabía que decir para empezar una conversación, el otro porque se dio cuenta de que no había pensado en nada para ganar la confianza del mayor.- eh, oye.
-emm... ¿sí?
-lamento tener que decir esto, pero… hay una oruga subiendo por tu camisa.
-¿una qué?- Hamada bajo la cabeza e instantáneamente pego un grito que se escuchó en todo Japón.- ¡sácamela, sácamela!- gritaba agitando los brazos desesperadamente.
-¡no! Me dan asco esas cosas son horribles.
-no seas malo, ayúdame.
-¿Por qué? no es como si tú me hubieras ayudado mucho en la vida.
Hamada tuvo que ser valiente y empujar al insecto con su mano.
-¡no, no, no, no!- chillaba agitando su mano, su plan no estaba funcionando en vez de aprender cosas malas de junta, junta aprendió algo vergonzoso de él.- no puedo con esto, odio a los insectos, los odio, los odio, los odio. -Seguía gritando moviéndose de un lado a otro.
-¿Cómo puedes vivir en el campo? De seguro que tú casa está llena de esas cosas.
-hay algo que se llama repelente ¿sabes? Una vez se metió una serpiente fue terrible.
-una serpiente ¿en serio?
La conversación más o menos fluyo, bueno hamada estaba contando su historia y Junta por algún motivo realmente lo disfrutaba.
-pero por algún motivo desde entonces ya no me dan miedo, oye te importa si vamos a otra parte me da miedo que se me suba otra.
Empezaron a caminar mientras Junta contaba cómo una vez en Taiwán una lagartija se le metió en el zapato y lo mordió.
-no sabía que habías ido a Taiwán.
-de hecho viví allá desde tercero a noveno, realmente me gustaba allá fue complicado volver.- en ese momento el celular de Junta empezó a vibrar.- discúlpame un poco.- dijo alejándose un poco.
-no me llamaste.
-lo siento se me olvido.
-¿Cómo es? ¿Es sospechoso?
-no, oye no te volveré a llamar, voy a ir directamente a tu casa después, esto te lo tengo que contar en persona.- dijo antes de colgar y regresar.
-¿todo bien?
-sí, solo era Akito, quería ver si estaba bien.
-te llama aunque estés con alguien más debe ser bastante celoso.
-¿Akito? No, solo se preocupa por mí, siempre lo ha hecho, tus amigos no hacen ese tipo de cosas.
-¿Cómo puedes decir eso?
-bueno, pues ese grupito que tienes se nota que no son preocupados, probablemente nunca te han preguntado cómo te sientes, o sobre tus ambiciones, o sobre tu familia, ni nada.- hamada se quedó en silencio un momento, ahora que lo pensaba era verdad, eran sus amigos pero no les importaba mucho lo que pasara en su vida.- ¿Por qué quieres ser profesor?
-bueno, la verdad yo siempre quise competir, pero era una inversión que mis padres no podían hacer, somos cuatro hermanos y mis padres no tienen para darle a uno más que a otro, pagarme un año de entrenamiento profesional significaba no pagar la universidad de uno de mis hermanos, seguí compitiendo y buscando ayuda pero mis profesores no podían ayudarme, no querían ayudarme, así que decidí convertirme en profesor para poder ayudar a otros niños que se encontraran en mi posición, para que no sientan lo que yo sentí.
-¿Qué sentiste?
-que a nadie le importaba.- se quedó en silencio una vez más, dándose cuenta de que había dicho algo muy íntimo a quien consideraba su peor enemigo.
-oye, yo… he escuchado que eres muy bueno ¿podrías mostrarme?- aún estaban cerca del pasto así que Hamada se alejó un poco e hizo algunas piruetas.- ¡genial! Eres fantástico! Debes tener varias medallas.
-bueno, algunas.
-si yo fuera así de bueno hubiera sido cheerleader, pero soy pésimo en los deportes.- hamada rió un poco.
-que poco hetero fue tu comentario.
-¿y eso tiene algo de malo?
-no, creo que no.- dijo en vos baja.- oye, sé que he sido un idiota contigo, pero quería pedirte perdón.
-no importa, en el fondo siempre pensé que solo lo hacías para llamar la atención y para tener la aprobación de ese grupito tuyo.- talvez era así.
El resto del día fue bastante tranquilo, fueron a comprar un helado, conversaron con tranquilidad, conociéndose poco a poco, pero cada día tiene su fin, en especial para hamada porque su casa quedaba a una hora de distancia, Junta lo acompaño hasta el tren.
-oye, es gracioso, la verdad no sé tu nombre, solo tu apellido.
-¿eh? Bueno, yo solo he escuchado tu nombre nunca tu apellido.-confeso.- de todas formas, soy Takahiro, pero en mi casa y mis amigos de la escuela me dicen Hama-chan.- apodo que nunca usaría frente a sus amigos en la universidad.
-bueno yo soy Nakama.
-es un buen apellido, entonces.- estiro su mano hacia el mayor.- fue un placer tener una cita con usted Nakama-san.- aunque había estado serio casi todo el tiempo no pudo detener su forma de ser payasa, al parecer a junta no le molestaba, pues se río bastante y apretó su mano en la suya.
-lo mismo digo, Takahiro-kun.
Fue solo cuando Hamada estaba en el tren pensando en todas las cosas que habían pasado ese día, pensando en todas las cosas que habían pasado desde ese preciso día en que Junta le sonrió y solo entonces se dio cuenta. Al comienzo era solo una broma, pero el universo se la devolvió, tenía que ser una broma, sino porque otra razón a alguien como Hamada Takahiro le gustaría alguien como Nakama junta.
Pairing: varias ㄟ( ･ө･ )ㄏ
Una broma
Una broma. Había comenzado como una broma.
Hamada conoció a Junta y Akito por coincidencia, simplemente estaban ese preciso día, afuera de esa precisa tienda, haciendo esa precisa fila, para comprar ese preciso dvd de kanjani, los miró fijamente, estaban unos 2 metros delante de él, sonriendo y conversando, no los conocía y ya los odiaba, estaba precisamente mirándolos, en ese preciso momento, cuando Junta precisamente giro la cabeza, en esa precisa dirección y sus miradas se cruzaron, fueron pocos segundos, pero en esos segundos Junta le sonrió antes de seguir hablando con su amigo, Hamada no supo porque pero ese pequeño gesto de cordialidad lo hizo odiarlo aún más.
Fue la semana siguiente, Hamada comenzó la universidad, inmediatamente se hizo con un grupo de amigos, un grupo de cabezas vacías, de conversaciones simples, nunca hablaban de sus gustos ni sentimientos, solamente hablaban de chicas, deportes y bromas, cualquier cosa fuera de eso se consideraba de maricones. Tenía clases obligatorias que realmente no tenían mucho que ver con su carrera, entre esas filosofía, con la peor profesora del universo, en toda la historia de la universidad nadie había aprobado su materia la primera vez, allí encontró a Junta, haciendo el curso por segunda vez (el semestre anterior le había faltado tan solo un punto para pasar), si hamada hubiera sido una persona más calmada para pensar, más razonable, se le hubiera acercado lentamente, hubieran conversado sobre kanjani y se hubieran hecho amigos, pero eso no se le ocurrió a hamada, quien pensaba en sus acciones después de hacerlas, Junta era un año mayor que él, estudiaba una carrera completamente distinta, no tenían amigos en común ni (según hamada) intereses en común, el único momento en que coincidieron en la vida fue durante ese preciso semestre, en esa precisa clase la cual Junta aprobó mientras Hamada tuvo que hacerla tres veces más, pese a todo, hamada hizo lo imposible, lo planeo todo, lo calculo todo y abrió un espacio en el horario de su vida exclusivamente para molestar a Junta. Era un blanco fácil, los amigos de hamada lo admiraban como un dios cada vez que le hacían algo y por un tiempo Junta no se quejó, no lo denunció con nadie, solo lo soporto en silencio hasta el día en que a hamada se le ocurrió ponerse verbal, trato de insultarlo mientras pasaba frente a él pero Junta era mucho más inteligente.
-no me importa lo que un campesino tenga que decirme.- le dijo con seriedad.-si quisiera podría ir y comprar todo ese arrozal tuyo con tu familia incluida, poner una fábrica de cigarrillos encima y hacerte trabajar para mi.-era mentira, Junta siempre había sido muy respetuoso y humilde, nunca había alardeado de su dinero pero hamada ya lo tenía cansado.-no me vuelvas a dirigir la palabra por favor, no me gusta tener que hablarle a la prole.- se reacomodo los lentes y se fue, dejando a Hamada hecho piedra muerto de vergüenza.
Hacerle bromas a Junta ya no era tan fácil, aprendió a esperarlas y a evitarlas, además se había dado cuenta que le era muy difícil ganarle en cuando a palabras se refería. Al regresar de vacaciones para empezar su segundo año hamada escondió un balde con agua en la parte más alta del casillero de Junta, cuando el mayor lo abrió simplemente se hizo para atrás y vio el agua correr.
-un balde de agua ¿en serio? A ti hay que darte un premio a la creatividad.- dijo con sarcasmo provocando risas de la gente pasaba cerca.-lo digo enserio, me sorprende que las únicas dos neuronas que tienes no se hayan matado la una a la otra tratando de pensar tanto.
Eso fue suficiente para colmar a Hamada, se le acercó enojado y levantó un puño pero Junta no fue quien lo recibió, así conoció a Akito, no lo recordaba como el chico que estaba con Junta la primera vez que lo vio, pero supo de inmediato que sería un obstáculo, no era tan fuerte como él pero tenía que admitir que admiraba su perseverancia, cuando lo dejo con un ojo medio morado Junta fue corriendo a socorrerlo y llevarlo a la enfermería con un gesto maternal, por algún motivo esto hizo enojar más a Hamada.
Entonces surgió el plan, caminando por los pasillos Hamada escucho a un chico hablar sobre Junta, así que fingió estar en el celular mientras escuchaba la historia. Resulto que él chico había encontrado a Junta en una app llamada “eejanaika” y habían salido una vez pero no le volvió a hablar, fue un momento de iluminación como si los dioses le hubieran dado la mejor idea, la comento con sus amigos, quienes pensaron que sería graciosísimo, y puso manos a la obra, descargo la aplicación, hizo una cuenta sin fotos de él ni su nombre, pero sin fotos de otra persona o un nombre falso para que no pareciera que se estaba haciendo pasar por alguien, solo fotos de paisajes y un nickname, encontrar a Junta fue fácil, ya que, tenía su nombre y varias fotos de él, lo agrego, converso con él un poco y quedaron de tener una cita, (Hamada se asombró de la facilidad con que el mayor aceptó, pensó en cuantos chicos más habría aceptado con la misma facilidad y su odio creció una vez más) la idea era ir a la cita, fingir que no se había dado cuenta de que se trataba de Junta, fingir sorpresa, ser amable, tierno, tímido, decir que estaba arrepentido, aprender todo lo que pudiera sobre Junta, para después usarlo en su contra y si podía darle ilusiones y luego romperle el corazón sería ideal.
-ok, estoy en camino a la cita, con él tipo que no tenía fotos de él mismo y que realmente no me dijo mucho sobre él aparte de que tiene 20 y estudia para ser profesor de gimnasia, yo creo que en 10 min estoy con él, en 40 minutos te llamo para verificar que no es un psicópata, si no te llamo preocúpate, si no estoy muy seguro te volveré a llamar en una hora.
-no crees que esto es un poco exagerado, han pasado dos meses desde Ryusei y este es el quinto hombre que vas a ver y apenas sabes algo de él ¿no crees que es demasiado? Además ¿cómo lo vas a reconocer.
-me dijo como iba a ir vestido, fue tu idea ¿recuerdas? Quiero probar cosas antes de comprometerme con alguien
-yo no tengo las mejores ideas y lo sabes- contestó Akito desde el otro lado de la ciudad.-si trata de acerté algo grita pero no pelees solo te ara más daño.
-bueno pues gracias por ese increíble consejo.
Apenas junta llegó al lugar acordado, un parque en el centro, envió un mensaje al chico que lo esperaba haciéndole saber que ya había llegado. “estoy debajo del reloj” al acercarse su sorpresa fue mayor, el chico debajo del reloj, vestido tal cual como le había dicho era la persona que más despreciaba en el mundo.
-¿¡Hamada!?
-¿junta? -Fingió.- ¿Eres ESE junta?
-¿Cuántos Juntas conoces que tengan 21 y estudien en tu misma universidad?- Junta no estaba impactado, estaba decepcionado, tendría que pasar el resto de la tarde con ese idiota, pasaron unos minutos en un incómodo silencio, uno porque no sabía que decir para empezar una conversación, el otro porque se dio cuenta de que no había pensado en nada para ganar la confianza del mayor.- eh, oye.
-emm... ¿sí?
-lamento tener que decir esto, pero… hay una oruga subiendo por tu camisa.
-¿una qué?- Hamada bajo la cabeza e instantáneamente pego un grito que se escuchó en todo Japón.- ¡sácamela, sácamela!- gritaba agitando los brazos desesperadamente.
-¡no! Me dan asco esas cosas son horribles.
-no seas malo, ayúdame.
-¿Por qué? no es como si tú me hubieras ayudado mucho en la vida.
Hamada tuvo que ser valiente y empujar al insecto con su mano.
-¡no, no, no, no!- chillaba agitando su mano, su plan no estaba funcionando en vez de aprender cosas malas de junta, junta aprendió algo vergonzoso de él.- no puedo con esto, odio a los insectos, los odio, los odio, los odio. -Seguía gritando moviéndose de un lado a otro.
-¿Cómo puedes vivir en el campo? De seguro que tú casa está llena de esas cosas.
-hay algo que se llama repelente ¿sabes? Una vez se metió una serpiente fue terrible.
-una serpiente ¿en serio?
La conversación más o menos fluyo, bueno hamada estaba contando su historia y Junta por algún motivo realmente lo disfrutaba.
-pero por algún motivo desde entonces ya no me dan miedo, oye te importa si vamos a otra parte me da miedo que se me suba otra.
Empezaron a caminar mientras Junta contaba cómo una vez en Taiwán una lagartija se le metió en el zapato y lo mordió.
-no sabía que habías ido a Taiwán.
-de hecho viví allá desde tercero a noveno, realmente me gustaba allá fue complicado volver.- en ese momento el celular de Junta empezó a vibrar.- discúlpame un poco.- dijo alejándose un poco.
-no me llamaste.
-lo siento se me olvido.
-¿Cómo es? ¿Es sospechoso?
-no, oye no te volveré a llamar, voy a ir directamente a tu casa después, esto te lo tengo que contar en persona.- dijo antes de colgar y regresar.
-¿todo bien?
-sí, solo era Akito, quería ver si estaba bien.
-te llama aunque estés con alguien más debe ser bastante celoso.
-¿Akito? No, solo se preocupa por mí, siempre lo ha hecho, tus amigos no hacen ese tipo de cosas.
-¿Cómo puedes decir eso?
-bueno, pues ese grupito que tienes se nota que no son preocupados, probablemente nunca te han preguntado cómo te sientes, o sobre tus ambiciones, o sobre tu familia, ni nada.- hamada se quedó en silencio un momento, ahora que lo pensaba era verdad, eran sus amigos pero no les importaba mucho lo que pasara en su vida.- ¿Por qué quieres ser profesor?
-bueno, la verdad yo siempre quise competir, pero era una inversión que mis padres no podían hacer, somos cuatro hermanos y mis padres no tienen para darle a uno más que a otro, pagarme un año de entrenamiento profesional significaba no pagar la universidad de uno de mis hermanos, seguí compitiendo y buscando ayuda pero mis profesores no podían ayudarme, no querían ayudarme, así que decidí convertirme en profesor para poder ayudar a otros niños que se encontraran en mi posición, para que no sientan lo que yo sentí.
-¿Qué sentiste?
-que a nadie le importaba.- se quedó en silencio una vez más, dándose cuenta de que había dicho algo muy íntimo a quien consideraba su peor enemigo.
-oye, yo… he escuchado que eres muy bueno ¿podrías mostrarme?- aún estaban cerca del pasto así que Hamada se alejó un poco e hizo algunas piruetas.- ¡genial! Eres fantástico! Debes tener varias medallas.
-bueno, algunas.
-si yo fuera así de bueno hubiera sido cheerleader, pero soy pésimo en los deportes.- hamada rió un poco.
-que poco hetero fue tu comentario.
-¿y eso tiene algo de malo?
-no, creo que no.- dijo en vos baja.- oye, sé que he sido un idiota contigo, pero quería pedirte perdón.
-no importa, en el fondo siempre pensé que solo lo hacías para llamar la atención y para tener la aprobación de ese grupito tuyo.- talvez era así.
El resto del día fue bastante tranquilo, fueron a comprar un helado, conversaron con tranquilidad, conociéndose poco a poco, pero cada día tiene su fin, en especial para hamada porque su casa quedaba a una hora de distancia, Junta lo acompaño hasta el tren.
-oye, es gracioso, la verdad no sé tu nombre, solo tu apellido.
-¿eh? Bueno, yo solo he escuchado tu nombre nunca tu apellido.-confeso.- de todas formas, soy Takahiro, pero en mi casa y mis amigos de la escuela me dicen Hama-chan.- apodo que nunca usaría frente a sus amigos en la universidad.
-bueno yo soy Nakama.
-es un buen apellido, entonces.- estiro su mano hacia el mayor.- fue un placer tener una cita con usted Nakama-san.- aunque había estado serio casi todo el tiempo no pudo detener su forma de ser payasa, al parecer a junta no le molestaba, pues se río bastante y apretó su mano en la suya.
-lo mismo digo, Takahiro-kun.
Fue solo cuando Hamada estaba en el tren pensando en todas las cosas que habían pasado ese día, pensando en todas las cosas que habían pasado desde ese preciso día en que Junta le sonrió y solo entonces se dio cuenta. Al comienzo era solo una broma, pero el universo se la devolvió, tenía que ser una broma, sino porque otra razón a alguien como Hamada Takahiro le gustaría alguien como Nakama junta.