Fandom: Original
Título: Necràitean
Claim: Viejo.
Número de Palabras: 100.
Resumen: ¿Has escuchado sus voces en el viento? Te están advirtiendo que no vayas a ese lugar.
-¿Has escuchado al viento silbar? En éste lugar, el viento sopla, avisando que el reino del terror esta por caer. El sonido que trae el viento, no es otra cosa que el lamento de las animas que lloran por los vivos. ¿No me lo cree? Bueno ya lo verá al llegar a Necràitean. -El viejo eructó y con el brazo se restregó la boca llena de grasa y polvo-. Sí, yo era como tú. De esos que les gusta las aventuras y las historias fantásticas. Vine a Necràitean buscando gloria -rió con ironía-. Sólo encontré muerte y desdicha.
Un pedazo de lo que formaba un fic y se terminó convirtiendo en una historia propia (incompleta). De las pocas historias originales que tengo.
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Número: 38/38
Fandom: Assassin's Creed
Título: Del sol y otros encantos
Claim: Maria Thorpe/Altaïr
Extensión: 787.
Advertencias: Si no has jugado el primer juego o leído The Secret Crusade, encontrarás spoilers.
Notas: El sol hacía su piel cambiar de color.
El sudor caía copiosamente por su frente, intentó mover la mano pero la paja encima de ella se sacudió. Gruñó por lo bajo, debió haber elegido otro lugar en dónde esconderse, había quedado frente al sol y el astro amenazaba con incinerar todo lo que había en la tierra. El verano en Siria era sofocante, la arena caliente se adhería a la piel e incluso a veces uno podía sentirla adentrándose por la nariz hasta alojarse en el pecho. Sería mucho más agradable si lloviera a menudo, aunque desde luego no como en Inglaterra en donde podía llover en cualquier momento del día.
Movió el pie derecho para equilibrar mejor su peso, si bien se había sentido contenta de poder ayudar a Altaïr y Malik con la descripción de nuevas técnicas, el calor comenzaba a hacerla arrepentirse de su decisión, no le gustaba andar por Masyaf con la piel escarlata como si quisiera alumbrar el lugar. Esperaba que alguno de los dos apareciera curioseando por los alrededores para poder sorprenderlos y acabar con la práctica.
Los novicios salieron del castillo para ir al círculo de entrenamiento, Rauf les estaba indicando que entrenarían con la ballesta cuando regañó a un par por distraerse, Maria no alcanzaba a distinguir lo que había llamado su atención. Las piernas comenzaban a entumecérsele, llevaba demasiado tiempo agazapada esperando que alguno de los dos hombres fuera lo suficientemente inteligente para deducir que no estaba en las almenas o el parapeto.
Él resaltaba entre los novatos no tanto por su altura, pues Nedim con su corta edad, le sacaba un palmo, sino por su manera de andar, aunque tratara de caminar de manera encorvada y lenta como si fuera un novicio más tratando de tener lista su ballesta, había algo diferente en el movimiento de sus hombros o simplemente ella tenía un sexto sentido que le permitía distinguir al hombre con el que dormía.
Le vio dejar la ballesta en el suelo mientras Rauf mostraba la velocidad a la que debía preparar el arma, produciendo un silencio de incomodidad para los jóvenes que se sentían bastante torpes por no hacerlo a ese ritmo. Altaïr metió la mano al montículo de paja, Maria echó la espalda hacia atrás tratando de no moverse demasiado y seguir el movimiento natural de la paja debido a la mano del Asesino.
Un sonido seco seguido de un par de exclamaciones distrajo al hombre quien se giró para ver que sucedía.
Busted!
Sintió como los músculos del moreno se tensaban al darse cuenta que estaba siendo arrastrado hacia el cúmulo de paja. Altaïr cayó sobre Maria haciéndola emitir un “ouf” apagado y de inmediato él se movió sin salir de la paja. El sol le dio sobre el rostro a ella, recordándole la incomodidad del verano, sin embargo, pensó que lo importante en ese momento era que la práctica había terminado. Ahora los dos hombres sabían que la técnica la podían adquirir sus otros hermanos con gran facilidad.
Unos dedos callosos le acariciaron el rostro, se sentía espantosa la mano rasposa sobre su piel pegajosa, pero no le detuvo. Sin embargo, cuando él la pegó hacia sí colocando el cuero caliente de las muñequeras en su espalda sintió que comenzaría a derretirse, no precisamente por amor.
-¿Podrían jugar a esas cosas en otra parte y no enfrente de los novatos? -habló en voz alta Malik con indiferencia.
Maria se levantó de inmediato sintiendo el aire seco y cálido del verano sofocarle, aunque quizás esa opresión en el pecho también tenía que ver con las miradas de los jóvenes sobre de ella.
-¿Cómo… ? -pero se quedó a mitad de la frase al observar que las botas de Altaïr sobresalían de la paja, no había calculado ese detalle. La mujer soltó un gruñido de exasperación.
-Está bien -intervino Altaïr retirándose la paja de la capucha-, algunos guardias suelen dormir entre la paja o hacer… otras cosas. -El sarraceno supo que había metido la pata cuando los ojos grises de su mujer se volvieron fríos como el acero.
Malik rodó los ojos.
-No olvides colocar eso en tus anotaciones, seguro lo encontrarán ilustrativo -añadió el hombre con un brazo. Maria negó con la cabeza antes de ir a la pileta de agua y resguardarse en la sombra-. Pero fue buena la manera en la que lo hiciste desaparecer sin que nadie lo notara, de no haberlo visto con anterioridad acercarse al montículo de paja, creería que se había ido a buscarnos a otro lado. -Sin embargo la inglesa no estaba escuchando el cumplido, sino que estaba ocupada retirándose la capucha, comenzaba a adquirir ese tono de piel tan pintoresco que se asemejaba al rojo del shash que portaban los asesinos.