Los hijos de la fe

Feb 08, 2011 11:45

Ok, esto es un intento de hacer la tabla de mundo caótico... y todas mis tablas pendientes.

Título: La fortaleza de Dios
Fandom/s: Vampire Knight & Assassin's Creed
Personajes: Yagari Toga, Kuran Kaname y Zero Kiryuu.
Prompt: 01. Más allá del bosque empieza el ancho mundo. Y eso es algo que no importa, ni a ti ni a mí. Yo nunca he estado allí, y jamás voy a ir, ni tú tampoco, si tienes una pizca de juicio.
Tabla: Frases Variadas
Advertencias: La historia puede ser demencial...
Resumen: Esta era su tierra, la tierra sagrada encomendada por Dios a sus hijos, la tierra bendita que había visto nacer a los elegidos. No podían dejar que nadie se las arrebatara, esa era la encomienda de su Dios, ese era la prueba de su fe.


La fortaleza de Dios

Agazapado en lo más alto de la torre, acompañado por los buitres, observó la ciudad bajo sus pies. San Juan de Acre, la bella ciudad de las iglesias, la ciudad de los magníficos mercaderes del próspero comercio, la del gran puerto. Akka, la primera puerta al místico medio oriente. Y ahora, revestía su grandeza con los hilos de la muerte. Casas por aquí y por allá se desmoronaban atestiguando la guerra, el humo aún se alzaba demostrando que el fuego también había consumido a los habitantes, cuerpo anónimos adornaban las calles despidiendo pútridos aromas, pero eso no tenía importancia para el pueblo, pues a pesar de todas las atrocidades presenciadas dentro de las murallas, la vida continuaba como si nada. La gente de la ciudad caminaba entre la desdicha sin decir objeción alguna, el mercader presentaba sus mercancías esperando que alguien tuviera suficiente dinero para darse lujos y no gastar lo que le sobraba en víveres o comprando los favores de los soldados.

Esta era la voluntad de Dios.

Así lo clamaban los portavoces y la gente se detenía a escucharlos. Decían que era lo justo, que estaba bien, que era necesario para volver a tener la gracia de Dios, para demostrar que eran dignos de ser llamados sus hijos. Los hogares derruidos, las posesiones que se adquirieron con tanto esfuerzo ahora destruidas, los seres queridos abatidos, la desesperación por no poder alimentar a sus hijos, el miedo a la noche y al frío provocado por la falta de un techo, eran una incomodidad menor; era más importante ayudar al ejército del Señor para recuperar Tierra Santa.

¿Cómo podían creerlo?

A sus ojos, los famosos cruzados no pensaban en las almas de la gente o la salvación, codiciaban el oro de las ciudades, anhelaban un pedazo más de tierra, venían aquí a tomar aquello que pudieran.

Una joven de vestidos sucios caminaba por la calle a toda prisa, esquivando a la gente, giraba la cabeza hacia atrás constantemente, desde aquella altura no podía verle el rostro pero podía suponer que estaba aterrada. Llegar a casa era su única salvación. Los grupos que patrullaban Acre “cuidando” de los ciudadanos con frecuencia se dedicaban a molestar a las jóvenes, era sencillo abusar de su poder, a veces bastaba con que ellos les ofrecieran un mendrugo de pan para que ellas accedieran.

Acre, la fortaleza de los cristianos.

Observó que la chica dio media vuelta en un callejón mientras aumentaba la velocidad de su paso. Quizás lograría evitar a sus perseguidores, después de todo, la ruina en la que se había convertido el barrio pobre de Acre le proporcionaba múltiples escondites o salidas, se podía pasar de una calle a otra atravesando los boquetes que había en lo que quedaba de las paredes de las casas.

En la plaza ubicada a su derecha varios hombres platicaban cerca de la pileta mientras las mujeres cargaban jarrones sobre sus cabezas. Los niños corrían por todo el lugar celebrando la presencia de los soldados, asombrándose de las brillantes armaduras, las largas espaldas y las grandes cruces sobre sus pechos. Allí la vida parecía tomar otro matiz, uno menos sombrío, uno menos trágico. Uno que podía confundirse con la apacible vida de cualquier otro pueblo en dónde el mercado era el caldo de los chismeríos y amoríos. El lugar más apropiado para enterarse de los quehaceres de alguien sin levantar sospechas.

-Qui tu es?! -Escuchó a sus espaldas con una voz rasposa, dura y hostil-. Espion infidèle! Tu vas à mourir!

El cruzado vio al joven vestido cómo los eruditos girarse hacia él y erguirse sobre el borde de la muralla, a sus espaldas, los zopilotes volaban en círculo, algunos se precipitaban sobre el suelo. Alzó la espada encomendándose a Dios, ningún perro sarraceno obtendría información sobre los puestos de los guardias de Acre. Sería sencillo, sólo tenía que empujarle al vacío antes de que el sarraceno se abalanzara sobre él ni siquiera le daría tiempo de sacar su arma. Pero el joven de blanco se limitó a abrir sus brazos alzando su rostro al cielo, formando una cruz con su cuerpo. Así con la misma delicadeza de la brisa marina se dejó caer hacia atrás.

El cruzado casi creyó que había presenciado el vuelo de un ángel, era la única manera de explicar porqué abajo sólo había un montículo de paja y no un cuerpo estrellado en el suelo.

•••

Creyó ver pasar una sombra por encima de su cabeza.

-Morveux! -El joven de ojos lilas se negó a prestar atención, dieciséis años no eran suficientes para considerarlo un hombre maduro, pero no les daba derecho a llamarlo de esa manera tan despectiva, sobre todo esos quejumbrosos franceses quienes no habían mostrado tanta habilidad en el combate y encima, su rey se retiraba cuando apenas comenzaba la cruzada, incluso los soldados del sacro imperio romano habían demostrado más entereza pese a la reciente pérdida de su rey en un trágico accidente-. Te buscan -terminó por pronunciar en un inglés gangoso.

Laurent no era un buen compañero, era un completo asno, pero su maestro le había dicho que debía entablar buenas relaciones con todos los de su grupo. Su labor era vigilar que no entraran espías de Saladino a Acre o alguna otra alimaña y pelearse dentro del mismo regimiento no ayudaría en nada, el ejército ya estaba lo suficientemente divido por la diversidad de idiomas y lealtades hacia sus respectivos reyes o nobles como para aumentar las escaramuzas.

Caminó hacia la plaza en busca de su maestro, Toga Yagari, quien parecía discutir con los hospitalarios y los teutones. Quizás otra vez estaban peleando por la parte de Acre que cada orden debía ocupar, era una refriega constante con la que las órdenes chocaban, aunque normalmente terminaba con la decisión de que las otras órdenes se atenían a lo que los templarios decidieran, finalmente ellos tenían mayor poder económico y político.

-Espero que hayas aprendido algo de arábigo -dijo su maestro sentándose en una banca vacía de la plaza-, o vas a detestar hacer uso de tu pésimo latín para conseguir una traducción de Dareios Weschenfeller -retiró el yelmo de su cabeza dejando al descubierto su rostro, la gran cicatriz sobre su ojo izquierdo llamó la atención de algunos niños que la festejaron. Aun así lo que más levantaba admiración, era la gran cruz roja sobre su pecho contrastando con su manto blanco.

Había aprendido un par de palabras en el trayecto hasta Acre, pero de eso a sostener una conversación con cualquier civil, había una gran diferencia.

-No queremos grupos numerosos en esto ni gente de poca confianza. Dareios es un buen muchacho, pero sabemos que tiende a volverse demasiado parlanchín cuando entra a las tabernas. -continuó con su discurso sin prestar atención al joven que estaba a su lado-. Guido de Lusignan quiere absoluta discreción en esto y que se haga lo más pronto posible.

¿El antiguo Rey de Jerusalén le pedía algo a un caballero templario novicio?

-Debemos descubrir dónde se encuentran los cuarteles de los hashashin en Acre y acabar con ellos, así como detener cualquier plan que traigan entre manos.

-¿Los qué? -preguntó.

-Hashashin, Zero, los hashashin.

-¿Qué es eso?

Su maestro le ordenó que se sentara a su lado, los niños aún correteaban cerca de ellos jugando con las piedras, lanzándoselas entre ellos, algunos traían palos de madera que simulaban ser espadas. Una joven se detuvo a acomodar el jarrón que llevaba en la cabeza, le sonrió a Zero tímidamente antes de seguir su curso, no sin antes alzar su pecho, como si quisiera mostrar las curvas que había debajo de la lana rasa que vestía. Sin embargo, la vista del novicio se desvió hacia el monje que caminaba lentamente hacia ellos ascendiendo por los escalones, había algo extraño en él aunque no sabría decir qué.

-Incluso los sarracenos los consideran herejes y los detestan, dicen que adoran a Satanás o alguno de sus acólitos pues creen en la existencia de un jardín de las delicias al que pueden acceder en la tierra mediante la muerte. -Sonaba aquello como el cuento de un loco, los placeres de la vida de la mano de la muerte-. Matan a todo aquel que su líder les ordena, incluso si eso significa la muerte de ellos mismos, en varias ocasiones lo es. Van hacia la muerte con alegría.

-¿Y eso los hace peligrosos? Son sólo unos trastornados como cualquier otro sarraceno. -Recibió un fuerte golpe en la cabeza por parte de Yagari.

-Acaban con cristianos y sarracenos por igual, nadie les ha detenido, ya han matado a Garnier De Naplouse entre otros regentes sarracenos -Zero parpadeó-. Creen que tiene otro objetivo en Acre.

¿Guido? ¿Qué querían ellos de él? Sin Guido sólo no habría regente de Jerusalén, pero existirían otros y sus pretensiones a la corona habían acabado con la muerte de su esposa la Reina Sibila de Jerusalén.

-Su manera de actuar atemoriza al público, no podemos permitir que nuestra gente se entere, entre menos sepan de esto, menor importancia les dejaremos tomar. Sé discreto en tu búsqueda, usa a Dareios sólo si te es necesario o busca algún otro que pueda hablar arábigo. En cuanto descubras sus oficinas, regresa al cuartel de esa manera los acabaremos de inmediato.

-¿Cómo los reconozco? -le cuestionó Zero.

Yagari se encogió de hombros.

-Puede ser cualquiera.

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Ok, no sé a dónde irá concretamente esta historia, simplemente me apetecía escribir algo de VK y AC, además bueno ¡esto es mundo caótico! Así que sólo me di la oportunidad.

Luego de eso pasaré a unas aclaraciones pertinentes, sé que el regente de Jerusalén que Altaïr mata es Guillermo de Monferrato y no Guido, pero históricamente, el regente de Jerusalén en esa época era Guido, aunque luego partió hacia Limasol en busca de Ricardo quien lo hizo Rey de Chipre, pero bueno… no he encontrado un libro que especifique en qué mes de 1191 abandona Acre. Así que la historia comienza cuando Guido aún estaba como regente de Acre.

Quizás se pregunten, si la misión es tan secreta ¿por qué Yagari habla con Zero en plena plaza? Bueno, espero que quede claro que ellos son ingleses y en aquella época el inglés no era el idioma universal. Acre pertenecía al reino de Jerusalén cuya lengua oficinal era el latín, le seguían el francés, el griego, el italiano y el árabe (en viejas épocas llamado arábigo, arabía o algarabía), en aquella época ser políglota no era lo principal y en cualquier caso, hablar inglés no entraba en las lenguas de relevancia. Así que dos tipos hablando inglés en una ciudad que habla lenguas diferentes no resulta un peligro, cualquier cosa que digan no lo entenderán.

La otra podría ser el no poner a los cazadores como los assassins… lo cual podría ser más claro, finalmente ambos están sometidos un régimen muy duro, y es más fácil imaginar a Kaname como un Califa, Sultán, Jeque o Emir que gusta de descansar sobre sus cojines de seda y beber vino o alguien dentro de la nobleza de cualquier país. Pero los assassins, pese a que tienen un régimen muy estricto en su vida, también llevan un estudio muy rígido (y no es que piense que Zero es tonto), pero el tipo de filosofía que llevaban, se apegaba más a la manera cruda en la que Kaname se mueve que a la forma más contemplativa de Zero. Por otro lado, mientras un assassin tiene mayor carga negativa, un templario es más romantizado (en AC no sucede eso), pero bueno las ideas de Zero “acabar con el mal porque los vampiros son malos de nacimiento” se me hace más apagadas a Abstergo, que a los assassins quienes no odian a sus enemigos).

vampire knight, tabla: frases, fanfics, assassin's creed

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