Título: La verdad de la mentira
Fandom: VK
Claim: Shiki/Yuuki
Prompt: "Sin daños a terceros"
Extensión: 686
Notas: Cap 1:
¿Sonríe?, Cap 2:
Estropeado Maniquí y Cap 3: La verdad de la mentira
La gente miente. Lo hace de forma tan natural y sencilla que es parte de su ser, a la gente le gusta mentir. No hay mayores explicaciones, ni preocupaciones, sencillamente se les ocurre que mentir está bien. Sí, sí, se sabe que algunas es veces es necesario mentir, vamos una mentira puede salvar muchas vidas, ahorrar sufrimiento, blah, blah, blah. Y la gente sigue mintiendo.
Así que, ¿cuál es el problema de mentir? ¿Por qué nos enojamos tanto cuando descubrimos que alguien nos miente? Finalmente todos nos lanzamos falacias a la cara, día tras día. Desde la simpleza de decir: “Sí” cuando uno quiere decir no, hasta una compleja maraña que podría pasar como teoría de la personalidad. Solemos olvidarnos de esa linda parte que llamamos: doble moralidad. Porque cuando descubrimos una mentira nos enfurecemos, lanzamos docenas de argumentos moralistas, nos sentimos con el derecho de hacer menos a la otra persona; estamos en lo correcto, ellos nos engañaron. No nos gusta que nos mientan, pero nosotros también mentimos: hermoso juego.
Mentir destruye, lo sabemos, lo sentimos y lo seguimos haciendo.
Lo curioso de este delicioso ámbito, es que nos mentimos hasta a nosotros mismos. Yeah, somos expertos en hacerlo y somos tan buenos que nos terminamos creyendo nuestras propias mentiras. Las queremos tanto que las adoptamos en nuestra forma de vida, en verdad son tan lindas las mentiras.
No, en serio… piénsalo bien, amas las mentiras, amas escuchar cosas lindas aunque no sean reales. Eres feliz, mintiéndote y el mundo es mucho más alegre de esa manera. En tal caso y como hemos visto, no necesitamos de la verdad, ¿para qué? Si uno goza de la vida en la mentira, se es más feliz en ella, la verdad sólo nos hace sufrir, nos hace darnos cuenta de nuestros errores y saber, que somos terriblemente humanos.
Mentir, es lo hermoso del vivir; mentir es lo mejor para no dar cara a la realidad; mentir es la forma más fácil de no sufrir.
Así era como ambos habían decidido vivir, mintiendo entre ellos que no hacían nada malo, mentían diciendo que todo acabaría pronto, que en cuanto esto sucediera lo dejarían, pero entonces cuando llegara el momento ya se estaba preparando para tener otra nueva excusa. Desesperadamente pegaban falacias aquí y allá reconstruyendo para ellos solos una diferente realidad, una en donde el mundo era feliz, no existían dilemas de los cuales preocuparse o confusiones lo suficientemente obvias para comenzar a dudar, es que nada en los absoluto sucedía.
Por eso cuando los labios de ella se acercaban a los de él, la imagen de cualquier otra amante se desvanecía pues sólo era un sueño y los sueños, sueños son. Así podía entregarse con completa libertad a esa cálida comunión. Era normal que él pasara su brazo por los hombros de ella, no tenían ninguna doble intencionalidad, sólo la confianza que tenían entre primos, no era de extrañar que él entrar a su cuarto sin tocar la puerta, después de todo eran familia.
Aido no tenía porque mirarlo de aquella inquisidora manera, como si él estuviera traicionando a alguien, simplemente estaba pasando un buen rato en compañía de su única fémina prima. Ruka no tenía porque dejarle de hablar, sólo porque a Yuuki le gustaba sentarse a platicar con Shiki mientras exploraba las líneas de sus manos; además lo que ella no sabía era que las yemas de sus dedos, le hacían cosquillas en lugares insospechados.
Rima no tenía que desconfiar de él cuando le decía que iría a una sesión de fotos; aunque luego se encontrara sorpresivamente con su prima, el destino tenía vueltas diversas. Kaname no tendría que recelar cuando le decía que iría de compras, llevar a Senri no tenía nada malo, él tenía mejor sentido de la moda que su hermano.
La relación entre ambos no podía delimitarse lo suficiente, simplemente eran familia, pero también porque no querían saber que era incorrecto tocarse la piel a escondidas y sin nada que los cubriera, no querían saber que estaban construyendo ilusiones en la arena.
Nada de eso estaba sucediendo y a nadie estaban lastimando.