He aquí un regalo apra una amiga que hoy me ha dado también un regalito. Sabes que me ha encantado *_____*. Llevaba preparandolo desde hace un tiempo y espero que te guste, bIelo *besos*
Sé que es irónico siendo pleno verano pero... aquí está. Me pareció una idea linda.
Espero que te guste^^
Titulo: Invitación (titulo soso, lo sé)
Claim: BIelorrusia/Rusia
Comu:
retos_a_lacarta [Tabla: Fin de año]
Extensión: 1019.
Notas: Participa del
quinesob de este mes.
Bram significa Hermano.
Advertencias: Ninguna.
01 {fiesta}
Natasha tocó el timbre, nerviosa. No podía creer que estuviera allí, a la puerta de su hermano, invitada a una fiesta de fin de año en su casa… Había tardado dos horas en decidir qué vestido ponerse, buscando algo que a él le gustara
Lituania abrió la puerta, parecía preocupado, pero al verla una sonrisa se extendió por su rostro. Se ofreció a cogerle el abrigo al entrar. Se lo dio sin dirigirle dos miradas seguidas.
Encontró a su hermano al fondo del salón.
Estaba solo.
Entonces entendió la expresión de Toris al abrirle: tenía miedo. Nadie más había ido.
02 {año nuevo}
Aquella Navidad se presentaba como tantas otras: tranquila y solitaria. La nieve se llevaba acumulando a su puerta los últimos meses y aquellos días tan especiales no serían diferentes.
Todo era igual.
Aburrido suspiró mirando a través de la ventana. Le gustaría algo diferente por aquella vez… Su reflejo le devolvió la mirada lánguidamente.
Y de pronto… la idea. Apareció repentinamente y al segundo ya se había asentado con fuerza. Si… ¡era una idea fabulosa!
Una fiesta. Una gran fiesta en la que todos serían uno.
03 {noche buena}
Había recibido la invitación, con retraso, el día de Noche Buena.
Su hermana mayor, Ucrania, la había invitado a cenar con ella por lo que no la vio hasta volver a casa, bien entrada la noche.
Yakaterina le había ofrecido quedarse en Kiev pero ella había declinado la oferta.
Quería a su hermana, pero quería más a su hermano mayor. Y ella se había ido distanciando de él poco a poco. Casi como una traición.
Cuando revisó el correo no esperaba nada. Para su sorpresa encontró en el buzón una invitación de color rojo para celebrar el último día del año en casa de su hermano.
04 {licor}
Ahora, en la fiesta, Ivan estaba sentado al fondo, junto a la mesa. Se llevó la botella de vodka a los labios, bebiendo sin preocuparse por los vasos.
Al lado de Natasha Toris se removió inquieto y, más allá, Raivis intercambió una mirada con Estonia, atemorizado. El fracaso de la fiesta y que Rusia comenzase a beber de aquella forma no era bueno. Nunca era bueno. Ellos tres lo sabían bien.
Intentando quitar tensión al ambiente Ucrania se acercó a ella.
-¡Que alegría verte hermana! -dijo sonriendo forzadamente.
Pero ella la apartó, dirigiéndose hacia Ivan sin mediar palabra con nadie.
05 {baile}
-Hermano… -Ivan levantó la mirada. Ni siquiera huyó de ella: su mente estaba ocupada maldiciendo a todos los que no habían venido. Bielorrusia tragó saliva dirigiéndole su mejor sonrisa-. Es una fiesta muy hermosa -dijo.
Aunque realmente lo que quería era lanzarse a sus brazos. Debía sentir tanto dolor… Nadie era capaz de verlo pero el corazón de su hermano era tan grande, tan lleno de buenos sentimientos… y ellos le rechazaban. Pero ella no, ella podía ver más allá y comprenderlo. Solo hacía falta que Ivan entendiese también pero sabía que lo haría.
-Yo bailaré contigo, bram. Da?
06 {pino}
En algunas casas la Navidad estaba representada con un Belén, montado por padres e hijos, árboles y regalos. Pero cuando Ivan aceptó, levándose y dejando la botella casi vacía en la mesa, Natasha supo que para ella todo aquello daba igual: las figuritas, el pino, los adornos… nada importaba si podía tener a su hermano junto a ella.
Él la tomó de la mano y de la cintura, olvidándose por una vez de Natasha y su gran sueño, sacándola a bailar.
La felicidad está dónde está el corazón… y el corazón de Natasha siempre estaría junto al de su hermano.
07 {regalo}
El compás del baile era delicado. No había música de fondo pero no era necesario. Así estaba bien. Para ella era suficiente, estar entre los brazos de su hermano, dejándose llevar por él a través del salón, sin prestar atención a las miradas del resto de soviéticos. Los ojos de Ivan apenas la miraban pero eso no importaba.
Aquello ya era, en sí, un regalo.
Solo deseaba que, en aquella soledad, su presencia fuera también un regalo para su hermano, una especie de bálsamo. ¿Lo habría logrado?, se preguntó en silencio con una pequeña sonrisa de felicidad en el rostro.
08 {muérdago}
Hacía raro que el baile había terminado y el ambiente se había distendido. Un poco, pero al menos lo suficiente. Natasha no podía dejar de volver la cabez,a nerviosa, para ver a Ivan. Había bailado con él. hacía tanto que no lo hacían… como cuando era niña.
Vio la rama de muérdago sobre su cabeza y esperó, impaciente. ¿No recibía un beso quien estuviera bajo él? Lituania le miró, removiéndose. Estonia le susurró algo pero Bielorrusia no les prestaba atención.
Ivan se acercó.
Su corazón se aceleró.
Y él pasó de largo.
09 {navidad}
Aquello era la Navidad, pensó Natasha. Estar con la familia, pero sobre todo estar con él. no pudo apartar los ojos de Ivan en ningún momento de la cena, ni antes, ni después se sentaron para prepararse para el cambio de año.
No tenía nada que ver con todo eso que usaban los demás para representarla: árboles, bolas, adornos, Tino disfrazado de Papa Noel, regalos en los zapatos…
¿Era tonta por querer tan poco? Para ella no había anda más valioso. Todo perdía valor a su lado. Con aquello ya era feliz.
10 {campanadas}
El cambio de año. Las campanadas. El reloj de Moscú, en la pantalla, comenzó a tocar las campanadas. Una. Dos. Tres. Estaban sentados en el sofa, cómodamente.
Cuatro. Cinco. Seis. Ella estaba junto a Ivan, entre este y su hermana mayor. A los lados, y en el suelo estaban los bálticos.
Siete. Ocho. ¿Debía hacerlo?
Nueve. Dudaba, no quería que pasase lo de siempre pero deseaba tanto hacerlo.
Diez. Ni siquiera era un gran gesto, solo un detalle… quizá ni se daba cuenta.
Once. Se decidió, apoyando la mano sobre la de su hermano que contemplaba el cambio de año. Este no la apartó.
Doce.
Un nuevo año. Una nueva vida. ¿Una posibilidad? Lo miró esperanzada. Él no hizo ni dijo nada.