[Fanfic] Sólo es cuestión de perspectiva

Apr 11, 2012 21:26


Título: Sólo es cuestión de perspectivacolor:#333333">

Prompt: Cambio de visióncolor:#333333">

Pareja/Personaje: Hidetoshi Nakata / Fem!Luca.

Resumen: Genial,  ahora no sabía si debía llamarlo “entrenador” o “suegro”.

Notas: Bien, Belu sabe que escribí esto porque amo a Luca -aunque mi failedad siempre arruina todo, en nuestras largas conversaciones en face salió la idea de una Luca mujer y pues~ :3 quise hacerlo, veamos qué sale.

Advertencias: Lo de siempre, fail a mil sólo por el hecho de que lo escribí yo… espera… eso debería contar como advertencia por si sola xD.

Genderbender~.

Ooc del mal u_u.

Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece u_ú, si lo hiciera ellos serían una pareja oficial, ewe



Sólo es cuestión de perspectiva

La vida de un jugador de futbol es algo a lo que Hide estaba acostumbrado, despertar a tempranas horas de la mañana para entrenar y seguir haciéndolo hasta que el cuerpo ya no dé para más. Había llevado ese ritmo desde que era muy pequeño -no por nada era un prodigio en dicho deporte, él sabía que ese término no existía: los “prodigio” son los que más se esfuerzan- y hasta el momento lo había hecho muy bien.

Pero últimamente su cuerpo parecía no querer seguir la rutina acostumbrada, bueno… quizá más que su cuerpo, era exactamente su cerebro, antes podía pasar horas de horas tras el  esférico sin ninguna clase de distracción, pero ahora- apenas y podía durar un partido sin tener su cabeza en un lugar muy alejado del campo.

Habían pasado un par de años desde el final de la FFI y ahora, un Hidetoshi de 17 años , perteneciente a la liga oficial juvenil de Italia, creía que su carrera en el fútbol estaba terminada.

Hace un par de semanas había soltado por casualidad esa frase frente a sus compañeros de equipo -que tenía la suerte eran los mismo que hubiesen conformado Orpheo hace tiempo- ellos sólo habían reído con nerviosismo asegurándole que era momentáneo, que pronto volvería a ser como antes.

Él deseaba creerles, pero por alguna razón no sentía real convicción en sus palabras, quizá solo estaba algo paranoico.

Trató de recordar tiempos mejores, cuando su mente sólo veía futbol para donde sea que mirase; ahogó un suspiro y recordó, había algo diferente ahora- algo… simplemente faltaba.

Y la idea llegó a su mente cual rayo en medio de una tormenta, recordaba que en los miles de viajes que realizó alrededor del globo siempre había alguien acompañándolo, aunque sólo fuera con la intención de hacerle volver: Luca.

La hija del entrenador, hacía tanto que no pasaba tiempo con ella; pero no lo malinterpreten; pasar tanto tiempo juntos hizo que amos se volvieran muy buenos amigos. Poco después de terminada la FFI pasaban largas horas teniendo charlas por el teléfono o en persona, incluso ella iba a verlos a los entrenamientos.

Ahora, debido a que el nivel de juego había subido no podían compartir tanto, pero aún trataban de mantener contacto.

Quizá lo que necesitaba era hablar con la muchacha, por muy raro que suene siempre había sentido que sus palabras calaban más hondo que las de cualquier otra persona dentro de él.

Por eso, esa misma tarde había salido temprano del entrenamiento, alegando no sentirse bien. De esa manera había logrado llegar a la escuela donde estudiaban ellos y el resto de los jugadores, Luca solía quedarse un par de horas más ya que había entrado al club de repostería, a Hide no le pareció nada extraño después de todo la muchacha nunca había mostrado problemas para demostrar su amor por la comida.

Se detuvo en la puerta principal de la escuela, esperando a que salieran; él sabía que Luca era una de las últimas, le gustaba quedarse más tiempo para poder probar más de las cosas hechas o para arreglar mejor, era bastante detallista.

Cuando las primeras muchachas comenzaron su marcha hacia el exterior del edificio no pudo evitar notar como reían ligeramente al verle o se sonrojaban e intentaban arreglarse el cabello o la falda.

Hidetoshi no era un muchacho fácil de avergonzar, pero esas actitudes por parte del sexo femenino siempre lo ponían algo nervioso, aún no lograba acostumbrarse.

Comenzaba a sentir demasiadas miradas sobre sí, incluso ya estaba pensando con dejar ese lugar y buscar a la alvina en su casa cuando una muy conocida voz llamo su atención.

-Hide, ¿qué estás haciendo aquí?, papá me dijo que aún tenían práctica

Era sin duda, la muchacha que había estado esperando tanto.

-Sí, hoy falte es…

Pero ella no lo iba a dejar continuar, por supuesto que no. Ya que apenas oyó la primera parte de la oración sintió como se le abalanzaba encima y colocaba su palma derecha sobre su frente.

- ¡¿Qué ocurre, estás enfermo o algo así?!- preguntó la  muchacha, con una expresión de horror en el rostro, el japonés sólo sintió como una pequeña gota de sudor resbalaba por su frente.

-No, nada de eso, sólo que hoy tenía ganas de hacer algo diferente.

Su afirmación pareció calmar un poco a Luca, que volviendo a su posición normal de llevo una mano a la mandíbula. “¿algo diferente?, ¿cómo qué?” preguntó sonriendo un poco, sintiéndose internamente tranquila porque su mejor amigo estaba bien y quizá podría pasar un poco de tiempo con ella, de verdad que lo había extrañado esos últimos meses.

-Sí, sólo tienes que acompañarme.

_______ _______ ______ _______ __________ ___________ ___________ _____________

-Así que… es eso- dijo Luca, mirando fijamente la mesa como si hubiera algo interesante en ella, habían ido a un pequeño local de comida rápida ubicado a un par de cuadras de la casa de la albina y allí, Hidetoshi le había contado su problema.

-Sí…

No estaba seguro de qué decirle, no es como si hubiera contado la historia completa, se sentía un poco tonto al decirle que los recuerdos que hacían a su mente divagar en los partidos eran los de ellos dos viajando o del tiempo que solían pasar juntos antes de que terminara ese torneo - era algo… que le daba pena admitir.

-Pues…-comenzó a meditar la muchacha, comenzando a jugar con las patatas fritas que le habían traído hace poco una mesera y tomaba un sorbo de su malteada- quizá estás algo estresado, dudo que alguien con tu talento pueda dejar de jugar fútbol, Hide.

Y luego se metió una patata a la boca, saboreándola.

- ¿estresado?

-Sí, has estado entrenando duro todo este tiempo, es normal que tu cuerpo te pida un descanso, ¿sabes? Quizá sólo necesitas relajarte un poco, jugar por diversión como lo hacías antes.

Y así, continuó comiendo.

Nakata meditó sus palabras un poco, quizá tenía razón, en esa última temporada veía al futbol como una obligación más que como su pasión. Se sintió estúpido por haberlo visto de esa manera.

Así que tras soltar una pequeña afirmación, continuo comiendo.

No habría pasado más de una hora desde que hubiesen salido de la escuela, así que tras finalizar su improvisada cena habían decidido caminar hasta sus casas, por fortuna no vivían muy separados la una del otro, sólo a un par de calles de distancia.

El cielo ya se había teñido de un fuerte rojo mezclado con un azul oscuro, cuando pasaron cerca de una cancha para niños, ese día por casualidad se encontraba vacía, cosa bastante rara considerando lo popular que se había vuelto el soccer en esos últimos años.

-Luca, ven conmigo un segundo-dijo el japonés, antes de tomar a la muchacha de la muñeca tratando de ser cuidadoso para arrastrarla suavemente hacia el campo vacío.

- ¿Qué se supone que haces?- preguntó la alvina, no teniendo un buen presentimiento acerca de todo aquello.

-Ya verás- dijo, para luego hacerla sentar cuidadosamente en el pasto y correr parque abajo hacia la caseta del vigilante, para volver a los pocos minutos con un balón de fútbol algo gastado y sucio.

- ¡No!, no, no, no y no, sé exactamente qué estás pensando y la respuesta es: no.

Contestó de manera ferviente, mientras desesperadamente movía los brazos de un lado a otro delante de su cuerpo.

¡Ella sabía que todo eso pintaba raro!

-No pienso patear el balón, ¡nunca!

Nakata solo formó una condescendiente sonrisa; desde que conocía a esa muchacha había dejado bien en claro su disgusto por el deporte, bueno- más que por el jugarlo que por el deporte en sí.

Y pensar que su padre ahora había vuelto a ser su entrenador, ironías de la vida.

-Sólo un momento.

-A-ah- respondió de manera casi infantil mirando como si fuera una vil cosa al pobre balón.

- ¡Vamos, no es difícil!

Y al son de esa frase, Hidetoshi tomó a la chica por los hombros haciéndola ponerse de pie.

- ¿Qué se supone que haces?-preguntó bastante nerviosa, incluso juraría que estaba temblando un poco.

Vaya, eso era bastante lindo.

-Sólo, mueve un poco las piernas.

Con cuidado, cambió la posición de sus manos hacia la cadera y brazo de la otra - el contacto aunque pareciera íntimo, solía ser bastante común entre ellos, al menos cuando eran más jóvenes-

-E-esto no me gusta, para nada.

Pero a pesar de su renuencia y sus constantes quejas, Luca haciendo caso a las palabras del muchacho movía sus piernas de manera lenta y acompasada guiando al esférico en línea recta.

-Ves que no es tan difícil

-Lo que digas- respondió haciendo un pequeño mohín con los labios y sintiendo que sus mejillas se coloreaban a penas de manera visible, es decir, ni siquiera había complacido los continuos ruegos de su padre para jugar, pero a aquel chico no le podía negar nada. Tendría una larga charla consigo misma luego.

Y así pasaron buen rato, tratando inútilmente de que la muchacha pateara el balón por voluntad propia.

Cuando las estrellas comenzaron a brillar en el cielo oscurecido, Hide consideró que debían ir a casa ya.

-No fue tan malo, ¿te divertiste, verdad?

-No pienso responder eso- dijo, fingiendo enojo, mientras trataba de darse calor con sus brazos, no pensaba quedarse hasta tan tarde en la calle y no había llevado abrigo.

-Vamos, no seas infantil, Luca- dijo el capitán, para luego quitarse el jersey de la selección y colocárselo en los hombros.

-Gracias

Resopló por lo bajo, con Nakata las cosas siempre eran de esa manera, aun cuando eran tan solo unos niños, ella sentía algo por su amigo desde hace un tiempo y esa era la razón por la cual lentamente había cortado la estrecha relación que tenían, ya no iba a verlo a las prácticas y lo seguía a todas partes. Ella tenía muy en claro que Hidetoshi nunca sentiría lo mismo que ella, su único y verdadero amor era el fútbol.

Pero, en momentos como ese eran donde ella dudaba, se comportaba de una manera tan dulce… ¡Idiota Hide!

-Bueno, creo que es hora de volver… Gracias.

Dijo una vez delante de su puerta, pero justo cuando iba a devolverle la prenda, la puerta se abrió de un solo golpe mostrando a un preocupado Paolo que al notar a su hija delante de él, cambió su semblante por uno mucho más relajado.

-Luca, ¿dónde estabas?, me tenías preocupado.

-Lo lamento, entrenado. Fue mi culpa

Hide había tomado la palabra antes de que  la alvina siquiera se diera cuenta de la situación, su padre miró a Nakata de pies a cabeza, como si buscara algo. Finalmente suspiró y le dijo que entrase, porque quería hablar a solas con el muchacho.

Ella, algo renuente aceptó. Luego hablaría con él.

_______ _______ ______ _______ __________ ___________ ___________ _____________

Hide saludó a sus compañeros de equipo con una animosidad que no le habían visto en un buen tiempo, parecía que el espíritu de su capitán había vuelto, y bueno, no era para menos; Hide también se sentía como un hombre nuevo… o quizá había vuelto a ser el muchacho que era antes, quizá sólo era cuestión de perspectiva.

Y de esa manera quiso dar por iniciada una nueva etapa de su vida, siguiendo sus ideales y viviendo la vida plenamente como lo había hecho antes.

Pero antes de eso, había algo de lo que tenía que encargarse, si bien de niño no lo había visto venir, ahora que era un adolescente le era tan claro como el sol.

A su vida le faltaba romance, algo de amor para sazonar su vida, y no exactamente hacia el futbol, y como ya saben amor y Luca: ambos tienen cuatro letras.

De esa manera inició su plan para conquistar a la muchacha, que realmente no fue como él creía que sería.

Tuvo que iniciar adoptando una pose más de “galán” que de “mejor amigo”, teniendo resultados algo estúpidos, ya que lo único que hacía era que ella lo mirase de mala manera preguntándole si se sentía enfermo o algo así.

Luego intentó seguir el patrón de las cliché películas románticas, tratando de invitarla a cenar a algún lugar -más romántico que un local de comida rápida- plan que también falló miserablemente al darse cuenta que  había olvidado su billetera, así que terminó pagando la alvina y todos los meseros del lugar se reían por su incompetencia en el ámbito amoroso.

Optó entonces, por seguir los consejos amorosos de sus compañeros de equipo, sabía que Angelo y Fidio estaban en una relación hace un tiempo, así que recurrió al meteoro blanco en busca de consejo, obteniendo pautas que quizá en algún momento creyó aplicables a su situación.

“Una película” había dicho el castaño, el cine es el mejor lugar para el romance.

Y claro, habría sido una buena idea de no ser porque al pensar que haría cualquier cosa menos ver la película, compró tickets para la primera que encontró medianamente vacía, que resultó ser la versión  3D de un clásico de Disney “El rey león”, grade fue su sorpresa verse a él mismo y  a Luca llorando la muerte de Mufasa y dejando de lado su plan de conquista,  vaya; de verdad que era malo para esas cosas.

Como recurso final recurrió a Gianluca y Marco, otros dos que estaban juntos incluso durante la FFI, Gianluca se mostraba algo renuente a decir algo sobre su relación, él siempre había sido reservado; en cambio Marco le soltó un monólogo interminable sobre posibles maneras de conquistar, él- sólo se limitó a escuchar y asentir en algunos momentos, pensando que jamás sería capaz de aplicarlas.

_______ _______ ______ _______ __________ ___________ ___________ _____________

Cuatro meses habían pasado ya, cuatro largos meses desde que decidió que quería a Luca para él. Ya había agotado todas sus ideas, así que iba a recurrir a la que tenía planeada desde un principio, aunque no fuera nada romántico ni especial-… diablos. ¡Es que él no era bueno con el romance!

Así que un día, tras terminar el entrenamiento, hizo que Luca - quien volvió a quedarse a verlos jugar después de la escuela, como lo hacía antes- lo esperase tras los vestidores.

La muchacha alvina estaba nerviosa, últimamente sentía a Nakata actuar extraño -más de lo normal, mucho más de lo que estaba acostumbrada- no le gustaba esos repentinos cambios en su amigo, simplemente no le sabía a él.

Así que cuando el salió ya con su ropa común puesta y una expresión un tanto relajada pero seria, típica de él, sintió que la tensión que llevaba en sus hombros esos últimos meses lentamente se iba.

La plática inició como cualquier otra, riendo de algunas fallas que había tenido durante el entrenamiento y hablando sobre sus compañeros, aunque no lo pareciese ella sabía mucho de cada miembro del equipo, no por nada los venía observando desde hace tanto, y de un momento a otro y sin ninguna clase de advertencia previa, Hidetoshi soltó la frase que la alvina venía esperando hace tanto, un “me gustas mucho” escapó de sus labios acompañado de una sonrisa, y luego silencio.

Luca en ese momento, si hubiera estado en todos sus cabales, habría pensado- al igual que lo hacía siempre- que era imposible, que Hide sólo tenía ojos para el deporte y toda esa larga lista de excusas que se venía dando desde niña, oh, pero en aquel momento que sus palabras resonaron en sus odios y sintió sus mejilla calentarse por la sangre que comenzaba a subir a su rostro, no pudo hacer otra cosa que lanzarse hacia el moreno y unir sus labios a los del otro en un contacto suave y algo torpe.

Vaya extraña manera de recibir su primer beso.

-Vaya, ya me lo veía venir. Si hasta parecían esposos- escuchó el murmullo de Blasi a sus espaldas, bueno, luego se encargaría de recordarles a sus compañeros el significado de la palabra “privacidad”, en ese momento estaba demasiado ocupado sintiendo el dulce aroma a canela que desprendía la chica que tenía abrazada por la cintura, de alguna manera las cosas habían cambiado por completo y a la vez las seguía sintiendo iguales, de nuevo- quizá solo era cuestión de mirar las cosas desde otro ángulo. Él era un chico simple, ¿para qué cambiar?

-¿Qué tanto hacen?

Oh… la voz del entrenador, estaba parado a unos cuantos metros de distancia y los veía con ojos serios.

Genial,  ahora no sabía si debía llamarlo “entrenador” o “suegro”.

_______ _______ ______ _______ __________ ___________ ___________ _____________

Notas finales: finales fail, finales fail everywhere~

No sé escribir, es un hecho, pero me divertí porque lo hacía mientras oía el OST de digimon TvT y ya no estoy emo 8D la vida es feliz y hay unicornios por todos lados (¿?) okno~

; ; Fanfic fail es fail~ eso.

fail, genderbender, luca, inazuma eleven, 100 theme challenge, hidetoshi nakata, fanfic, hetero

Previous post Next post
Up