Día sin sentido

Mar 24, 2014 12:43

*Quita la montaña de polvo y telarañas*

¿Le has pasado alguna vez que viven constantemente con una imperiosa necesidad de escribir algo, que al final, se deshace en ideas mediocres, sin pena ni gloria, en sus cabezas?

Pues bien, llevo así todo el año, intentando, en vano, escribir más de siete líneas seguidas sin que pierdan el sentido, la pasión y la coherencia. Supongo que, en el fondo, me he quedado sin cosas interesantes que decir, o más bien,  no se me ocurre una forma de que no resulten insoportablemente genéricas al expresarlas.

Terminé Medicina Interna y he empezado con el semestre de Pediatría, literalmente, la segunda mitad de la carrera, y parece mentira,   un engaño que los años pasen tan rápido, y una estafa que el conocimiento dure tan poco. Es un constante ir y venir de escalas, clasificaciones, porcentajes, fórmulas y valores de referencia, y eso es sólo lo mecánico, porque cada ser humano es un mundo y su cuerpo la máquina más compleja jamás creada, ay de los pobres ilusos que prefirieron las ciencias como el escape más sano a las ingenierías.  De mis rotaciones en Medicina Interna me quedaron un par de quejas, no de procedimiento: De humanidad, de compañerismo.

No entiendo, y de verdad me esfuerzo, esa animadversión tan marcada entre algunos médicos y enfermeras, especialmente si las dos son de sexo femenino, pensé, ingenuamente que era un prejuicio, un estereotipo de su relación, una visión arcaica que el mundo comentaba ya con un deje anecdótico,  hasta que lo viví, Jefes que te ignoran y auxiliares que te miran como si tu mera existencia les molestase cuando, tras la ronda, les pides el favor, de cambiar al señor de la cama 08 que lleva con el pañal sucio desde hace 4  horas, el mismo señor que está con alteración del estado de consciencia precisamente por una sepsis. Otras que cuando vas a pedir una aguja para hacer una toracentesis te dicen que no, no hay, y entonces le dices a tu profesora, la doctora especialista y le responden lo mismo, cambias de táctica, le dices mejor a tu profesor, y de repente hay una caja entera de agujas, sí, en ese mismo cuarto dónde antes no existían. No sé, joder, seguro que sí, que habrá alguna mala hierba entre los médicos y los estudiantes de Medicina que habrá, ilusa y estúpidamente, menospreciado su trabajo, pero tratarnos a todos en función de eso me parece caer en el mismo error, somos un equipo, no trabajamos para competir, trabajamos para salvar la vida de los pacientes, para hacer de sus estancia lo menos espantosa posible -porque señores, a nadie le gustan los hospitales-  no para demostrar qué función es más importante o quién la hace mejor, y lo siento mucho pero sí elegiste una profesión en la rama de la salud, elegiste, me temo, el deber de no dejar que tus malos días se noten, de sacrificar ceños fruncidos y gritos de histeria, por sonrisas forzadas y la satisfacción del trabajo bien hecho. Podríamos empezar por llevarnos todos bien, digo.

Después de haberme despachado a gusto…vamos a hablar de cine, concretamente de Nymphomaniac VOL1



Y desde ahora, la declaro opinión impopular, porque sí, vengo a llevarle la contraria a todos los grandes críticos, y a los que no los son tanto pero les gusta revolcarse en esa prosa pretenciosa y llena de florituras chabacanas con la que pretenden engalanar párrafos vacíos.
Porque sí, tengo la impresión, de que más de uno, pese a lo que dicen, lo que los decepcionó, sinceramente, fue que, en efecto, Nymphomaniac no es sólo una porno con mejor presupuesto.  Yo la disfruté como  hacía mucho no lo hacía con ninguna película, y quizá era porque tenía expectativas muy bajas. Tan bajas que pretendía acostarme a dormir mientras mi acompañante se deleitaba con los planos de penetración que, en mi opinión, iban a ser infinitos, repetitivos y mecánicos (como todo video pornográfico de más de 10 minutos, en los que abunda de todo menos sexo de verdad)….

Y bueno supongo que al final soy fácil, porque terminé siendo comprada por una metáfora de cómo se coge a lo largo y a lo ancho de un tren (aparentemente sigue las misma reglas que pescar con pluma), con que me citasen el principio de “La caída de la Casa Usher” de Poe  como una analogía del camino hacia la muerte y con Bach, con Bach y la armonía, la melodía, el ritmo.

¿Lo más parecido a una noche interminable de sábanas arrugadas y promesas desenfrenadas? La banda sonora, porque sí, vi tetas y culos  y quizá un pene rápidamente, pero lo verdaderamente sexual en esa película es la música, y ella señores y señoras, es un órgano sexual poderosísimo por crédito propio.

Espero con ansias la segunda parte. Sí, con esa cara.



Saludos :)

lo que pienso, cine, rage overloaded, lo que soy

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