Aa~ Debería actualizar mi Lj con algo relativamente productivo además de esto... =_=;
Escrito para
30vicios Autor:
kaori_konekoFandom: Prince of Tennis
Personaje/Pareja/Trío: Niou Masaharu/Yagyuu Hiroshi
Tabla #5 - *Detalles
Lucían... ¿felices? Quizás esa era la palabra adecuada. No, no era solo felicidad... lucían cómodos, compenetrados, como si fuese un momento perfecto y solo existieran ambos y nadie más.
Eso era lo que la gente llamaba 'romance', y lo veía por primera vez de forma notable; hasta entonces solo lo había leído en unas pocas novelas, y lo había creído completamente irreal e idealista. No, ahora se daba cuenta que no era irreal, sino todo lo contrario, al fijarse, por primera vez, como Jackal llegaba hasta donde Marui y le pasaba tan casualmente unos dulces. Estaba de más decir como los ojos del tensai del equipo se iluminaron, y cómo ante esta simple y probablemente inconsciente acción lograron dibujar una sonrisa en el rostro del medio brasileño.
Eso... debía ser amor.
Yagyuu se sentía incluso un tanto incómodo, estando de espectador - realmente estaba bastante lejos de ambos jóvenes-, aún cuando ambos jugadores de dobles no parecían ni notarlo y hablaban animadamente.
Ahora, si giraba un poco más la vista... ¿Por qué de pronto el club de tenis parecía estar rodeado de ese aire tan... rosado? No que le molestara, sólo le llamaba un poco la atención.
Los ojos del caballero se posaron sobre Sanada, quién en ese momento le pasaba una botella con agua al capitán y le pasaba la toalla, incluso ya tomándose la libertad de dejarla alrededor de su cuello en un movimiento que parecía tan normal, pero que si uno se fijaba bien, como Yagyuu lo estaba haciendo en esos momentos, era más que personal y cuidadoso.
Desvió la mirada y evito fruncir el entrecejo. Bueno, estaba feliz como estaba, y tampoco necesitaba muestras de cariño explícitas.
Para terminarla, sólo ojeó a los dos últimos miembros del club, Yanagi y Kirihara, y suspiró, al ver al ojiverde agarrándose del brazo del estratega, casi gritando una invitación a su casa.
El pelicastaño suspiró inaudiblemente, sacó una naranja de su bolso y lo ajustó sobre su hombro, comenzando a caminar a paso calmo. Intentó pelar la naranja sin resultado alguno; siempre le costaba un poco, y sabía que si enterraba sus uñas con demasiada fuerza, la naranja se rompería, le mancharía con jugo y le dejaría las manos sucias.
Debería haber traído otra fruta, en realidad...
-Yoh, Yagyuu~- La voz de su compañero de dobles le hizo girar la mirada por unos segundos. -¿Nos vamos?- Preguntó el peliblanco, sonriendo ladeadamente mientras comenzaban a caminar a paso más rápido.
-Aa, vamos.- Murmuró, intentando por tercera vez sacar algo de la cáscara de la fruta.
Los ojos del impostor se posaron sobre la fruta y sus manos la arrebataron del agarre del joven de lentes, dirigiéndole una mirada por unos instantes, antes de llevar la naranja a sus labios y morderla un poco. Ya con un pedazo menos, comenzó a quitarle la cáscara rápidamente y se la pasó a su compañero sin ni una palabra.
-¿...No vas a comer, Niou-kun?- Preguntó apenas la fruta fue dejada en sus manos. En un principio pensó que Niou se la había quitado para comérsela.
Niou le miró y se encogió de hombros. -No me gustan tanto.-
El pelicastaño sonrió levemente. Podía ser que Niou-kun no fuese atento como Sanada o Jackal, o incluso que no fuese tan entusiasta como Kirihara, pero para Yagyuu, era suficiente; estaba seguro que Niou-kun no le regalaría estos detalles a nadie más.
#6 - Escape
Nunca preguntó por qué Niou se había acercado a él. Tampoco preguntó por qué Niou sólo se había acercado a él, particularmente, teniendo tantos candidatos aptos dentro del club de tenis. No preguntó por qué el otro se empeñaba en conocerlo, o qué le había llamado la atención. No sabía qué significaba que Niou tratase de acercarse aún más de lo normal, más allá de los límites establecidos, aunque cada una de estas cosas le provocaba curiosidad.
No, no tenía idea, y por mucha curiosidad que sintiera, no quería, no necesitaba entender, porque se encontró necesitando tanto la presencia del otro joven, se encontró tan acostumbrado, que comenzar a preguntarle al famoso impostor de Rikkai sería como comenzar a cuestionarse a sí mismo y no quería eso, simplemente lo aceptaba como tal.
Ni siquiera comenzó a preguntarse cuando Niou más que violaba su espacio personal; cuando Niou movía su mano un poco más cerca, cuando sentía el aliento tibio de Niou contra su oreja, cuando le miraba diferente, o cuando comenzaba con insinuaciones, cuando comenzaron con el plan de intercambiarse, cuando tuvieron que aprender cada pequeño detalle o maña del otro, aprendiendo del otro incluso mucho más de lo que sabían sobre sí mismos...
No, no quería comenzar a pensar sobre sentimientos, porque pensaba que todo se derrumbaría si lo hacía, porque pensaba que Niou quizás no se daba cuenta lo que estaba haciendo, como tantas otras veces...
Pero se equivocó, y se dio cuenta una noche cualquiera, en una fiesta más. Yagyuu había aceptado ir a una con Niou, sólo para verlo emborracharse, tambalear y desinhibirse aún más, bailar provocativamente y reír. Sólo para sentirlo un poco más cerca que veces anteriores, para sentir el alcohol en su aliento golpeando contra sus labios, sentir su calor, sentir sus ojos penetrantes, y luego y por último, sentir sus palabras retumando en su cabeza, haciendo eco.
-Me gustas, Yagyuu.-
No quería comenzar a pensarlo, porque pensaba que todo era parte de un juego, pero no lo era. No era un juego, era real, y le hizo sentir miedo, pánico, terror y excusarse como si nada hubiese pasado, sintiendo tantas cosas juntas, tantas como nunca antes.
No quería comenzar a pensar, pero lo hizo, porque aquellas palabras seguían rondando su cabeza.
Su primer, y único impulso fue de escapar, aún cuando sabía que cuando se trataba de Niou Masaharu, más temprano que tarde tendría que enfrentar la verdad, porque no había escape.
#10 - *Tren
Siempre procuraba, si es que tomaba el tren (pocas veces realmente necesario, ya que su casa no estaba tan lejos), de hacerlo en horas menos concurridas, para evitar ser aplastado dentro de los vagones, con tanta gente. Lamentablemente, habían veces en que no se podía evitar; había tenido la suerte de ir con los vagones relativamente desocupados, pero de vuelta, era lo que había.
A Yagyuu no le gustaban los trenes, si debía ser sincero, por muy prácticos y eficaces que pudiesen ser. Prefería caminar.
Pero ahora no había opción. Subió sus lentes con su dedo anular y bajó su bolso de su hombro para colocarlo en sus manos a la vez que el tren aparecía en la estación y comenzaba a detenerse. Ya podía sentir la gente detrás suyo, avanzando apenas milímetros al ver el tren aparecer, empujándole más y más cerca conforme los vagones se detenían y las puertas se abrían, dejando bajar una marejada de gente. Miró de reojo a su lado y apretó sus labios imperceptiblemente; su acompañante ya no estaba ahí. No había caso en comenzar a llamarlo o buscarlo en ese momento, porque cualquier obstáculo entre la entrada del tren y los pasajeros era simplemente un estorbo.
Resignado - ir en tren era un martirio en estas ocasiones, y se volvía algo estratégico desde el momento en que las puertas se abrían - avanzó e intentó no ser empujado demasiado, a la vez que entraba a los vagones, intentando llevar a uno de los extremos de los vagones para estar más cómodo. Un poco más de empujones, gente acomodándose, y antes que el pelicastaño pudiese acomodarse del todo bien, una mano en su antebrazo le empujó y le arrinconó contra una de las paredes, logrando ganarle la posición a una joven. Yagyuu parpadeó, y luego miró con cierto tinte de reproche al otro joven.
-Eso fue rudo, Niou-kun.- Murmuró, ya bien posicionado, de frente a Niou.
-Así es la vida, lo va a superar.- Respondió el menor, sonriendo ladeadamente y volteándose un solo segundo para guiñarle un ojo a la jovencita. -Además, si no lo hubiese hecho, estarías incómodo.- Agregó casualmente, clavando sus ojos en los marrones.
No podía refutar eso, porque era verdad. -Lo estaría, pero ella estaría más cómoda en mi lugar.-
-¿Y?-
-No tienes solución.- Murmuró nuevamente, resignándose. No pudo evitar notar, en esos momentos, en la siguiente estación y a la vez que entraba más gente, cómo el cuerpo de Niou se acercaba más y más al suyo, apegándose. El cuerpo de Niou y ningún otro, porque su compañero de dobles estaba justo en frente suyo.
De haber sido otra persona, Yagyuu hubiese pensado que era tierno, porque Niou parecía estarlo protegiendo con su cuerpo de ser aplastado, pero no podía ser eso. Niou parecía estarlo disfrutando, aunque sí debía admitir que no estaba siendo aplastado, y que a pesar de la sonrisa en los labios del otro, sí parecía estar haciendo la labor de barrera eficientemente.
Y si debía admitir otra cosa más, si iba andar en tren, prefería ir con Niou que solo, pero eso era mejor mantenerlo como
opinión personal.
-¿Niou-kun?-
-¿Ah?-
-Agradecería que quitaras tu mano de ahí.-
Casi lo hubiese creído.
Niou parpadeó, levemente sorprendido, llevó una de sus manos atrás suyo por unos instantes, entornando los ojos a los pocos segundos para acomodarse de vuelta, su manovolviendo a su lugar, a un lado de la cabeza de Yagyuu, apoyada sobre la pared. -Y yo que creía que estabas siendo cariñoso.-
-...- Le tomó unos segundos comprender, pero lo hizo. -No haría eso.- 'En público' agregó mentalmente. -Y aún no has quitado la mano.-
-Trivialidades, Yagyuu, no te molesta.-
No, no le molestaba del todo, ya se había acostumbrado, y aunque fuese indebido, suponía que era lo único que podía hacer por Niou, ya que este le había brindado un buen lugar.