Oct 31, 2009 00:35
-Entiende, eso no importa ahora. Deberías venir a verlo, está mal… ¡No me hables así, que si por mí fuera yo ni te hablaría y lo cuidaría como tú no lo has hecho…! -Gackt discutía con la persona al teléfono y una enfermera se le acercó.
-¿Podría hablar fuera del hospital, por favor?
-Mil disculpas… -salió apenado del hospital-. ¿Moshi moshi…? -ya había colgado-. ¡Shit! -cerró el celular y sacó un cigarro, lo prendió y comenzó a fumar.
Kirito, por su parte, había deducido ya todo lo que había pasado.
-Maldito Camui, es un metiche… -De repente vio que la puerta se abrió y distinguió a Gackt.
-¿Ya despertaste, dulzura?
-¡¿Dulzura…?! ¿Tan sólo por un revolcón ya te emocionas? -dijo burlón.
-Ja, ja, ja. Aún malito no pierdes tu sentido del humor, ¿ne?
-¡Eso no se pierde, maricón!
-Ja, ja, ja, sí, ya lo veo… ¿por qué te lastimaste? -pasó sus dedos por los vendajes.
-Es algo que un maricón como tú no entendería… ¡No me toques!
-¿Ah…? Lo siento…
-¿Por qué hiciste eso, Camui?
-¿Hacer qué?
-¡No te hagas al estúpido conmigo! ¡¿Por qué me sedujiste?!
-Kirito, lo siento, eres muy lindo y no pude evitarlo. Sin embargo, en ningún momento te forcé a hacer algo que no quisieras, ¿cierto?
-Yo… -se quedó callado.
-¿Lo ves? -sonrió triunfante.
-¡¡Eres un maricón!!
-Ja, ja, ja, ja -alguien golpeó la puerta-. Adelante… -ésta se abrió y Kirito vio a aquel hombre alto, con cuerpo perfecto y piercings en la cara, con esos cabellos largos, entrar por la puerta.
-¡Hakuei!
-Bien… los dejo… -Gackt sonrió y salió.
-Hakuei, ¡¿qué haces aquí?!
-Camui… me dijo que estabas aquí…
-Ah…
-¿Qué pasó?
-Sólo… lo de siempre, un ataque de desesperación por no tener al ser amado a mi lado…
-¡No digas tonterías!
-¡No es ninguna tontería!
-¡¿Vas a chantajearme con eso?!
-¡Tampoco es chantaje, es verdad!
-Claro, como también es verdad que te revolcaste con Camui.
-¿Qué…? Yo… ¿Él te lo dijo?
-No, lo escuché de tu propia voz…
-¡¿Estabas escuchando tras la puerta?! ¡¿Por qué?!
-¿Dónde lo prohíben?
-¡Hakuei! ¡Pero como lo escuchaste, no fue nada para mí!
-Claro…
-¡En verdad! Yo… yo tan sólo te necesitaba, fue mi error, lo acepto, pero… por favor, regresa conmigo -se quitó la máscara de oxígeno.
-¡No hagas idioteces, ponte eso de nuevo!
-¡No la necesito! ¡Sólo te necesito a ti! ¡Hakuei, te amo!
-Kirito, cállate, alguien podría escucharte.
-Eso no me importa -intentó levantarse de la cama.
-¡Camui dijo que estabas débil por la pérdida de sangre y porque no tienes nada en el estómago! -lo recostó de nuevo.
-Haku… No me… -Hakuei lo miraba desafiante.
-Ya cállate, pequeño tonto… -le sonrió-. No vuelvas a hacer esas cosas mientras yo no esté, ¿sí? -notó cómo las lágrimas salían de los ojos de Kirito al escuchar sus palabras.
-¿Entonces, tú…? -Hakuei le quitó la máscara y lo besó mientras Kirito se abrazaba a su cuello. Después del beso soltó el llanto en su hombro.
-Siempre tan sensible, ése es mi Kirito… -sonrió y le acarició el cabello-. Ya pasó todo.
-Dime algo, Haku…
-¿Qué?
-¿Realmente me amas o por qué quieres regresar conmigo?
-Sí, te amo…
-Entonces, ¡¿por qué me dejaste?!
-Kirito… Sabes perfectamente que las cosas no estaban yendo bien, creí que lo mejor para ambos era alejarnos el uno del otro para no hacernos daño -secando las lágrimas de Kirito.
-¡Eso no es cierto! Si nos necesitamos, ¡¿cómo iba a ser lo mejor separarnos?!
-¡Está bien, lo siento, fue mi error!
-¡No es cierto, sólo querías estar sin mí para costarte con quien fuera!
-Se te da eso de arruinar los momentos tiernos, ¿ne? -dijo un tanto molesto.
-Sólo te digo la verdad… ¡maricón!
-¡No me hables así, Kirito!
-Contéstame, ¡¿es cierto eso?!
-¡Claro que no! ¡Sabes que aunque seas mi novio me acuesto con quien sea!
-Ha… ku… -Kirito dejó de abrazarlo y más lágrimas se asomaron por sus ojos, rodando por sus mejillas.
-¡Tranquilo! ¡¡Estaba bromeando!! -sonrió nervioso.
-¡Con eso no se juega! -le dio un puñetazo en el pecho.
-¡No me pegues!
-¡¡¡Maricón!!!
-¡Ya te dije que no me digas así! -le detuvo las manos apretándole por las muñecas.
-¡¡Yamete!! (detente) -gritó con fuerza y Gackt entró rápidamente.
-¿Qué pasa? -Gackt miró con desprecio a Hakuei.
-No es nada que te importe… sólo hace berrinche -Hakuei le apretó con más fuerza.
-¡Yamete! ¡Yamete! ¡¡Tasukete!! (auxilio) -Kirito se veía desesperado-. ¡Hanasee! (suéltame) ¡Yameteee! -gritó a todo pulmón y de una manera muy aguda haciendo que Gackt se tapara los oídos y se quedará inmóvil por tal sonido insoportable.
Mientras que Hakuei lo soltó y Kirito calló en la cama inconsciente.
-¡¡Kirito!! -Hakuei reaccionó al verlo así, se asustó.
-¡No te le acerques más! Llamaré a una enfermera -apretó el botón.
-¿Tú quién eres para decirme lo que tengo que hacer?
-Esto es lo mejor, nosotros no podemos hacer nada más.
-Señores, ¿qué pasó? -Llegó un doctor también.
-¿Podrían revisarlo? Vamos, Hakuei -Gackt jaló a Hakuei saliendo del hospital.
-No vuelvas a tocarme, ¿oíste? -Hakuei se soltó.
-Cómo si quisiera… ¡debería sentirse mal por lo que le hizo a Kirito!
-¡Yo no le hice nada, él es el que se altera!
-¡Cuando entré estaban forcejeando! Tiene las muñecas frágiles, parece que se intentó cortar las venas y se las presiona, creo que era obvio que le dolía.
-¿Cómo iba yo a saberlo?
-¡¡¿Qué no es obvio por los vendajes?!!
-¡¡Cállate!! Tú realmente no sabes nada de Kirito, no creo que haya sido el dolor lo que le pusiera así -bajó la mirada y el tono de su voz se escuchaba preocupado.
-¿A qué se refiere, Hakuei-san?
-¡No te metas más en su vida! Gracias por traerlo al hospital, pero no es necesario saber nada más. Yo lo pagaré, puedes irte…
-No se preocupe -rió-. Yo puedo pagarlo, eso es lo de menos… y si eso es lo que quiere, no voy a causar problemas… Si él me necesita ahí estaré, sin importar lo que pase…
-¡Deja de hablar como si esto fuera una telenovela! Y además, no hables como si lo conocieras, ¡no sabes nada de él! Y no tienes por qué saberlo, tú realmente no sientes más que atracción, ¡¿cómo puedes querer a una persona que ni conoces?!
-Cuando una persona te pida a gritos que le des amor con tan sólo mirarle a los ojos… lo entenderás… -se da la media vuelta y regresa al hospital.
-¡Maldito Camui! -Hakuei prendió un cigarro y se sentó en la banqueta a fumarlo.
Gackt hablaba con el doctor.
-Parece que el paciente recayó, eso es todo… ya lo estabilizamos, así que esperemos que no haya nada más de qué preocuparse.
-¿Cuándo saldrá del hospital?
-Lo mejor será que se quede esta noche en observación y mañana decidiremos…
-Doctor… -una enfermera interrumpió con un sobre, el doctor lo abrió y su expresión cambió por una de suma preocupación.
-¿Qué pasa, doctor?
-Parece que sus ondas cerebrales muestran cambios bruscos y es algo que tenemos que estudiar con cuidado para determinar el problema.
-Entiendo… ¿puedo verlo?
-Claro, pero lo mejor será que descanse.
-Sí, gracias, doctor.
-No se preocupe, hago mi trabajo -el doctor se fue y Gackt entró a ver a Kirito.
-Pobre… realmente hay algo más fuerte a parte de sus problemas de pareja con Hakuei-san… Cuando lo encontré aquella vez en el callejón fue una situación similar, aquel grito… -acarició su mejilla con ternura-. Me siento como si yo fuera el indicado para ayudarte, pero me pregunto si realmente lo seré.
Alguien golpeó la puerta.
“Debe ser Hakuei-san.”
-Adelante -para sorpresa de Gackt, a quienes vio pasar eran dos personas y ninguna de ellas era Hakuei.
-Gakuto…
-¿Taka?
-¡¡Kirito!! -el tercero, sin importarle nada, corrió hacia Kirito.
-¿Qué…?
-Hakuei nos dijo… -Taka lo interrumpió.
-¿Hakuei-san? ¿Qué planea…?
-No lo sé. Creo que ya no piensa hacerse cargo de él ahora que terminaron.
“Es cierto, ellos no saben que según parece regresaron”.
-Ah, ya veo…
-Tardamos un poco porque Yasu estaba algo ocupado.
-¡¿Yasu-san?!
-Disculpa, Gakuto-san -Yasu, el vocalista de Jan de Arc se volvió hacia Gackt con una sonrisa-. Es la primera vez que nos vemos tan de cerca, ¿no?
-Así es… mucho gusto -le hizo una reverencia.
-El placer es mío -también le hizo una reverencia-. Eres más guapo en persona -sonrió coquetamente.
-¡¿Ah?! -se apenó-. Gra… gracias…
-¡Yasu-chan! Basta, Kiri-chan está malito -Taka dijo algo fastidiado.
-Ja, ja, ja, ja, ¡tranquilo, Taka-chan! Es que a veces, hasta en los peores momentos puedes encontrar el amor de tu vida -miraba a Gackt de pies a cabeza.
-¡Eso suena tonto!
-Tal vez tenga razón, Taka -Gackt sonrió bromista y luego salió de la habitación.
-¡Kyaaa! Es tan lindo… ¿por qué nunca me lo habías presentado? ¡Taka-chan, eres un envidioso! ¡¿Por qué Kiri-chan sí lo conoce?! -Yasu jaloneaba la manga de la camisa de Taka a manera de berrinche.
-Cállate o despertarás a Kiri-chan.
-Tarde o temprano lo hará, ¡¡pero contéstame!! -lo miró suplicante.
-Pues porque si Hakuei se enterara de que me llevo con un desterrado…
-Espera, eso no explica por qué Kirito lo conoce.
-Eto…
-¿Maricones…? -Kirito había vuelto en sí.
-¡Kiri-chan! -dijeron al unísono y se acercaron a él. Yasu tomó su mano firmemente.
-¿Qué hacen aquí…?
-No te esfuerces… -Taka sonrió aliviado.
-Mariconeando… cómo tú dirías… -sonrió Yasu, con un poco de tristeza contenida.
-Eso pensé… -su mirada era débil-. ¿Quién les dijo…?
-Hakuei-san, pero eso no importa -Taka acarició su cabello.
-Quiero irme a casa…
-¡Claro que sí! Le preguntaremos al doctor, ¿está bien? -Yasu se levantó y le hizo una seña a Taka para que lo siguiera y éste lo siguió.
-Busquemos a Gakuto, él debe saber.
-¡¡Buena idea!!
-Aquí vamos de nuevo…
Sin que nadie se diera cuenta, Hakuei entró a la habitación de Kirito.
-Haku…
-¿Qué demonios pasó?
-¿Ah?
-¿Es que acaso no recuerdas…? -se sentó a su lado.
-Yo… yo… recordé un mal momento…
-Sabía que era eso… -lo abrazó-. Tranquilo, discúlpame por lastimarte.
-Haku, no es la primera vez que intento matarme… -Kirito comenzó a recordar:
*FLASHBACK*
Una habitación oscura, un chico de trece años en un rincón con un cuchillo en las manos temblorosas.
-Si ya no vivo, ella no me golpeará más… -pasó el cuchillo para cortarse las venas-. Duele ahora, pero después dejará de doler… -sonrió.
Aquella mujer de cabellos largos apareció.
-¡Shinya! ¡Shinya! -corrió a ayudarlo-. ¡¿Qué hiciste?! -lo llevó en brazos al hospital.
Una vez que ya estaba mejor y en casa, la mujer se acercó a Shinya y le dio una cachetada.
-¿Qué hice mal, mamá? -Shinya se sobaba la mejilla.
-¡Eres un estúpido, sólo preocupas a tu madre! ¡Mira lo que has hecho! ¡Chiquillo insolente! Piensa un poco -le tomó las muñecas y las apretó mientras lo jaloneaba.
-¡No! ¡Mamá, me duele! ¡Mamá! ¡¡¡Mamá!!!
-¡¡Mamá, no!! -Kirito se aferró a Hakuei mientras gritaba y su mirada parecía perdida.
*FIN DEL FLASHBACK*
-Kirito, tranquilo, ella no está aquí -lo abrazó con fuerza.
-Haku… Haku… tengo miedo…
-¡¿Miedo de qué?!
-De ella…
-Ella no podrá hacerte daño mientras yo te proteja, ¿está bien…? -le quitó la máscara de oxígeno y lo besó con dulzura, como hacía mucho no lo hacía.
-Haku… -al separarse Kirito lo miró fijamente con una mirada un tanto temerosa.
-Lo mejor será que descanses, ¿está bien? -le acarició la cabeza tiernamente con una bella sonrisa en su rostro.
-¿Te veré mañana?
-Seguro que sí -Hakuei, después de besarlo en la frente, salió de la habitación suspirando, encontrándose con Taka y Yasu.
-Hakuei-san, buenas noches -Taka lo saludó al igual que Yasu con una reverencia.
-Buenas noches, Taka-san, Yasu -les devolvió la reverencia y sonrió.
-¿Ya se va? -Yasu interrumpió rápidamente.
-Sí, no soporto verlo así.
-Entiendo. Vaya a descansar y no se preocupe, que nos quedaremos con él.
-Lo sé, muchas gracias -palmeó el hombro de ambos y se marchó.
-Pobre Hakuei-san… -Yasu veía cómo se marchaba.
-Sí, claro, ahora entiendo para qué nos llamó -se cruzó de brazos.
-¿Ah, sí?
-¡Sí! Para que nos quedáramos a cuidarlo y él regresara a Rock Ave a hacer sus “negocios” como le gusta llamarlo -Taka dijo molesto.
-¿Tú crees? -se veía realmente confundido.
-¡Olvídalo, entremos!
-Ok -Yasu siguió a Taka a la habitación.
~Continuará~
Notas:
Bien, aquí el capítulo 7 llega a su fin!! Y cada vez comienza a ponerse más bueno esto.
Jajaja, eso creo…
Muchas gracias por seguir leyendo este fic que está hecho con mucho cariño para todas las fans de PIERROT y, sobre todo, las de Kirito.
Kami Camui.