Oct 31, 2009 00:14
Kirito abre los ojos y se encuentra en un hospital con una máscara de oxígeno y suero en su mano derecha.
-“¿Qué me trajo aquí?”-pensó mientras miraba alrededor en busca de un rostro conocido.
-Veo que estás bien, Kirito-san -otra vez esa voz, que se le hacía tan conocida, pero no quería pensar en esos momentos. Enfocó su vista hacia el sujeto y pudo distinguir una tez blanca y perfecta, unos labios dibujando una leve sonrisa, una nariz ligeramente caída de la punta y unos ojos grandes y azules que lo miraban fijamente; cabellos castaños y cortos. ¿Quién era? Ya lo había visto antes, pero, ¿quién era?
-¿Quién... eres?
-¿No me recuerdas? -el sujeto esperó la respuesta de Kirito, pero al parecer no iba a decir nada-. Soy Gackt.
-¿Gackt?
-Sí, el amigo de Taka, ¿recuerdas?
-Ah, sí… eh... ¿por qué me ayudaste?
-Bueno, aunque no fuéramos conocidos no iba a dejar que un chico tan lindo muriera -Gackt fijó su seductora mirada en los cansados ojos de Kirito.
-¡No necesitaba tu ayuda!
-Con un gracias me conformaba -sonriendo resignado.
-¡Te digo que no te necesitaba!
-No fue ninguna molestia, no te preocupes, no me debes ningún favor, si eso es lo que te preocupa.
-No me preocupa nada.
-Kirito-san, ¿qué hacía solo ahí con un ataque de asma…? ¿Sabes que eres asmático?
-Desde que tengo uso de razón… ¬¬
-Ah… creí que no… no debe ser agradable vivir con eso.
-¡No lo es!
-Perdón… no sabía qué decir...
-¡Lo único que quería era estar solo!
-¿Y morir?
-Si eso me deparaba el destino…
-Pues al parecer no, ya que te encontré… Además, escuché que gritabas…
-¡¡Eso es algo que no te importa!!.-le gritó Kirito mientras se incorporaba.
-Tranquilo, descansa, no haré más comentarios… -Gackt le da la espalda y se dirige hacia la ventana.
-Gracias…
-¿Ah…? De nada -una linda sonrisa se dibuja en el perfecto rostro de Gackt, haciendo sentir incómodo a Kirito, aunque éste no sabía por qué.
-¿Vas... a irte?
-Hasta que te den de alta.
-¿Por qué?
-Yo te traje, es obvio que no tengas cómo irte, ¿no crees?
-Cierto… -dice de mala gana.
-Te llevaré a casa, lindura -acaricia la mejilla de Kirito con ternura.
-¡Agh! ¡¡¿Por qué me tratas así?!!.-quitando su rostro-. ¡¡Como si fuera una chica!!! ¡¡Si no te has dado cuenta, soy chico!! -se quita las sábanas.
-Sé que eres chico -la mirada de Gackt se desvía a la entrepierna de Kirito-. No te trato como una chica, simplemente quiero ser amable, pero si eso te ha molestado, te ofrezco una disculpa -se inclina.
-Disculpa aceptada… -dice sin mirarlo.
-Seas hombre o mujer, eres lindo, delgado, de tez blanca y labios peculiares, poco comunes, casi como los míos -Gackt pasaba su mirada por el rostro de Kirito.
-¿Cuándo me darán de alta? -Kirito quería evitar el tema.
-Esta noche.
-¡Qué rápido!
-Bueno, no tienes nada grave, y si te sientes mejor puedes retirarte ahora mismo.
-Pues creo que ya no me siento débil…
-Ok, llamaré a la enfermera -Gackt le guiñó el ojo y salió de la habitación sin prisa alguna.
-Está bien, le agradezco que me haya salvado… ¡¡¡pero no soporto que me trate así!! Como si fuera una estúpida chica… ahora recuerdo que Taka comentó que era muy coqueto… -Kirito hablaba consigo mismo algo molesto y comenzando a recordar aquel día en que lo conoció.
-Kirito, él es Gakuto. Gakuto, él es Kirito -dijo Taka, el cantante de La Cryma christi, con una amplia sonrisa-. Estoy seguro que serán muy buenos amigos.
-Mucho gusto -Gackt extiende su mano para estrechar la de Kirito.
-Sí… mucho gusto -dijo Kirito con fastidio-. Eres el cantante pop que pone su rostro en todos lados, ¿ne?
-Ja, ja, ja… sí, creo que sí… pero mi música no la defino como pop -dijo con aquella sonrisa de galán.
-¿Ah, no? ¡¡Jajajajajaja!! Ése sí que es un buen chiste… entonces, ¿como te defines? -Kirito se reía a carcajadas mientras que Gackt lo miraba algo molesto.
-Me defino como Rock/pop.
-¿¿O Pop/rock??
-Etto... Kirito, ¿por qué no cambiamos el tema? -interrumpió Taka nervioso.
-Sí, me parece bien -dijo Gackt.
-Recuerdo que después de eso comenzó a tratarme de la misma manera que ahora… me pregunto si lo hace por molestar… es guapo... pero ese chico fresa no es mi tipo… ¡¡¡un chico plástico del pop!!!
-El doctor dijo que podías irte -Gackt entró sorpresivamente.
-¡¡Waa!!! ¡¿Sabes que ese tipo de sustos son malos para las asmáticos, idiota?! -gritó un Kirito exaltado a Gackt.
-Gomen ne…
-Claro, ¿creen que con un simple “gomen ne” -poniendo una voz chillona- lo arreglan todo? -se cruza de brazos.
-¿Creen? Te refieres a los chicos fresas plástico pop? -dijo con una sonrisa amarga.
-¿Ah? ¡¡Se supone que hablaba en privado!! ¡¡Chismoso!!
-Deberías disculparte, porque me ofendió.
-¡No me importa!
-¡Deberías pensarlo antes de decirlo en voz alta!
-¡Me gusta hablar conmigo mismo en voz alta!
-¿Entonces de qué te quejas?
-De que me escuchaste y quieres que me disculpe por algo que no debiste escuchar... Já...
-Es inútil, veo que no llegaré a nada… -Gackt salió de la habitación desanimado.
-¡¿Qué…?! ¡¿Cree que me voy a sentir mal?! ¡Ja! ¡Claro que no!
-Disculpe… -una enfermera entró-. Vengo para quitarle el suero, la máscara y entregarle sus pertenencias.
-Ok… gracias.
Kirito ya estaba dado de alta, y no encontraba a Gackt por ninguna parte. ¿Acaso se había ido sin él?
-¡Qué superficial es! ¡¡Me iré yo solo en un taxi, maldita sea!!
-Espero no estés hablando de mí... -Kirito escuchó la voz de Gackt detrás suyo.
-¡Aquí estás, bastardo! ¡Llévame a mi casa!
-Si me tratas así, no te llevaré a ningún lado -Gackt le sonrió y volteó para irse.
-Bien, no me importa, ¡me voy solo! -Kirito comenzó a caminar hacia la puerta, y Gackt lo siguió.
-¿Que no puedes disculparte? -le preguntó el alto cantante.
-¿Por qué?
-Por lo que hiciste…
-¡¿Sigues con la misma estupidez?! Al carajo con eso, ¡no te necesito! ¡Nunca te necesité, así como no necesito a nadie! ¿Por qué siempre creen que deben ayudarme? ¡Olvídenlo! Soy independiente, puedo solo, ¡¡con un demonio!! -le gritó furioso a Gackt, marchándose con rapidez y dejando a este último estupefacto.
-Sólo... quería ayudar…
Kirito estaba que sacaba humo por la boca, o espuma; no quería saber nada más de aquel tipo “como se llamara”. No sentía culpa alguna, así que no encontraba razón para disculparse.
-¡Baka! Me dejó pensando en él... -dijo golpeando una pared-. Necesito distraerme en algo, ¿pero en qué? -mirando a su alrededor ve una librería-. Veré si hay algo nuevo para leer -Kirito entró y observó los nombres de los libros mientras caminaba por diferentes pasillos, hasta que se topó con un estante lleno del mismo libro, fotografías del autor y su nombre por todos lados-. ¡¡No puedo creer que lo vea aquí!! ¡¡Maldito Camui!! -Tomó uno de los libros y leyó el título-. ¿Mi biografía? Al carajo, son patrañas -dejó el libro en su lugar y salió furioso del lugar.