May 12, 2016 13:36
Hoy me equivoco y no alcanzo a vivir.
Porque vivir implica vida. Y vida es aquello que no se tiene cuando la carcoma perfora el cerebro, los pulmones, el estómago y algún que otro órgano interno más. Mi desván (o Palacio de la Mente, como lo llamarían los Sherlockianos) está deconstruido, desordenado y lleno de boquetes. Entra demasiada luz, hace demasiado frío y el viento se ha adueñado de mi sillón orejero.
Pensé que era inteligente y que podría con ello. Mi orgullo se desmorona como una bailarina coja con los pies de cera. En el fondo sé que la Creadora de Universos que hay en mi vive libre y feliz. No hay nada de lo que lamentarse. Un poco de masilla por aquí, un poco de pintura por allá, un cuadro bonito y mi Desván volverá a ser el que era. Como nuevo. Estupendo y bonito. Sin embargo, los cimientos del mismo los sustenta mi orgullo, ese que a veces parece de acero y a veces de cristal. Los dos se funden por el fuego de las circunstancias. Putas circunstancias.
"Tough girl", decía la canción que hoy me describe a la perfección...