[EXO]PERSONA Cap 15 2/2

Apr 01, 2013 17:01


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El sonido era demasiado fuerte, pero Tao decidió no hacerle caso. Se aprovecharía del escándalo que había montado para huir, necesitaba encontrar a Minseok, pero antes tenía que arreglar un pequeño asunto.

No podía dejar que aquellos que jugaban con sus destinos quedasen impunes. Se apresuró a correr por los pasillos, mezclándose con la oscuridad. Siempre había sido muy ágil, pero la adrenalina y tensión del momento le obligaban a actuar con mayor precisión.

Rápidamente, se ocultó tras una pared cuando escuchó que un grupo se acercaba a su zona. No podía ser visto, si lo descubrían, seguramente lo volverían a encerrar en el cuarto. En el momento que sintió que la zona estaba completamente despejada, volvió a su carrera por aquellos oscuros y descontrolados pasillos.

No pudo dar crédito a lo que veía. Cuerpos inertes yacían en el suelo, sangre, golpes, incluso algunos llantos agonizantes se podían oír al final del pasillo.

Algo estaba pasando y no podía esperar para averiguarlo. Se agachó frente al cuerpo de uno de los del personal del edificio y rebuscó en sus bolsillos, pero no encontró nada útil. No es que buscase un arma, él podía valerse por sí solo, pero un objeto de ayuda no le vendría mal, por si necesitaba enfrentarse a distancia.

No encontró nada,  pero comprobó que aquel hombre había sido liquidado gracias a un corte profundo en el cuello, y una herida mortal en el costado derecho que le perforó el riñón. Seguramente la persona culpable de aquella masacre no tenía mucho control con el arma que utilizaba, ya que las heridas estaban rasgadas, no era un corte limpio por el que se pudiese desangrar, sino que el ensañamiento era claro.

Corrió de nuevo, esquivando los cuerpos de toda aquella gente, subió escaleras escondiéndose de los que todavía no habían sido derrotados. Tenía que aprovecharse de aquel que, por suerte o desgracia, le estaba limpiando el camino.

Y entonces lo escuchó, la voz grave y seductora de un hombre y aquella voz que llevaba demasiado sin oír pero conocía a la perfección. Sehun.

Escondido detrás de un pequeño armario, el chino observó como ambos discutían, y Sehun era encerrado en una habitación. Cuando el hombre y aquella extraña mujer que lo acompañaba se alejaron del lugar, y pudo comprobar que estaba solo, se acercó a la puerta e intentó abrirla, pero le fue imposible.

- Sehun -habló con precaución,  pero rápidamente escuchó al menor acercarse a la puerta-. Soy yo, Tao. No te preocupes voy a sacarte de ahí.
Sehun habló pero Tao no entendió muy bien lo que decía. Se alejó de la puerta en busca de algo para abrirla, rompió uno de los muebles de metal que adornaban la zona, y usando una de las partes como palanca, consiguió que la puerta se forzara.

Casi sin darse cuenta, Tao se vio empujado contra el suelo, y Sehun echó a correr por los pasillos, alejándose de él.

El chino no pudo seguirle, ya que por mala suerte, uno de los barrotes rotos del mueble se le había clavado en el abdomen,  provocándole un dolor desgarrador, y que de esa herida manase sangre de manera descontrolada.

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Cámara  4:

El puño cerrado y apretado de Kyungsoo voló por la sala en dirección a la cara de Luhan, y chocó con fuerza contra su nariz, provocando que comenzase a sangrar.
Yifan, sorprendido, agarró a Luhan para que no se cayese contra el suelo mientras Kyungsoo, con el pecho subiendo y bajando aceleradamente, no dejaba de mirarle como si fuese la persona que más odiase en el mundo.

El rubio se llevó las manos hacia su nariz, como si así fuera a evitar que sangrase, y miró a Kyungsoo sorprendido.

- ¡Kyungsoo, por favor, deja que te explique! -la voz de Luhan sonaba rota, como dolida. Sabía que aquello sería lo que los separaría, el menor no volvería a confiar en él. Pero tenía que esforzarse, intentarlo.

Jongin se acercó a Kyungsoo, cogiendo las fotografías de su puño cerrado y observándolas con  atención.

- ¡No quiero escucharte, no voy a hacerlo! -Kyungsoo saltó sobre el rubio, que se escurrió de las manos de Yifan, cayendo contra el suelo con él encima-. Eres un hijo de puta, eres un cabrón -los golpes se sucedían al compás de las palabras mientras que la rabia crecía incontrolable dentro de Kyungsoo y las lágrimas se agolpaban en sus ojos.

- ¡Kyungsoo! -gritó Yifan, intentando apartarle-. ¡Vas a matarle, para! -Yifan miró suplicante a Jongin, necesitaba ayuda.

Jongin dejó caer las fotografías y agarró a Kyungsoo por los brazos, apartándolo de Luhan , que yacía en el suelo con la cara llena de golpes y sangre.  Lo alejó lo suficiente y le miró a los ojos para tranquilizarle, como si así lo pudiese traer de vuelta.
Luhan se levantó mareado, y se apoyó en la mesa de la cocina, con la respiración acelerada.

- Yo... No he sido yo, Kyungsoo, por favor, entiéndelo -las palabras de Luhan sonaban más como lamentos que como súplicas.

- ¡No quiero, joder, no quiero entenderlo, me da igual lo que digas, no quiero escucharte, son mentiras, como todo lo que has dicho desde que entramos! -Kyungsoo elevaba la voz todo lo que podía, la ira salía disparada como la saliva por sus labios y luchaba por zafarse del agarre de Jongin con todas sus fuerzas-. ¡Siempre lo has tenido todo Luhan, para ti ha sido muy sencillo! ¿Qué pasa conmigo? ¡Estoy hasta el culo de llorar, de lamentarme por todo, de tener que ser el que carga con todo mientras la gente como tú lo tiene fácil! -golpeó con el codo a Jongin y se soltó de su amarre, agarrando una botella de encima de la encimera-. Ya maté una vez a una persona, y no me costaría nada volver hacerlo, y más contigo -caminó hasta el rubio, y rompiendo la botella, le amenazó con ella-. Me he cansado de llorar, ya es hora de que seas tú el que lo haga.
Yifan, rápido y habilidoso, cogió el arma del bolsillo trasero de Luhan y apuntó a Kyungsoo con ella.

- Aléjate de él, Kyungsoo, no me obligues a usarlo contigo.

Yifan no apartó la vista de Kyungsoo, sabía cómo le estaría mirando Jongin, y no podía mirarle a los ojos en ese momento, no podía dejar que aquello que llevaba tiempo corriendo por su mente se dejase ver. La decepción de Jongin hacia él parecía molestarle más de lo que una vez pensó que lo haría.

- ¡Suelta esa botella, Kyungsoo! -ordenó con calma una vez más.

Jongin se apresuró a ponerse delante de Kyungsoo, mirando fijamente hacia Yifan y  enfrentándole la mirada, no decepcionado, sino furioso.

- No vas a hacerlo, Yifan.
Luhan contempló el enfrentamiento, levantó la mano hacia el alto y lo agarró por la muñeca, haciendo que éste bajase el arma.

- No hay ninguna necesidad de que nadie salga herido -respiró hondo y se pasó la lengua por los labios, saboreando la sangre que se derramaba por el labio partido-. Sí, Kyungsoo, para ti ha sido difícil, y puede que para mí no lo suficiente. Pero yo no soy el dueño ni de tu destino ni del mío. Yo no soy culpable de lo pasado. ¿Crees que arreglarás algo matándome? Si es así, hazlo -se apartó de Yifan y  se colocó enfrente de los dos chicos-. No voy a impedírtelo.

- Luhan -insistió Yifan-. Sabes que es capaz de hacerlo.

Luhan sonrió y asintió.

Jongin no se apartó de delante de Kyungsoo,  no quería que nadie saliese herido, aquello estaba llegando a un punto en el que cualquier paso en falso podría desencadenar una locura tras otra. Bajó la mano y apretó entre sus dedos la mano temblorosa de Kyungsoo, dejando que éste se diese cuenta de que no conseguiría nada discutiendo.

Una parte de él le decía que debía escuchar, pero esa parte hablaba demasiado bajo, tan bajo que no podía casi oírla. Ésa era la parte que sentía el apretón de Jongin en su mano, pero el resto de su cuerpo sólo pensaba en lanzarse sobre Luhan y clavarle aquel trozo de botella rota.
Entonces, el sonido de un portazo hizo que todos dirigiesen la mirada a la entrada, donde Suho, acompañado de otro chico, les sonreían triunfantes y apuntándoles con un arma.

- Buenos días -dijo Suho, alargando la sonrisa y quitándole el seguro a la pistola.

Todos se sorprendieron, colocándose rápidamente hacia atrás, evitando así estar cerca de aquellos dos y ser un blanco fácil. Jongdae se apresuró a cerrar la puerta y miró a Yifan con una sonrisa de triunfo en el rostro.

- ¿Qué cojones está pasando? -Jongin fue el primero en hablar, aquello estaba torciéndose de tal manera que no sabía muy bien qué era lo que sucedía, como si se hubiese perdido en algún momento de la película.

- ¡Chen! -gritó Yifan, dando un paso hacia él-. ¡Maldito cabrón!

Jongdae levantó el arma, ampliando más la sonrisa.

- Yo de ti no me movería, Yifan -soltó una carcajada y miró hacia los demás-. Y dime, Suho, ¿quién es el afortunado?

Luhan miró con rabia a aquellos dos muchachos, antes de mirar hacia Kyungsoo acercándose a él, para colocarle detrás suya y de Jongin.

Kyungsoo dio un paso hacia atrás al notar la mano de Luhan, no quería estar cerca de él. Miró a todos aquellos y el revuelo en su cabeza se hizo todavía más incontrolable. No entendía qué estaba pasando.

- ¡Joonmyeon! -gritó desde atrás, tragándose aquel nudo en su garganta.
Suho le lanzó una mirada llena de indiferencia y luego sonrió.

- Parece que Kyungsoo quiere ser el primero -le contestó a Jongdae.

- ¡Chen, maldito bastardo! -interrumpió Yifan-. Pensé que te habían metido en la cárcel, ¿qué haces aquí?

Jongdae sonrió apuntándole con el arma, acercándose lo suficiente para mirarle a los ojos y dejar claro que no le tenía miedo.

- Yo, al igual que tú, tuve la oportunidad de elegir -respiró hondo y se mordió el labio-. Llevándome conmigo algo más que esta victoria, Kris, esto no sólo será mi liberación.
Metió la mano entre Luhan y Jongin y agarró de la muñeca a Kyungsoo, dando un tirón hacia delante para que se separase de ellos.

- ¡No! -exclamó Jongin-. ¿Qué cojones pasa aquí, Joonmyeon?

Suho se rió, disfrutando de sus carcajadas.

- Pasa que hemos ganado. Jaque mate, idiotas -comenzó a decir, acercándose a Jongdae-. Mientras vosotros jugabais a las casitas, nosotros lo hemos estado disponiendo todo para que la cagaseis y nos dieseis esta oportunidad.

Kyungsoo miró con angustia a Jongin y luego al resto de los chicos. Hizo fuerza para soltarse, pero el chico al que Yifan había llamado Chen parecía mucho más fuerte de lo que aparentaba.

- ¡No me jodáis! -bufó molesto Yifan-. Éstas no son maneras, no hay por qué hacerle daño a nadie, eso es lo que quieren ellos. ¿Vais a darles ese gusto?

Jongin sujetó a Kyungsoo por el pecho, atrayéndole hacia él, y miró a Joonmyeon.

- ¿Quieres ganar? Pues adelante, gana, pero no hay que llegar a estos extremos.

Luhan se mantenía callado al final de la habitación, respirando suavemente con la cabeza gacha. Mientras, Jongdae miraba hacia Kris y negaba con la cabeza muy sonriente.

- Todo lo contrario, Kris. Para poder ganar tenemos que librarnos de los fantasmas del pasado.

- Entonces debería suicidarte. Desde que has venido a este mundo no has dejado de causar problemas y de vivir como un fantasma -Yifan apretó los ojos furioso y dolido-. No dejaste de acosarla hasta que se tuvo que alejar de todo. Acepta lo que eres, un bicho raro que tiene que esconderse para poder vivir. Nadie te quiere a su lado, Chen, por eso vives lejos de todos, porque es más sencillo apartarse que sentir que realmente nadie te quiere a su lado.

Jongdae rió de manera escandalosa y miró furioso a Yifan, caminó apresurado, soltando a Kyungsoo, y le colocó el arma en la sien a Yifan.

- Repite eso ahora, dilo claro para que pueda escucharte ella -le amenazó, mirándole fijamente.
Luhan reaccionó mirando a Jongdae, mientras que Jongin volvía a apresar entre sus brazos a Kyungsoo, protegiéndole de ambos.

Suho se apoyó en una de las paredes y contempló cómo Jongdae parecía divertirse solucionando viejos problemas.

- Nadie te quiere a su lado, Chen -escupió con odio Yifan, sin dejar de mirarle a los ojos-. Ni ella, ni nadie te querrá nunca.

Jongdae cargó el arma y apretó demasiado fuerte el cañón contra la sien de Kris, preparado para disparar. Pero antes de que nadie pudiese hacer nada, las luces se apagaron, y todos se pusieron en alerta cuando cerca de Yifan se escuchó un golpe seco.

- Corre -Jongin escuchó un susurro leve en su oído, y agarrando con fuerza la mano de Kyungsoo, salió de ahí lo más rápido que pudo sin mirar atrás.

Yifan sintió como una mano le agarraba con fuerza, envolviendo unos dedos mucho más pequeños que los suyos alrededor de los de él.

- ¿Luhan? -preguntó en un susurro, pero la persona que le había agarrado no respondió. Buscó entre la oscuridad del lugar al otro chico rubio, pero no consiguió ver nada.

Sintió una suave y fina mano estrechándole la suya, y entonces Luhan lo entendió. Aquello era la señal. Respiró hondo, se olvidó de los golpes, del dolor, los mareos, la angustia. Agarró fuerte aquella mano y corrió, alejándose de la casa, sabiendo que todos estarían seguros de esta manera. No hizo falta escucharle para saber que todo saldría bien, su corazón se lo decía, estaba a su lado y eso era lo único que le bastaba.

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