Para:
quinesobFandom: F&D
palabras: 4,748
Notas: Originalmente el primer capitulo de este fiction, ahora ya no es parte de la cronologia de la saga, pero aparecen casi todos los personajes, asi que si quieren saber un poco mas de ellos, aun que la mayoria han sido modificados.
“Lluvia...
¿Llueve verdad?, debí de haber traído el paraguas, voy a descomponerme de nuevo, pero la verdad no importa, ya nada importa...”
Caminaba por las calles casi desiertas, sus ojos se posaban en todos los letreros, en todas las personas que caminaban a su lado, protegidas por los paraguas, no la miraban pero era normal, esa era la vida de la cuidad.
De pronto, sus ojos se toparon con aquel letrero, el que había estado buscando desde hacia ya un tiempo, entro un poco avergonzada por que a sus pies se formaran charcos, a causa del agua que resbalaba desde sus ropas.
Sonrió a los ocupantes de la mesa.
-“Llegas tarde”-Dice uno de los chicos, ella sonríe “También me da gusto verte”, piensa
-“Lo siento”- se disculpa, sin intentar si quiera justificar por que llegaba tarde, “Para que preocuparlos”
-“Vienes hecha una sopa mujer, te vas a enfermar”- dice la única chica pelirroja en la mesa sonriéndole amablemente “No quiero preocuparte” vuelve a pensar, ante la mirada casi maternal de una de sus mejores amigas
-“Se me olvido el paraguas, la verdad es que no esperaba que empezara a llover”- dijo sin preocupación con una sonrisa, que sin embargo ocultaba algo más, algo que ni ella entendía
-“Anda siéntate y pide un café”- dijo una de ellas, con voz un poco más fría y dura “Lo se, lo se, no te preocupes” Pensó sentándose en la mesa, mientras uno de ellos le pasaba su abrigo y seguían hablando.
Ella solo los observaba, sonriendo ante las actitudes, de su amigas, sus amigos, sus mejores amigas, sus mejores amigos, “Tus únicos amigos”, dijo aquella voz en la cabeza, esa que la lastimaba todos los días, y sin embargo sonrió sin hacerle caso, bromeando ante ellos.
-“Bueno ya es hora de irnos”- Dijo uno de ellos, ella miro por la ventana la lluvia aun no terminaba y ella se sentía tan cómoda y calientita, pero no podía hacer nada, simplemente se levanto para seguirlos “y Nunca dices lo que quieres” pensó nuevamente, mientras seguía al grupo.
-“Vamos los llevo”- dijo el mayor de ellos, quitándole la alarma a su camioneta
-“Hasta que se te ocurrió algo inteligente”_- dijo Lidia, entrando a la camioneta rápidamente, “Igual a un neko” Pensó ella, mientras los demás entraban, Ángela, Eva, Hera, Lidia, Rubén, Josué, ella misma y Antonio al volante.
-“Vamos a bailar no?”- Sugirió Hera, “Bailar, no me gusta bailar”, Pensó pero no hizo mucho para omitir algún juicio, dar una opinión, solo se limitaba a ver como en el cristal, chocaban las gotas de lluvia.
“Veo como la lluvia golpea en el cristal y no puedo evitar pensar en ti” Empezó a decir en su mente, escribiendo líneas que jamás saldrían de su boca “Por que ese pequeño golpeteo, atrae a mi mente, la paz, paz que hace mucho abandono mi mente, por ti, por ella, por ella” lanza un suspiro que nadie escucha, por que todos parecen comentar algo, algo maravillosos y sin embargo ella no sabe de que hablan “Nublaste mis sentidos hasta el limite, me hiciste desear la muerte, llorar por noches incontables, odiarme a mi misma” se estremeció ligeramente ante su propio pensamiento “Quien eres? Y por que me obligas a hablarte”
-“¿Rach en que piensas?”- Pregunto Josué
-“Lo siento, solo tengo sueño”-
-“¿Tu, cuando?”- Pregunto Hera sonriendo
-“Lo siento”- dijo ella con una gran sonrisa, aquella que sofocaba sus ganas de llorar, aquella mascara.
“La mascara de la felicidad” Se dijo a si misma, había leído mucho sobre esa mascara, por que a veces se volvía agobiante, una costumbre, una costumbre que iba a terminar matándola, “Matando mi sueño” Se dijo pero no hizo más.
-“Este es el lugar”- Dijo Antón parando la camioneta
-“¡¡¡Kimera!!!”- Dijo ella sorprendida, aquel nombre le hacia eco en la cabeza, pero no sabia por que
-“Un nuevo Pub”- dijo Eva, girándose a verla -“No habías escuchado de él, esta de moda”- ella movió la cabeza enérgicamente, de izquierda a derecha, mientras su melena aun húmeda giraba al compás
-“En que mundo vives, enana?”- Pregunto Antón
-“En mi propio planeta”- dijo ella sonriendo
-”Vamos”- dijo Ángela empujándola, cansada de la palabrería de sus amigos, y ansiosa por entrar al lugar
-“Kimera”- murmuro ella nuevamente ante las luces de neon
-“Animal mitológico, fuerte y poderoso”- dijo una voz tras ella, se giro, los ojos verde miel la sorprendieron
-“Uhhh?”- Fue lo único que pudo articular
-“¿Cómo te llamas?”- Pregunto el, mientras sus amigos se perdían de vista, entre las luces que no dejaban de girar y empezaba a provocarle nauseas “Sensible a la los fotones demasiado brillantes” recordó, el por que no le gustaba esos lugares.
-“Rachel”- Logro decir, intentando concentrarse en otra cosa y no en la música alta y las luces brillantes, intentando tragarse sus malestares como tantas veces atrás lo hacia, y pensar que sus amigos pensaban simplemente que era una apagada
-“Soy Karlos”- dijo el
-“Mucho gusto Karlos”- dijo ella buscando a sus amigos, quería irse cuanto antes, quería irse antes de que su estomago cediera, antes de que el dolor en la cabeza se volviera insoportable, antes de tener que drogarse nuevamente con analgésicos por su terquedad de no decir lo que pensaba.
-“Será mejor que salgas, estas muy pálida”-
-“Solo tengo que encontrar a mis amigos”-
-“Vamos afuera ahora, volvemos a entrar”- dijo tomándola por el brazo, ahora ella temblaba por las ropas mojadas y la inminente gripa
-“Gracias”-dijo cuando el aire frió golpeo su rostro
-“Y tu dolor es mi dolor para toda la eternidad”- dijo el
-“Por que mi alma renacerá donde la tuya lo haga”- dijo ella, sin darse cuenta, para después poner cara de asombro, el chico solo sonreía
-“Aun lo recuerdas”- dijo el encendiendo un cigarro, logrando que ella pusiera mala cara
-“¿El que?”- Pregunto
-“Nuestro juramento”-
-“Estas soñando, nos acabamos de conocer”-
-“Hace milenios”- dijo el
-”¿De que hablas?”- Pregunto con miedo, hasta ahora era consiente de lo que había hecho, valla y ella se creía inteligente
-“Ponme atención por que solo lo diré una vez y después callare., por lo que nos reste de vida”-
-“Habla pues te escucho”- dijo ella, con el bullicio de la gente que hacia cola para entrar al lugar, sin saber por que estaba haciendo eso, lo normal seria alejarse de aquel loco y no creer sus palabras
-“Todo empezó hace mucho tiempo, yo era mas bien un joven ambicioso y tu la llave para todo lo que quería, no había entre nosotros amor, pero si pasión y un fin en común, así pues nuestra relación se volvió sólida desde un principio, hasta que ella apareció y te confundió, por que la amabas como no podías amarme a mi, y me volví loco de celos, de rabia y quise lastimarte, utilizarte y a ti te dolió, por que te oculte la verdad de tu origen por que...”
-“Sembraste mi felicidad sobre una mentira”- dijo ella sin mucho animo o ceremonia, era como si supiera la historia, pero no la sabia
-“Así es, nunca me lo perdonaste, hasta el sacrificio”-
-“¿Sacrificio?”- Pregunto
-“En la puerta, la que nos permitía venir aquí a esta dimensión, tu, tu lo hiciste y también aquellos guerreros”-
-“No entiendo que hicimos”- dijo confundida, pero algo dentro le decía que si sabia
-“Se suicidaron”- sus ojos se abrieron ante la sorpresa, la palabra suicidio últimamente estaba tan presente en su mente que escucharla en voz alta le producía escalofríos
-“¿Que?”-
-“Lo hicieron, para que sus almas pudieran viajar aquí”-
-“¿Que estas diciendo?”-
-“Por eso necesitaban los cuerpos”-
-“¿De que hablas?”- dijo sin levantar la voz aun que lo deseaba, algo en su interior se lo impedía, era como si lo que le estaba diciendo ese chico ella ya lo supiera.
-“No lo entiendes, aun no lo entiendes, era la única manera, sus cuerpos se quedaron ahí, y nosotros teníamos que buscarlos, encerrarlos en aquel recipiente, por que eso estaba contra todas nuestras leyes, por que, no podía hacer eso, por que no pueden sobrevivir sin un portador”-
-“Y que tiene eso que ver con el juramente, que según tu, hicimos”-Pregunto para desviar la conversación lejos de la historia, esa que empezaba a ponerla mal, por que era como si de pronto algo no solo en su interior si no en su cabeza se agitara
-“Impaciente como siempre”- dijo el, mientras ponía un cigarrillo en la comisura de sus labios, bajo la mueca de desaprobación de la chica, quien simplemente se limito a fruncir el ceño
-“Curioso Toda la gente dice que tengo mucha paciencia”- pensó, contenta por que al fin alguien tuviera una opinión diferente de ella -“Vas a morirte si sigues fumando eso”- dijo incapaz de mantener el silencio que se había formado entre los dos
-“Si de todas forma voy a morir que más da como sea?”- pregunto el exhalando el humo lentamente, envolviéndose en él, sus cabellos rubios con aquellos destellos extraños debido al neón.
-“Que más da es tu vida, pero fuma donde no este, que tu quieras morir de cáncer no quiere decir que yo tenga que sufrir el mismo destino”- dijo molesta, por la actitud del hombre, pero más con ella misma por no poder apartar sus ojos de aquellas pupilas verde miel que parecían tornarse dorada a ratos, era simplemente imposible no admirar aquella mirada.
-“Mañana encuéntrame aquí”- dijo dándole una tarjeta, para después dejar caer el cigarro y perderse entre la gente, ella observo aturdida, el humo que aun desprendía el cigarro en el suelo
-“Que estas haciendo aquí, estaba preocupado por ti”-dijo Antonio llegando junto a ella y tomándola bruscamente de los hombros
-“Lo siento, solo necesitaba aire fresco”- dijo, mintiendo a medias
-“POR QUE NO ME DIJISTE”- Grito el, apretando más las manos sobre ella
-“Me lastimas”- dijo ella en voz baja
-“Vamos te llevare a casa, después vendré por los demás, es tan tipico de ti arruinarme la noche”- Dijo el mientras entregaba el ticket a uno de los hombres y este traía la camioneta
-“Lo siento”- dijo ella, cerrando los ojos, para no llorar, era especialista en eso, especialista en esconder aquel dolor, el otro solo gruño como respuesta.
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
-“Y Rach”- Pregunto Hera en la mesa que había conseguido en el pub
-“Como siempre decidió arruinarnos la noche”- dijo Lidia tomando un sorbo de su bebida
-“Esa niña”- dijo Ángela molesta
-“Bueno no pasa nada, ya esta en su casa”- dijo Antonio, mientras observaba a la gente bailar
-“Mmm?”- dijo Eva, mirando las luces que danzaban en el centro
-“Bueno venimos a divertirnos que esperamos”- Rubén tomo a Ángela de la mano y la condujo a la pista
Los demás se dispersaron rápidamente, salvo Lidia y Antonio, quienes se miraron un momento, no podían hablar con aquella música y sin embargo ambos sabían que era necesario
-“Esta empezando”_ dijo el mientras observaba el hielo de su bebida
-“Lo se”- dijo ella, sin expresión en el rostro
-“Cuando se los diremos”- Pregunto el, posando la vista en los otros quienes bailaban ajenos a la conversación
-“Cuando se a necesario”-
-“Bien tu eres la líder”- dijo el, levantándose y caminando hacia una chica que desde hacia un rato le sonreía
-“Pero no decidiré por ustedes”-murmuro Lidia, terminando su bebida
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
-“Te vieron”- pregunto un hombre a Karlos, quien acababa de entrar a lo que parecía un edificio de despachos
-“No”- contesto
-“Pero hiciste contacto”-
-“Así es”- dijo sonriendo, una sonrisa entre divertida y cruel
-“Ella vendrá aquí”-
-“Si la conozco como creo conocerla, vendrá”- comento mirando la luna por el amplio ventanal
-“Más vale que no falles Karlos, por que un nuevo error y ...”-
-“No tienes que decirlo, lo se muy bien”-
-“Y la otra?”- Pregunto el primer hombre
-“No me vio”-
-“Eso es bueno”-
-“Pero no sabes las ganas que tengo de eliminarla, seria la mejor venganza contra él”-
-“Deja de pensar en santiago y empieza a hacer lo que te encargué”-
-“Tu hija esta bien”-
-“La viste?”-
-“Si, Ángela es tal y como me la describiste”-
-“Y pronto estará aquí”-
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
El puntero de su ordenador parecía burlarse de ella, por que no había sido capaz de escribir más de una línea, en las dos horas que tenia frente a él
-“Sus ojos le fascinaron desde que lo vio...”- leyó por enésima vez en la noche, para después posar su vista en la tarjeta que el chico le había dado
“Deja de pensar en eso, era solo un loco, ni tu con tus más locos escritos has logrado decir tantos disparate” esa voz interna, siempre parecía tener razón y sin embargo ella ya había decidido lo que quería hacer
-“Quiero verlo simplemente”- dijo mirando al techo
“Nuevamente te acercas a terreno peligroso, ya deberías saberlos, siempre te atraen los hombres que no valen la pena”
-“Esta vez es diferente, puedo sentirlo”-
“Solo te harán más daño, aun no te recuperas del ultimo golpe”
-“Y nunca lo superare”-
“Deberías de decirles”
-“Para preocuparlos, no tiene caso, ya paso”-
“No por que aun lloras”
-“Es simplemente que me acostumbre a hacerlo”- dijo ella sonriendo en la oscuridad, aquella que tanto amaba, junto a aquel silencio que adoraba -“Al final creo la soledad esta bien”- dijo estirándose en la silla como un gato
“No te entiendo”
-“Ahh, simplemente deja esto aun lado”- dijo mientras apagaba su ordenador, sin guardar los cambio en su escrito, mientras se despojaba lentamente de la ropa para ponerse una pijama, y después de un rato, envolverse en una manta, casi al instante comenzó a llorar, sollozos ahogados, y lagrimas que simplemente corrían por su rostro sin razón, nunca entendería, por que a pesar de los años, aun seguía doliendo.
“Por que de verdad lo amabas, lo dejaste ir y nunca regreso”
y lloro aun más fuerte al recordarlo, sus ojos negros, sus palabras hirientes, ese amor imposible, prohibido tormentoso, el amor de una niña de solo 12 años... y alguien cuyo camino lo conducía al sacerdocio
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
-“Esta vez si que nos pasamos”- dijo Hera observando su reloj de pulsera
-“Bueno, queríamos una noche de juerga no?”- dijo Rubén, ya sin muchos ánimos, pues los estragos de la noche comenzaban a hacer mella en él
-“A cuantos pub nos metimos antes de terminar aquí?”- Pregunto Lidia, un tanto mareada por todo el alcohol ingerido esa noche
-“4”- dijo Antonio, cuyo dolor de cabeza empezaba a ser insoportable
-“Mi madre me va a matar”- dijo Eva, mientras Hera asentía vigorosamente a su lado
-“Tengo la impresión de que este día no será muy bueno”- dijo Lidia
-“¿Por que?”- la pregunta de Antonio, no era de curiosidad si no más bien de miedo
-“Lo presiento”- contesto ella
-“Entonces, creo que es mejor que se queden en mi casa, digan que pasaron ahí la noche y que los llevare des pues”
-“Si claro”- murmuro Eva molesta
-“Si tienen una mejor idea”-
-“hablarle a RACH, por que si le habla mi madre no vaya a meter la pata”_ dijo Ángela
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
El móvil sonaba en alguna parte, donde, no estaba segura, pero lo único que sabia era que sonaba, levanto todo lo que había en el lugar, no recordaba que su cuarto estuviera tan desordenado, bostezo mientras revisaba la mochila que llevaba a todos lados, de ahí provenía el sonido que la había despertado.
-“Moshi , Moshi”- murmuro
-“Podrías hablar en CRISTIANO POR UNA VEZ”- gritaron al otro lado del aparato
-“¿Ángela?, por que hablas tan temprano?- pregunto mirando el reloj que había en su cuarto, y poniendo mala cara ante el inminente dolor de cabeza, solo había dormido unas cuantas horas.
-“aja”- Suspiro, ante el pedido que le hacia su amiga
-”Bien”- dijo mientras apretaba el botón rojo que estaba en su móvil.
Observo el aparato con un poco de pena, nunca le había gustado del todo mentir, aun que era algo que se le daba naturalmente bien, talvez por que casi nunca se dudaba de su palabras, no era de las personas que mintiera, “Eres más bien de las que calla”, dijo de nuevo aquella voz que a veces la irritaba y otras la reconfortaba.
Volvió a la cama, seria grandioso dormir unas horas más.
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
El lujoso edificio de departamentos, se encontraba en total silencio, ese silencio que podía ponerte los pelos de punta por que no parecía normal, pero el hombre sentado en el fino sillón del departamento 12 del 4 piso, no parecía molestarse por eso.
Al contrario, fumaba lentamente, en una postura elegante, era moreno y poseía unos enormes y expresivos ojos cafés claros, su cabello rizado, caía con gracia sobre su frente.
-“Y entonces seguirás sin hacerme caso?”- Pregunto una mujer más haya, la corta falda dejaba ver sus largas y torneadas piernas, mientras cruzaba los brazos en señal de enfado, el soltó el humo lentamente
-“Ya te he dijo que lo que hagas no me importa, Gisela”- dijo el, sonriendo con inocencia
-“Eres un maldito”- dijo ella saliendo del lugar, haciendo que sus tacones razonaran hasta que llego al ascensor, el no se había dado cuenta pero ella lloraba.
-“No lo entenderás, Gisela, simplemente no lo entenderás”-dijo el, levantándose, molesto por que el aroma de la mujer había quedado impregnado en el ambiente.
-“Si no le explicas es lógico que no te entienda”- dijo una voz más haya, en las sombras, oculto tras las sombras que el tenue sol del amanecer no lograba disolver
-“Que haces aquí Antón?”- Pregunto el primer hombre mientras sus ojos se entornaban buscando sin duda el rostro oculto entre las sombras
-“Que ya no puedo venir a visitarte Santiago?”-
-“Sabes que no eres bienvenido”- dijo con voz dura
-“Pero te tengo noticias”-
-“¿De lidia?”- Pregunto curioso
.”No, de su amiga”_
-“¿Qué pasa con ella?”- pregunto en tono indiferente, a el la única que le importaba era lidia
-“Karlos la contacto?”-
-“¿Que?”-
-“Lo que oíste”-
-“Pero eso es...”-
-“Extraño lo se, pero eso nos obliga a actuar que hacemos?”
-“Empezar con las advertencias”-
-“Pero, no es muy pronto”-
-“Dejaras que Karlos se quede con ella”-
-“Jamás”-
-“Entonces”-
-“Hagámoslo Santiago”-
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
La observo divertido, ella se encontraba mirando el edificio como si se tratara de algo insólito, o algo que nunca había visto, se notaba en su expresión que se estaba debatiendo entre entrar o no, y al parecer la batalla interna era bastante intensa a juzgar por la mirada de ella.
Comenzaba a exasperarse, había esperado mucho tiempo y no quería que todo se esfumara en sus manos, pero si esa chiquilla no entraba en 10 segundos el iría a traerla a rastras, ¿Cómo podía alguien tardar tanto en decidir entrar a un edificio o no?, suspiro ruidosamente al notar lo tenso que estaba, y lo mucho que esa chica afectaba sus sentidos.
-“Calma Karlos”- Dijo una voz en la sombra el lo reconoció enseguida
-“Si fuera Ángela, tu estarías calmado?”- Pregunto
-“Seguramente no, pero no tendría cara de adolescente atontado”-
-“Es que ya no aguanto más”-
-“No podemos perder todo lo que hemos avanzado por tu impaciencia”-
-“Lo se, pero me cuesta tanto no tocarla, si se que esta tan cerca”-
-“Honestamente no se que ves en ella, es de lo mas normal”-
-“Tienes que conocerla para entender por que me fascina”-
-“Karlos no te ciegues, no es más que un escalón más”-
-“Lo se Andrés, lo se”- dijo el fijando la vista nuevamente en donde se encontraba la chica, pero no había ya ahí nadie.
-“Se fue...”- dijo el, al parecer decepcionado
-“Parece ser que no la conoces también como pensabas”-
-“O puede ser que al fin si recuerde”-
-“No me has dicho cual es su nombre ahora”-
-“Rachel, pero la llaman Rach”- dijo el con una sonrisa extraña en su rostro
-“¿Por qué tu si sabes de mi?”- Pregunto ella, desde la puerta donde había escuchado atentamente la conversación de ambos hombres, el corazón le latía desbocado, y el vértigo de volver a ver esos ojos se apoderaba de ella.
-“Sabia que vendrías”- dijo el sonriendo ampliamente
-“Mi curiosidad me obligo”- dijo ella, mirando al hombre que estaba con Karlos, era un hombre bastante mayor, pero sus ojos eran otra cosa, estaban llenos de vida y de algo que ella no pudo definir.
-“Me alegra que vinieras”_ dijo el con voz baja y cariñosa
-“¿Empieza a contar esa historia disparatada”- pidió ella, por que no podía soportar esa mirada en ella, por que por alguna razón extraña esos ojos le parecían conocidos y aquella voz interior, se había quedado callada, desde que había entrado ahí, como si algo la hubiera sofocado.
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
Tanto Lidia como Antonio se dieron cuenta de que había algo extraño su alrededor, pero no podían definirlo, o más bien no querían definirlo.
Para uno se trataba de lo que siempre había estado esperando, para otro simplemente el saber que lo que más había querido en su vida se alejaría más.
-“Tu también puedes sentirlo Verdad?”- Pregunto al chico a la joven pero ella simplemente lo miro sin expresión en el rostro.
-“Lidia contéstame”- pidió él
.”Dime Antonio, que harás?”- Pregunto ella, mirándolo aun fijamente
-“Por mucho que me aferré, te seguiré a ti”- ella sonrió ante la respuesta
-“Será mejor que nos pongamos alertas, esta más cerca que nunca”-
-“Detesto que ella no este con nosotros”-
-“Nunca lo ha estado”-
-“¿Que quieres decir?”-
-“Quiero decir que ella, nunca esta con nosotros, y dudo que este aquí cuando esto comience”-
-“Debería odiarla”- dijo el apretando los puños en sus costados
-“Pero no lo haces”-
-“¿Por que?”-
-“No lo se, Antonio, yo tampoco lo se”-
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
-“MIENTES”!- grito Rach a ambos hombres mirándolos desafiante, rompiendo con los esquemas de su carácter reservado y a veces apático, le costaba contener el temblor de su voz y de su propio cuerpo
-“Que más me gustaría pero no”- dijo Karlos, con voz cariñosa, acercándose a ella lentamente
-“Tiene que ser mentira”- volvió a decir, pero esta vez en voz baja, y la mirada en el suelo
-“Rach, mírame crees que te mentiríamos”- dijo Andrés tomándola de la barbilla, ella lo miro atentamente
-“No lo se”-
-“Que más quisiéramos nosotros preciosa que esto no fuera la verdad”-
-“Pero yo no puedo creerlo”-
-“No puedes o no quieres?”- Pregunto Andrés
Ella los observo sobresaltada, si podía creer lo que decían, pero no quería creerlo, no quería aceptar algo así, por que si ella lo aceptaba entonces todo por lo que había sacrificado habría sido en vano
-“Eso es algo que no les incumbe”- dijo ella, utilizando de nuevo una de las tantas mascaras que utilizaba y que ya se sabia de memoria
-“Por que no nos das una oportunidad de probarlo”-
-“No”- dijo ella alejándose
-“Por que?”- Pregunto Karlos acercándose lentamente
Pero ella no contesto simplemente salió corriendo del lugar, algo que nunca hacia, si había algo que no se le diera muy bien era ejercicio, pero tenia que encontrar una manera de sacar todo eso, que hora no la dejaría tranquila.
-“Bien”- dijo Andrés sonriendo
-“¿Estas seguro?”- Pregunto Karlos aparentemente preocupado
-“Ahora solo siéntate y veras como ella regresa, y será la misma Lidia quien la hará llegar hasta aquí”-
-“No se como es que hará eso”-
-“O solo déjalo en manos de Alexander”-
-“El abuelo de aquel chiquillo”-
-“Si, mi propio Hermano pondrá en mis manos eso que siempre quiso proteger”-
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-
Llamo al timbre con calma, algo que estaba lejos de sentir, pero ya había corrido un largo tramo y se sentía más tranquila, lo único que necesitaba era charlar con sus amigos para poder poner en orden sus ideas, para olvidar todo eso que le habían dicho, para sacarse de la mente aquellas palabras que le habían dolido mucho.
No, no le había dolido se corrigió, simplemente la habían hecho abrir los ojos a la realidad, una que se había negado a ver.
-“¿Que haces aquí?”- Pregunto Antonio al verla ahí, sobresaltado, por regla general ella solía faltar a las reuniones, ella simplemente lo observo, buscando en aquellos ojos algo que desmintiera las palabras de Karlos y Andrés
-“Quien es”- Pregunto Rubén en un grito
-“Rach”- dijo el dejándole libre el paso, para que ella entrara a la casa
-“Valla y ese milagro”- dijo Ángela mirándola divertida
-“Quería ver que tal les va con la resaca”_ dijo ella con una falsa sonrisa
-“Bastante bien”- dijo Hera llegando junto a ella y colgándose de su brazo derecho, si había algo que ella detestara, era justamente el contacto físico el que evitaba a toda costa, así que simplemente hizo lo que siempre hacia, cruzo los brazos sobre su pecho mientras sonreía a Hera, nunca se atrevería a decirles algo que los molestara.
-“Y a ti que te pasa?”- Pregunto Lidia llegando junto a ella, Rachel se recordó que Lidia y Eva tenían la habilidad de leerle la mente
-“Nada”- contesto sonriendo, más por costumbre que por que le quisiera mentir
-“Estas segura?”- Pregunto Eva, mirándola fijamente
-“Sip”-
-“Hija que gusto verte”- dijo Alexander entrando a la casa, Rachel lo miro sorprendida ahora sabia donde había visto unos ojos iguales a los de Andrés, pero no era exclusivamente la mirada de Alexander lo que la había hecho quedarse parada, había sido la mirada del hombre que acompañaba al anciano, no lo conocía, pero por la forma como el la miraba, sabia que lo conocía de algún lugar.
-“Pero mira nada más que descuido”- dijo el anciano -“Chicos les presento a Antón” - señalo al chico tras el, el mismo que había hablado con santiago
-“Valla princesa, cuanto tiempo”- dijo el, dentro de la cabeza de ella
-“Antón”- murmuro ella, por que de pronto una imagen se había instalado en su mente, ella conocía a aquel hombre solo que no recordaba de donde
-“De nuevo te gane Karlos” pensó el hombre con una sonrisa al tonar la mirada de la chica sobre él
“No lo mires” Dijo de nuevo su voz interna, ella se reconforto con la voz y le hizo caso, aparto la vista de los ojos cafés verdes del hombre
-“Xenia”-Escucho ella de nuevo en su mente pero lo ignoro.
-“¿Oye estas bien?”- Pregunto Rubén poniendo su mano sobre su frente ella simplemente sonrió
-“No te preocupes estoy de maravilla”- dijo
-“No lo parece”- dijo Lidia, y solo entonces Rach se permitió mirarla fijamente, aquellos ojos oscuros que parecían ocultar muchas cosas, no se atrevió a decir eso que la atormentaban, no se atrevió a repetir las palabras de Karlos y Andrés, no se atrevió a decir nada, salvo bajar la mirada al suelo.
-“¿Estas segura que estas bien?”- Pregunto Antonio, acercándose a ella, mientras el y Rubén la miraban fijamente
-“No lo se”- dijo con la voz quebrada, abrazando a ambos chicos, por que necesitaba protegerse de la mirada de Lidia, mientras los otros dos la miraban sobresaltados, por regla general., ella nunca los abrazaba por su propia voluntad.
-“Que te pasa chaparra?”- Pregunto Antonio en su oído ella simplemente movió la cabeza a la derecha primero y luego a la izquierda tres veces
-“¿No puedes decirnos?”- dijo la voz de Rubén, apretando un poco más el abrazo, ese que años atrás habían bautizado como abrazo de grupo, uno que hacia años no compartían
-“Quiero dormir”- dijo ella, mientras los otros la miraban preocupados
.”Vamos tu habitación sigue aquí”- dijo Antonio, mientras la guaba por las escaleras,. Rubén iba más atrás, Rach y el siempre habían mantenido una gran comunicación, por que ninguno de los dos, sentía por otro más que un cariño de hermandad.
-“Iré a traerte una pastilla”- dijo Antonio saliendo de la habitación
-“Que pasa, iris?”- Pregunto Rubén sentándose en la cama donde Rach, se había tumbado
-“No me llames así”- dijo ella
-“Nunca te había molestado”-
-“Ahora me molesta”-
-“¿Por que?”-
-“¿Rubén me quieres?”- pregunto ella sin mirarlo
-“Que pregunta mas estúpida, claro que te quiero”-
-“Estas seguro”- pregunto ella clavando la mirada en la del chico, había miles de sentimientos encontrados en su mirada
-“¿Por que lo preguntas Iris?”-
-“¿Tengo miedo?”-
-“De que “-
-“Que todo sea una mentira”-
-“¿De que hablas?”-
-“De que...”- lo miro pero no se atrevió a decir eso que la atormentaba, por que para ellos podían ser solo estupideces, y talvez no entenderían lo importante que era para ella -“Olvídalo”-
-“Pero Iris”-
-“Estoy bien, Solo fue la lluvia de ayer, me va a dar gripe eso es todo”-
-“¿Segura?”-
-“¿Te mentiría?”- pregunto
-“Si”- contesto el mirándola fijamente
-“Tienes razón”- dijo ella -“Lo diré en cuanto tenga las fuerzas para hacerlo”-
-“Lo prometes”-
-“Lo prometo”- dijo y sonrió