Sin Título...

Mar 30, 2010 23:29


•••

El final.

Así podría llamarse el capítulo dedicado a contar aquella parte de la historia. Porque sí, sentía que ya no había más. Que todo había llegado al punto al que debía llegar. Que no quedaba camino por recorrer. Aquella era la parada final. La que siempre estaba llena de recuerdos. Así había terminado todo. Rachel a mitad del pasillo, Cole despidiéndose con un “Buenas noches” que ella sintió tan lejano. Tan… extraño. ¿Era ésa, la última vez que le escucharía despedirse? Casi podía asegurar que sí. Entonces se atrevió a dibujar una sonrisa en su rostro, sin saber muy bien por qué. Tal vez en honor a los recuerdos. Probablemente porque no quería hacer otra cosa.

Asintió.

Lo miró de nuevo.

-Buenas noches, Cole.

Y si aquello fuera un libro, seguramente alguien tendría que narrar el momento en el que las imágenes se agolparon en su cabeza, haciendo daño a su corazón. En el que veía sus sonrisas y recordaba cada gesto. En el que Cole Hamilton formaba parte de su vida y la llenaba con palabras. Los saludos, las despedidas. Las llamadas. Las miradas.

Se estaban despidiendo ¿para siempre? Tal vez. Y, como toda despedida, la nostalgia se hacía presente.

”Nunca quise ser así. Realmente fuiste importante en mi vida. Quise llamar. Debí hacerlo. Debí decirte que sentía miedo, miedo a quererte. Debí contarte todo lo que sucedía. Me hubiera gustado que conocieras a mamá. De seguro te habría caído bien. De seguro entenderías tantas cosas. Grace y Hannah te habrían adorado. De verdad quise mirarte a los ojos y decir: ‘Te quiero, no te vayas’ Quise abrazarte. Quise hablar contigo. Quise abrirte mi corazón. Y no me atreví. Yo también lo siento. Tampoco quise causarte algún problema. Yo sólo… quise quererte”.

Tantas cosas por decir. Tanta historia. Tanto miedo.

Dar media vuelta, respirar profundo, regresar al apartamento. Entrar en él. Cerrar la puerta, apoyarse en ella, dejarse caer. Cerrar los ojos, permitirse ese momento de debilidad. Sentir al corazón, latir desesperado. Todo. Nada. Distancias. Finales. Comienzos. Momentos. Miedos. Alegrías. Tristezas. Vida. Sentimientos. Aprendizajes. Despedidas. Recuerdos. Eso era Cole Hamilton. Eso había sido. Eso iba a ser. Porque, aunque no quisiera, el chico de ojos verdes, de sonrisa encantadora, de palabras importantes, de proyectos definidos, de ambiciones, de esfuerzos, de mentiras o verdades, de “tal vez” de “quizás”, de paciencia, de trabajo… y de sueños; iba a formar parte de su historia… por siempre, para siempre. Aunque eso doliera, en aquel momento. Aunque le hiciera daño. Aunque le causara miedo. Cole iba a estar siempre allí. Como parte de su historia.

Como parte de ésa historia… que llegaba a su final.

•••

Así que... esto surgió ayer.

La despedida entre Rachel y Cole, uno de los hijos de mi mosha Angie (

La amé... es decir, amé cada palabra que se escribió... pero esto, me superó. Por eso quise publicarlo hoy.
Lo edité un poco (de verdad, un poco). Pero no se perdió nada, la esencia es la misma.

¿Qué digo? Nada, no hay nada que decir. Lo amé y punto.
Y siempre amaré a mi Rach Von Brandt, nadie podrá sacarla de la lista de mis personajes favoritos. Amo escribirla y (luego) leerla. Amo cada letra, cada sentimiento.

Es mi niña hermosa, simplemente la amo. Y claro que no hubiera sido la misma Rach de no haber conocido a Cole.
Y ése es otro motivo para amarlo a él y para amar a Angie. No sé... les amo, así de simple (: En fin... gracias (miles) por leer.

Les adoro (: Besos inmensos.

P.D.: ¡Oh! Y el avatar/icono es, también, cortesía de Angie. ¿Díganme si no es hermoso? Te adoro mi vida, gracias *__*

p: cole hamilton, sólo letras, historias, p: rachel von brandt

Previous post Next post
Up