Mar 19, 2010 17:58
•••
“Quisiera hacer tantas cosas.
Salir a correr al jardín, esperar la temporada de lluvias, sentarme frente a la tele y ver un buen partido de béisbol. Quisiera bailar, reír y cantar… aunque sabes que no canto muy bien. Sí, eso me gustaría. Me gustaría ver cómo se esconde el sol… y cómo ilumina cada árbol. Me gustaría mirarte a los ojos y que sonrías, me gustaría sonreírte. Sí, me gustaría. Daría mi vida por mirar las estrellas junto a ti. Por escucharte cantar mientras pido un deseo a esa linda fugaz que ha pasado. Me gustaría hacer tantas cosas. Me gustaría vivirlas contigo. El amigo, el hermano. Ése que siempre has sido. El que ha estado. Me gustaría compartirlas contigo, el querido… el amado.
Pero que sea un secreto. Que la vida no se entere. Que el tiempo no esté al tanto, porque se atrevería a correr más rápido.
Que estés conmigo, siempre.
Que no me abandones, nunca.
Que me abraces.
Que me quieras.
Que me permitas quererte, también.
Que sonrías.
Que me dejes sonreírte.
Que seas tú, sólo tú.
Que sea yo, siempre yo.
Que estés.
Que estés…
Sólo eso quiero, sólo quiero que estés.
Y que el silencio hable por nosotros.
Sí… eso me gustaría.
Como ese primer día ¿puedes recordarlo?
Una chica perdida, un joven alegre. Una guitarra. Las zapatillas de ballet. Un encuentro. Una mirada. Un tiempo eterno. Un único momento. Esa sonrisa. Prometo no olvidarla. Ese “¿puedo ayudarte en algo?”. O, tal vez, el “Sí, es mi guitarra”. Palabras… sonidos. Vida.
¿Qué harías si te dijera la verdad?
¿Cuál verdad? Preguntarías.
Y yo sonreiría. Te miraría directo a los ojos. Acariciaría tu mejilla y, simplemente lo diría:
Te Quiero.
Yo también, sería tu respuesta.
Pero no me atrevería a decir nada más.
Y, para ser sincera, no debería hacerlo.
Porque… ¿valdría la pena? Me querrías como a una hermana, la niña que debe ser cuidada, la menor, la bailarina frágil. Y eso estaría bien, así debería ser. Pero entonces me vería obligada a darte un abrazo y cerrar los ojos. Tendría que detener las lágrimas, aferrarme a ese gesto. Aferrarme a ti. Imaginarme la vida, imaginarme otra vida en la que pudiera respirar profundo, tomar tu mano y reunir valor. Cerrar los ojos… y decirte mi verdad.
Te quiero. Te quiero más de lo debido. Más de lo recomendado. Te quiero y siempre ha sido así. Te quiero desde esa tarde. Te quiero y te quise siempre. Quiero quererte, puedo y debo hacerlo. No importa que no sientas lo mismo. Te quiero y sólo quería decirlo.
Y en ese sueño. En esa realidad. Tú fruncirías el ceño, me mirarías confundido, haciendo de aquellos minutos los más largos de mi vida. Para sonreír, finalmente, regalándome un nuevo abrazo. Entonces todo cobraría sentido. Todo habría valido la pena. Y el mundo podría detenerse en ese instante. Porque yo querría quedarme toda la vida junto a ti.
Sí, eso estaría bien. Eso me gustaría.
Pero… ¿sabes qué? Mejor sin peros.
En un mundo paralelo, en un universo alterno, en otra vida o como quieras llamarle; tú y yo veremos juntos el atardecer. Nos perderemos en las estrellas. Un abrazo será suficiente. La vida no se escapará y el tiempo sí que será eterno. Nada de distancias. Nada de lágrimas. No habrá tristeza. Sólo serás tú. Sólo seré yo.
Sólo hay que esperar. Esperar paciente. Superar la vida, dejar atrás cada miedo. Y confiar en que esto nunca será una despedida, aunque, por un momento, lo parezca. Porque nunca nos despediremos y nunca deberás llorar… yo no quiero que lo hagas, yo no quiero verte así. Yo sólo quiero que sepas…
Que te agradezco tanto, en tan poco.
Que has sido mejor amigo de lo que cualquiera podría imaginar.
Que no sabría que hacer sin ti.
Que estaré a tu lado siempre.
Que no es necesario que digas una palabra.
Que sólo basta con que lo entiendas.
Que mi música siempre estará contigo.
Que el piano no dejará de sonar.
Que te dejo mis zapatillas.
Que de verdad estarán mejor contigo.
Que me verás en cada atardecer.
Que me gustaría que leyeras esto.
Y que te quiero… de verdad te quiero.”
sólo letras,
historias,
p: delilah barlow,
p: axel smart,
historias paralelas