Ufff. Mucho, mucho tiempo sin meter nada por aquí... Lo mismo alguien se ha pensado que he muerto -y le ha hecho ilusión-, pero no, sólo estaba descansando. Un poco.
A ver, ¿qué podemos decir? ¡Ah, sí! Fui a ver Alicia en el País de las Maravillas, el otro día -y, oye, después de Furia de Titanes, fue casi como que la más mejor película del Universo, aunque hasta Doom me lo habría parecido, claro-, y la verdad es que me gustó bastante. Es lo bueno de no ir con muchas expectativas, porque, claro, yo quería verla y tal y cual, y le tengo mucha confianza a Tim Burton, pero... los batacazos de Furia de Titanes y de Avatar me han hecho ir con un poco de reserva al cine. Pero estuvo bien. Mu bien, para qué engañarnos, aunque el final fue tan absolutamente azucarado y sospechosamente irreal como puede esperarse de una historia camuflada de cuento para niños. Pero guay, de todas formas.
Lo mejor: difícil. Probablemente la Liebre (que no el Conejo, que es soso a más no poder, el pobre), aunque me encantó la Reina Roja.
Lo peor: la Reina Blanca. No es que lo haga mal -que no, que lo hace genial-, pero es que me pone de los nervios, tan etérea y... y... y eso.
Lo más regular: Alan Rickman. Yo no quería voz, yo quería verlo, pero resulta que hace de oruga y, aunque ya lo sabía, antes de verle y era absurdo querer que le sacaran con un traje azul, me hacía ilusión. Además, me gusta más la oruga de la peli de Disney. Más agusanada.
Lo más raro: el romance-no-romance de Alicia y el Sombrerero. Que sí, que es un tipo así medio encantador y loco, que la ayuda y eso, pero tanta tensión sexual romántica no resuelta no debe de ser buena.
Y, para acabar, Lo más... algo: el Galimatazo. ¿Quién se imaginaba así al bicho, tan listo y contestón?
En general, no es exactamente como me la había imaginado. Pero es que yo tenía un poco la visión de la película de Disney, que me daba un poco de mal rollo, y me ha gustado el cambio de perspectiva. Esta historia es como más épica, más de caballeras (montando en perros) y dragones (Galimatazos, pero bueno), y está bien hecha. Lo que más me gustó es cómo se parecen el mundo "real" y el submundo. Porque se parecen. En las actitudes y en los personajes, y, bueno, lo mejor es que, precisamente, se parecen en lo que no se tienen que parecer. A la pobre niña no la dejan tomar sus propias decisiones en ninguna parte, por mucho que diga la Reina Blanca. Porque, sinceramente, ¿podría haberse negado a luchar? Técnicamente sí, pero son todos tecnicismos.
Y... nada más. Creo. Puede que luego me acuerde de algo más, pero, de momento, vale con esto.
Reconozcamos que el gato era la leshe. En serio. Aunque da un poco de no sé qué...