Tabla Estaciones: 29, 10, 14

Oct 03, 2010 23:25

Tabla Estaciones
Fandom: Monster
Claim: Eva Heinemann

29. Desnudo
Respira despacio, muy hondo. Inspira y espira, con los ojos cerrados, y le espera.
Se rozan, cálidos, desnudos, se rozan y se excitan, y Eva siente que quiere, necesita abrir los ojos, mirarle, recorrerle una vez más.
No lo hace. Forma parte de su juego. Nada de mirar.
Luego, unos labios sobre los suyos, una lengua en su boca, saliva y calor y ese beso tan largo, y manos por todas partes. Eva se deja hacer -tocar, lamer, besar-, Eva se dejaría cualquier cosa.
Quiere verle pero, en lugar de eso, le toca.
Sus dedos marcan la piel, húmeda y suave; se detiene en el pecho, le oye respirar. Luego, él habla.
No hagas trampas.
Ella no las hace.
Sólo al final, cuando todo ha pasado -cuando caen los dos, uno a cada lado de la cama, cuando casi no pueden ni quieren moverse y se pasarían la vida así, sintiéndose el uno al otro, oyéndose respirar y casi riendo, cuando todo es perfecto-, sólo al final abre los ojos, le mira. Sonríe.
Allí, junto a ella, Kenzo Tenma está más desnudo que nunca. Y es suyo.

10. Respiro
Padre es un buen hombre, por supuesto. Un hombre trabajador y responsable, un hombre poderoso que no tiene demasiado tiempo para ella. Eva sabe perdonarle.
Es cierto que, de cuando en cuando, van juntos a alguna parte. Al cine, al parque de atracciones; normalmente le llaman enseguida, sin embargo -alguna urgencia- y todo se acaba antes de empezar. Y Eva vuelve a estar sola, vuelve a quedarse en su habitación -una habitación bonita, realmente bonita, llena de vestidos y cosas caras- y se deja caer en la cama. Aprieta los labios; a veces solloza.
Era distinto cuando estaba mamá, supone. No lo recuerda muy bien, claro, porque era muy pequeña entonces; sólo se imagina las cosas, se imagina que iban los tres juntos a todas partes, que padre trabajaba mucho menos, que la cogía en brazos, de vez en cuando. Que se tomaba un respiro para estar con ellas.
El día en que cumple doce años, Eva Heinemann espera despierta hasta que él llega. Apenas hay un saludo, una sonrisa y un pequeño ¡felicidades!; luego, padre dice algo de que tiene que dormir, que buenas noches. Eva querría gritar.
No lo hace.
Padre es un buen hombre, se repite. Un buen hombre muy ocupado.
Por eso le extraña tanto, cuando, a la mañana siguiente, no se despierta temprano. Cuando se levanta con ella y le sonríe, y le dice Ahora sí: Feliz cumpleaños. Le da un beso terriblemente grande; tiene ojeras y una sonrisa muy ancha, y Eva piensa que nunca antes le había visto tan de cerca, a su padre.
Se ha tomado un respiro, le dice. Por ella. Porque son una familia, aunque mamá ya no esté.
Feliz cumpleaños, mi niña.

14. Hojas
La gente, al hacerse mayor, aún puede volver la vista atrás. Muchos se lamentan de lo que han perdido, muchos se alegran de la vida que llevaron. Algunos -los menos- se dan cuenta, como ella, de que, en realidad, nada ha sido como debía ser.
A Eva no le gusta recordar, desde luego. Pasar hacia atrás las hojas de un álbum que no merece la pena ver, que, a estas alturas, no puede llenar. Y, sin embargo -y quizás precisamente por eso, porque mirar atrás duele, y a veces le viene bien un poco de dolor, a Eva-, sin embargo lo hace a menudo. Demasiadas veces, demasiado tiempo.
Se recrea en los tiempos felices, casi siempre, en los momentos que no supo apreciar. De vez en cuando, suspira. Le gusta pensar en los labios de Tenma, en los días de verano con su padre. Le gusta pensar, incluso, en Martin y en todas esas promesas, ese futuro que podría haber sido suyo.
A veces, también recorre los días malos, hojas llenas de tristeza y de miedos. A veces cierra los ojos y ve a la Eva marchita, muerta por dentro y demasiado orgullosa para reconocerlo. Luego los abre, se mira al espejo.
Sigue siendo la misma, supone.

tabla estaciones, f: monster, 30vicios, c: eva heinemann, fanfiction

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