30 vicios simbólica: 1-3

Aug 07, 2010 18:50

Tabla simbólica
Fandom: Fushigi Yuugi
Claim: Hikou/Houjun/Kouran
Advertencias: A diferencia de mi otra tabla, esta sí que tiene un sentido completo. Lástima: creo que hay que ir leyendo las viñetas -que siguen siendo cortísimas- para enterarse de algo.

01.Ilusión
La primera vez que la ve le parece una ilusión. Una aparición, algo mágico que, en realidad, no tiene derecho alguno a ser real. Tienen ocho años, y algo muy dentro de él le dice que es ella.
No sabe muy bien quién tendría que ser ella, pero de momento le basta.
La ilusión se presenta enseguida -Kouran, dice que se llama, y a Houjun le parece el nombre más bonito que jamás haya escuchado, aunque no sabe exactamente por qué- y le pide que le enseñe el barrio, el colegio, el mundo. Y de pronto se hace difícil recordar dónde van, o por qué, y la niña-ilusión se ríe un poco y a Houjun le arden las orejas y se siente el ser más estúpido del Universo. Pero es sólo un segundo, porque luego ella dice Eres muy gracioso, ¿sabes?, y se sonroja un poquito, y eso lo hace todo más fácil. Un poco.
Y decide que ya sabe dónde quiere llevarla. Hikou se va a enfadar, seguro, porque prometieron que nada de niñas -porque las niñas son raras y tontas y se quejan cuando se ensucian mucho-, pero es que Hikou no conoce a Kouran, y cuando la conozca le dará la razón; Kouran no es una niña, sino un espejismo. Algo mágico.
No se puede decir que sea amor a primera vista, claro, porque son muy niños y el amor es, en verdad, algo en lo que Houjun nunca ha pensado y en lo que no quiere pensar. Es sólo que Kouran tiene el pelo de un color precioso y los ojos más azules que ha visto nunca, y tiene pecas y pone cara de asombro cuando, por fin, llegan a su rincón secreto. Suyo y de Hikou. Nadie más lo conoce -nadie más lo conocía, al menos. Ahora también es un poco de ella.
Y, cuando le tira un puñado de tierra a la cabeza mientras se ríe -una risa histérica-, Kouran deja de ser una simple ilusión, y se vuelve un poco más real.
Sólo un poco.

02.Intriga
A Hikou no le gusta, de entrada. Es pequeñita y pecosa, y se ríe como si Houjun -su amigo antes que el de ella- fuese el niño más gracioso del mundo. Que quizás lo sea, por supuesto -Hikou nunca se había parado a pensarlo, la verdad-, pero eso no le da derecho a nada. Menos aún a entrar en su mundo. En su vida.
Debería enfadarse con Houjun, supone. Por traerla, y por ponerse tan rojo cuando le dice algo, y por ser tan tonto tonto tonto. Pero prefiere echarle las culpas a ella; las niñas son todas iguales, se dice.
Kouran le saluda con una sonrisa; eso le molesta. No debería sonreír. ¿No se da cuenta que está invadiendo una propiedad privada? Su padre siempre dice que eso no puede hacerse. Que es un delito. Así que Kouran se ha convertido en una criminal, a sólo unos pasos de la cadena perpetua. O algo así. Y, aún así, sonríe.
Le chispean los ojos, cuando lo hace. Azules e infinitos, alegres. Unos ojos que prometen la eternidad, el mundo. Luego, le tira barro, como hace con Houjun a todas horas.
Y Hikou tiene que reconocer que le intriga, esa niña. Así que puede que le deje quedarse un tiempo. Pero sólo por eso, porque tiene curiosidad.
Quizás no todas las niñas sean iguales, al fin y al cabo.

03.Ventana
Miran caer la lluvia, al otro lado, gota tras gota; golpea el suelo y lo llena todo de barro, de tierra húmeda y blanda, y sucia.
Kouran suspira, y se deja caer al suelo. Sus amigos hacen lo mismo, aunque sin el suspiro. Un suspiro es algo muy femenino, supone ella, y se sonríe un poco para sí. Al fin y al cabo, y a pesar de los años, ellos siguen siendo niños. Aún miran con hostilidad a todas las chicas -menos a ella, claro, pero es que ella no es sólo una chica: es Kouran, y eso la hace muy diferente-, y por nada del mundo querrían ser comparados con una de ellas.
Así que no suspiran, pero se sientan frente a la ventana a ver caer la lluvia. Houjun lleva el uniforme caro del colegio caro en el que sus padres han tenido la feliz idea de matricularle; Kouran estuvo a punto de llorar cuando se enteró, a principios de curso. Siempre han estado juntos, desde que se conocieron -hace ya cuatro años-, y ahora alguien lo apartaba de ellos. De Hikou, y de ella misma. Y es extraño, entrar en clase y descubrir que ya no son tres.
Aún así, siguen siendo amigos. Los mejores. Igual que antes. O casi.
El golpeteo monótono de las gotas contra el cristal lo llena todo; parece música de fondo, música ideada para matarles de aburrimiento. Kouran no puede apartar la mirada de la ventana, de todo lo que hay más allá. Y de sus reflejos, de los niños sentados en el cristal; Hikou es más grande y fuerte que su amigo, y ella misma empieza a cambiar. Tienen doce años. Tienen doce años y, en la ventana, quizás los tengan siempre.
La lluvia sigue cayendo. Kouran tiene un escalofrío.

30vicios, tabla simbólica, fanfiction, f: fushigi yuugi

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