retrato de un regreso.
interlude: here's an old fic. or actually, not old at all. wrote after the whole argentina vs. germany thing. spanish. a bunch of miny-fics in one. unbeta'd. lau y nadi solo lo leyeron y a ellas les gusto y eso me alcanza para considerar que no es un delirio taaaaan grande.
.retrato de un regreso.
postworldcupverse. cortos. finales abiertos. pedacitos de una realidad. rating pg-13 en general. slash
Cuando vuelven para Ezeiza están de acuerdo en pasar la primera noche en el predio, lo que evita el estrés de tener que moverse y buscarse con las familias, les da un poco de privacidad que todavía no tuvieron del todo. Es lo más seguro, es lo más sano.
Maradona los deja acomodarse como quieran, les dice que cada uno vaya a dormir con quien quiera y que si es necesario, hay más cuartos disponibles en el anexo para la sub20 (los que no ocupen los sparrings). Pero nadie dice nada, no es que ni niegan ni aceptan ni agradecen, por un callado común acuerdo van a ocupar las habitaciones del mismo modo que habían estado distribuidos en Sudáfrica.
Pastore y Bolatti: siempre juntos.
Javier se ducha primero porque Javier siempre se ducha primero. Porque lo han hecho así desde Huracán, porque sí. Mario no pregunta, la felicidad y la tranquilidad que su amigo descansa en la conservación de tal hábito le da razón suficiente. Están en silencio cuando Javi sale del baño y le tocaría entrar a Mario, uno creería que es por la situación pero también es un poco lo habitual. Suelen estar cansados, tan cansados que normalmente cuando Mario vuelve a salir tiende a encontrar a Javier dormido, medio destapado, con la tele prendida.
Quizás de eso si que no tiene ganas hoy.
-¿Tenes ganas de entrar de nuevo?- le pregunta, con una mano en la cintura, firmes los dedos contra ella. Javier no cuestiona nada, no le importa su pelo mojado ni su ropa recién puesta, asiente con la cabeza y lo acompaña.
Demichelis y Gutiérrez: barajemos de nuevo.
Jonás guarda en el bolso, ordenada y metódicamente, toda la ropa que tenía puesta. Piensa que va a usar mañana y se da cuenta que debería ponerse el uniforme de Adidas si van a salir como equipo, pero no lo considera durante mucho tiempo porque sabe que no tienen razón para hacerlo. Suspira, acción que no recibe ni comentario ni reacción de su compañero que está tan callado como cuando bajaron del avión. Jonás no sabe muy bien cómo empezar una charla o si debería, tiene ganas de decirle algo, pero algo de enserio, que valga la pena. Y como no sabe que sigue acomodando ropa en su bolso, termina con las medias, hechas una pelota, que pone en el bolsillo, donde entran incómodas porque hay algo en el fondo. Jonás lo busca a ciegas y saca un mazo de cartas, casi que se le escapa una mueca.
-¿Jugamos?- le pregunta a Micho levantándolas en alto- Al menos entre nosotros uno tiene que ganar.
Demichelis levanta la vista y la mueve entre las cartas y Jonás, sonríe un poquito y Jonás está casi seguro que esa es la primera sonrisa de los pasados dos días.
-Bueno- se levanta de su cama Martín- ¿apostamos algo?
Ellos siempre apuestan algo, entre todos, para incentivar la competencia.
-Sí- dice Jonás después de correr el bolso de la cama y empezar a mezclar- quien va abajo.
Micho casi que se ríe.
Milito e Higuaín: el grito ahogado.
((a pesar de ser spoiler de otra historia iba a dejar que está este acá, pero no puedo. la consigna de los trabajos usados para rpf_big_bang es que sean inéditos, y como esta escena es parte e inspiración del fanfiction que estoy escribiendo para eso va a quedar "vacía". pero no es que me olvidé de ellos.))
Romero y Andújar: dos de lo mismo.
Sergio se acomoda el pelo por tercera o cuarta vez y Mariano lo mira con igual fascinación que cuando está en arco. Por la concentración quizás, la dedicación que pone en cualquiera de su actividades.
-Sos un distinto chiqui- le dice, con el tono más convencional del mundo.
-No te pongas meloso…- se trata de reír Romero, como cada vez que le dan un cumplido, lo deja de lado con un risa, no sabe muy bien cómo lidiar con ellos, esa es otra cosa que Mariano aprendió estando tanto con él.
No le dice "pero es verdad" a pesar que lo piensa, sabe que no tiene sentido. Lo sigue observando callado mientras avanza por la habitación, lo ve ir al rincón donde descansa su bolso y sacar algo de allí, le pinta la curiosidad pero no se mueve. Romero igual le resuelve el enigma (él hace todo simple) cuando se acerca a la cama donde está y le da un par de guantes.
-Quiero que los tengas- le dice.
-Y yo no me tenía que poner meloso…- le señala Mariano, pero los recibe.
-Callate -ordena Sergio, no mal intencionado pero sabiendo que se va a cumplir- vos también sos especial, yo le agregué la suerte que vienen con esos. Lástima que no sirvió siempre, pero son un recuerdo.
Romero no lo dice y Mariano no lo agrega - no son solo el recuerdo de Sudáfrica, sino también del habito antes de cada partido, secreto y entre ellos dos, cuando Mariano le ponía los guantes mientras le hablaba bajito, bajito.
Samuel y Burdisso: de olvidos y recuerdos.
-Sí, yo también te amo, buenas noches.
Samuel lo mira con curiosidad:-¿Tu mujer o Javier?
Nicolás gira los ojos y le tira la almohada que tiene cerca:-Callate.
-Me había olvidado de tu violencia en la habitación, tan paciente que te estuviste estos días…- se burla el mayor.
-¿Terminó el rato de gastemos a Nico?
-¡Nunca termina!
Burdisso no responde, se acomoda en su cama nada más.
-Me había olvidado- vuelve a decir Samuel y esta vez está más serio- de cómo se sentía esto.
Nicolás no le responde primero, pero se levanta un segundo después y se acerca a Walter, para envolverlo en un abrazo - la gente no sabe, pero a Samuel le gustan mucho los abrazos y, oportunamente, a Nico le gusta dar abrazos.
Otamendi y Di María: el no darse cuenta.
Ángel callado piensa que Madrid debe ser grande y enorme para él. También piensa que por suerte va a estar la cara conocida de Gonzalo, que cerca va a estar el Kun, que Italia y Portugal no le quedan lejos. Piensa en Europa en Europa y en Europa y observa de reojo a Nicolás y se lo imagina a él en Europa.
-¿Por qué no te fuiste de entrada?
-¿Eh?
-De Velez, ¿por qué no te fuiste apenas saltó algo?
-No había nada concreto -explica- ¿por qué preguntas?
-Porque estaría bueno saber que volvemos al mismo continente al menos…
Otamendi hace una mueca, se acuerda de la cara de poco convencido que había tenido de entrada Di María cuando los asignaron juntos.
-¿Me vas a extrañar?
-No -responde sin dudarlo Ángel- pero pensaba que así nunca te voy a poder enseñar todo lo que no sabés.
Messi y Verón: ángel de la guarda.
Al principio duda, pero finalmente se levanta. Le toca el hombro a Verón que está callado, que tiene los ojos cerrados pero que está despierto, porque si no, no estaría prendida la luz de su velador. Sebastián abre los ojos y Lio trata de sonreírle, pero no le sale.
-¿Puedo?- dice, con una voz tan desnuda y vulnerable que un "no" podría quebrarlo en pedazos.
Sebastián no responde, se mueve en la cama nada más y extiende so brazo derecho; Lio se ubica ahí, se refugia contra el pecho de la bruja, con el brazo que el envuelve se protege y cierra los ojos con fuerza a ver si así se le va un poquito el dolor.
La bruja lo siente tenso y le mima un poco el cuello, pero no habla, no sabe que decir o como decirlo y solo quiere que su nene descanse, con él, ahora, por última vez.
Garcé y Pozo: ¿qué hacemos acá?
-Igual nunca llegué a caer- se sonríe el Chino, tiene el pelo mojado por la ducha y le caen gotas en los hombros, mojándole la remera gris que usa para dormir.
-No se te notó- lo chicanea el arquero.
-Salí de acá, vos, ¿qué te haces? cuando volvamos a Santa fe les voy a contar-
-¿Cómo te gustaba dormir en mi cama?
-Te dije que no quería la de al lado de la ventana, no quisiste cambiar, lola -se excusa él- Todos saben que odio el lado de la ventana para dormir.
-Sí -Diego está de acuerdo- todos lo sabemos.
Al Chino le toma un ratito entender eso.
Agüero y Rodríguez: tema de grandezas.
-Me había olvidado lo que era dormir en la misma pieza que vos- se queja Maxi, y Sergio no sabe porque esta vez pero sabe que es una queja; aún tras la voz cansada de Maxi; hace eco de lo mismo que fue dándose durante el pasado mes y pico.
-Perdón- dice y normalmente le pelearía, le diría que es una minita perfeccionista, que dormir con él es imposible. Pero hoy no, la imagen de Maxi sentado en el costado del vestuario con la cara entre las manos no lo deja en paz.
-Está bien, pero en serio Kun, ¿te mataría ser un toque más ordenado?
-Es que desde que no estás en Madrid nadie me controla- intentan sonreírle el Kun, no le saca ni una mueca.- ¿Maxi?
-¿Qué?
-Ya sé que sos apenas más grande que yo, pero quiero ser como vos.
-¿En qué?
El Kun se encoje de hombros y pasa al lado de Maxi de camino a su cama, le da un beso en la mejilla y suspira "en la cancha" antes de seguir avanzando. Quizás antes de apagar la luz ve una pequeña muequita.
Palermo y Clemente: viejos conocidos.
-Por lo de hoy, ahí afuera, por eso no te cambio el fútbol de acá por nada. Ni ahí.
-Y porque estás acostumbrado, pero esta bueno hacer una experiencia afuera.
-Vos volviste- acusa Clemente.
-Porque estoy viejo…
-¿Ah sí? Y explicame como son casi las dos de la mañana y seguís despierto.
-Mi corazón es el de un pibe.
-…Martín, ¿a quién te comiste?
Palermo se ríe:-no te hagas el vivo que puedo terminar siendo tu capitán.
-Después de todo lo que te vi lloriquear y de cómo Milito te tiene de hijo en todos los juegos de cartas del mundo, no me asustas.
-Dormí con un ojo abierto, Clemente.
-Voy a hacer eso… pero así hoy tarda más en acabarse.
Martín no dice nada, pero está de acuerdo.
Heinze y Mascherano: de capitanes y barcos.
-Deberíamos tener algún vicio insano.
Gabriel levanta la vista, en sus ojos está clara la pregunta o simplemente Masche ya se acostumbro a leerlo así.
-Fumar, tomar, no sé, algo destructivo para ahora que estamos escondidos y antes de enfrentar del todo al mundo.
-Tenemos un vicio insano Javier -responde el Gringo- se llama jugar al fútbol en la selección; es agotador y destructivo cuando sale mal, pero el más lindo y reconfortante cuando va bien.
Masche hace una mueca, como siempre el otro tenía las palabras correctas:-Te juro que si te re-
-Callate Javier, vamos a dormir.
-¿Ya? -se queja Masche- ¿no me vas a ayudar a terminar este de palabras cruzadas?
Heinze sonríe y se endereza un poco en su cama antes de hablar.
-Y después te preguntas porque los chicos dicen que te estás poniendo viejo… -se burla- a ver, dale, decime.
Tevez: solo no es soledad.
Carlitos se da vuelta en la cama por tercera vez, la música sale suave de su ipod sobre la mesa de luz y es el único ruido en la pieza que tiene para él. Trata de sonreír mientras piensa en los primeros partidos. Le sale el optimista y piensa: "la que viene, la que viene es nuestra."
Se duerme rápido para no pensar que le gustaría que sea con estas exactas personas, con este grupo del que se enamoró - porque Carlitos se enamora así, en bloque, y bueno… es lo que hay.
--
Las fuentes de las piezas salen de Olé, los hechos narrados son ficticios. La única base real que se me viene a la cabeza es Carlitos y su ipod y el hecho de que Micho & Jonás en serio son compañeros de truco y según Micho mismo les iba bastante mal. Lo demás, es un delirio personal, salvo que alguien lo reconozca, en tal caso puede ser verdad ;)
.retrato de un regreso.
postworldcupverse. cortos. finales abiertos. pedacitos de una realidad. rating pg-13 en general. slash
Cuando vuelven para Ezeiza están de acuerdo en pasar la primera noche en el predio, lo que evita el estrés de tener que moverse y buscarse con las familias, les da un poco de privacidad que todavía no tuvieron del todo. Es lo más seguro, es lo más sano.
Maradona los deja acomodarse como quieran, les dice que cada uno vaya a dormir con quien quiera y que si es necesario, hay más cuartos disponibles en el anexo para la sub20 (los que no ocupen los sparrings). Pero nadie dice nada, no es que ni niegan ni aceptan ni agradecen, por un callado común acuerdo van a ocupar las habitaciones del mismo modo que habían estado distribuidos en Sudáfrica.
Pastore y Bolatti: siempre juntos.
Javier se ducha primero porque Javier siempre se ducha primero. Porque lo han hecho así desde Huracán, porque sí. Mario no pregunta, la felicidad y la tranquilidad que su amigo descansa en la conservación de tal hábito le da razón suficiente. Están en silencio cuando Javi sale del baño y le tocaría entrar a Mario, uno creería que es por la situación pero también es un poco lo habitual. Suelen estar cansados, tan cansados que normalmente cuando Mario vuelve a salir tiende a encontrar a Javier dormido, medio destapado, con la tele prendida.
Quizás de eso si que no tiene ganas hoy.
-¿Tenes ganas de entrar de nuevo?- le pregunta, con una mano en la cintura, firmes los dedos contra ella. Javier no cuestiona nada, no le importa su pelo mojado ni su ropa recién puesta, asiente con la cabeza y lo acompaña.
Demichelis y Gutiérrez: barajemos de nuevo.
Jonás guarda en el bolso, ordenada y metódicamente, toda la ropa que tenía puesta. Piensa que va a usar mañana y se da cuenta que debería ponerse el uniforme de Adidas si van a salir como equipo, pero no lo considera durante mucho tiempo porque sabe que no tienen razón para hacerlo. Suspira, acción que no recibe ni comentario ni reacción de su compañero que está tan callado como cuando bajaron del avión. Jonás no sabe muy bien cómo empezar una charla o si debería, tiene ganas de decirle algo, pero algo de enserio, que valga la pena. Y como no sabe que sigue acomodando ropa en su bolso, termina con las medias, hechas una pelota, que pone en el bolsillo, donde entran incómodas porque hay algo en el fondo. Jonás lo busca a ciegas y saca un mazo de cartas, casi que se le escapa una mueca.
-¿Jugamos?- le pregunta a Micho levantándolas en alto- Al menos entre nosotros uno tiene que ganar.
Demichelis levanta la vista y la mueve entre las cartas y Jonás, sonríe un poquito y Jonás está casi seguro que esa es la primera sonrisa de los pasados dos días.
-Bueno- se levanta de su cama Martín- ¿apostamos algo?
Ellos siempre apuestan algo, entre todos, para incentivar la competencia.
-Sí- dice Jonás después de correr el bolso de la cama y empezar a mezclar- quien va abajo.
Micho casi que se ríe.
Milito e Higuaín: el grito ahogado.
((a pesar de ser spoiler de otra historia iba a dejar que está este acá, pero no puedo. la consigna de los trabajos usados para rpf_big_bang es que sean inéditos, y como esta escena es parte e inspiración del fanfiction que estoy escribiendo para eso va a quedar "vacía". pero no es que me olvidé de ellos.))
Romero y Andújar: dos de lo mismo.
Sergio se acomoda el pelo por tercera o cuarta vez y Mariano lo mira con igual fascinación que cuando está en arco. Por la concentración quizás, la dedicación que pone en cualquiera de su actividades.
-Sos un distinto chiqui- le dice, con el tono más convencional del mundo.
-No te pongas meloso…- se trata de reír Romero, como cada vez que le dan un cumplido, lo deja de lado con un risa, no sabe muy bien cómo lidiar con ellos, esa es otra cosa que Mariano aprendió estando tanto con él.
No le dice "pero es verdad" a pesar que lo piensa, sabe que no tiene sentido. Lo sigue observando callado mientras avanza por la habitación, lo ve ir al rincón donde descansa su bolso y sacar algo de allí, le pinta la curiosidad pero no se mueve. Romero igual le resuelve el enigma (él hace todo simple) cuando se acerca a la cama donde está y le da un par de guantes.
-Quiero que los tengas- le dice.
-Y yo no me tenía que poner meloso…- le señala Mariano, pero los recibe.
-Callate -ordena Sergio, no mal intencionado pero sabiendo que se va a cumplir- vos también sos especial, yo le agregué la suerte que vienen con esos. Lástima que no sirvió siempre, pero son un recuerdo.
Romero no lo dice y Mariano no lo agrega - no son solo el recuerdo de Sudáfrica, sino también del habito antes de cada partido, secreto y entre ellos dos, cuando Mariano le ponía los guantes mientras le hablaba bajito, bajito.
Samuel y Burdisso: de olvidos y recuerdos.
-Sí, yo también te amo, buenas noches.
Samuel lo mira con curiosidad:-¿Tu mujer o Javier?
Nicolás gira los ojos y le tira la almohada que tiene cerca:-Callate.
-Me había olvidado de tu violencia en la habitación, tan paciente que te estuviste estos días…- se burla el mayor.
-¿Terminó el rato de gastemos a Nico?
-¡Nunca termina!
Burdisso no responde, se acomoda en su cama nada más.
-Me había olvidado- vuelve a decir Samuel y esta vez está más serio- de cómo se sentía esto.
Nicolás no le responde primero, pero se levanta un segundo después y se acerca a Walter, para envolverlo en un abrazo - la gente no sabe, pero a Samuel le gustan mucho los abrazos y, oportunamente, a Nico le gusta dar abrazos.
Otamendi y Di María: el no darse cuenta.
Ángel callado piensa que Madrid debe ser grande y enorme para él. También piensa que por suerte va a estar la cara conocida de Gonzalo, que cerca va a estar el Kun, que Italia y Portugal no le quedan lejos. Piensa en Europa en Europa y en Europa y observa de reojo a Nicolás y se lo imagina a él en Europa.
-¿Por qué no te fuiste de entrada?
-¿Eh?
-De Velez, ¿por qué no te fuiste apenas saltó algo?
-No había nada concreto -explica- ¿por qué preguntas?
-Porque estaría bueno saber que volvemos al mismo continente al menos…
Otamendi hace una mueca, se acuerda de la cara de poco convencido que había tenido de entrada Di María cuando los asignaron juntos.
-¿Me vas a extrañar?
-No -responde sin dudarlo Ángel- pero pensaba que así nunca te voy a poder enseñar todo lo que no sabés.
Messi y Verón: ángel de la guarda.
Al principio duda, pero finalmente se levanta. Le toca el hombro a Verón que está callado, que tiene los ojos cerrados pero que está despierto, porque si no, no estaría prendida la luz de su velador. Sebastián abre los ojos y Lio trata de sonreírle, pero no le sale.
-¿Puedo?- dice, con una voz tan desnuda y vulnerable que un "no" podría quebrarlo en pedazos.
Sebastián no responde, se mueve en la cama nada más y extiende so brazo derecho; Lio se ubica ahí, se refugia contra el pecho de la bruja, con el brazo que el envuelve se protege y cierra los ojos con fuerza a ver si así se le va un poquito el dolor.
La bruja lo siente tenso y le mima un poco el cuello, pero no habla, no sabe que decir o como decirlo y solo quiere que su nene descanse, con él, ahora, por última vez.
Garcé y Pozo: ¿qué hacemos acá?
-Igual nunca llegué a caer- se sonríe el Chino, tiene el pelo mojado por la ducha y le caen gotas en los hombros, mojándole la remera gris que usa para dormir.
-No se te notó- lo chicanea el arquero.
-Salí de acá, vos, ¿qué te haces? cuando volvamos a Santa fe les voy a contar-
-¿Cómo te gustaba dormir en mi cama?
-Te dije que no quería la de al lado de la ventana, no quisiste cambiar, lola -se excusa él- Todos saben que odio el lado de la ventana para dormir.
-Sí -Diego está de acuerdo- todos lo sabemos.
Al Chino le toma un ratito entender eso.
Agüero y Rodríguez: tema de grandezas.
-Me había olvidado lo que era dormir en la misma pieza que vos- se queja Maxi, y Sergio no sabe porque esta vez pero sabe que es una queja; aún tras la voz cansada de Maxi; hace eco de lo mismo que fue dándose durante el pasado mes y pico.
-Perdón- dice y normalmente le pelearía, le diría que es una minita perfeccionista, que dormir con él es imposible. Pero hoy no, la imagen de Maxi sentado en el costado del vestuario con la cara entre las manos no lo deja en paz.
-Está bien, pero en serio Kun, ¿te mataría ser un toque más ordenado?
-Es que desde que no estás en Madrid nadie me controla- intentan sonreírle el Kun, no le saca ni una mueca.- ¿Maxi?
-¿Qué?
-Ya sé que sos apenas más grande que yo, pero quiero ser como vos.
-¿En qué?
El Kun se encoje de hombros y pasa al lado de Maxi de camino a su cama, le da un beso en la mejilla y suspira "en la cancha" antes de seguir avanzando. Quizás antes de apagar la luz ve una pequeña muequita.
Palermo y Clemente: viejos conocidos.
-Por lo de hoy, ahí afuera, por eso no te cambio el fútbol de acá por nada. Ni ahí.
-Y porque estás acostumbrado, pero esta bueno hacer una experiencia afuera.
-Vos volviste- acusa Clemente.
-Porque estoy viejo…
-¿Ah sí? Y explicame como son casi las dos de la mañana y seguís despierto.
-Mi corazón es el de un pibe.
-…Martín, ¿a quién te comiste?
Palermo se ríe:-no te hagas el vivo que puedo terminar siendo tu capitán.
-Después de todo lo que te vi lloriquear y de cómo Milito te tiene de hijo en todos los juegos de cartas del mundo, no me asustas.
-Dormí con un ojo abierto, Clemente.
-Voy a hacer eso… pero así hoy tarda más en acabarse.
Martín no dice nada, pero está de acuerdo.
Heinze y Mascherano: de capitanes y barcos.
-Deberíamos tener algún vicio insano.
Gabriel levanta la vista, en sus ojos está clara la pregunta o simplemente Masche ya se acostumbro a leerlo así.
-Fumar, tomar, no sé, algo destructivo para ahora que estamos escondidos y antes de enfrentar del todo al mundo.
-Tenemos un vicio insano Javier -responde el Gringo- se llama jugar al fútbol en la selección; es agotador y destructivo cuando sale mal, pero el más lindo y reconfortante cuando va bien.
Masche hace una mueca, como siempre el otro tenía las palabras correctas:-Te juro que si te re-
-Callate Javier, vamos a dormir.
-¿Ya? -se queja Masche- ¿no me vas a ayudar a terminar este de palabras cruzadas?
Heinze sonríe y se endereza un poco en su cama antes de hablar.
-Y después te preguntas porque los chicos dicen que te estás poniendo viejo… -se burla- a ver, dale, decime.
Tevez: solo no es soledad.
Carlitos se da vuelta en la cama por tercera vez, la música sale suave de su ipod sobre la mesa de luz y es el único ruido en la pieza que tiene para él. Trata de sonreír mientras piensa en los primeros partidos. Le sale el optimista y piensa: "la que viene, la que viene es nuestra."
Se duerme rápido para no pensar que le gustaría que sea con estas exactas personas, con este grupo del que se enamoró - porque Carlitos se enamora así, en bloque, y bueno… es lo que hay.
--
Las fuentes de las piezas salen de Olé, los hechos narrados son ficticios. La única base real que se me viene a la cabeza es Carlitos y su ipod y el hecho de que Micho & Jonás en serio son compañeros de truco y según Micho mismo les iba bastante mal. Lo demás, es un delirio personal, salvo que alguien lo reconozca, en tal caso puede ser verdad ;)