My inmortal (Original)

Jul 21, 2009 22:34

 

Abrió los ojos y se sentó de golpe en la cama. Estaba sola. Completamente.

Y si había algo que ella odiase era estar sola. Así como se odiaba a sí misma. Así como odiaba aquello en lo que se había convertido.

Y quería correr. Huir lejos. Lejos de todo. Lejos de sí misma. Lejos de esa jaula que ella misma había creado.

Saltó de la cama y se puso un suéter negro y unos vaqueros desgastados, antes de salir de la habitación, caminando decidida.

Una extraña locura se había apoderado de ella, y no sabía que hacer para vencerla. Sólo sabía que quería correr. Hacia ninguna parte.

Se sentía perdida. Pequeña. Indefensa. Convivía con su peor enemigo, que era ella misma. No podía seguir adelante, y no se permitía volver atrás. Orgullo y miedo a partes iguales. Estancada en arenas movedizas.

No supo muy bien por qué sus pies la llevaron al garaje. Pero allí estaba, ante ella, imponente y al mismo tiempo amistosa, casi, la gran moto de su padre. Vale que era demasiado potente para alguien como ella. Pero que le diesen por culo al mundo. Necesitaba sentir algo potente entre sus piernas.

Necesitaba perderse en nebulosa. Necesitaba no pensar. Necesitaba velocidad.

Se puso el casco y puso el motor en marcha, mientras las puertas del garaje se abrían automáticamente.

Aceleró cuesta abajo, notando como el viento le mordía la piel, a través de la ropa. Y casi literalmente, voló.

Contra todo pronóstico, como si fuese un milagro, volvía a sentirse viva. Volvía a sentir cosas que había creído muertas. Y eso dolía. Dolía mucho porque era volver hacia atrás. Hacia el momento en que dejó de ser ella misma para convertirse en un espectro de lo que había sido. Hacia el momento en que perdió todo aquello por lo que valía la pena vivir.

Aceleró. Y sintió que por sus venas corría la adrenalina. Y sintió, como si se tratase del cuerpo de otra persona, como una carcajada, mitad de histeria y mitad de nostalgia, se escapaba de sus labios.

Se le encogió el corazón por todo aquello que había perdido. Tenía que seguir con su vida. Intentar recuperar todo aquello que alguna vez había sido suyo.

Volver con su hermana, con su hermano… volver con él. Encontrar el pedazo de corazón que le faltaba para que siguiese latiendo.

La sonrisa de su hermana diciéndole que todo iba a estar bien, los abrazos de su hermano haciéndole sentirse a salvo. Sus manos tocándola y haciéndola sentir… sentir.

Y volvía a sentir. Su corazón latía acelerado por todo lo que había echado de menos. Todo lo que recuperaría, costara lo que costase.

La moto derrapó en una curva, y ella de repente voló. Voló por los aires, como un pájaro. Y de repente vio que la tierra subía hacia ella, e intentó cerrar los ojos para no ver llegar el batacazo.

El golpe resonó dentro de su cabeza, y en todo su cuerpo. El suelo estaba duro. Muy duro.

Se quedó sin aliento, atontada. Intentó levantarse, pero ni las manos ni las piernas le respondían.

Intentó respirar. Costaba. Costaba mucho, y al abrir los ojos vio un poco de sangre bajo ella. Cerró los ojos de nuevo. No era una visión que le agradase precisamente.

Una vocecilla en su cabeza le dijo burlona “te estás muriendo”. Esa voz que alguna vez había sido su conciencia. Esa a la que no había escuchado nunca.

Y sintió miedo. Porque no podía estar cerca el final. Porque ahora tenía motivos para vivir. Ahora tenía algo por lo que luchar.

O tal vez lo había tenido siempre.

Y se arrepintió. Se arrepintió de no haber luchado en su momento. Se arrepintió de haberles dado la espalda a sus hermanos. Se arrepintió de no haberle dicho “te quiero”.

Y cada vez costaba más respirar. Y cada vez tenía más miedo.

Y su nombre escapándose con su útlimo suspiro entre sus labios llenos de sangre. Y un “te echo de menos” grabado a fuego en el corazón.

longitud: drabble, # periodo: dekasem, ~ escrito: original, fandom: original

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